La ocupación está provocando un desastre
humanitario
Culpables de genocidio
Por Sara Flounders
Red Voltaire, 21/09/07
Si se sacaran a la luz todas las
dimensiones que tiene el horror que la ocupación estadounidenses ha
creado en Irak y se les hiciera frente, la indignación mundial llegaría
hasta tal extremo que no continuaría la ocupación. Una gran cantidad
de informes que han sido ampliamente ignorados por la corriente
dominante de la prensa, o que los han mencionado sólo de pasada
confirman un nivel sin precedente alguno de destrucción de las
infraestructuras esenciales, de pérdida de vidas y de desplazamiento
generalizado de personas.
Hay más de cuatro millones de refugiados iraquíes
y más de un millón de muertos. EL 70% de la población infantil no
va al colegio. Con todo, estos informes y estadísticas no empiezan a
contar la historia de destrucción y violencia ocasionadas por la
ocupación estadounidense.
Iraq, que era un país moderno e industrializado
antes de la primera guerra contra Estados Unidos en 1991, se encuentra
ahora bajo la ocupación estadounidenses y se enfrenta a una catástrofe
y a una desintegración nacional. Su sistema de salud pública, que
antes fue internacionalmente elogiado además de gratuito, se
encuentra hoy en una situación caótica. Su milenario patrimonio
cultural ha sido saqueado y destrozado.
Durante los 12 años de sanciones, desde agosto
de 1990 hasta marzo de 2003, impuestas por Estados Unidos y que
crearon una enorme hambruna, toda la población de Iraq seguía
estando alfabetizada y luchaban por mantener el suministro de agua
potable y de electricidad, y unas raciones alimenticias básicas para
su población de 25 millones de personas.
Ahora, según Oxfam y una red de 80 agencias de
ayuda, 8 millones de personas, esto es, casi una tercera parte de la
población, necesita ayuda de emergencia.
El movimiento contra la guerra de occidente debe
centrar su atención en los informes que exponen la violencia que todo
lo invade de la ocupación estadounidense. Si no, los medios
dominantes son capaces de “da la vuelta a la tortilla” acerca de
quién es el responsable de la violencia actual de Iraq. Estos medios
echan sistemáticamente la culpa de horror que se está desarrollando
al pueblo iraquí y no a los estadounidenses.
Los medios dominantes generalmente está dando
una amplia cobertura diaria a los sones de tambor procedentes de los
políticos estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, que
se frotan las manos y describen el caos y la violencia que seguirá a
la retirada del ejército estadounidense. Este tema constantemente
repetido se entreteje con la cobertura de los ataques sectarios y
aparentemente sin sentido contra civiles por parte de “fuerzas
terroristas”. En cada artículo de noticias se describe al ejército
estadounidense tratando de acabar con la “violencia sectaria” e
intentando desesperadamente de traer orden y seguridad.
Resistencia a la violenta ocupación
Lo que los medios buscan centrándose
constantemente en los tumultos y en la aparentemente indiscriminada
violencia, supuestamente cometida por milicias iraquíes
contendientes, es ocultar la violencia total de la ocupación. También
distorsionan quién es la resistencia y cuáles son los principles
actos en los que están comprometidos los luchadores de la
resistencia. Según el informe del Brookings Institution —Iraq
Index, 23 de agosto—los ataques de la resistencia de todo tipo
durante el año pasado, incluyendo bombas en las carreteras, ataques
con misiles, ataques suicidas y coches bombas, aumentaron de 4.000 a
5.000 al mes, o lo que es lo mismo, más de 15 ataques al día.
El informe contiene un gráfico que demuestra que
la inmensa mayoría de los ataques de la resistencia son ataques
contra el ejército estadounidense y las fuerzas de seguridad iraquíes,
no contra civiles. Según este gráfico, el objetivo del 80 al 85 % de
los ataques son la ocupación y sus colaboradores.
Sin embargo, para el imperialista ejército de
ocupación, toda la población iraquí se ha convertido en enemigo y
es tratada con una represión brutal y absoluta, y provocando una
destrucción generalizada.
El último envío de tropas estadounidenses ha
aumentado el número éstas en Iraq hasta 170.000 soldados. También
hay más de 200.000 “contratistas privados” o mercenarios. Según
Jeremy Scahill, autor de “The Mercenary Revolution” [“La
revolución mercenaria”], estos mercenarios no responden a ninguna
autoridad o ley. Las autoridades de la ocupación estadounidenses han
garantizado a estos mercenarios una inmunidad total ante cualquier
acusación o bien por parte de la ley iraquí o de las leyes militares
estadounidenses. Los contratistas pueden interrogar o torturar a
prisioneros, hacer labores de inteligencia y matar al azar.
La revista médica británica The Lancet ha
publicado dos estudios sobre las muertes debidas a la invasión de
Iraq y a su continua ocupación. Los estudios de 2004 y 2006
calcularon el numero de muertes causadas por la ocupación, tanto
directa como indirectamente. El informe de The Lancet de 2006 informó
de que el cálculo más correcto del estudio era que desde junio de
2006 habían muerto 655.000 iraquíes más de lo que se podría haber
esperado en una situación de no–guerra.
Desde entonces han pasado otros 14 meses de un
caos y de una violencia aún mayores que pueden haber aumentado el número
de muertos hasta cerca de un millón.
