Irán

 

La "crisis iraní": mediación rusa y postura china

Por Alfredo Jalife–Rahme
La Jornada, 02/02/06

En medio del desplome de las bolsas de Tokio y Nueva York en el lapso de tres días, rescatadas en forma artificial de los cuidados intensivos por la tramposa "mano invisible" ya muy vista, lo cual fue escamoteado por los multimedia desinformativos anglosajones, llama la atención que de las 10 principales empresas de Estados Unidos, según la clasificación de Fortune 500 del año pasado, las únicas que en este trimestre reportaron ganancias han sido las petroleras y la esclavista laboral Wal–Mart (la primera, en cuanto a ingresos se refiere, porque en lo que respecta a ganancias anualizadas Exxon Mobil dejó atrás a todas).

Las otrora dos empresas omnipotentes, GE y Citigroup, respectivamente quinto y octavo lugares, exhibieron patéticos resultados. ¿Cual sería el fatídico destino del índice industrial Dow Jones sin la aportación milagrosa de las ganancias petroleras estratosféricas de Exxon–Mobil, Chevron–Texaco y ConocoPhillps, respectivamente segundo, sexto y séptimo sitiales?

No haremos leña de los árboles automotrices caídos de GM y Ford, tercer y cuarto lugares antes de su extinción, cuando la economía de Estados Unidos (EEUU) redujo bruscamente su cadencia al pasar de 4.1 por ciento a 1.1 por ciento: la menor tasa de crecimiento de los tres años recientes.

A menos que se busque deliberadamente una guerra, en lo que la "crisis iraní" podría desembocar en un descuido –escenario por el que se pronuncia la aplastante mayoría de los multimedia anglosajones, en especial aquellos que pululan bajo la protección de la distribución tóxica de Project Syndicate que financia el megaespeculador Schwartz György (alias George Soros)–, desde otra perspectiva contrastante e ínfimamente minoritaria, se puede alegar que se trata de un bluff mayúsculo para encubrir agendas ocultas, entre las que destaca el alza impresionante de los dos binomios estratégicos del momento: el petróleo/gas y el oro/plata, los cuales, a propósito, no supo aprovechar la kakistocracia (el gobierno de los peores) neoliberal en México.

El contencioso nuclear iraní estaba en vías de resolución gracias a la mediación rusa que, incluso, había apoyado públicamente Baby Bush en la cumbre de la APEC, en Corea del Sur (lo cual reportamos en su momento). ¿Qué patadas o, en su defecto, acuerdos subrepticios, ocurrieron bajo la mesa que descarrilaron el proceso negociador? Ya se sabrá, pero nuestra hipótesis se centra en que probablemente una parte se haya debido al epifenómeno de la "guerra por los flancos" y a su corolario de balcanización gradual que ha desatado la dupla anglosajona contra Irán, sumadas de la "guerra sicológico–desinformativa" que ahora ha pasado a la escalada de "guerra diplomática" (ver Bajo la lupa 1 y 25.1.06).

La "guerra sicológica– desinformativa" ha sido develada por Gareth Porter ("EEUU intenta presionar a Irán con historias de ataques"; Antiwar.com; 26.1.06), quien refiere que las filtraciones en la prensa turca y alemana –sobre el aviso al gobierno turco por el director de la CIA, Porter Goss, de prepararse para un ataque a Irán–, forman parte de una "estrategia de desinformación sembrada (sic) por la administración Bush" cuya "acción militar posible parece estar enfocada a operaciones de comando para sabotear las plantas nucleares más que a ataques aéreos", lo cual fue adelantado en mayo pasado por Jushua Kurlantzick (del The New Republic) en Gentleman's Quarterly. La preferencia por las operaciones encubiertas en lugar de un bombardeo aéreo se debe al "temor de las represalias iraníes en Irak, Afganistán o en cualquier otro punto de Medio Oriente".

Mostafa Pourmohammadi, ministro del Interior de Irán, acusó a los "servicios secretos de EEUU, Gran Bretaña e Israel" de encontrarse detrás de los dos accidentes de avión en los dos meses recientes que sufrió Irán mediante "interferencias electrónicas" (Al–Jazeera; 26.1.06). El jefe de las Guardias Revolucionarias, general Yahya Rahim Safavi, señaló a EEUU y Gran Bretaña por haber colocado las bombas que mataron a nueve personas en Ahvaz, capital de la riquísima provincia petrolera de Khuzestán, que se encuentra muy cerca del sur de Irak, donde Gran Bretaña tiene a 8 mil 500 soldados. Safavi amenazó utilizar los misiles Shahab–3 que pueden alcanzar cualquier objetivo a más de 2 mil kilómetros y que colocan a las fuerzas de EEUU, Gran Bretaña e Israel a su alcance (An–Nahar; 28.1.06).

