Los
Palestinos: un pueblo martirizado por la Historia
Por
Bichara Khader (*)
Documento
presentado a la IV Jornadas Internacionales de Derechos Humanos,
Sevilla, 11 al 13/10/03
Dominados
por el Imperio Turco desde 1515 hasta 1917, los palestinos fueron
sometidos al Mandato Británico (1922–1948) que apoyó la Declaración
de Balfour de 1917 y promovió el Mandato británico de 1922–1948.
De esta forma el proyecto sionista puso en marcha un largo proceso de
transformación de un territorio árabe – palestino desde siglos, en
un espacio dominado por los judíos. El punto culminante de esa
transformación fue la creación del Estado de Israel en el corazón
del Mundo árabe el 15 de mayo 1948. Una resolución de las Naciones
Unidas del 27 de noviembre 1947 otorgó a este Estado 56 % del
territorio palestino, sin consultar a sus propietarios legítimos, a
pesar que los judíos que habían inmigrado a Palestina, no poseían más
del 5, 5 % de este territorio. Pero ya en 1949, y como consecuencia de
la primera guerra árabe–israelí, Israel se apodero del 78 %, y
ocupó los 22 % restantes (Cisjordania y Gaza ) durante la guerra de
I967.
Estos
breves apuntes revelan como los palestinos son un pueblo al que la
historia le ha dado la espalda. Desde el inicio del proyecto sionista,
de crear en la Palestina árabe "un estado judío" (véase
el libro de Theodore Herzl de 1896 llamado "Judenstaat") la
historia de los palestinos ha sido un largo río tumultuoso de sangre,
de lágrimas y de exilio. La duplicidad de los ingleses, el apoyo de
Occidente al sionismo antes y después de I945, las traiciones de
jefes de Estados árabes corruptos, y la incompetencia de los propios
dirigentes palestinos, todo esto ha sido pan bendito para el
movimiento sionista desde Ben Gurion hasta Sharon
Esta
historia ha sido ampliamente documentada pero cada protagonista ha
contado su versión. Hasta los últimos veinte años, la versión
israelí de la historia del conflicto árabe –israelí se
beneficiaba en Occidente de una aceptación casi indiscutida, con la
excepción de unos sectores informados y sensibilizados a la política
internacional. Afortunadamente, por muchas razones , entre ellas, la
propia resistencia del pueblo palestino a la dura represión israelí,
el ciudadano de Europa, está más al tanto del abecedario del
conflicto.
Lamentablemente
la narrativa histórica del tema palestino se limita a cuestiones
tales como: el análisis de la génesis de la cuestión israelí–árabe,
el desarrollo del movimiento nacional palestino, el discurso político
o ideológico de las organizaciones palestinas o las actuaciones de
los actores externos. La dimensión sociológica y simplemente humana
ha sido a menudo ocultada. Para muchos europeos, Palestina es más un
"problema" que un "pueblo" parecido a otros
pueblos del mundo, con sus sueños y aspiraciones, miedos y
frustraciones, cohesiones y fracturas. Un pueblo con poca geografía y
mucha historia: y su historia más reciente está jaloneada de
sufrimientos sin fin.
1.–
Un pueblo despojado (1900–1948)
A
comienzos del siglo XX, cuando llegan en Palestina los primeros
colonos sionistas, este territorio estaba bajo dominio turco y tenia
una población de unos 550.000 habitantes. En ese momento los
palestinos árabes musulmanes representaban el 82%, los árabes
cristianos el 12%, los judíos autóctonos y recién inmigrados el 5%
y, los extranjeros (sobretodo congregaciones religiosas) constituían
el 1%. A parte unos pequeños talleres industriales, de tipo familiar,
Palestina vivía de su agricultura (olivos, trigo, frutas y legumbres,
etc.), de sus puertos (Haifa, Yafa) y del sector de los servicios
(peregrinaje, turismo, comercio). El 70% de los palestinos vivían en
zonas rurales y el 30% se concentraba en pequeñas, pero dinámicas
ciudades marítimas o del interior (como Jerusalén, Nablus, Hebrón,
Belén, Nazareth, etc.)
En
comparación con los otros países de su entorno, Palestina
beneficiaba de un buen nivel educativo, sobre todo en las ciudades,
debido a la proliferación de escuelas confesionales y a la
multiplicación de congregaciones religiosas. Pero la sociedad vivía
al ritmo de las rivalidades de las grandes familias latifundistas
(entre ellas los Nashashibi, Khalidi, Husseini, Nusseibeh, etc) que
compartían el poder político o simbólico en ese territorio exiguo,
encerrado entre el río Jordan y el Mar Mediterráneo. Toda la primera
mitad del siglo XX lleva el signo de su gestión calamitosa y sus
rivalidades, perjudicando la eficacia de la resistencia palestina al
proyecto sionista.
