Unión Europea-Irán:
Jugando con fuego
nuclear
Análisis de Praful
Bidwai
Inter
Press Service (IPS), 03/08/05
La amenaza de Irán
de que reanudará actividades nucleares limitadas, pues la Unión
Europea (UE) no cumplió con su promesa de proponer alternativas para
su programa de desarrollo atómico, es parte de un peligroso juego de
estrategia internacional.
Nueva Delhi. El grupo
de países europeos que negocian con Irán sobre la cuestión nuclear,
integrado por Alemania, Francia y Gran Bretaña y conocido como UE-3,
advirtió que ”cualquier movimiento unilateral” de Teherán sería
”innecesario y perjudicial”, y podría hacer ”muy difícil
continuar” con las negociaciones.
Observadores en India,
país que acaba de firmar un acuerdo sobre comercio nuclear con
Estados Unidos, ven estas advertencias como parte de un juego de presión
que podría tener un triste final.
En el centro de la mesa
está la cambiante situación política en Irán, tras la sorpresiva
elección de Mahmoud Ahmedinejad como presidente, y el malestar de
Occidente por tener que tratar con un líder considerado ”de línea
dura” en el islamismo.
Si el problema nuclear
no es resuelto muy pronto, el peligro aumentará y el juego podría
irse de control.
El riesgo inmediato es
que la UE y Estados Unidos amenacen con llevar el tema al Consejo de
Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y pidan sanciones
contra Irán, país que podría adoptar a su vez una postura más
intransigente.
Irán se negó a
extender la suspensión de sus actividades nucleares, que había
aceptado en noviembre pasado hasta el 31 de julio, a cambio de que el
UE-3 presentara propuestas concretas de alternativas a su plan de
desarrollo nuclear, que según Teherán tiene fines netamente ”pacíficos”.
El UE-3 solicitó a Irán
que extendiera el plazo seis días más, pero la petición fue
rechazada.
”Este lapso podrá
parecer muy corto y trivial, pero no lo es”, indicó Hamid Ansari,
un ex embajador de India en Teherán y distinguido miembro de la
Observer Research Foundation, de Nueva Delhi.
”Probablemente, el
UE-3 desea escuchar un pronunciamiento sobre el tema nuclear de parte
del presidente electo, quien asumirá al cargo el 6 de agosto” y
reemplazará al reformista Mohammed Jatami, añadió.
No fue un accidente que
la UE no cumpliera con el plazo del 31 de julio. Ansari señaló que,
de acuerdo con informes ”que parecen confiables y sólidos”, el
UE-3 elaboró un paquete de propuestas partiendo de la base de que un
político ”moderado” como Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, el otro
candidato en los comicios iraníes de junio, sería electo presidente.
Pero los planes
quedaron en la nada cuando ganó Ahmedinejad.
Ese paquete habría
incluido una serie de acuerdos para garantizar el suministro de uranio
levemente enriquecido para las proyectadas centrales nucleares iraníes
y el levantamiento de las barreras a la venta de tecnología a Teherán.
A un lado quedó también
la promesa europea de iniciar un serio diálogo de seguridad para un
acuerdo de no agresión que pondría fin a la postura hostil hacia Irán
del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que incluyó a ese
país, junto a Corea del Norte e Iraq, en el ”eje del mal”.
El hecho de que ese
paquete de propuestas finalmente no se haya presentado también estaría
relacionado con la diplomacia de la UE hacia Washington, que adoptó
una postura más firme con Irán tras el triunfo de Ahmedinejad y la
visita a Teherán del primer ministro iraquí Ibrahim al-Jaafari,
quien intenta restaurar las relaciones entre los dos países,
enfrentados en una guerra entre 1980 y 1988.
Washington no sólo
quiere presionar a Irán para que adopte ”reformas democráticas”,
sino que también podría estar considerando lanzar un ataque militar
en su contra.
La revista
estadounidense The Nation informó en su edición del 21 de julio que
”Bush dio al Departamento de Defensa su aprobación para que
anticipe diversos escenarios de un ataque, si Teherán procede con sus
actividades de enriquecimiento de uranio, vistas por Washington como
una preparación para la creación de armas nucleares”.
En el artículo,
escrito por el experto en asuntos de defensa Michael Klare, se asegura
que altos funcionarios del gobierno de Bush promovían la idea de una
invasión a Irán aun antes de la elección de Ahmedinejad.
Según la publicación
The American Conservative, los planes de contingencia de Washington
incluyen el uso de armas convencionales e incluso nucleares contra más
de 400 objetivos iraníes.
Mientras, Teherán
separó dos de los puntos clave de su programa de desarrollo nuclear.
En la central localidad de Natanz estableció la fábrica encargada
del enriquecimiento de uranio, mientras que en la también central
Isfahan se encuentra la dedicada a la conversión de óxido de uranio
sólido en gas hexafluoruro.
Por el momento, Irán sólo
amenaza con reanudar las operaciones en la fábrica de Isfahan,
claramente un paso previo a la actividad misma de enriquecimiento de
uranio.
De todas formas, el
gobierno iraní señaló que sólo quería continuar con el
enriquecimiento de uranio para alimentar sus reactores de energía.
Teherán ha insistido
en que tiene derecho a adquirir y desarrollar tecnología nuclear con
fines pacíficos y que nunca procurará crear armas de destrucción
masiva.
”Sobre este punto,
todos los principales líderes iraníes son unánimes. Ni siquiera
Rafsanjani podría cambiar el fuerte consenso que existe en Irán
sobre la política nuclear”, sostuvo el analista Gulshan Dietl, de
la Universidad Jawaharlal Nehru, de Nueva Delhi.
”Hay consenso en que
Irán debe procurar energía nuclear y no hacer armas atómicas, al
menos no por ahora. No hay razones para creer que hay diferencias
importantes (entre los líderes iraníes) sobre esto”, añadió.
Estados Unidos sospecha
que Irán, con grandes reservas de petróleo y gas, no necesita otro
tipo de energía y en realidad sólo procura tener armas de destrucción
masiva.
El UE-3 ha intentado
mediar entre Estados Unidos e Irán, pero sus esfuerzos fracasarán si
Washington toma una postura muy dura y aísla a Teherán.
Irán es signatario del
Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que le permite desarrollar
tecnología atómica sólo con fines pacíficos. Sus actividades están
bajo supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Irán volvió a
reivindicar sus derechos después de que Estados Unidos firmara un
acuerdo excepcional con India hace dos semanas para reanudar el
comercio de tecnología nuclear entre ambos países.
Washington consideró a
India ”un país responsable con avanzada tecnología atómica” y
prometió ”ajustar” el régimen internacional sobre control
nuclear para permitir una más amplia gama de transacciones con Nueva
Delhi.
Irán, como era de
esperar, criticó ese acuerdo y acusó al gobierno de Bush de tener un
doble discurso y de socavar el TNP, que no fue firmado por India.
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