Las
explosiones de Ammán: un análisis político
Por
Hisham al-Bustani (*)
CSCAweb,
15/11/05
Traducción
de Jamal Halawa
"Los resultados inmediatos del atentado: desviar la
atención sobre el auténtico terrorismo de la Ocupación; introducir
el concepto de 'terrorismo' según los parámetros estadounidenses;
hacer llegar a la población civil que también son objetivo del
terrorismo de "Al Qaeda"; movilizar a la calle jordana bajo
el slogan de 'Jordania primero' profundizando en la fragmentación de
la Tierra Árabe; perseguir a los movimientos sociales solidarios con
la legítima resistencia iraquí y palestina".
Se
ha apagado el fuego, hemos enterrado a amigos, a seres queridos y a
hermanos, y soltamos lágrimas ardientes por la desaparición de jóvenes,
hombres y mujeres, niños y ancianos, que en ningún día estuvieron
en "el campo de los enemigos", ni siquiera fueron parte de
un proyecto imperial-sionista o sus derivados, ni parte de unos regímenes
que conspiraron contra su nación hurgando en la contrariedad
regionalista que contradice al abecedario de nuestra existencia como
nación. Había sido gente normal, muy normal, de la que encuentras en
la calle y en la tienda, a la que transmites tus preocupaciones y te
entiende porque es como tu, como nosotros.
Gente
normal, como por la y junto a la que luchamos, porque si la lucha no
es por la gente normal, ¿por quien sería entonces? Porque si la
lucha es para asesinar a la gente normal, eso no sería lucha, sino un
ladrillo en el muro de los enemigos de la gente, a los que conocemos
bien desde principios del siglo XX; pasando por la usurpación del
sudoeste de Siria (Palestina) y de Iraq, hasta el humillante jadeo que
mantienen para seguir a norteamericanos y sionistas a través del
despojo de lo que queda de dignidad, panarabismo e intereses del
pueblo.
Al
repasar la lista de los muertos y sus historias, se hace patente la
magnitud de la herida-sueño árabe que yace en Ammán: la boda del
hotel Radisson que ha reunido a los familiares procedentes de la
localidad de Sílet Al-Dhaher (Palestina), y que llegaron desde cuatro
lugares de la patria: Kuwait, Jordania, Palestina y demás países del
exilio, que mezcló su sangre con la sangre karaki (de Karak,
Jordania) que nunca había renunciado a su patria.
Los
muertos del hotel Al-Hayat son saudíes, bahreníes y jordanos que
pasaban juntos, una bella noche ammaní; es un director de cine sirio
que llevó sobre sus espaldas el sentimiento panarabista e islámico,
junto a su hija, casada con un tripolense (del Líbano): venían para
asistir a una boda de sus amigos en Jordania, pero la muerte estaba más
cerca.
Así
somos nosotros los pueblos: nuestra vida natural es una refutación
tajante contra la mentira que afirma "el país primero"
puesto que todos en la patria (me refiero a la gran patria y no a los
cantones artificiales), somos familia y amigos que nos conocemos el
uno al otro, nos casamos entre nosotros, aquel podría ser el primo de
éste y éste podría ser cuñado de aquel así ha sido durante miles
de años, y así será miles de años después.
Pero
lejos del instrumento de la explosión criminal cuyos indicios señalan
a la organización de Al-Qaeda en la Tierra de los Dos Ríos, deberíamos
analizar el suceso y sus consecuencias para poder averiguar a quién
interesa este crimen; por ello exponemos a continuación el resultado
político de las explosiones criminales de Ammán:
A)
Muertos y heridos que no son ocupantes, ni usurpadores, ni
colaboradores, ni represores, ni opresores, ni corruptos y ni
comerciantes con el sustento del pueblo y sus recursos, representando
su reunión circunstancial en Ammán, una paradoja contra la mentira
regionalista y secesionista, que tanto los americanos como los israelíes,
se esfuerzan en difundir en la zona: (jordano-palestino, sirio-libanés,
chiíta-sunní, kurdo-turcomano-asirio-caldeo-druso, musulmán-cristiano-copto,
iraquí-árabe (extranjero), etcétera hasta el final de la estrofa).
B)
Movilizar a la calle jordana bajo el slogan del proyecto regionalista
llamado "Jordania Primero", sus pilares, sus derivados y sus
diferentes dimensiones. Y bombear una nueva carga en lo que llaman
"Identidad Regional Jordana", en pie de igualdad con el
acrecentamiento de las identidades regionales en los países de la
zona: (acrecentamiento de la identidad regional libanesa después del
asesinato de Al-Hariri, acrecentamiento de la identidad regional iraquí
después de la ocupación de EEUU).
