Mubarak
incumple la promesa de levantar la ley de excepción de 1981. El
Gobierno egipcio vuelve a tratar con mano dura a los disidentes, tras
el idilio del año pasado
Marchita
primavera egipcia
Por
Kim Amor
Corresponsal
en el El Cairo
El
Periódico, 19/05/06
Varapalo
a la disidencia de Egipto. El régimen del presidente Hosni Mubarak ha
puesto punto final al periodo de gracia que otorgó a la oposición
durante el proceso electoral que vivió Egipto el año pasado. Ahora,
cualquier manifestación antigubernamental es reprimida con dureza.
"Este despliegue policial impresionante es el verdadero rostro de
este régimen, autoritario y dictatorial", dijo, con amargura, Alí,
un joven universitario, que ayer acudió al centro de El Cairo para
participar en una marcha de protesta, que acabó a palos y con
centenares de detenidos. "Muchos creyeron en las promesas de
reformas de Mubarak; yo no", concluyó.
La
oposición egipcia se ha vuelto a echar a la calle para respaldar a
dos magistrados que están siendo juzgados ante un tribunal
disciplinario. Su delito: haber denunciado irregularidades y fraude en
las elecciones legislativas de finales del año pasado, que ganó con
comodidad el Partido Nacional Demócrata (PND), de Mubarak. Los dos
magistrados, Hisham al Bastauisi y Mahmud Mekki, defensores de la
independencia del poder judicial, se han convertido en todo un símbolo
de la libertad y la democracia en Egipto. Al Bastauisi, actual
vicepresidente del Tribunal de Casación, fue ingresado en un hospital
el miércoles tras sufrir un infarto.
Gigantesco
dispositivo
La
maquinaria de seguridad desplegada ayer en el corazón de la capital
egipcia fue a todas luces desproporcionada. Miles de policías y
varios blindados estaban al pie del cañón para combatir a un puñado
de activistas prodemocráticos. "Todo esto por dos jueces y unos
pocos centenares de manifestantes", dijo, con ironía, un
vendedor ambulante. Los antidisturbios, con uniformes negros, escudos
y largas porras, acordonaron el perímetro del Palacio de Justicia a
lo largo de varias calles. La orden era impedir que nadie se colase
dentro de la zona protegida, y dispersar toda concentración excesiva
de gente. De esto último se encargó con contundencia un grupo de jóvenes
matones, vestidos de civiles, dirigidos por un oficial de paisano con
un revolver al cinto.
La
cita del jueves forma parte de la campaña que ha lanzado la oposición
laica, a la que se han adherido los Hermanos Musulmanes, la principal
fuerza de oposición en el Parlamento, para exigir a Mubarak que
cumpla las promesas de apertura democrática que lanzó a bombo y
platillo el pasado mes de septiembre, cuando renovó el cargo de
presidente por sexta vez consecutiva. Pero la desconfianza caló
pronto en la oposición. Meses después, su principal rival en los
comicios, el abogado Aymán Nur, fue sentenciado a cinco años de
prisión, por irregularidades en la formación de su partido, el Ghad.
Nur apeló con la esperanza de que el juicio vuelva a repetirse, pero
el tribunal denegó la petición.
Promesa
incumplida
La
principal promesa no cumplida por Mubarak, de 78 años, es derogar la
ley de excepción, que desde hace 25 años, tras el asesinato de Anuar
el Sadat, mantiene restringidas las libertades civiles y que permite
las detenciones indefinidas sin cargos. Para desesperación de la
oposición, el estado de emergencia ha sido prorrogado dos años más,
lo que ha irritado también a la UE y a EEUU, aliado del régimen, al
que alimenta con 2.000 millones de dólares anuales (1.560 millones de
euros).
El
Gobierno de El Cairo ha dicho que los recientes atentados terroristas
de Dahab, en el Sinaí, y los enfrentamientos de este año entre
cristianos y musulmanes en Alejandría, le ha obligado a tomar esta
decisión. Ha asegurado, además, que necesita tiempo para preparar
una ley antiterrorista que reemplace a la de excepción.
