Obscuras
fuerzas quieren atizar nueva guerra en el Medio Oriente
¿Qué
hay detrás del asesinato de Hariri?
Entrevista a Mohamed
Hassan (*), especialista del Medio Oriente
Por David Pestieau y Luc van Cauwenberghe
Agencia IPI, 03/03/05
Bruselas.- Hariri,
ex-primer ministro libanés (de 1992 a 1998 y del 2000 a 2004) fue
asesinado el 14 de febrero pasado en un atentado en Beirut. La oposición
libanesa, con el apoyo de Estados Unidos y Francia, atribuye la
responsabilidad a Siria y exige la retirada de los 14,000 soldados
sirios estacionados en Líbano. ¿Tenía Siria algún interés en
asesinar a Hariri? ¿Cuáles son los objetivos reales que nos están
ocultando? Les presentamos las respuestas de Mohamed Hassan,
especialista del Medio Oriente.
¿Quién era
Hariri y qué puede haber detrás de su asesinato?
Mohamed Hassan:
Hariri era un hombre de negocios proveniente de una familia corriente
y pobre del Líbano. En los años 60 emigró a Arabia Saudita donde se
hizo muy rico. Regreso al Líbano donde fue dos veces Primer ministro.
Tuvo siempre buenas relaciones con Siria
y con todas las fuerzas nacionalistas libanesas. Pero como utilizaba
el aparato estatal para seguir aumentando su fortuna personal, sobre
todo en el sector de la especulación inmobiliaria, también tenía
enemigos.
Hariri se convirtió
en Primer ministro después de los acuerdos de Taif (ciudad de Arabia
Saudita), firmados en 1989, que pusieron fin a la guerra civil
libanesa (1975-1990). La presencia de las tropas sirias fue aceptada
en aquel entonces como un factor estabilizador. Todas las fuerzas
nacionalistas deseaban la presencia de las tropas sirias. No hay que
olvidar que Israel ocupaba aún el sur del Líbano. Los propios
Estados Unidos, Arabia Saudita y Francia aceptaban entonces la
presencia siria. En aquel momento no se hablaba de «colonización
siria» como hacen algunos actualmente. Se suponía que las tropas
sirias se irían después de la estabilización, aunque los acuerdos
de Taif no fijaban ningún calendario al respecto.
¿Si Israel se
retiró del sur del Líbano en el 2000, por qué se quedaron las
tropas sirias?
Mohamed Hassan: En el
2000, con la retirada de Israel, apareció una situación nueva. El
movimiento islámico Hezbollah controla el sur del Líbano. Los
falangistas cristianos proisraelíes se van a Israel y, los que se
quedan en Líbano, se ven marginados. En esa situación, Siria ejercía
un papel de reconciliador. Sin la presencia de Siria posiblemente se
hubieran producido actos de venganza contra los falangistas. Además,
los nacionalistas necesitaban que las tropas sirias se quedaran para
proteger los campamentos palestinos. Recordemos las masacres que los
falangistas perpetraron allí (Sabra
y Chatila) en 1982, con el visto bueno de Sharon.
¿Estaría Siria
detrás del asesinato de Hariri?
Mohamed Hassan: Más
bien Estados Unidos. Para comprender mi punto de vista hay que tener
una visión de conjunto del Medio Oriente. Estados Unidos enfrenta un
problema muy serio en Irak,
país que no logra estabilizar. Organizó allí unas elecciones
que no tienen ninguna consecuencia concreta para la población. El único
apoyo que tiene el gobierno [iraquí] es el ejército norteamericano.
La formación de un ejército iraquí es prácticamente nula.
La
resistencia
se organiza cada día más. Más de 30 ciudades están prácticamente
liberadas. Lo único que el ejército norteamericano puede hacer en
ellas es pasar por allí pero no ejerce ningún control local. Ante su
impotencia para controlar la situación [los estadounidenses] señalan
con el dedo a Siria
e Irán. El ministro iraquí de Defensa del gobierno
pronorteamericano de Alaui
acusa entonces explícitamente a esos países.
La célebre televisión
de Qatar Al-Jazeera presentó el 24 de febrero pasado un video
proveniente de la televisión iraquí que trata de probar que muchos
miembros de la resistencia iraquí son entrenados por los servicios
secretos sirios, aún cuando la CIA afirmaba hace solamente unos meses
que la mayoría de los terroristas venían de Arabia Saudita. O sea,
¡los norteamericanos preparan el pie para el zapato en vez de
preparar el zapato para el pie!
¿Por qué apuntan
precisamente a Siria?
Mohamed Hassan: Siria
estableció una alianza con Irán. No se trata solamente de una
alianza táctica sino también estratégica. Irán es un país rico
que se prepara para entrar al Grupo de Shangai, al que pertenecen
China, Rusia... Irán firmó con China un gran contrato para la venta
de petróleo por 170,000 millones de dólares. La India y Japón han
firmado también importantes contratos. Estados Unidos quiere sacar a
todo el mundo del Medio Oriente, pero los demás siguen llegando.
Al atacar a Siria,
Estados Unidos la presiona para que rompa su alianza con Irán y ponga
fin a su apoyo al Hezbollah y a la resistencia palestina. Pero el
gobierno no se ha intimidado y ha mantenido su política. Incluso
acaba de establecer un pacto común con Irán.
Ambos países apoyan
en el sur del Líbano al Hezbollah, que expulsó de allí a Israel en
el 2000 y que sigue presionando a Israel para que evacue hasta el último
pedazo de tierra ocupada. Debilitar a Siria, el último país árabe
que mantiene una política nacionalista de independencia, equivale a
reforzar los gobiernos árabes que colaboran con Estados Unidos, como
Egipto y Arabia Saudita.
