Escalada
de violencia sectaria, operativos de los ocupantes y sostenida
actividad resistente
Un
verano sangriento
Por
Carlos Varea (*)
IraqSolidaridad, 09/07/09
“Sobre
el terreno los operativos militares de los ocupantes, las incursiones
de limpieza sectaria de las milicias confesionales shiíes en Bagdad y
su periferia sur –retroalimentadas sin duda por los ataques masivos
indiscriminados atribuidos a Al-Qaeda–, y los enfrentamientos entre
milicias y cuerpos de seguridad shiíes prefiguran una ruptura
territorial del país que algunas instancias internacionales ya
plantean como ‘la única alternativa’ para Iraq. Tras ello, está
la gestión por nuevas oligarquías locales del petróleo iraquí con
fuerte implicación de las compañías petrolíferas internacionales
y, más allá de esto, quizás la única salida que les queda a EEUU y
Reino Unido, incapaces de controlar militarmente Iraq.”
Fuentes
anónimas del ministerio de Sanidad iraquí citadas por el diario
estadounidense The Washington Post [1] han informado que en junio han
sido hallados 453 cuerpos de víctimas no identificadas, la mayoría
de ellos con las manos atadas, los ojos arrancados y con claros signos
de haber sido torturados. Son víctimas de los escuadrones de la
muerte asociados a las fuerzas de seguridad o milicias de las
formaciones confesionales shiíes, particularmente del Ejército del
Mahdi de Moqtada as-Sáder. Si bien menor a las cifras de los últimos
meses del pasado año, este número supone de nuevo un remonte
respecto a los meses anteriores y demuestra que el principal argumento
del denominado “nuevo plan de seguridad para Bagdad” del
presidente Bush y el incremento en 30.000 efectivos de las tropas
estadounidenses en la capital a partir de febrero y poner freno a la
violencia sectaria, no está dando resultados. Las autoridades de la
ocupación y el gobierno colaboracionista han prohibido a los centros
sanitarios y al Instituto Anatómico-Forense de Bagdad dar información
sobre el número de cadáveres abandonados en las calles de la ciudad
o que son recuperados del Tigris.
En
enero de 2007 el número de cadáveres hallados en Bagdad fue de 321,
una cifra que descendió a 294 en febrero, a 272 en marzo y a 182 en
abril, para aumentar de nuevo en mayo hasta 433 y ahora en junio a los
indicados 453 cuerpos recuperados, un incremento del 41% desde el
inicio del año [2]. Según cálculos del citado medio estadounidense,
el número de víctimas en Bagdad de los paramilitares de las
formaciones confesionales shiíes ha sido en
junio cuatro veces superior al ocasionado por los coches-bomba
y atentados suicidas atribuidos a Al-Qaeda en Iraq, que ocasionaron
ese mes 134 muertos. La brutalidad de estos atentados masivos llevados
a cabo por la red de Al-Qaeda en Iraq o por servicios de inteligencia
de varios actores locales y regionales predomina en los medios de
comunicación occidentales en detrimento del terror silencioso y
apenas mencionado de los escuadrones de la muerte, que operan a la
sombra de los ocupantes en un calculado proceso de fragmentación
sectaria de la capital y de eliminación del tejido civil anti-ocupación.
Este
incremento de secuestros y asesinatos sectarios por parte de milicias
confesionales shiíes se asocia a nuevos operativos contra la
comunidad sunní en barrios mixtos de la capital, que están sufriendo
un proceso de desalojo por el terror. Este mes se denunciaban
incursiones conjuntas de fuerzas de seguridad iraquíes y de
paramilitares de as-Sáder en los barrios de al-Wehda y al-Baiaa al
sudoeste de la capital ante la pasividad de las tropas de ocupación
de EEUU [3], las cuales, sin embargo, daban muerte el primero de julio
de manera indiscriminada a 26 vecinos de Medina as-Sáder en la
capital y detenían a otras 17 personas,
incursión en este feudo de as-Sáder que ha sido condenada por
el gobierno de al-Maliki [4].
La
Asociación de Ulemas Musulmanes de Iraq, la máxima instancia
religiosa sunní del país y componente del campo anti-ocupación,
denunciaba, en un comunicado del día 7 de julio, el secuestro de 25
civiles por parte de la milicia de Moqtada as-Sáder en la ciudad de
Mahmudiya, un nuevo episodio de desalojo sectario practicado por el Ejército
del Mahdi en esta zona situada al sur de la capital [5].
Como
veremos a continuación, la nueva escala de actuación en Bagdad de
los escuadrones de la muerte coincide además con críticas públicas
de portavoces de Moqtada as-Sáder contra el gobierno del primer
ministro Nuri al-Maliki, del que se han retirado los seis ministros de
esa corriente.