El
sionismo surge en Europa a finales del siglo XIX, impulsado por
Theodore Herzl, con el reto de crear en Palestina un "estado de
los judíos". Este objetivo somete a la sociedad palestina a su
primer desafío existencial: resistir a un movimiento colonial que se
proponía construir un Estado–nación judío étnicamente homogéneo
en el espacio palestino, donde el 94% de la población era árabe. ¿Cómo
se podía llevar a cabo esta transformación? Con la creación de una
comunidad separatista judía cohesionada por creencias religiosas, con
la instrumentalización de nociones como "el retorno a la tierra
de Israel" y "el derecho primordial del pueblo
elegido". Así, el cimiento ideológico del sionismo reposa sobre
un postulado simple: la ocupación del espacio palestino es una
condición sine qua non para realizar la utopía sionista. Esta
caracterización del sionismo lo distingue del colonialismo clásico
como el colonialismo francés en Argelia. El proyecto sionista no
buscaba la explotación de una mano de obra abundante y barata (corvéable
à merci) a beneficio de una metrópoli externa, o la extracción de
los recursos naturales. El sionismo codiciaba un territorio vaciado de
sus habitantes para erigir su propio Estado Judio. Olvidar este hecho
fundamental impide la comprensión del problema. El sionismo jamás ha
buscado une convivencia en un Estado bi–nacional. Tenia un sólo
objetivo: crear un Estado mayoritariamente judío.
Primordialidad
del espacio : este es el objetivo de la ideología sionista. Este
objetivo ha sido ampliamente analizado en mis libros (Anatomie du
sionisme et d'Israël–1975 y Histoire de la Palestine, 3 vol.
1975–1976) y más recientemente in (Los hijos de Agenor :Europa y
Palestina desde las cruzadas hasta el siglo XXI –1999).
De
hecho, todo el proyecto sionista se inscribe un proyecto
'espacial" , es decir: transformar un espacio poblado
mayoritariamente por palestinos árabes (musulmanes y cristianos) en
un espacio poblado mayoritariamente por colonos judíos. ¿ Como se ha
podido realizar tal utopía? Por la inmigración, las expropiaciones,
y los asentamientos, pero sobre todo gracias a la acción de
dirigentes sionistas que han podido llevar a cabo los objetivos
declarados con minuciosidad y pragmatismo con el beneplácito y el
sostén político y financiero de las grandes potencias occidentales.
¿
Pero, acaso no se previa, no se temía la oposición de los palestinos
autóctonos? Tal cuestión ni siquiera afloraba en el espíritu de los
dirigentes sionistas. Obsesionados por la realización de sus
objetivos ,los sionistas, con la excepción de algunos como Ahad Haam,
habían evacuado "el Otro palestino " de su campo de visión.
Los palestinos se transformaban en una "cuestión invisible"
como lo decían Walter Laqueur o Edward Said. Claro que Palestina
existía, pero para los primeros sionistas era une "tierra
salvaje y virgen, "arena y pantanos", imagen absoluta del
"nada histórico" de la 'no–identidad". Hay entonces
en el proyecto sionista un lazo inmediato entre la imagen de Palestina
como "tierra vacía" y la no–visión de sus habitantes
como conjunto social. Más que una población viva, el espacio
palestino parecía tener simplemente une función : permitir la
transición desde el "judío errante" al "judío
sedentarizado". La lectura que hacen los sionistas de la historia
de Palestina en este sentido resulta asombrosa y es llamativa de la
función instrumental que asignan a la historia. Para ellos la
Historia de Palestina (que llaman Eretz–Israel) se limita al periodo
bíblico y al inicio del sionismo, como si se detuviera la historia
entre el ano 70 (año de la destrucción del Templo por los Romanos) y
el año 1897(fecha de la primera reunión de la Organización Sionista
Mundial en Basilea lanzando la colonización de Palestina). Entre
estas dos fechas: es el nada histórico. Más de dieciocho siglos
olvidados en su recuento histórico porque constituyen la Historia del
Otro: el Palestino. Así inventan y popularizan el famoso slogan de
1904 :dar una tierra sin pueblo (Palestina) a un pueblo sin tierra
(los judíos).