¿Qué fuerzas
libanesas apoyan la retirada de Siria actualmente?
Mohamed Hassan: Los
falangistas, las milicias cristianas apoyadas desde siempre por
Israel. Después están las familias feudales con Chamael, Wallid
Jumblatt y otros que quieren recuperar sus antiguos privilegios.
Por otro lado, con el
cambio demográfico, actualmente el 50% de la población libanesa es
chiíta. Las organizaciones políticas que representan a la comunidad
chiíta, el Hezbollah y Amal, son prosirias. Otros componentes, como
la burguesía de origen cristiano, se dan cuenta que podrían no tener
ya ninguna influencia. Finalmente, a nivel regional, los regimenes con
carácter comprador de Arabia Saudita, Jordania y Egipto apoyan el
retiro al igual que las fuerzas libanesas ligadas a ellos.
¿Hay que temer
una intervención militar contra Siria?
Mohamed Hassan: Una
intervención militar es el último recurso, antecedido de todo un período
de presiones y de intervenciones de todo género. Pero las sanciones y
presiones son una forma de guerra.
Ante un estancamiento
en Irak, Estados Unidos busca enemigos exteriores. Al igual que
hicieron cuando la guerra contra Vietnam, bombardeando Camboya y Laos,
hoy podrían bombardear Siria e Irán. Porque la resistencia en Irak
aumenta el apoyo entre los nacionalistas en Siria e Irán e impide el
desarrollo de la burguesía de tipo comprador. Pero, si se deciden a
bombardear Siria e Irán, eso no hará más que reforzar la corriente
nacionalista antinorteamericana entre los pueblos árabes.
Nacionalismo árabe,
una historia agitada
Mohamed Hassan nos
explica acerca del nacionalismo árabe: En 1952, el nacionalista árabe
Nasser tomo el poder en Egipto. En 1956, Francia, Gran Bretaña e
Israel atacan Egipto. Comienza la guerra de Suez, que se termina en
una catástrofe para los agresores. Estados Unidos aprovecha la
coyuntura para debilitar la influencia de Francia y Gran Bretaña en
la región. Los gobiernos nacionalistas de Siria y Egipto establecen
una alianza y crean la República Árabe Unida (RAU) en 1958.
El imperialismo
norteamericano crea el Pacto de Bagdad contra la RAU. Se trata de una
alianza reaccionaria que se apoya en las burguesías con carácter
comprador [1] de
Irak, Jordania, Irán y Líbano. Pero en 1958 la revolución iraquí
asesta el golpe de gracia al Pacto de Bagdad. Ese mismo año, Estados
Unidos envía por primera vez tropas al Medio Oriente, al Líbano.
Gran Bretaña hace lo mismo en Jordania. Se trata de evitar a toda
costa que la revolución iraquí se extienda. Pero no logran contener
el movimiento nacional árabe que aspira a una verdadera
independencia. El nacionalismo sigue desarrollándose en Yemen,
Argelia y Palestina.
En esa época, el Líbano,
tres veces más pequeño que Bélgica (10,230 Km2), se caracteriza por
el confesionalismo (el poder se divide sobre bases religiosas entre
cristianos maronitas, sunnitas, chiítas, drusos...). Existe un
equilibrio precario entre las diferentes minorías religiosas
lideradas por dirigentes con connotaciones feudales. Pero durante los
años 50, el Movimiento de Liberación Nacional Árabe se desarrolló
y se alió a los palestinos.
Un gran número de
refugiados palestinos expulsados de Israel se encontraban
efectivamente en el Líbano. Todo ello condujo a un debilitamiento de
las fuerzas feudales y a una posición de neutralidad del Líbano
entre los países nacionalistas y los regímenes de tipo comprador de
la región. La situación amenazaba con cambiar, lo cual explica la
intervención de Estados Unidos en 1958.
Hoy tenemos una
situación inversa. El Irak nacionalista ha sido destruido pero hay
una resistencia antiimperialista. Egipto se convirtió en un régimen
de tipo comprador que colabora a fondo con Estados Unidos e Israel.
Las burguesías con carácter comprador han prevalecido también en
todos los países árabes, menos en Siria. Si el régimen se debilita
en Siria, o se rinde o es derrocado, eso será una derrota para el
movimiento nacional árabe.
El Hezbollah se
debilitará o desaparecerá, lo cual facilitaría el surgimiento de
una burguesía palestina de carácter comprador, lista a colaborar con
Israel haciendo todas las concesiones posibles. Estados Unidos podrá
imponerse con más facilidad en toda la región e Israel podrá
integrarse a la región imponiendo su propia solución a los
palestinos, que no tendrían ya ningún apoyo externo.
Pero, ese guión
ideal para Estados Unidos es muy poco probable. La resistencia en Irak
continúa desarrollándose. Siria se mantiene firme y se alía con Irán.
La conciencia popular y el antiamericanismo son más fuertes que nunca
en los países árabes, aún cuando el nivel de organización de la
gente en el seno de las organizaciones revolucionarias es muy débil.
Notas:
(*) Mohamed Hassan es
coautor del libro: L’Irak face à l’occupation (Irak frente
a la ocupación).
[1]
La burguesía de tipo comprador es una fracción de la burguesía
cuyos intereses están íntimamente ligados al sistema imperialista.
Un ejemplo es la burguesía saudita que ha invertido gran parte de su
fortuna en Occidente.
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