Al-Qaeda
y resistencia
Por
otra parte, los enfrentamientos entre la resistencia iraquí y
Al-Qaeda en Iraq han continuado en junio en varias provincias del país
[6]. Ya en julio, el jueves 5, el ejército estadounidense imponía el
toque de queda en la ciudad de Mendli, al este de la capital y cercana
a la frontera con Irán, tras fuertes enfrentamientos en sus calles
entre combatientes iraquíes y miembros de Al-Qaeda en Iraq [7]. El
campo anti-ocupación iraquí acusa a Al-Qaeda en Iraq de estar
favoreciendo con sus atentados indiscriminados el enfrentamiento
sectario en el país, al tiempo que intenta imponer su hegemonía en
áreas bajo control de la resistencia, particularmente en las
provincias de al-Anbar (en la que se localizan las ciudades de Ramadi,
su capital; Rutba; Faluya, al-Qaim y Hadiza) y de Diyala, al oeste y
norte de la capital, procediendo a la eliminación de dirigentes
locales o habiendo recurrido a atentados indiscriminados en ciudades
emblemáticas como Faluya o Ramadi.
Dirigentes
comunitarios de la provincia de al-Anbar han acusado al gobierno de
Nuri al-Mailki de estar detrás de la bomba que el pasado 25 de julio
causó la muerte a 12 personas en el Hotel Melia al-Mansur de la
capital, entre ellos la de cinco máximos dirigentes tribales de la
provincia. Atribuida por el gobierno a la acción de un suicida, hipótesis
ya descartada, el atentado habría tenido como objetivo frustrar el
encuentro que iba a celebrarse entre dirigentes tribales y religiosos
sunníes y shiíes a fin de hacer frente a la actividad de Al-Qaeda en
Iraq y frenar la escalada de enfrentamientos sectarios [8]. EEUU ha
intentado con escaso éxito aprovechar a su favor el creciente rechazo
a la actuación de Al-Qaeda entre la comunidad sunní [9], mientras el
gobierno de Nuri al-Maliki ha mostrado su oposición a toda matización
que pueda efectuarse respecto a los que genéricamente denomina
“terroristas”. La detonación el 8 de julio de un camión-bomba en
un mercado de la localidad de Amirli, a 200 kilómetros de la capital,
que causó la muerte a más de 150 civiles, debe considerarse como un
intento más, quizás de Al-Qaeda, quizás de tramas
paragubernamentales, de extender la violencia sectaria a un círculo más
amplio en torno a la capital en una zona de población mixta. Es el
segundo ataque masivo llevado a cabo en la zona en pocos días.
El
trimestre más sangriento para EEUU
Junio
se cierra con la confirmación de la estabilización y ampliación de
la actividad armada de la resistencia [10]. En junio murieron en
combate 93 soldados de EEUU, es decir, una media de tres al día,
siempre según datos oficiales del Pentágono; la mayoría de los
muertos estadounidenses en los combates de junio se han producido en
el área metropolitana de Bagdad [11]. El Reino Unido perdió este
pasado mes otros seis soldados. Este trimestre –abril, mayo,
junio– ha sido para EEUU el más sangriento desde el inicio de la
ocupación de Iraq, con 309 bajas mortales en combate [12].
En
la actualidad, además de la campaña en Bagdad, las tropas de ocupación
de EEUU están desarrollando dos ofensivas militares en las provincias
de al-Anbar y de Diyala, operativos que el Pentágono presenta como un
intento de erradicar la presencia de Al-Qaeda en Iraq, red que se ha
convertido en la única organización a la que hacen mención los
mandos militares estadounidenses en Iraq en los últimos meses, claro
intento de anular cualquier referente de legítima resistencia armada
contra la ocupación y de identificar a ésta con los ataques
indiscriminados de aquélla. Sin embargo, el Partido Islámico,
integrado en el Frente de Acuerdo Iraquí (coalición de partidos
definidos como sunníes y que participan en las instituciones
colaboracionistas), ha negado que los estadounidenses estén atacando
a Al-Qaeda y ha denunciado la muerte de 350 civiles en ataques masivos
con aviación llevados a cabo por el Pentágono contra la ciudad de
Baquba, capital de la provincia de Diyala, región en la que el Pentágono
ha desplegado 7.000 soldados propios y otros 2.500 de la Guardia
Nacional iraquí en el operativo Arrowhead Ripper. Sin presencia de
medios de comunicación internacionales, residentes en la zona han
informado a IPS de ataques indiscriminados contra civiles, en lo que
esta agencia independiente califica de “[…] castigo colectivo
contra la población” [13].
