Controlar
Líbano: ¿condición para asaltar Irán?
Las
Naciones Unidas otra vez al servicio de EEUU e Israel
Por
Alberto Cruz CSCAweb, 24/05/06
"El mundo está
mirando únicamente a Iraq, pero debería no olvidar que en el tablero
de ajedrez las piezas aparentemente más inofensivas pueden dar un
jaque mate. EEUU está recomponiendo su estrategia en Oriente Medio y
moviendo sus piezas con el objetivo iraní. Y es bueno que el tema de
Iraq comience a ser unido a otras situaciones y no hacer de la lucha
de liberación nacional que allí se libra el ombligo del mundo."
El desprestigio de la
ONU es notorio; su sumisión a los intereses occidentales, también.
Hay excepciones, como es lógico y así se ha puesto de manifiesto
con las votaciones para elegir a los integrantes del flamante Consejo
de Derechos Humanos–, y no es lo mismo la Asamblea General que el
Consejo de Seguridad, el Económico y Social, el de Administración
Fiduciaria o la Corte Internacional de Justicia, por poner unos
ejemplos. Pero de todas estas instituciones sólo el Consejo de
Seguridad es determinante puesto que sus resoluciones son, o deberían
ser, de obligado cumplimiento mientras que las de las otras instancias
quedan más bien relegadas al ámbito de la moral. El ejemplo más
reciente es el proporcionado por la condena, matizada, del Comité
Contra la Tortura a EEUU por su actuación en las guerras de Iraq y
Afganistán, así como por el mantenimiento de la cárcel en el
territorio ocupado de Guantánamo (Cuba) y su petición de cierre,
desestimada por Condolezza Rice.
Hablar de cuántas
veces se ha utilizado el Consejo de Seguridad contra los países del
denominado Tercer Mundo sería largo; recordar que permite a Israel
continuar la ocupación de Palestina y territorios sirios y libaneses
es una obviedad; mencionar que en los últimos 16 años, tras el
derrumbe de la Unión Soviética, sus resoluciones han servido a los
intereses imperialistas sería recurrir a hechos conocidos y notorios.
Si como muestra vale un botón, sólo en lo que va de año se han
aprobado 29 resoluciones que se ocupan, o preocupan, de las siguientes
situaciones: Oriente Medio (3), Sudán (3), Eritrea y Etiopía (3),
Congo (3), Georgia (2), Afganistán (2), Costa de Marfil (2) y el
resto se reparte entre Haití, Somalia, los Grandes Lagos, el Sahara
Occidental, Liberia y otras cuestiones genéricas como protección de
civiles en conflictos armados, armas de destrucción masiva, crímenes
en la antigua Yugoslavia (2), etc.
La última resolución
aprobada lleva fecha del 17 de mayo y bajo el nombre genérico de
"Situación en Oriente Medio", vuelve a poner en el
disparadero a Siria por no haber cumplido las resoluciones que, desde
octubre de 2004 (la 1559) exigían a este país retirarse de Líbano
y, al mismo tiempo, el desarme de las milicias palestinas que protegen
los campos de refugiados y de la organización armada de Hezbolá [1].
Desde la aprobación de la resolución 1559 el Consejo de Seguridad ha
aprobado otras tres más, en mayo de 2005, en enero de 2006 y la de la
semana pasada. El denominador común de ellas es siempre el mismo:
Siria no se ha retirado totalmente de Líbano, las milicias palestinas
no se han desarmado, Hezbolá mantiene su brazo armado y, además,
desde Siria fluyen armas hacia estos grupos.
La aprobación de
esta nueva resolución 1680 era previsible [2] y hay que enmarcarla en
la recomposición de la estrategia de EEUU hacia Oriente Medio y el
conflicto con Irán. El ataque contra este país no es previsible,
pero no es descartable en un nuevo rasgo de locura del presidente Bush
y la panoplia de iluminados que le rodea a medida que se acerquen las
fechas de las elecciones presidenciales en EEUU y su popularidad, y la
del Partido Republicano, siga en caída libre. Sin embargo, el ataque
a Irán nunca se producirá mientras no esté asegurado uno de los
francos más débiles de toda la estrategia imperialista en Oriente
Medio: Líbano. No por lo que representa este pequeño país en la
zona, sino por la capacidad de crear desde allí serios problemas a su
principal aliado, Israel. No hay que olvidar que la guerra popular
puesta en marcha por Hezbolá, principalmente, logró la retirada
israelí del sur de Líbano el 25 de mayo del año 2000 tras una
ocupación de 18 años. De ahí el interés de EEUU, su tradicional
aliado, Gran Bretaña y el nuevo, Francia, en este pequeño país.
