El
ex jefe de inspectores de armas de la ONU en Iraq denuncia que Bush
está utilizando a grupos terroristas persas para perpetrar atentados
en Irán e instalando bases militares para atacar desde Azerbaiján
La
guerra de EEUU contra Irán ya ha comenzado
Por Scott Ritter (*)
Al–Jazeera,
23/06/05
Reproducido
por Rebelión
Traducido
por Germán Leyens
Los
estadounidenses, como el resto del mundo, comienzan a despertar a la
desagradable realidad de que el presidente George Bush no sólo les
mintió sobre las armas de destrucción masiva en Irak (la excusa
aparente para la invasión de marzo de 2003 y la ocupación de ese país
por fuerzas de EEUU), sino también sobre el proceso mismo que condujo
a la guerra.
El
16 de octubre de 2002, el presidente Bush dijo al pueblo
estadounidense que “no he ordenado el uso de la fuerza. Espero que
el uso de la fuerza no resulte necesario”.
Ahora
sabemos que esa declaración en sí fue una mentira, que el
presidente, a fines de agosto de 2002, había, en realidad, aprobado
las órdenes de “ejecutar” autorizando a las fuerzas armadas de
EEUU a comenzar operaciones militares activas dentro de Irak, y que
esas órdenes ya estaban siendo implementadas en septiembre de 2002,
cuando la Fuerza Aérea de EEUU, con el apoyo de la Real Fuerza Aérea
británica, comenzó a expandir sus bombardeos de objetivos dentro y
fuera de la así llamada zona de no–vuelo en Irak.
Estas
operaciones tenían por objetivo debilitar las capacidades de defensa
aérea y de comando y control de Irak. También preparaban el camino
para la inserción de unidades de Operaciones Especiales de EEUU que
realizaron operaciones de reconocimiento estratégico, y
posteriormente acciones directas contra objetivos específicos dentro
de Irak, antes del comienzo de las hostilidades el 19 de marzo de
2003.
El
presidente Bush había firmado una conclusión clandestina a fines de
la primavera de 2002, que autorizaba a la CIA y a las fuerzas de
Operaciones Especiales de EEUU a despachar unidades clandestinas al
interior de Irak con el propósito de eliminar del poder a Sadam
Husein.
El
hecho es que la guerra de Irak había comenzado a principios del
verano de 2002, si no antes.
La
violación del espacio aéreo de una nación soberana es un acto de
guerra propiamente tal. Pero la guerra con Irán ha ido mucho más
lejos de la fase de la búsqueda de inteligencia. La línea cronológica
de los eventos tiene ramificaciones que van más allá de
trivialidades históricos o de la investigación política de los
eventos del pasado.
Representa
un historial de precedentes por parte de la administración Bush que
debe ser considerado al considerar los actuales eventos respecto a las
relaciones EEUU–Irán. Tal como fue el caso con Irak antes de marzo
de 2003, la administración Bush habla actualmente de “diplomacia”
y de su deseo de resolución “pacífica” del problema iraní.
Pero
los hechos hablan de otra agenda, la de la guerra y de la eliminación
por la fuerza del régimen teocrático, que actualmente tiene las
riendas del poder en Teherán.
Como
en el caso de Irak, el presidente ha preparado el camino para el
condicionamiento del público estadounidense y de medios más que
obsecuentes en su aceptación sin análisis de los méritos de una política
de cambio de régimen en Irán, vinculando el régimen de los ulemas
con un “eje del mal” (junto con el recién “liberado” Irak y
Corea del Norte), y hablando de la necesidad absoluta de extender la
“democracia” al pueblo iraní.
La
“liberación” y la extensión de la “democracia” se han
convertido en dos nombres de código no–demasiado–sutiles,
significando militarismo y guerra, dentro de la cábala
neoconservadora que formula y ejecuta la política exterior
estadounidense en la actualidad.
Sólo
por la intensidad de la retórica de “liberación y democracia”,
los estadounidenses ya deberían darse por advertidos de que Irán está
bien fijo en la mirilla como el próximo objetivo para la política
ilegal de cambio de régimen que es implementada por la administración
Bush.
Pero
los estadounidenses, y por cierto gran parte del resto del mundo,
siguen siendo mantenidos en un falso sentido de complacencia por el
hecho de que aún no han comenzado las operaciones militares
convencionales abiertas entre Estados Unidos e Irán.
Por
ello, muchos insisten en la falsa esperanza de que una extensión de
la actual locura en Irak pudiera ser postergada o impedida en el caso
de Irán. Pero es un sueño demencial.
La
realidad es que la guerra de EEUU contra Irán ya ha comenzado.
Mientras escribimos estas líneas, se realizan vuelos estadounidenses
sobre suelo iraní, utilizando aviones teledirigidos y otras
posibilidades más avanzadas.
La
violación del espacio aéreo de una nación soberana es de por sí un
acto de guerra. Pero la guerra contra Irán ha ido mucho más allá de
la fase de acumulación de inteligencia.
El
presidente Bush ha aprovechado los amplios poderes que le fueron
otorgados después del 11 de septiembre de 2001, para lanzar una
guerra global contra el terror y para iniciar varias operaciones
ofensivas clandestinas dentro de Irán.