Y
como la elaboración de la "identidad regional" para los países
que el colonialismo británico/francés, garabateó sus mapas en el
tratado de Sykes/Picot (el año 1916), es un prologo para suprimir la
identidad árabe y su proyecto representado en la liberación, la
unidad y la soberanía del pueblo sobre su dignidad, su tierra, sus
recursos y su futuro, lo que está claro, es que el acrecentamiento de
las identidades regionales, es también, el prologo de la amplificación
de las identidades inferiores (la étnica, confesional, racial) como
en el Líbano o Iraq, lo que a su vez conduciría, a seccionar lo que
ya estaba seccionado en su origen.
C)
Introducir el término "terrorismo", según el concepto
americano, en la vida política jordana en sus dos versiones: la
oficial y la opositora. Se sabe que el concepto americano sobre el
"terrorismo", es un término holgado, nublado e inconcreto
deliberadamente, y en él se mezclan los atentados criminales (como en
las explosiones de Ammán) y los ataques de la legítima resistencia
armada.
Ello
se reflejará en la vida política y pública del país a través del
arrinconamiento de las fuerzas nacionalistas que apoyan a la
resistencia iraquí y que rechazan el proceso político en marcha y
sus derivados bajo la ocupación; se les meterá en la casilla de los
que "sustentan al terrorismo" y de los
"instigadores" del mismo, por lo que serán expuestos a una
represión, tal vez sin precedentes, particularmente ahora, cuando se
firman acuerdos de seguridad entre el gobierno jordano y el gobierno
iraquí, formado éste último, bajo la sombra de la ocupación y su
soberanía. Es posible también que dicha represión alcance a quien
apoye a la resistencia armada palestina y a las operaciones de
martirio contra la entidad sionista.
D)
Descuidarse completamente sobre los auténticos terroristas en la zona
y que son la ocupación americana y sionista (y antes que ellos, la
francesa y la inglesa), así como, de los horrores que cometen tanto
en el plano regional como en el plano internacional (campos de
concentración secretos, desplazar a los presos de un país a otro
para que sean torturados, la privación de una representación de
defensa colegiada, la privación del derecho a denunciar y alegar ante
un Tribunal, los juicios militares, los asesinatos, el intento de
subvertir regímenes democráticos [Chávez] y miles de páginas más
sobre violaciones de derechos humanos).
Y
descuidarse sobre la realidad de que todos los incendios que están en
llamas en la zona árabe desde comienzos del siglo XX y hasta ahora,
son el resultado directo de dichas ocupaciones, es más, porque los
incendios habidos en Iraq, Arabia Saudí, Siria, Egipto y El Líbano
desde hace tres años, no habían hecho ignición hasta que llegó a
la zona el promotor de la "democracia", "la
libertad", el difusor de "la paz" y "el
bienestar": me refiero al ejercito de EEUU, a sus servicios de
inteligencia y a todos aquellos que se les unieron.
Así
vemos, que el resultado político de dichas explosiones criminales,
fluye en la dirección favorable a la consagración de la fragmentación,
la consagración de lo que se venía trabajando desde hace años en
cuanto a la identidad regionalista, porque tener a la gente normal
como objetivo, facilita la difusión de dichos proyectos, identidades
y el concepto americano-sionista sobre el terrorismo. Además de
maniatar, presionar y amenazar a los que resisten a la normalización
de relaciones con el proceso político secesionista de la ocupación
norteamericana en Iraq, y a los que rechazan cualquier solución política
bajo su bandera, convirtiéndolos, en un objetivo a perseguir
utilizando el pretexto de que "apoyan al terrorismo" o
"lo instigan". Ello, tal vez, repercuta también sobre los
que resisten a la normalización de relaciones con el enemigo
sionista.
En
fin, afirmamos nuestra condena a las explosiones criminales en Ammán
y vemos que el resultado político, fluye a favor de los enemigos del
proyecto de liberación árabe. No caeremos en la trampa de EEUU y la
entidad sionista adoptando su concepto sobre el terrorismo. Y no
perderemos la brújula que nos señala que ambas ocupaciones, la
norteamericana y la sionista, son el terrorismo, y que resistirse a
ellas, es legítimo en todos los sentidos.
(*) Miembro, entre otras organizaciones, del Comité
Coordinador de la Alianza Popular Árabe de la Resistencia, del Comité
Anti-normalización de la Unión de Asociaciones Profesionales y del
Alto Comité Ejecutivo para la Protección de la Tierra y la
Confrontación de la Normalización en Jordania. Bustani ha pasado por
las cárceles de su país debido a sus artículos.
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