Las agencias de Naciones Unidas, como el Alto
Comisionado de NNUU para los Refugiados, informan de que el 70% de la
población iraquí carece de acceso al agua corriente y que el 80%
carece de servicios sanitarios efectivos. La Organización Mundial de
la Salud ha constatado un aumento en los casos de diarrea y cólera
debido al agua para beber contaminada.
El informe de Oxfam afirma que “los servicios
de sanidad pública están generalmente en una situación catastrófica
en la capital, en las principales ciudades y por los gobernorados”.
El 40% de los iraquíes se encuentran ahora sumido en la “pobreza
absoluta”. La tasa de paro asciende al 50 %. Desde que Estados
Unidos impuso las sanciones a Iraq [en agosto de 1990] mucha gente
tuvo que depender de las raciones alimenticias repartidas por el
gobierno y desde que empezó la ocupación su número ha aumentado.
Pero la mayoría de los más de dos millones de desplazados internos
en Iraq no pueden conseguir raciones subvencionadas porque no están
registrados en sus nuevos hogares.
Muchas escuelas están cerradas y los edificios
han sido ocupados por las personas sin hogar. Más del 40% de los
profesores de Iraq, ingenieros, personal médico y otros profesionales
esenciales han abandonado el país desde 2003.
Crisis de refugiados y prostitución
Al menos otros dos millones y medio de iraquíes
han huido a países cercanos. Cientos de miles han agotado sus
ahorros. Unos 500.000 de los refugiados son niños en edad escolar que
tiene un acceso limitado a la educación o carecen totalmente de él.
Los informes afirmas que para muchos miles de
mujeres, que se han convertido en cabeza de sus familias, la
prostitución se está convirtiendo en uno de los únicos medios de
alimentar a sus familias. El London Independent, el New York Times,
MSNBC y otros medios de comunicación, junto con Amnistía
Internacional, confirman los informes sobre el aumento de la
prostitución infantil y del tráfico de niños iraquíes.
Hana Ibrahim, fundadora del grupo de mujeres
iraquíes Women’s Will en Siria calcula en 50.000 el número de
mujeres obligadas a entrar en el tráfico sexual porque sus maridos y
padres han muerto y a ellas se les prohíbe trabajar legalmente. Una
familia tienen pocas opciones para sobrevivir.
El programa de Amnistía International de Oriente
Próximo y norte de África describe a la cada vez mayor población
refugiada como “una crisis humanitaria que puede acabar con la
zona”.
Refugee International informa de que entre 40.000
y 50.000 iraquíes más huyen de sus casas cada mes lo que convierte a
esta crisis de refugiados en la que más rápidamente crece del mundo.
Colaboracionistas incapaces de gobernar
En Iraq no existe actualmente un gobierno capaz
de organizar o de proporcionar servicio social alguno: no hay
seguridad, ni servicios sanitarios, ni escuelas, ni electricidad o
agua potable. No son más que un puñado de corruptos
colaboracionistas con los estadounidenses, altos cargos de los
ministerios que viven en la Zona Verde estadounidense bajo la protección
de Estados Unidos. No se atreven a aventurarse fuera de ella. Los
contratistas estadounidenses se han dado cuenta de que no tienen a
nadie sobre el terreno en la administración local que acepte los
proyectos fraudulentos con los que los contratistas inflan los
contratos que presentan al gobierno.
Cuanto más tiempo se queden las tropas
estadounidenses en Iraq, mayor será la destrucción y la violencia.
La única solución de la ocupación es tratar de ahogar a la
resistencia en sangre y fragmentar la sociedad con tácticas de divide
y vencerás. Esta ha sido la postura de Washington desde los primeros
días de los bombardeos de la operación “Espanto y Pavor”.
Las contrapartidas que la ocupación ha exigido
al gobierno títere de Nouri al–Maliki y al Parlamento iraquí
incluyen firmar la renuncia completa al futuro control de los recursos
petrolíferos de Iraq. Estas exigencias descaradamente coloniales lo
único que hacen es aumentar la determinación de la mayoría de los
iraquíes de resistir a la ocupación por todo los medios posibles.
Más que nunca Iraq necesita a un despierto
movimiento mundial que haga frente a las interminables excusas
estadounidenses para seguir con la ocupación. Un movimiento que exija
que se ponga fin a todos los fondos destinados a esta guerra criminal.
Y ello para que el ejército estadounidense salga de Iraq y de la
zona. Que exija reparaciones al gobierno soberano de Iraq que con toda
seguridad sustituirá al régimen colaboracionista de modo que Iraq
pueda recuperarse del desastre que el imperialismo estadounidense ha
impuesto a su pueblo.
Fuentes utilizadas en este artículo:
•
The Lancet, Survey 2, 11 de octubre de 2006, “The Human Cost of the
War in Iraq: A Mortality Study, 2002–2006”, por Gilbert Burnham,
Shannon Doocy, Elizabeth Dzeng, Riyadh Lafta y Les Roberts.
•
Oxfam, “Rising to the Humanitarian Challenge in Iraq”, julio de
2007.
•
Brookings Institution Report,
www3.brookings.edu/fp/saban/iraq/index.pdf.
• UNHCR, cifras de los refugiados en marzo de
2007.
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