Tres países que en los últimos meses han redoblado su presión
contra Siria acogiendo a significados representantes de la oposición
el 18 de marzo recibieron a representantes del denominado Frente de
Salvación Nacional sirio, que abogaron públicamente por la ayuda
europea para el cambio de régimen– u otorgando asilo a desertores
del gobierno baasista. Tres países que no tan curiosamente, llevan la
voz cantante en el tema iraní junto a Alemania (tradicional aliado de
Israel).
Kofi
Annan como punta de lanza
Si lo mencionado
anteriormente sobre el Consejo de Seguridad es poco discutible, lo es
aún menos que Kofi Annan se ha convertido en el secretario general más
sumiso a los intereses imperialistas en toda la historia de la
organización multinacional. El ejemplo de Iraq es paradigmático,
pero no es el único. Ciñéndonos a Siria y Líbano, el pasado 18 de
abril presentó un informe de 26 páginas [3] al Consejo de Seguridad
en el que se asume, punto por punto, la tesis estadounidense y de sus
aliados, pasando por la ocupación israelí de territorios árabes
(Palestina, Siria y Líbano) como la luz por el cristal, sin tocarlo
ni mancharlo. Tan es así que en esas 26 páginas sólo hay una
preocupación, expresada en once líneas, por los "sobrevuelos
israelíes que violan la integridad territorial de Líbano". Por
el contrario, se extiende profusamente sobre la presencia siria en Líbano,
el tráfico de armas hacia sus aliados palestinos y shiíes, la
"disolución o desarme de las milicias libanesas y no
libanesas" y el proceso electoral (las fuerzas antisirias
libanesas acusan al actual presidente, Emile Lahoud, de ser prosirio y
buscan que abandone la presidencia antes de las elecciones, previstas
inicialmente para el año que viene).
Lo sorprendente de
este informe, que ha servido de base para la resolución ahora
aprobada por el Consejo de Seguridad, es que establece una relación
directa entre el mantenimiento del brazo armado de Hezbolá e Irán
como un factor de inestabilidad en el país del cedro. Sobre el
primero, dice que "el control de la Línea Azul [zona del sur de
Líbano fronteriza con Israel en la que hay destacados cascos azules
de la ONU] y sus inmediaciones sigue en su mayor parte en manos de
Hezbolá. En tales circunstancias, Hezbolá ha mantenido y reforzado
su presencia visible en la zona, mediante la instalación de puestos
de observación permanentes y puntos de control temporales y el envío
de patrullas; algunas de sus posiciones están en la proximidad
inmediata de posiciones de las Naciones Unidas", lo que violaría,
a su juicio varias resoluciones de la ONU y, en especial, la 1559 [4].
Annan, que califica a
Hezbolá como "la milicia más importante", acusa a la
organización shií de haber provocado "incidentes graves"
con Israel (y no al revés) a lo largo de esta línea y pide al Ejército
libanés que se despliegue a lo largo de la frontera para
"extender y ejercer plenamente su autoridad exclusiva y efectiva
en todo el sur del país" al tiempo que exhorta al gobierno libanés
a "hacer más por afirmar su autoridad en el sur del país,
ejercer el control y el monopolio del uso de la fuerza, mantener el
orden público en todo su territorio y evitar los ataques desde el Líbano
a través de la Línea Azul" [5].
La capacidad militar
de Hezbolá preocupa a Anan, que dice "no ha habido un cambio
apreciable en la situación y capacidades operacionales de Hezbolá",
que en febrero recibió un cargamento de armas desde Siria y que se
sigue considerando "un movimiento de resistencia" alegando
la permanente ocupación de la zona agrícola de Shebaa por Israel
(Annan reitera que la postura de la ONU es que son territorio sirio y
no libanés), algo inconcebible puesto que ese litigio debe resolverse
sólo por medios diplomáticos, en el marco de la ONU y dejando claro
que tiene que ser entre Líbano y Siria, no entre Líbano e Israel. En
cualquier caso, Annan no menciona que ese territorio, sea de quien
sea, está ocupado por Israel.
En un salto sin
precedentes, Annan afirma que "Hezbolá mantiene estrechos nexos,
por medio de contactos frecuentes y una comunicación regular, con la
República Árabe Siria y la República Islámica del Irán" [6],
con lo que da a entender que sin una presión hacia estos dos países
no será posible el desarme de Hezbolá. Un desarme que reconoce que
no será posible por la fuerza por lo que propone como "una buena
solución" su integración en el ejército libanés, tal y como
hicieron otras milicias en virtud del Acuerdo de Taif [impulsado por
Siria en 1989 y que puso fin a la guerra civil] y, así, anima "a
la necesaria cooperación de todas las demás partes pertinentes [en
la situación interna libanesa], especialmente la República Árabe
Siria y la República Islámica del Irán" para que se superen
las dificultades y de avance en el cumplimiento de la resolución 1559
[7].