De
esta manera la creación de Israel en tierra palestina en 1948,
saludada por los judíos y un Occidente culpabilizado, como un
"milagro" de la historia, ha significado la de–territorializacion
de la mayor parte del pueblo palestino. Durante muchas décadas, la
historia "oficial" israelí había sepultado este hecho
fundamental bajo montanas de mentiras y visiones míticas. Los
"nuevos "(en realidad "primeros") historiadores
israelíes como Tom Segev, Avi Shlaim, Ian Pappe, y Benny Moris han
hecho añicos de los mitos fundadores de Israel, sobre todo, en lo que
atañe al desarraigo de los palestinos de sus tierras, de sus pueblos,
y de sus casas. El mismo Ben Gurion tuvo que reconocer: "Hay
pocos sitios que hemos podido colonizar sin trasladar los
habitantes". Otro dirigente sionista, A. Lulu, es aun más
contundente: "algunos dicen que el "transfert"–el
traslado (de los palestinos)– ha sido una provocación política. No
es la verdad :es un programa lógico y justo, moral y humano en todos
los sentidos" (citado por Ilan Halevi). El propio director del
departamento de la colonización de la Agencia Judía, Josef Weitz,
podía declarar sin temor :"Entre nosotros, es claro que no hay
sitio en este país para dos pueblos: la única solución es Eretz–Israel...
sin los árabes. No hay otra solución que de trasladar los árabes
hacia los países vecinos" (citado por Noam Chomsky).
Los
acontecimientos posteriores va a confirmar esta política. A partir de
1947, los palestinos han sufrido una verdadera purificación étnica
:la expulsión ha sido sistemática, planificada y llevada a cabo sin
piedad .Así lo reconocen historiadores israelíes, intelectuales judíos
destacados como Hanna Arendt, asi lo atestiguan historiadores
palestinos como Elias Sanbar y Nur Másalha, investigadores palestinos
que están compilando los testimonios de los refugiados como Salah abd
el Jawad (de la Universidad de Birzeit) y Anwar abu Eishe.
Pese
a la gravedad del desafío, la sociedad Palestina no consigue
organizar una respuesta adecuada, coherente y consensuada. El pacto
instrumental entre el movimiento sionista y la potencia mandataria
británica se ha impuesto por la represión británica, el juego de
las grandes familias incapaces de entenderse sobre un programa común,
la ruralidad de la sociedad Palestina dividida entre clanes y jefes
tribales, la falta de conciencia política articulada ,y los titubeos
de los dirigentes árabes que no querían ofuscar sus patrones
ingleses. Reprimidos los primeros movimientos de resistencia en los
cuales participaban palestinos musulmanes y cristianos, y aplastada la
primera revolución popular que se prolongó desde abril de 1936 hasta
mayo de 1939, los palestinos se vieron despojados de su sueño: crear
un estado independiente cuando acabe el mandato británico, al par con
otros países árabes. Conocidos por sus promesas incumplidas y su
doble juego, los británicos tenían otros proyectos :crear en el
corazón del Mundo árabe un estado judío, con el objetivo de dividir
geográficamente el espacio árabe del Medio Oriente, preservar sus
intereses geoestratégicos y acabar con las aspiraciones árabes a la
unidad. Los palestinos pagaran el precio más exorbitante de la política
absurda de los Ingleses.
2.–
Una sociedad fragmentada (1948–1967)
Tras
la primera guerra israelo–árabe de 1948 Israel pasó a controlar el
78% de la tierra de Palestina, dando lugar a una tragedia sin
precedentes: un poco menos de dos tercios de la población palestina
– unas 800.000 personas– fueron forzados al exilio; ellos
constituyen desde entonces los refugiados palestinos.
Al
inicio de los años 50, el panorama demográfico y sociológico de
Palestina se presenta así:
a)
Una dislocación espacial del pueblo palestino fragmentado en cuatro
partes:
–
Unos 800.000 refugiados palestinos expulsados y dispersos en 61
campamentos (en el Líbano, Siria, Jordania, Cisjordania y Gaza).
–
Un pequeño núcleo de 160.000 palestinos que no han podido ser
desarraigados y que han quedado dentro del territorio israelí,
llamados "los árabes de Israel".
–
Los palestinos de Cisjordania (unos 300.000:autóctonos y refugiados)
anexionados al reino hashemí de Jordania desde I951 hasta I988.
–
Los palestinos de Gaza (autóctonos y refugiados) puestos bajo
administración egipcia (unos 300.000).
