Siria—Irán
Proponen
un "frente unido" para enfrentar a EEUU
IAR-Noticias,
18/02/05
Tras el
asesinato en Beirut del ex premier libanés Rafik Hariri, y luego de
las amenazas de EEUU e Israel a Damasco, Irán salió a decir que
apoyará a Damasco ante los "desafíos y amenazas" que
enfrenta.
De
esta manera nace la propuesta un "frente unido" entre los
dos países que la Casa Blanca y el Pentágono tienen en la mira, acusándolos
de supuesta colaboración con el "terrorismo".
"Estamos
preparados para ayudar a Siria en todos los campos para hacer
frente a las amenazas", declaró el vicepresidente iraní
Mohammad Reza Aref, luego de una reunión con el primer ministro sirio
Mohammad Naji Otari en Teherán.
"Nuestros
hermanos sirios afrontan amenazas específicas y nuestro deseo es que
puedan beneficiarse de nuestra experiencia", agregó. Aunque no
lo dijo explícitamente, quedó claro que no descarta el capítulo
militar ante un eventual ataque de EE.UU.
"En
este momento delicado, los dos países deben forjar un frente unido
debido a sus múltiples retos", señaló por su parte el
premier sirio, en un mensaje que transmitió la TV estatal iraní.
Luego,
en una entrevista a la agencia oficial iraní Irna, Otari afirmó
que "las relaciones entre Teherán y Damasco siempre se han
basado en la cooperación y la coordinación políticas y económicas
en el plano regional e internacional", y consideró
"brillantes" las perspectivas futuras de cooperación "a
pesar de las amenazas estadounidenses".
Esta
alianza se convierte en un nuevo desafío para gobierno de George Bush,
que en las últimas semanas envió fuertes advertencias a sus dos
enemigos.
La
presión contra Damasco se multiplicó tras el atentado con un coche
bomba, el lunes, que mató al ex premier Hariri y a otras 16 personas.
Washington
sospecha que Siria estuvo detrás del ataque y el martes retiró
a su embajadora en Damasco, Margaret Scobey. Ayer, EE.UU. volvió a
exigir el retiro de los 15.000 soldados que Siria mantiene en el Líbano
desde el fin de la guerra civil libanesa, en 1990, por "acuerdo
de amistad".
Bush
acusa a Siria de favorecer la violencia en Irak y apoyar a las
organizaciones extremistas islámicas hostiles a Israel, como Hamas y
Hezbollah. Y lo mismo dice de Irán, al que acusa además de intentar
obtener la bomba atómica. Por eso la Casa Blanca no descarta una
intervención militar a ese país.
Ayer
mismo, el nuevo jefe de la CIA, Porter Gross, dijo ante el Congreso de
EE.UU. que Irán busca "producir misiles de largo alcance"
y da refugio "a exponentes importantes de Al Qaeda". Esta es
una interpretación problemática porque Irán siempre rechazó a
Osama bin Laden, el jefe de la red terrorista, y los talibanes
afganos por repudiar su visión extrema del islam.
Sin
embargo, mientras EE.UU. tiene intenciones de llevar este tema a la
ONU, el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica
(AIEA), Mohammed El Baradei, aseguró ayer al diario The Washington
Post que Irán no tiene armas nucleares. El proceso que se está
desarrollando en relación a Irán se parece mucho al escenario previo
a la presentación del caso de Irak ante la ONU, en 2002, cuando Bush
decidió lanzar la invasión aún sin el visto bueno del Consejo de
Seguridad.
La
Casa Blanca considera también la aplicación de sanciones a Siria
por su negativa a retirar sus tropas del Líbano. El subsecretario de
Estado, William Burns, dijo en Beirut, donde asistió a los funerales
del ex premier, que "el asesinato de Hariri debe ayudar a que el
Líbano sea libre de la presencia siria. La secretaria de Estado,
Condoleezza Rice, en tanto, señaló que "el gobierno sirio
desgraciadamente no va hacia una mejora de sus relaciones con nosotros
sino hacia un deterioro".
Mientras,
el gobierno iraní acusó ayer EE.UU. de enviar aviones espía no
tripulados sobre las instalaciones nucleares iraníes.
El
ministro de Inteligencia iraní, Ali Yunesi, atribuyó estas
actividades a la CIA, y advirtió que "si un objeto volador se
acerca será disparado y destruido".
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