El
Chalabi libanés
La resolución
aprobada por el Consejo de Seguridad insiste en estos hechos sin
mencionar expresamente a Hezbolá, al tiempo que muestra su satisfacción
porque todas las formaciones políticas libanesas hayan llegado al
acuerdo de desarmar a los palestinos, en un plazo de seis meses, fuera
de los campos de refugiados (especialmente en el valle de la Bekaa).
Aquí también se ha
seguido el hilo argumental del informe de Kofi Annan. El secretario
general de la ONU menciona al Frente Popular de Liberación de
Palestina–Comando General y a Fatah–Intifada como las principales
organizaciones palestinas con combatientes fuera de los campos de
refugiados, aunque se congratula de la disposición del primer grupo a
llegar a un acuerdo con el gobierno libanés sobre el tema de las
armas, y anuncia que cuenta con el apoyo y disposición del presidente
de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, para aplicar la
resolución 1559 en lo referente al desarme de los palestinos en Líbano.
Siria ha respondido a
esta resolución con una nota oficial de su Ministerio de Asuntos
Exteriores [8] afirmando que ha cumplido todas las obligaciones
emanadas de la resolución 1559 y que la ONU ha ignorado
"intencionalmente" estos hechos. Refiere que el enviado del
secretario general, el noruego Terje Larsen, confirmó ya en el mes de
febrero que estaba paralizado todo tráfico de armas desde Siria hacia
Líbano y que ese hecho no se recoge en la nueva resolución. Al mismo
tiempo, acusa a la ONU de parcialidad puesto que "si fuera el
objetivo de los adaptadores [del informe de Annan] de la resolución
1680 mantener la soberanía y salvaguardar el territorio libanés como
lo pretenden, ¿por qué no mencionaron a las violaciones continuas vía
aérea, terrestre y marítima de Israel sobre el Líbano?". Siria
se responde a sí misma diciendo que "dichas violaciones fueron
ignoradas intencionalmente en la resolución, lo que indica que si
trabajo va en servicio de los fines israelíes en la región".
Pero los intereses
imperialistas en Líbano, y en todo Oriente Medio, cuentan no sólo
con la ONU, sino con los Chalabi de turno. Al igual que el renegado
Adnan Chalabi se convirtió en el factor de presión más importante
en EEUU para convencer a la Administración Bush y al resto del mundo
de la necesidad de invadir Iraq y provocar un cambio de régimen, en Líbano
esa figura también existe y es la del druso Walid Jumblat.
El tres de mayo,
Jumblat que cuenta con 15 de los 128 escaños del parlamento libanés,
mientras que Hezbolá tiene 23, por citar el ejemplo contrario–
ofreció la ayuda de su partido a la oposición siria, se ha reunido
con los Hermanos Musulmanes sirios para mostrarles su apoyo, se ha
convertido en el único político libanés que no reconoce las granjas
de la Shebaa como territorio propio, sino sirio, y ha dicho públicamente
que "EEUU debería hacer en Siria lo mismo que en Iraq", es
decir, invadir el país [9].
El mundo está
mirando únicamente a Iraq, pero debería no olvidar que en el tablero
de ajedrez las piezas aparentemente más inofensivas pueden dar un
jaque mate. EEUU está recomponiendo su estrategia en Oriente Medio y
moviendo sus piezas con el objetivo iraní. Y es bueno que el tema de
Iraq comience a ser unido a otras situaciones y no hacer de la lucha
de liberación nacional que allí se libra el ombligo del mundo.
Notas:
[1]
Alberto Cruz: 'Los intereses imperialistas en Líbano: destruir a
Hezbollah y a los refugiados palestinos', CSCAweb, 7 de marzo de 2005.
[2]
Alberto Cruz: EEUU busca en Líbano recomponer su estrategia para
Oriente Medio, Rebelión / CSCAweb, 10 y 12 de abril de 2006.
[3]
Tercer informe semestral del Secretario General al Consejo de
Seguridad sobre la aplicación de la resolución 1559 (2004),
documento S/2006/248 de 19 de abril de 2006.
[4]
Ibid, apartado 42.
[5]
Ibid, apartado 44.
[6]
Ibid, apartado 68.
[7]
Ibid, apartado 90.
[8]
"Siria frente a la Resolución 1680 del Consejo de Seguridad de
la ONU", Ministerio de Asuntos Exteriores, 17 de mayo de 2006.
[9]
The Washington Post, 25 de enero de 2006.
.–
Del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.
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