Además
existen los palestinos emigrados sobre todo en América Latina y en
los países del Golfo(muchos de ellos refugiados )
b)
La catástrofe (la Nakba) de I948: el pasado que no pasa:
Los
palestinos se refieren al 1948 como el año de la catástrofe más
importante en el imaginario colectivo que la perdida de Cuba por los
Españoles en 1898 que dio la expresión popular "más perdimos
en la guerra de Cuba". Cuba era una porción de un imperio,
Palestina es la tierra natal, original.
Antes
de la creación del Estado de Israel en Palestina habían 807 ciudades
y aldeas : 479 de ellas fueron ocupados por los sionistas entre 1947 y
1949 ,y al menos 417 fueron destruidos o transformados en parques
naturales o kibutzim. Palestina se transforma, como lo indica el
titulo de un libro didáctico publicado en 1995 en Madrid, una
"nación de refugiados". Esto ha tenido el efecto de un
terremoto porque la vida de un palestino se desarrollaba, dada la alta
tasa de ruralidad, dentro de su aldea, instrumento de su su principal
unidad social y económica. Esta pertenencia (appartenance) a la villa
era tan fuerte que dentro de los campamentos de refugiados ,la gente
se agrupaba por clan y por pueblo. La memoria palestina transmitida a
los hijos de los refugiados fue ,en primer lugar, la memoria del
pueblo en que vivían, del cual se conocía todo: el numero de las
higueras y olivos, el sitio de la Iglesia o la Mesquita ,el pozo etc.
Pero
el campamento de refugiados ha desarrollado un papel aun más crucial:
concentrando tantas memorias fragmentadas en un sitio confinado y
cerrado, viviendo las mismas dificultades de vidas truncadas y
cultivando la misma nostalgia de un paraíso "perdido", el
campamento ha permitido fusionar las memorias atomizadas en una
memoria colectiva palestina: una verdadera conciencia nacional. En un
cierto sentido, la amargura del exilio y la nostalgia de la tierra
natal van a consolidar y homogenizar la identidad nacional que se
erige sobre el trinomio :la tierra(al ard),la resistencia (al–mukawamah)
y el retorno (al–awdah).Todo la poesía palestina, desde Fadwa Tukan
hasta Mahmoud Darwish gravita entorno a este trinomio.
La
experiencia del exilio forzado ,consolidando el sueño del retorno,
sirve como lo escribe Ignacio –Alvarez–Ossorio,de
"incubadora" para la identidad palestina. No es fortuito
entonces que los movimientos de resistencia palestina surjan entre los
grupos de refugiados o las elites desarraigadas : como el Fatah de
Yasser Arafat, y más tarde, el Frente Popular de Georges Habashe o el
Frente Democrático de Nayef Hawatmeh.
La
desconexión con la tierra natal produce otras dos consecuencias : La
primera es el afán palestino por la educación. Arrojados en el
exilio, sin recursos y sin nada, los palestinos se aferrar a la
educación como un ahogado a un salvavidas. Ya, antes de la Nakba, los
palestinos tenían niveles educativos inigualables en la región. En
el exilio, enfrentados a miles de dificultades, la educación asume un
valor aun más importante. Rapidamente los palestinos han sido
descritos como "el barrio latino" del Mundo árabe, por la
fuerte presencia de universitarios y técnicos entre ellos. Pero la
moneda tiene otra cara: estos palestinos educados no tenían muchas
oportunidades de empleo ni en los campamentos de refugiados, ni después
del 1967, dentro de los territorios ocupados. Se inicia entonces–y
es la segunda consecuencia– una verdadera ola de emigración hacia
nuevos horizontes.
La
emigración palestina es un hecho histórico. Predijo la Nakba. Ya
durante la ocupación turca de Palestina hasta el 1917, muchas
palestinos empujados por la represión o por la pobreza, o atraídos
por cielos más clementes, emigraron hacia América Latina ,donde
fueron llamados impropiamente "los turcos". Al primer núcleo
de comunidades palestinas enriquecidas en América Latina, se juntaron
después del 1948 muchos otros palestinos, esta vez expulsados de su
tierra ...Una parte importante de esta emigración eran palestinos
cristianos. Pero se estima que estos palestinos
latino–americanizados representan entre 300.000 y 350.000; se trata
de una minoría burguesa, comercial, urbanizada y perfectamente
integrada.
La
segunda ola de emigración se dirige hacia los países del "oro
negro": los países árabes del Golfo. Técnicos, profesores, médicos,
ingenieros etc. , muchos de ellos refugiados o hijos de refugiados,
aprovechan las nuevas oportunidades ofrecidas por países con muchos
recursos económicos y bajos niveles de educación. El caso de Koweit
era el más emblemático : de una población total inferior a un millón,
los palestinos representaban en este país una comunidad de más de
300.000 hab. En este país, y en todo el Golfo, los palestinos
contribuyen de modo significativo, a su desarrollo económico. No es
un azar entonces que en los círculos de estos palestinos arraigados
en el Golfo o de los estudiantes en Egipto, que surjan los dirigentes
de los movimientos de resistencia palestina como Yasser Arafat.
