Medio Oriente

 

Plan colonialista II

¿Qué es el nuevo “Amplio Oriente Medio y Norte de África”?

Por Loles Oliván
CSCAweb, 14/06/04

La consideración previa y obligada que cabe hacer al abordar el análisis de la Iniciativa para un Amplio Oriente Medio y Norte de África, como antes de la del "Gran Oriente Medio" promovida por EEUU y el G-8 es a qué escenario concreto está destinada. La nomenclatura geopolítica estadounidense denomina tradicionalmente Middle East (Oriente Medio en su traducción al castellano) al espacio geográfico que abarca al occidente árabe -Magreb, incluido Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia-, el oriente árabe -Maxreq-, la zona del Golfo arábico-pérsico -al-Jalish-, además de Irán, Afganistán, Pakistán, Turquía y el Estado de Israel. Esta designación se estableció en la perspectiva anglosajona desde el periodo colonial y posterior. La región del Golfo Arábigo Pérsico, igualmente incluida, recibe también la denominación de Gulf ("Golfo).

La denominación geopolítica de Middle East, traducida comúnmente al castellano como Oriente Medio pretende integrar en un mismo escenario regional a espacios humanos, políticos, económicos y socio-culturales muy diversos en los que las identidades comunitarias o nacionales pierden su referente. Por ejemplo, siendo el Mundo Árabe una de las regiones fundamentales que integran el Middle East anglosajón, esta designación opera en la exclusión del definitorio referente de la arabidad de esa región. Igualmente, en la designación colonialista francesa Prochain Orient (Oriente Próximo, en castellano), el referente árabe se diluye en una designación geográfica que separa al Magreb del Maxreq y de los países árabes del Golfo. Ambas designaciones, de cuño colonial, inventadas e impuestas por las potencias de Gran Bretaña y Francia frente a las designaciones autóctonas árabes -Magreb, Maxreq y al-Jalish- tomaron auge con la creación del Estado de Israel hasta llegar a consolidarse en la época actual creando nuevos referentes geográficos que han operado tradicionalmente a favor de la fragmentación espacial, cultural y política del Mundo Árabe y en contra del concepto identitario e intregrador que la arabidad expresa para los pueblos árabes a lo largo de su geografía.

Siendo pues el Middle East un concepto creado desde Occidente, su supuesto componente integrador se deriva exclusivamente de la aproximación -y de la lógica de penetración e intervención- que la política exterior occidental ha establecido en la época contemporánea en esa parte del mundo.

Frente a las identidades nacionales que en el caso del Mundo Árabe han nutrido la cultura política de sus pueblos -la arabidad y el arabismo desembocados en el proyecto del nacionalismo árabe- el Occidente capitalista, y muy particularmente EEUU y Europa han fomentado la lógica de recrear referentes en los que se incentivan o se respaldan componentes que, como el confesionalismo confluyen con los criterios de división y fragmentación más convenientes a la lógica del intervencionismo exterior. No es casual que el colonialismo europeo primero y el imperialismo estadounidense después, creasen y desarrollasen modelos de Estados o entidades basados en la exclusividad y/o división confesional -Arabia Saudí, en 1932, Líbano, en 1941- que posteriormente, junto a la instauración del proyecto sionista de desarabizar y judeizar Palestina a través de la creación y legitimación del Estado de Israel, en 1948, han resultado muy útiles para impedir la realización de las aspiraciones colectivas de emancipación e independencia de los pueblos árabes desde criterios nacionales propios e integradores en los que el panarabismo resultaba, por su agregado componente ideológico de soberanía, progreso y laicismo, muy contrario a los intereses de dominación occidental en la región.

La nueva designación que ahora propone EEUU con la nueva “Iniciativa para un Amplio Oriente Medio y Norte de África" constituye un paso más en la creación de un nuevo referente que ampliado desde un nuevo criterio de aséptica identidad medioriental [1], pretende extenderse, aunque no se define explícitamente, desde Mauritania, en el norte de África hasta Afganistán, Pakistán e Irán en el Asia central, diluyendo todavía más el referente árabe hasta anularlo.

A modo de ilustración acerca de cómo la disolución de la identidad árabe es un objetivo permanente de la política exterior estadounidense, merece la pena recordar que en el diseño de una constitución transitoria de Iraq el pasado marzo -aprobada ilegítimamente por ser fruto de la ocupación de EEUU- se rompió por primera vez en la historia de las constituciones árabes contemporáneas con la definición de Iraq como país árabe miembro de la Nación Árabe.[2]

Notas:

1. Véase en CSCAweb: Ibrahim Alloush: Jordania y la estrategia sionista en el Mundo Árabe y Alloush, I.: Globalización, Sionismo y Mundo Árabe, en Nación Árabe, núm. 49, Año XVIII, Verano 2003.

2. Véase en CSCAweb: Rubricada la Constitución provisional para Iraq: libertades formales, ocupación efectiva.

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