Irán
Lanzan
varias propuestas para salir del atolladero nuclear
Agencia
de noticias IRNA, 11/05/06
Teherán.– Hasan
Rohani, ex secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán
y actual presidente del Centro de Investigaciones Estratégicas del
Consejo de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, ha enviado un
artículo al rotativo norteamericano Times desde el que lanza algunas
propuestas para salir del atolladero en el que se ha estancado el
expediente nuclear de Irán.
En el artículo, del
que fue remitido una copia ayer miércoles por la noche a nuestra
corresponsalía de IRNA en Teherán, Rohani pide a los actores de este
litigio que “tengan la osadía de dejar a un lado los
sentimientos” y que “se abstengan de viciar el ambiente con los
problemas de la historia de las relaciones cercanas y lejanas que ha
habido entre EEUU e Irán.”
El artículo,
intitulado “La salida”, señala que “un Irán pertrechado con
armas nucleares, además de ser un factor desestabilizador en la región
e iniciar una carrera armamentística, no sólo desperdiciaría los
escasos recursos de la zona sino que no le reportaría seguridad
alguna a Irán si tenemos en cuenta el poder militar de EEUU y su política
para con Israel. Además de estas razones están las de carácter islámico,
ideológico y de desarrollo que impelen a que un Irán musulmán en vías
de desarrollo no vaya detrás de la producción o utilización de las
armas de destrucción masiva.”
A continuación,
Rohani recuerda los tres años de inspecciones intensas a las que han
sido sometidas las instalaciones nucleares de Irán y el hecho de que
Mohamed ElBaradei, director de la Organización Internacional de la
Energía Atómica (OIEA), haya hasta la fecha dicho en sus informes
que no se han detectado indicios de desvío en estas actividades.
“Sin embargo
–continúa diciendo– ElBaradei ha sentenciado que la agencia no
puede corroborar que las actividades nucleares de Irán sean
totalmente pacíficas. Pero la realidad de todo esto es que la agencia
ha llegado a la misma conclusión de un número reducido de países
que tienen un programa nuclear.”
Rohani dice a
continuación que Irán tiene la suficiente voluntad política como
para dedicar el tiempo que sea necesario para que la OIEA pueda
disipar sus dudas y pronunciarse en el sentido contrario y que también
los otros países deberían poner algo de su parte, por lo que no se
le debería dar una baza a los radicales para que saquen provecho de
un ambiente crítico y recargado, apostillando que “ha llegado la
hora de que reflexionemos sobre el futuro en lugar de en las amenazas
y en las guerras.”
El ex jefe de la
comisión negociadora nuclear con Europa escribe en su artículo que
“Irán no está acusado de tener la bomba. Tampoco hay indicios de
que se la esté procurando. Incluso los radicales y los belicistas
norteamericanos e israelíes, que sostienen que Irán tiene un
programa atómico militar, enuncian que este país estaría a una
distancia de entre 7 y 10 años de fabricar la bomba.”
Rohani pone de
relieve que “EEUU repite continuamente que Irán ha mantenido en
secreto un programa nuclear durante 20 años, pero, según el parecer
de la OIEA, Teherán sólo ha faltado a la norma de no haber anunciado
en su debido momento algunas pruebas [de laboratorio] y la recepción
de algunos materiales y equipamientos. Semejante falta no es rara
entre los miembros del TNP y es por esto mismo que en los protocolos
se proponen medidas compensatorias, las cuales han sido llevadas a
cabo por Irán.”
Rohani no se queda ahí
y sigue argumentando que a nadie se le escapaba el hecho de que Teherán
estaba, desde finales de los 80 y en la década de los 90, adquiriendo
tecnología de enriquecimiento en los mercados de Europa, Rusia y
Asia, por lo que lo del “programa nuclear oculto” se esgrime para
montar jaleo y darle tintes alarmantes al dossier iraní con propósitos
políticos y partidistas.
A continuación,
Rohani habla de la voluntad de Irán de acceder a la producción del
ciclo de combustible según sus programas de desarrollo a largo plazo,
y al hecho de Occidente y EEUU no se fíen de que una vez conseguido,
Teherán lo desvíe hacia otros usos y no cumpla sus compromisos, pero
que los iraníes sí que tienen que fiarse de las promesas de los
occidentales de que les proveerían de combustible atómico si
renuncian al enriquecimiento.
Rohani argumenta:
“Esta filosofía de que ‘yo no me fío de ti aunque lo que haces
es legal e incluso de puede corroborar que va seguir siendo legal,
pero tú te tienes que fiar de mi cuando te doy mi palabra, aunque no
me pudo comprometer a ello ni hay garantías de que se haga’ es algo
ilógico y egoísta.”
Rohani señala además
que quienes profieren estas palabras ilógicas amenazan a Irán con
sanciones e incluso con usar la fuerza, “mientras que todos deberíamos
procurar una solución pacífica y justa.”
Dicho esto, Rohani
lanza las siguientes propuestas:
* Irán anunciaría
su disposición a fortalecer aún más el régimen de no proliferación
y de generar confianza, junto a los demás países que poseen un
programa de producción de combustible.
* Irán estudiaría
la aprobación de los protocolos adicionales.
* Irán despejaría
las incertidumbres de su posible salida del Tratado de No Proliferación.
* Irán anunciaría
su disposición a negociar sobre el desarrollo y los plazos para el
enriquecimiento industrial.
* Irán aceptaría un
tope de enriquecimiento hasta el nivel necesario para las centrales
que sería verificable por la agencia.
* Durante las
negociaciones sobre el desarrollo y los plazos para el enriquecimiento
industrial, Irán aceptaría un tope para la producción de UF6
* Irán y la agencia
llegarían a un acuerdo sobre los detalles de la presencia continua de
sus inspectores en territorio iraní con el objeto de verificar que no
hay desvío en el programa nuclear.
* Con el anuncio de
su disposición a participar con otros países en el marco de un
consorcio, Irán generaría más confianza sobre la naturaleza pacífica
de su programa atómico.
Rohani concluye
dejando claro que Teherán no busca el vulnerar las decisiones del
Consejo de Seguridad sino que lo que desea es que la decisión de este
consejo sea la de remitir de nuevo el expediente iraní a su cauce
ordinario en la agencia para que ésta halle la fórmula adecuada en
el marco de las propuestas arriba expuestas.
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