La
tercera ola de emigración más reciente fue el resultado de los
desplazamientos forzados durante la guerra del 1967. Más de 500.000
otros palestinos de Cisjordania y Gaza, muchos de ellos refugiados del
I948, fueron expulsados por los Israelíes cuando su ejercito ocupo
esta ultima porción de la Palestina histórica. Estos palestinos se
instalan sobretodo en Jordania. Los palestinos asentados en este país
desde 1948 más los refugiados de 1967 representan más del 65% del
Reino hachemi.
3.–
Una sociedad bajo ocupación (1967–2003)
Por
la primera vez, los palestinos de Cisjordania y Gaza van a
experimentar directamente lo que significa una ocupación militar sin
merced: erosión de las libertades, represión salvaje, detenciones
bajo sospechas de "resistencia" o bajo acusación de
pertenecer a "organizaciones ilegales", toques de queda
indiscriminados. Pero sobre todo, castigos colectivos y expropiación
de tierras para permitir la creación en territorio ocupado de
"asentamientos judíos". Por estos medios fueron creados más
de 170 asentamientos con 400.000 judíos, incluida la parte árabe de
Jerusalén. Estos asentamientos fueron construidos a partir de 1967
con la bendición y el apoyo financiero del partido Laborista y del
partido del Likud, en violación del derecho internacional y a
sabiendas de todos.
Pero
la ocupación induce otras consecuencias: la utilización de los
territorios palestinos como yacimiento de mano de obra barata y
explotable (más de 120.000 obreros palestinos o un tercio de la
fuerza de trabajo se trasladaban a Israel en 1986) El cierre de las
fronteras palestinas y su separación de su entorno árabe lograron
transformar los territorios ocupados en "mercado cautivo",
un simple apéndice de la economía de Israel. En pocos años los
territorios palestinos se vieron inundados de productos de toda índole
mientras la población palestina necesitaba permisos de la
administración militar israelí para exportar, desplazarse, construir
viviendas, abastecerse en recursos hídricos, etcétera. El 90 % de
las importaciones palestinas, antes de la ultima Intifada, provenían
de Israel, mientras que todas las exportaciones palestinas, sobre toda
agrícolas, tenían que transitar por puertos israelíes.
Esta
situación insostenible a la cual se ven sometidos los palestinos
impulsa una capacidad de adaptación, una creatividad cultural y una
densa organización de la sociedad civil que ha forzado la admiración
de muchos observadores. La ausencia de un Estado Palestino
independiente y de una administración autóctona y libre, ha
dinamizado las ONG, las asociaciones de mujeres, el voluntariado, las
redes de solidaridad, los clubes literarios, etc. Muchas universidades
palestinas vieron la luz pese a la ocupación y no gracias a ella,
como pretende Israel. A cada limitación de libertades impuesta por la
ocupación, los palestinos intentaron, con mucho genio y mucho riesgo,
inventar una contra–estrategia para anular los efectos negativos o
al menos minimizarles.
Desde
el punto de vista sociológico esta auto–organización de la
sociedad palestina ha permitido mantener una cohesión social, una
capacidad de auto–regulación, una dosis de inventividad, una
participación significativa de todas las capas sociales y sobre todo
una implicación decisiva de las mujeres. Todos los libros sobre el
impacto de la ocupación israel y las respuestas palestinas han puesto
de manifiesto esta capacidad palestina de evitar el colapso total con
la reactivación de las redes tradicionales de solidaridad y el
impulso de los movimientos de voluntariado social.
Estos
logros se manifestaron durante la primera intifada (1987–1993) la
cual logró preservar el carácter pacífico del levantamiento, evitar
su manipulación por grupos radicales de tipo islamista, o su
utilización por las elites palestinas tradicionales. Es quizás lo
que no ha podido lograr la segunda Intifada (2000–2003). Es
demasiado prematuro proceder a una valoración sociológica de esta
Intifada. Pero no cabe duda que contrariamente a la primera, la
segunda Intifada no ha conseguido implicar a todos los palestinos,
preservar su carácter nacional y pacifico, evitar su
instrumentalizacion por movimientos fundamentalistas. Con los
atentados suicidas la segunda Intifada ha enajenado la opinión
publica internacional y alejado a las franjas pacifistas israelíes.