Pero
para la oposición no deja de ser una excusa para frenar toda reforma.
"La ley de excepción no aporta ni seguridad, ni estabilidad, ni
tampoco prosperidad a los egipcios", escribió esta semana en un
diario local el reconocido sociólogo egipcio Saad Eddin Ibrahim. La
ley "refuerza el monopolio del poder y de las riquezas". En
su opinión, hay que reemplazarla por una "una justicia
independiente y un régimen democrático".
Unos
200 detenidos
Hasta
ahora, en estas tres semanas de protestas, han sido detenidas más de
dos centenares de personas. Entre ellas, uno de los ciberdiaristas más
populares de Egipto, Alaa al Fatah, un joven de 23 años que participó
como invitado en la Conferencia Euromediterránea celebrada en
Barcelona el pasado mes de noviembre, y que ha convertido su página
web en una plataforma de la disidencia.
La
detención de Alaa ha generado la solidaridad del sector de los
ciberdiarios de los países árabes y de sus colegas occidentales, que
exigen en sus páginas su inmediata puesta en libertad.
A
pesar de la represión, la oposición política ha anunciado que
seguirá con los movimientos de protesta. "La realidad política
de este país es esta", dijo Alí. "Estamos gobernados desde
hace un cuarto de siglo por un régimen despótico, y la principal
fuerza de oposición, los Hermanos Musulmanes, es un movimiento
antidemocrático; es lamentable tener que optar entre el infierno del
PND y el paraíso de los islamistas. No hay más remedio que seguir
luchando", recuerda.
La
policía detiene a 200 Hermanos Musulmanes tras tomar el centro de El
Cairo
Agencia
EFE, 18/05/06
El
Cairo.– Miles de policías antidisturbios detuvieron hoy a unos 200
miembros del grupo islámico egipcio Hermanos Musulmanes que
intentaban manifestarse a favor de la independencia del poder judicial
en el centro de El Cairo.
Los
policías, muchos de ellos de paisano, tomaron desde primeras horas
del día varias avenidas principales del centro de la capital,
especialmente las que conducen a los influyentes sindicatos de los
periodistas y abogados, así como al Club de los jueces y la Casa de
la Justicia.
El
objetivo era impedir las manifestaciones de activistas de la oposición
en solidaridad con dos magistrados juzgados hoy por acusar al gobierno
de fraude en las elecciones generales de diciembre pasado, en las que
el Partido Nacional Democrático, del presidente Hosni Mubarak, logró
dos tercios de los 454 escaños de la Cámara.
Según
dijo a EFE Mohamed Habib, el número dos de Hermanos Musulmanes,
considerados la segunda fuerza parlamentaria, las detenciones de sus
simpatizantes ser produjeron en varias áreas cercanas al centro,
incluidas la plaza Abdelmunein Riad, el barrio Abasiya y la avenida Al
Galá.
Habib
indicó que entre los arrestados figuran Isam al Erian, uno de los
destacados miembros de Hermanos, y Mohamad Mursi, ex jefe del bloque
parlamentario de este movimiento que ocupa 88 de los escaños de la cámara.
La
intensa presencia policial impidió que activistas de grupos
opositores como los Hermanos Musulmanes, el Partido Al Ghad o el
movimiento Kifaya (Basta), consigan congregarse para expresar su
solidaridad con los jueces. Solo grupos de unas cincuenta personas
intentaban reunirse en distintas áreas del centro pero se veían
obligados a dispersar inmediatamente al ser perseguidos por los policías.
Centenares
de jueces egipcios, apoyados por asociaciones profesionales, grupos
políticos y de derechos humanos, realizan una campaña en favor de la
independencia del Poder Judicial y la derogación de la ley de
emergencia, que rige en el país desde 1981 y que fue prorrogada este
mes durante otros dos años.
El
pasado jueves fueron detenidos unos 300 activistas tras intentar
manifestarse en la capital, mientras que el sindicato de periodistas
denunció la detención de varios periodistas y la televisión qatarí
al Yazira aseguró que uno de sus reporteros fue maltratado y golpeado
por las fuerzas antidisturbios.
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