La intempestiva decisión unilateral de la teocracia iraní de reanudar el enriquecimiento de uranio en Natanz molestó mucho a los rusos, quienes se pusieron del lado de la postura maximalista de la troika europea (Gran Bretaña, Francia y Alemania), donde Angela Merckel, la nueva canciller alemana, se mostró más severa que la otra amazona, la estadounidense Condi Rice, en un delicado asunto que debe ser resuelto por la vía diplomática y no por las bravatas primitivas de las partes involucradas.

El problema radica en que el enriquecimiento de uranio es de naturaleza dual: puede servir de combustible y/o materia prima para las bombas atómicas, lo cual permite sacar ventajas de las deficiencias intrínsecas del muy deficiente Tratado de No–Proliferación Nuclear, discriminativo a todas luces, que favorece a los poseedores y a los proliferadores clandestinos. ¿Por qué nuestros amigos de la Unión Europea, ya no se diga el caso obsceno de EEUU, callaron el clandestino enriquecimiento de uranio de Israel, India y Paquistán?

Es el momento de que actúe la Agencia Internacional de Energía Atómica, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, a la que le compete la cuestión técnica que debe ser apuntalada políticamente por las dos potencias nucleares y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Rusia, que lleva la batuta, y China.

En este contexto complejo y dinámico, el zar ruso Vladimir Putin ofreció realizar la manufactura del combustible nuclear de Irán y recoger su desperdicio para que no pueda ser usado en el desarrollo de armas atómicas. China se manifestó en favor de una solución diplomática y consideró positiva la propuesta rusa para romper la parálisis (Diario del Pueblo 27.1.06).

Wu Baiji, de la Academia de Ciencias Sociales de China, fustiga la postura de la troika europea que "invita a los disturbios" por dar cabida a un escenario de "amenazas con sanciones totales", edulcoradas de "pasos diplomáticos lentos y ociosos (sic) con el fin de ganar tiempo para obtener el apoyo de la comunidad internacional y buscar la oportunidad de suavizar o vencer a Irán". Solamente faltará saber si "EEUU e Irán, los principales actores del drama, bailarán al son de la troika una vez que se levante la cortina" (Diario del Pueblo; 27.1.06). Interesante, ¿no?

Baiji no elimina la posibilidad de que EEUU e Irán se sienten "a negociar en forma directa". ¿Por cuál de las cuatro posturas (de Rusia, la troika europea, China y EEUU) se decidirá Irán?

Baby Bush se sumó a China para apoyar la propuesta rusa (Afp; 26 enero 06) que Irán ha aceptado en su contenido general, pero a la que habría que ajustar en sus detalles finos (IRNA; 26 enero 06).

El mismo día que Baby Bush se pronunciaba por el "poder nuclear civil" y en favor de la mediación rusa, Irán solicitaba a EEUU (¡súper sic!) "permitir vuelos civiles directos entre los dos países" que fueron suspendidos desde la revolución jomeinista de 1979 (Airwise; 26 enero 06). La decisión fue tomada por el presidente Ahmadin–Nejad para satisfacer la demanda de vuelos de la amplia comunidad iraní que vive en EEUU. La teocracia iraní es todavía motivo de sanciones unilaterales impuestas por EEUU desde 1996, por lo que los aviones Boeing comprados por Teherán no han sido modernizados. Tampoco habría que asombrarse que uno de estos días el presidente Ahmadin–Nejad adquiera una buena flotilla de aviones Boeing para apaciguar la codicia insaciable del Moloch financiero estadounidense –cuando convenga a ambas partes.

A riesgo de hacer el ridículo, no hay que subestimar demasiado a Irán, que significa "tierra de los arios": desde hace 2 mil 565 años los persas han demostrado ser brillantes estrategas, además de haber inventado el ajedrez. Quizá a Irán le convenga maximizar su cacofónico radicalismo retórico, muchas veces ultrajante, para exponer los alcances reales de las cuatro posturas en juego y así decidir sobre la más favorable a sus intereses.