Es evidente que la represión feroz del ejercito israelí ha
sobrepasado todos los umbrales de lo soportable para un pueblo
desarmado. Es claro también, como lo repite la socióloga española,
Gema Martín, que "la ocupación es la fuente de la violencia
suicida palestina". Sin embargo, hay que reconocer que con la
primera Intifada, solamente arrojando piedras a los tanques israelíes,
los palestinos habían cosechado más resultados positivos en términos
de auto–organización social, adhesión popular y aceptación
internacional.
4.–
Una sociedad perpleja
Hemos
visto que desde 1948, la sociedad palestina ha sido fracturada y
fragmentada entre palestinos refugiados (hoy más de 4 millones
dispersos en varios países), palestinos de la diáspora (un millón
dispersos en América Latina, Estados Unidos, y Países del Golfo),
palestinos bajo ocupación(3.3 millones ) y palestinos "israelíes",
con pasaporte israelí (un millón).
Cada
palestino tiene una historia distinta que contar. Si bien es cierto
que los 381.000 refugiados palestinos de Siria se benefician de todos
los derechos con la excepción del derecho de votar, no están inmunes
a la instrumentalizacion política. Los 375.000 refugiados palestinos
del Líbano están sometidos a fuertes discriminaciones permaneciendo
encerrados en campamentos miserables. En Jordania, la monarquía ha
otorgado a los palestinos un pasaporte y un estatuto de ciudadanos
jordanos pero también en ese país un viento de jordanismo étnico
esta soplando peligrosamente y precarizando derechos anteriormente
adquiridos por los palestinos.
Los
Palestinos de la Diáspora se encuentran en situación más ventajosa.
En América Latina están perfectamente insertados en el tejido económico,
social y político; el retorno a su país de origen no esta, para la
mayoría de ellos, al orden del DIA . Pero en los Estados Unidos, pese
a la larga duración de su estancia, los palestinos están sufriendo
por su condición "árabe" o "musulmán"; y, como
todos los árabes y musulmanes en los Estados Unidos ,viven bajo
sospechas continuas. Sobre todo después del 11 de septiembre ellos
sufren de estigmatizaciones escandalosas. En los países del Golfo los
palestinos se benefician de condiciones económicas favorables; muchos
han podido acumular riquezas ingentes. A pesar de la "arabidad"
de estos países los palestinos que viven en el Golfo no están a
salvo de sufrir discriminaciones en materia de acceso a la
nacionalidad, libre circulación, o aun peor, de castigos colectivos.
Por ejemplo, en Kuwait, en 1991, los palestinos fueron acusados de
prestar ayuda a las tropas iraquíes que invadieron el país el 2 de
agosto 1990 y fueron echados fuera del país, sin miramientos.
El
caso de los palestinos "israelíes"(con pasaporte israelí)
es revelador de una situación traumática. A pesar de contar
formalmente con status político de "ciudadanos israelíes"
ellos son discriminados a todos los niveles por su identidad árabe y
palestina. Representan un quinto de la población israelí (el I9 %)
pero sólo acceden al 6% de los puestos de diputados, al 2% de las
plazas de estudios universitarios, al 1 % de los cargos de altos
funcionarios del Estado. Los palestinos "israelíes" se
benefician del 3% del gasto social y detentan el 3.5 % de la propiedad
de tierras. Ellos viven constantemente bajo la sospecha de conformar
un "quinta columna", y la amenaza reiterada de un
"traslado” colectivo. La discriminación sistemática de la
cual estos "palestinos" son objeto arroja une nueva luz
sobre la "democracia étnica" de Israel.
Los
palestinos bajo ocupación (Cisjordania y Gaza) son los más
martirizados de todos. Sometidos a la caprichosa voluntad del ejercito
israelí, estos palestinos están perdiendo todo. Están perdiendo el
control de su tierra pues Israel ya ha anexionado Jerusalén Este y
sus afueras; ha expropiado más del I5 % del territorio (para los
asentamientos y la carreteras reservadas al uso exclusivo de los
colonos); y les ha quitado un 10 % más del territorio con la
construcción del aberrante muro en Cisjordania, confiscando tierras
de labranza a decenas de miles de campesinos palestinos. Los
Palestinos bajo ocupación no tienen derecho a sus propios recursos hídricos.