Asimismo,
en la provincia occidental de al-Anbar, mientras se combate en otras
de sus ciudades, Faluya sigue bajo asedio de los marines y su población
soportando una grave crisis humanitaria tras más de un mes de cierre
militar completo, según denuncia la Asociación de Ulemas Musulmanes
en un nuevo comunicado del 5 de julio [14]. La implicación directa de
tropas de EEUU en un nuevo operativo en al-Anbar demuestra que el
intento de formar a milicias locales para la lucha contrainsurgente
–el denominado Consejo de Salvación de al-Anbar– ha fracasado
[15].
El
hecho de que EEUU esté recurriendo de nuevo al empleo masivo de
artillería y aviación en sus operativos en al-Anbar y Diyala explica
que el mayor número de bajas estadounidenses de junio se haya
producido en la capital, como antes indicábamos.
Bush
ya lo ha advertido varias veces en los últimos días: será un
"verano caliente" en Iraq: además de los 21.000 soldados ya
enviados en los primeros meses de 2007, otros 28.500 efectivos llegarán
a Iraq este verano con destino Bagdad y sus alrededores [16].
Retirada
británica: Basora, perdida
Por
su parte, Reino Unido ha perdido en los últimos tres meses 18
soldados, un indicio más de la ampliación a la zona sur del país de
la resistencia armada, pese al edicto religioso (fatua) emitido en
contra por los ayatolás colaboracionistas al inicio de la ocupación.
Las dos bases británicas más grandes en esta zona han sido sometidas
a ataques de mortero de forma recurrente en junio, sin que se
ocasionaran bajas mortales. Como en el resto del país, las bajas británicas
se producen por ataques con explosivos contra convoyes militares
seguidos de fuego de armas ligeras y lanzagranadas.
En
la primera semana de julio las tropas británicas han lanzado en
Basora lo que se considera su operativo más intenso desde el inicio
de la ocupación. Sin embargo, el abandono de Iraq por parte de Reino
Unido es un hecho. Los británicos mantienen aún en el país una
fuerza de ocupación de 5.500 soldados, principalmente en la periferia
de Basora. La cadena BBC ha adelantado que el contingente británico
se reducirá a 1.500 efectivos en el transcurso de un año y que
quedará confinado en el aeropuerto de Basora [17].
Fuentes
anónimas del gobierno de Nuri al-Maliki señalaban a finales de junio
al diario iraquí az-Zamán [18] que Basora está fuera del control de
Bagdad, dividida y en manos de milicias shiíes que pugnan entre sí
por el control mafioso de las exportaciones de crudo, esencialmente
realizadas por en esta zona de Iraq antes que a través del Kurdistán
debido a los sabotajes de la resistencia: “[…] La supervisión y
administración por parte del ministerio de Petróleo de los campos
petrolíferos, las terminales y la principal refinería [de Basora] es
solo simbólica: son las milicias las que controlan actualmente la
industria petrolífera de la Basora”, señala az-Zamán [19]. Los
enfrentamientos entre milicias confesionales shiíes –mafias
locales– y entre éstas y las fuerzas de seguridad iraquíes se han
extendido a otras provincias del centro-sur y sur de Iraq, en un
escenario de pugna esencialmente marcado por la confrontación entre
la corriente de Moqtada as-Sáder y el Consejo Supremo Islámico en
Iraq de al-Hakim. Con este telón de fondo de enfrentamiento dentro
del campo confesional shií y de ascenso del clérigo as-Sáder [20],
éste y el gran ayatolá as-Sistani se reunían en privado en Nayaf a
mediados de junio en su primer encuentro en tres años a fin de
“[…] intercambiar puntos de vista respecto a las condiciones políticas
y de seguridad en Iraq” –según declaró un portavoz de as-Sistani
[21]. Muy inteligentemente, as-Sáder se distancia de la actuación
del gobierno de al-Maliki –asociado a los ocupantes, extremadamente
debilitado y muy desacreditado popularmente– y reclama un lugar
propio en campo confesional shií, haciendo ostentación de compromiso
nacionalista mientras los milicianos del Ejército del Mahdi, antes
que dirigir sus ataques contra los ocupantes, lo hacen contra los
sectores seculares y anti-ocupación, o proceden a desalojar por el
terror a los sunníes de barrios mixtos en la capital.
Sin
embargo, pese a haber retirado a sus seis ministros del gobierno de
Nuri al-Maliki, la permanencia en el parlamento de los 30 diputados de
la corriente de as-Sáder sigue siendo crucial para el mantenimiento
de la hegemonía del bloque confesional shií en las instituciones
creadas por EEUU. Ciertamente, el gobierno de Nuri al-Maliki atraviesa
una notoria crisis tras la salida de 13 de sus ministros en las últimas
semanas: los seis de as-Sáder, los seis del Frente de Acuerdo Iraquí
(la mencionada coalición de partidos definidos como arabo-sunníes) y
el de Justicia. Con tal precariedad, pero aprovechando la coyuntura,
el disminuido gobierno de al-Maliki ha aprobado una revisada ley del
petróleo que el Parlamento deberá ratificar [22]. Las presiones de
EEUU para la aprobación de la ley del petróleo, primero por el
gobierno y luego por el Parlamento, son muy fuertes.