Las
más visibles de éstas son las acciones respaldadas por la CIA,
emprendidas recientemente por los Muyahidín el–Khalq, o MEK, un
grupo opositor iraní, que solía ser dirigido por los temidos
servicios de inteligencia de Sadam Husein, pero que ahora trabaja
exclusivamente para el Directorio de Operaciones de la CIA.
Es
una amarga ironía que la CIA esté utilizando a un grupo que sigue
clasificado como organización terrorista, un grupo entrenado en el
arte del asesinato con explosivos por las mismas unidades de
inteligencia del régimen de Sadam Husein, que actualmente matan
soldados estadounidenses en Irak, para realizar atentados remotos en
Irán del tipo que la administración Bush condena a diario dentro de
Irak.
Tal
vez el dicho de que “el combatiente por la libertad de uno es el
terrorista del otro” ha terminado por ser adoptado por la Casa
Blanca, poniendo en evidencia la extrema hipocresía de todas las
nociones subyacentes que gobiernan la actual guerra global contra el
terror.
Pero
la campaña respaldada por la CIA de atentados terroristas de los MEK
en Irán no constituye la única acción actual contra Irán.
En
el norte, en el vecino Azerbaiján, los militares de EEUU preparan una
base de operaciones para una masiva presencia militar que precederá
una importante campaña terrestre a fin de capturar Teherán.
El
interés del secretario de defensa, Donald Rumsfeld, por Azerbaiján
podrá haber escapado a la atención de los medios occidentales con
anteojeras, pero Rusia y las naciones del Cáucaso comprenden
demasiado bien que los naipes ya han sido repartidos respecto al papel
de Azerbaiján en la próxima guerra con Irán.
Los
lazos étnicos entre los azeríes del norte de Irán y de Azerbaiján
fueron explotados durante mucho tiempo por la Unión Soviética
durante la Guerra Fría, y este vehículo para la manipulación
interna ha sido aprovechado por los agentes paramilitares de la CIA y
las unidades de Operaciones Especiales de EEUU que se entrenan junto
con fuerzas azerbaijanas para formar unidades especiales capaces de
operar dentro de Irán con el propósito de obtener inteligencia,
realizar acciones directas, y movilizar la oposición local contra los
ulemas en Teherán.
Pero
es sólo un uso que EEUU ha planeado para Azerbaiján. Aviones
militares de EEUU operando desde bases avanzadas en Azerbaiján, tendrán
que volar una distancia mucho más corta al atacar objetivos en y
alrededor de Teherán.
En
realidad, el poder aéreo de EEUU, podrá mantener una presencia de
casi 24 horas al día sobre el espacio aéreo de Teherán una vez que
se inicien las hostilidades militares.
Estados
Unidos ya no tendrá que considerar el empleo de planes del tiempo de
la Guerra Fría que preveían la movilización contra Teherán desde
las ciudades del Golfo Pérsico de Chah Bahar y Bandar Abbas. Unidades
del Cuerpo de Marines de EEUU podrán tomar esas localidades para
proteger el vital Estrecho de Hormuz, pero se ha eliminado la
necesidad de avanzar por el interior.
Ahora
existe una ruta mucho más corta a Teherán – la carretera costera
que va a lo largo del Mar Caspio de Azerbaiján a Teherán.
Los
planificadores militares de EEUU ya han iniciado juegos de guerra que
prevén el despliegue de fuerzas multidivisionales a Azerbaiján.
La
planificación logística está adelantada respecto al establecimiento
de bases de poder aéreo y terrestre de EEUU en Azerbaiján.
En
vista de que el grueso del apoyo logístico y de la capacidad de
comando y control necesarios para realizar una guerra contra Irán ya
ha sido desplegado en la región gracias a la masiva presencia de EEUU
en Irak, el tiempo de preparación para una guerra contra Irán será
considerablemente reducido en comparación con los programas
acelerados que se vieron respecto a Irak en 2002–2003.
EEUU
y las naciones occidentales continúan obsesionados por la actual
tragedia y desastre que es Irak. Por fin comienza a verse un debate
muy necesario en Estados Unidos y otros sitios sobre los razonamientos
para la guerra contra Irak y la fracasada ocupación de posguerra en
Irak.
Normalmente,
esto representaría un cambio positivo. Pero, si todos están ocupados
mirando hacia el pasado, muchos no ven el crimen que está a punto de
ser repetido por la administración Bush en Irán – una guerra
ilegal de agresión, basada en premisas falsas, realizada con poca
consideración por el pueblo de Irán o el de Estados Unidos.
La
mayoría de los estadounidenses, junto con la parte dominante de los
medios de EEUU, están enceguecidos ante los obvios signos de guerra,
esperando, en su lugar, algún tipo de declaración formal de
hostilidades, un momento hecho–para–la–tele, como el del 19 de
marzo de 2003.
Ahora
sabemos que la guerra había comenzado mucho antes. Del mismo modo, la
historia mostrará que la guerra dirigida por EEUU contra Irán no
habrá comenzando una vez que se presente una declaración formal
semejante por parte de la administración Bush, sino que ya había
sido preparada desde junio de 2005, cuando la CIA inició su programa
de atentados terroristas de los MEK en Irán.
(*)
Scott Ritter fue el jefe de inspectores de armas de la ONU en Irak,
1991–1998, y autor de “Iraq Confidential: The Untold Story of
America's Intelligence Conspiracy,” que será publicado por I B
Tauris en octubre de 2005.
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