Un colono israelí consume I7 veces más agua palestina que un
palestino al cual se le suministra agua por agencias israelíes que le
hacen pagar el doble del precio que se le cobra a un colono. Los
Palestinos no tienen ni siquiera el control de sus fronteras internas
y externas: un palestino no puede exportar sin permiso israelí ni una
sola caja de naranjos, hacia Jordania o , a fortiori, hacia los
mercados europeos,). Esta situación se ha vuelto aun más dramática
con el estallido de la segunda Intifada, desde septiembre 2000:
asedios , castigos, controles, destrucciones y asesinatos son el pan
cotidiano de los palestinos desde hace tres años, sin que se vea un
rayo de luz en el horizonte. Hoy día, la vida de un Palestino bajo
ocupación es insoportable: el paro afecta el 60% de la población
activa, el producto interno por habitante está reducido a 67O
dollares en valor adquisitivo .
Para
el palestino de a pie el simple hecho de ir al campo, a su trabajo, a
un hospital, de llevar su hijo a una escuela en un barrio vecino,
parece un acto de heroísmo, porque se puede perder la vida en un
control militar o simplemente se arriesga caer abatido por un colono
fanático. Que una sociedad palestina tan sofocada consiga resistir
una situación tan insostenible constituye un motivo de asombro para
muchos observadores y es causa de desconcierto para el propio Estado
de Israel.
5.–
Una sociedad inquieta de cara al futuro
No
sólo la sociedad palestina está traumatizada por su pasado, sinónimo
de desarraigo y jalonado por cinco guerras, o por un presente de
ocupación y de represión. También la sociedad palestina esta
enfrentada a desafíos que obscurecen su futuro:
*
El primer desafío es la desterritorialización de la identidad
palestina. Israel se ha apropiado el 78% de la Palestina histórica y
sigue ocupando los 22% restantes, sólo dejando al control de una
autoridad palestina casi destruida unos pocos enclaves urbanos
asediados.
*
El segundo es un crecimiento demográfico incontrolado, contrastando
con la transición demográfica en curso en los países del Magreb, en
Egipto y Líbano. Con una tasa de crecimiento poblacional del 3,5%.
Gaza tiene casi un récord mundial. Esta tasa es consecuencia del
bloqueo de las transformaciones sociales por causa de la ocupación
israelí y los frecuentes cierres del territorio. Hoy día, los
menores de 20 años representan el 55% de la población total
palestina, (28% en Europa) y el 75% de la población palestina de
Cisjordania y Gaza, donde no han conocido otra cosa que la ocupación
israelí, con un arsenal represivo sin precedentes . De un total de más
de 8 millones de palestinos más de 4 millones tienen menos de 20 años.
Estos millones de jóvenes palestinos sin futuro, sin esperanza,
tienen la sensación de que la paz no esta a su alcance. Muchos están
preparados para morir porque su vida esta perdiendo todo sentido. Es
una situación alarmante. Solo una paz duradera y un estado palestino
verdaderamente soberano podría ofrecerles una salida de este
infierno, a condición que la paz no venga con las manos vacías. Esto
supone inversiones, creación de empleos, dinamismo económico, Estado
palestino democrático e instituciones transparentes. Todo estas
condiciones presuponen, a su vez, una paz que sea otra cosa que la paz
de los vencedores.
*
El tercer desafío del futuro es el surgimiento de una nueva generación
de jóvenes palestinos en los territorios ocupados, en pleno despertar
de una amplia conciencia nacional, pero también, fascinados por
movimientos fundamentalistas radicales como la Yihad y Hamás. En el
pasado, la sociedad palestina tenia su propia Organización de los
Hermanos Musulmanes. Era y sigue siendo una sociedad conservadora en términos
de costumbres, debido, entre otras cosas, a su carácter rural. Pero
el proceso de secularización de la sociedad palestina era el más
avanzado entre las sociedades árabes. La propia OLP (Organización
por la Liberación de Palestina) ha sido siempre una organización
secularizada, defendiendo el carácter nacional y secular de la lucha
palestina e involucrando muchos palestinos cristianos que han
desarrollado un papel destacado no solamente en Al Fatah, organización
mayoritaria, sino también en el Frente Popular dirigido por el
cristiano Georges Habashe. Asi, el protagonismo de movimientos
fundamentalistas en la actual Intifada constituye una ruptura de las
prácticas de tolerancia dentro de la sociedad palestina, descarrilla
el carácter secular de la resistencia,y puede, si no se presta atención
a esa modificación innecesaria del carácter nacional del conflicto,
poner en peligro los logros de la secularización en la sociedad
palestina, y a más largo plazo, la convivencia religiosa entre
palestinos cristianos y musulmanes. Este proceso le permitiría a
Israel, por añadidura, de presentarse como la victima inocente de un
anti–judaísmo palestino, pervirtiendo así todos las parámetros
iniciales de la confrontación.
