Medio Oriente

 

Egipto: Los Hermanos Musulmanes se consolidan como el principal movimiento opositor al régimen de Mubarak. Denuncian las interferencias del gobierno en las elecciones

La sorpresa islamista

Por Kim Amor
Corresponsal en El Cairo
El Periódico, 28/11/05

Lo primero que hay que hacer antes de entrar en el cuartel general de los Hermanos Musulmanes en El Cairo es sacarse los zapatos. El histórico movimiento islamista ocupa un modesto apartamento a orillas del Nilo.

En el salón principal, decorado con fotografías de recientes manifestaciones, los dirigentes de la hermandad se preparan para la plegaria del mediodía. Uno de ellos apaga las noticias de Al Jazira y llama a la oración, como cualquier muecín en una mezquita.

Satisfacción electoral

El rostro risueño de Mohamed Habib, número dos de la hermandad, refleja el éxito electoral sin precedentes que están consiguiendo los islamistas en las elecciones legislativas de Egipto, que culminarán en diciembre. "Es sólo el principio. Esperamos que el Gobierno no interfiera en el resto del proceso electoral", dice tras apurar una taza de té bien caliente. Prohibidos desde 1954 pero tolerados por el régimen, los Hermanos Musulmanes tienen, de momento, 76 escaños. Es decir, quintuplican su presencia parlamentaria, lo que los consolida como la primera fuerza de oposición al régimen del presidente Hosni Mubarak. Su objetivo, dice Habib, es superar el centenar de diputados.

El resto de escaños en disputaba en las dos primeras fases (308 de los 444 en juego en todo el proceso) van a parar al gubernamental Partido Nacional Demócrata (PND) y a un buen número de independientes, la gran mayoría aliados del partido en el poder. La coalición de la oposición democrática hace aguas por todas partes. Tan sólo obtiene algo más de una decena de diputados, y ya habla abiertamente de fraude.

Jornada de represión

A pesar del éxito electoral, el cuartel general de los islamistas no está para celebraciones. En la violenta jornada electoral del sábado pasado, centenares de simpatizantes fueron detenidos, 800 según Habib. "Las fuerzas de seguridad no han sido neutrales. La violencia ha venido directamente de los militantes del PND. Sin este tipo de interferencias, habríamos conseguido más escaños", explica.

A pesar de las numerosas irregularidades, algunos analistas sostienen que, en estos comicios, se está jugando más limpio que en anteriores elecciones. "El avance de los islamistas apunta a que las autoridades están respetando los votos", señala un observador occidental. "Los Hermanos Musulmanes disfrutan de mayor libertad de acción y de movimiento; ya se vió durante la campaña", añade.

Habib, de 63 años, niega con rotundidad que exista un pacto secreto con el poder, tal y como sugieren algunos medios de comunicación egipcios. "Habrá más presión del Gobierno para impedir que consigamos más escaños en la tercera fase de diciembre. Deseamos que el proceso sea limpio. El dinero juega un papel muy importante en estos comicios", dice Habib.

La compra de votos no es nueva en Egipto, pero retoma fuerza en estas elecciones, no tanto por parte del PND como de algunos candidatos. "Hay muchos candidatos independientes que son millonarios. Trajeron incluso gente de otras ciudades para que votaran por ellos en el Cairo", explica Mohamed al Sawy, coordinador del equipo de observadores de la Organización Egipcia de Derechos Humanos (OEDH).

Al Sawy asegura que el valor de un voto aumenta en función de dónde se compra. "En una zona pobre, se ofrecen unas 20 libras egipcias (3 euros), y en una de clase alta se puede llegar hasta 800 (115 euros)", explica el observador.

Compra de votos

Una electora explica a este periódico como funciona la trampa: "Fuera del colegio electoral te dan una papeleta ya marcada, que escondes bajo la ropa. Una vez dentro, votas y coges una en blanco, que entregas a la salida. Entonces te pagan".

No es de extrañar, pues, que la oposición democrática hable abiertamente de fraude, y más aún después de su descalabro electoral. Ni siquiera ha sido elegido el abogado liberal Aymán Nur, que quedó segundo en las presidenciales del pasado septiembre, que ganó holgadamente Mubarak.

Cristiana y mujer

Tampoco ha tenido suerte la única mujer cristiana candidata, Muna Makram Ebeid, que se presentaba en el Cairo. Ebeid, según dijo a este periódico, quería con su candidatura "romper con la pasividad política de los cristianos y contribuir también al número de mujeres que se presentan a estas elecciones, que son muy pocas". Los "tiburones", como calificó a sus adversarios, la dejan fuera del Parlamento a dentelladas.

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