Sobre
el terreno los operativos militares de los ocupantes, las incursiones
de limpieza sectaria de las milicias confesionales shiíes en Bagdad y
su periferia sur –retroalimentadas sin duda por los ataques masivos
indiscriminados atribuidos a Al-Qaeda–, y los enfrentamientos entre
milicias y cuerpos de seguridad shiíes prefiguran una ruptura
territorial del país que algunas instancias internacionales plantean
como “la única alternativa” para Iraq [23]. Tras ello, está la
gestión por nuevas oligarquías locales del petróleo iraquí con
fuerte implicación de las compañías petrolíferas internacionales
y, más allá de esto, quizás la única salida que les queda a EEUU y
Reino Unido, incapaces de controlar militarmente Iraq.
Notas
de IraqSolidaridad:
(*)
Carlos Varea es coordinador de la CEOSI.
1.
The Washington Post, 5 de julio, 2007.
2.
The Washington Post, 5 de julio, 2007.
3.
HAQ Agency, 10, 13 y 14 de junio de 2007. Véase en IraqSolidaridad:
James Cogan: El clérigo as-Sáder se ofrece para desempeñar un papel
más relevante en el Iraq ocupado. Moqtada as-Sáder: Nadar y guardar
la ropa.
4.
Al-Jazeera, 1 y 2 de julio de 2007.
5.
Uruknet, 7 de julio de 2007.
6.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: La población rechaza los métodos
de violencia sectaria e indiscriminada de Al-Qaeda en Iraq. Combates
en Bagdad y Baquba entre la resistencia iraquí y Al-Qaeda y enlaces
relacionados.
7.
McClatchy Newspaper, 5 de julio de 2007.
8.
Az-Zamán, 26 de junio de 2007.
9.
Véase en IraqSolidaridad: Alí al-Fadhily: El Pentágono fracasa en
su intento de aprovechar a su favor la creciente oposición popular a
la actuación de Al-Qaeda. Se disuelve el Consejo de Salvación de
al-Anbar, auspiciado por EEUU.
10.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Grupos islamistas de la
resistencia iraquí critican públicamente a Al-Qaeda en Iraq. EEUU
registró en abril el mayor número de bajas en seis meses y Reino
Unido desde enero de 2005 y Carlos Varea: Con 173.000 soldados, EEUU
alcanza la cifra más alta de tropas desde el inicio de la guerra.
Ofensiva sin precedentes de la resistencia iraquí.
11.
Datos recogidos en Iraq Coalition Casualties Count:
http://icasualties.org/oif/. El ataque contra el contingente español
en el sur de Líbano y el reparto paritario de muertos de nacionalidad
española y de otros países puede servir para estimar el número real
de bajas estadounidenses en combate en Iraq, entre las que no se
contabilizan las de soldados aún no nacionalizados, hasta un tercio
del total, se afirma.
12.
Associated Press, 29 de junio de 2007.
13.
Nermeen al-Mufti, “More death and political intrigue”, Al-Ahram
Weekly, 5 de julio de 2007.
14.
Véase en IraqSolidaridad: IRIN: Tras un mes de cierre militar, las
fuerzas de ocupación impiden la entrada de ayuda humanitaria. Faluya,
bajo asedio. La implicación directa de tropas de EEUU en un nuevo
operativo en al-Anbar demuestra que el intento de formar a milicias
locales para la lucha contrainsurgente –el denominado Consejo de
Salvación de al-Anbar– ha fracasado. 15. Véase Nota 9.
16.
The Washington Post, 29 de junio, 2007.
17.
BBC News, 28 de junio de 2007.
18.
Az-Zamán, 27 de junio de 2007.
19.
Véase en IraqSolidaridad: Ghaith Abdul-Ahad: Las tropas británicas
se inhiben ante el dominio de la ciudad por las milicias confesionales
shiíes. “Bienvenidos a Teherán”: Irán asume el control de
Basora y enlaces relacionados.
20.
Véase en IraqSolidaridad: James Cogan: El clérigo as-Sáder se
ofrece para desempeñar un papel más relevante en el Iraq ocupado.
Moqtada as-Sáder: Nadar y guardar la ropa.
21.
Az-Zamán, 16 de junio de 2007.
22.
Véase en IraqSolidaridad: James Cogan: Al-Maliki, sometido a fuertes
presiones de EEUU y con una grave crisis interna. El gobierno iraquí
aprueba un nuevo borrador de la ley de petróleo.
23.
Véase el reciente documento de la Institución Brookins The Case for
Sofá Partition in Iraq, de junio de 2007.
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