*
El cuarto desafío atañe al futuro de las comunidades cristianas.
Actualmente los cristianos palestinos árabes no sobrepasan el
porcentaje del 2,5% (12% en 1900). Forzados a la emigración por las
dificultades económicas y políticas y el recrudecimiento de la
represión israelí a la élite intelectual y económica, los
cristianos del Ramallah, Jerusalén, Belén, Beit Gala– latinos,
ortodoxos, melquitas o protestantes– están hartos de este callejón
sin salida. Muchos están emigrando hacia nuevos horizontes más
tranquilos. Quizás, llegará un día en el cual no habrá cristianos
en el país que vio nacer el cristianismo.
*
El quinto concierne a la reactivación por la misma Autoridad
Palestina del sistema clientelista que se apoya en el juego de las
grandes familias y que bloquea el ascenso de los nuevas generaciones y
la renovación de las elites políticas y sociales. Esta práctica
vulnera la aspiración del pueblo palestino a una democracia
sustancial para la cual esta perfectamente preparado.
*
El sexto es la solución del problema de los refugiados. ¿Como
conciliar el derecho del retorno, reconocido por las resoluciones de
las Naciones Unidas, con la exigencia de Israel, avalada por los
Estados Unidos, de preservar el carácter Judío del Estado israelí?
¿ Al mismo tiempo, como pueden imaginar los círculos gobernantes de
Israel que el conflicto pueda ser declarado "cerrado" sin
una solución justa para más de4 millones de Palestinos dispersos,
aparcados en campamentos miserables y que sueñan con un futuro más
digno para sus hijos?
*
El séptimo reto es el papel de la mujer en la sociedad palestina.
Pese al carácter patriarcal de la sociedad tradicional, la mujer
palestina siempre ha desempeñado un papel significativo en los
movimientos de resistencia, en la guerrilla, en la diplomacia, o
simplemente en los movimientos sociales surgidos dentro de los
campamentos de refugiados y en las aldeas bajo ocupación. Mujeres
conocidas, como Hanan Ashrawi o Leila Shahid , o simplemente figuras
anónimas y discretas , cada una , a su manera, ha contribuido a la
lucha política y social, ofreciendo ejemplos de abnegación, dedicación
y sacrificio. Hay que preservar estos logros y incrementar el papel de
la mujer. El futuro no estaría exento de riesgos si el
fundamentalismo ejerciera su total hegemonía o si la economía
quedara colapsada al punto de no permitir la entrada de la mujer en el
mercado laboral.
Todos
estos desafíos, y muchos otros, tales como las disparidades
regionales (entre Gaza y Cisjordania) y las asimetrías en términos
de recursos económico, ponen en riesgo la viabilidad del futuro
Estado de Palestina. Estos problemas van a condicionar la actuación
política de los dirigentes y, seguramente, van a incidir en la fase
de la construcción del estado palestino independiente.
*
Es profesor catedrático de la Universidad Católica de Lovaina, belga
de origen palestino. Profesor visitante en varias universidades españolas.
Autor de una veintena de libros sobre el Mundo Árabe y Palestina.
Miembro del Grupo de los Sabios para el dialogo cultural de la
Presidencia de la Comisión Europea. Reconocido experto de las
relaciones euro–árabes y euro–mediterráneas. Seis de sus libros
traducidos al castellano. El último "Los hijos de Agenor: Europa
y Palestina desde las cruzadas hasta el siglo XXI", Bellaterra,
Barcelona, 2000, 718 páginas.
Bibliografia :
Nur Másalha: The expulsion of the Palestinians,
Institute of Palestine Studies, Washington, 1992
Ignacio
Alvarez–Ossorio: El Miedo de la Paz. Catarata, Madrid, 2001
Salah
Jamal: Palestina: Ocupación y resistencia. Flor del Viento,
Barcelona, 2002
Anwar
abu Eishe: Mémoires palestiniennes: la terre dans la tête.Clanciers–Guénaud,
Paris, 1982
Hannah
Arendt: Auschwitz y Jerusalen.Paris, Agora, 1993
Adrian
Mac Leman: Palestina: de la nacion de refugiados al Estado Nacion.
Editorial popular, Madrid, 1995
Tom Segev: Les premiers israéliens.Calman–Lévy,
Paris, 1998
Ilan Halevi: Sous Israel, la Palestine.Paris, le
Sycomore, 1978
Noam Chomsky: "Israeli jews and Palestinian arabes
:reflections on a national conflict". in Holy Cross Quiarterly,
verano; 1972.
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