Medio Oriente

 

Análisis sobre el conflicto con Líbano y un poco de historia

¡No más en mi nombre!

Por Iván Vanney
Desde Israel, para Socialismo o Barbarie, 14/07/06

Lamentablemente el titulo de este articulo –“¡No más en mi nombre!”– no es apropiado. Pese a los bombardeos que sufrimos los civiles israelíes por parte del movimiento de resistencia contra la ocupación Hezbollah, la mayoría de la población israelí apoya la iniciativa del gobierno sionista de atacar y reocupar Líbano.

¿Es realmente la invasión una respuesta “desproporcionada” al operativo llevado a cabo por Hezbollah?

Si consideramos los factores que influenciaron a esta decisión bélica, creeríamos que sí. Muchos medios especulan sobre el verdadero objetivo de Israel e incluso acusan al Estado sionista de haber planeado la guerra antes de los hechos que, según el gobierno israelí, provocaron la reacción sionista.

Sin embargo sabemos que Estados Unidos, a pesar de su apoyo incondicional a Israel en todos sus conflictos, no esta contento con la masacre en el Líbano, por ser su gobierno uno de los más pro-occidentales del mundo árabe y que responde a sus intereses. Así Condolezza Rice y Bush pidieron a Israel que se abstenga de continuar la invasión e intentan persuadir a la nación sionista de considerar a Siria como la culpable del operativo ejecutado por Hezbollah y de mantener vínculos directos con la organización islámica.

Es sabido que desde las amenazas hechas por EEUU hace aproximadamente un año contra Irán y Siria, ambos gobiernos pactaron un acuerdo de defensa mutua, por el cual si alguna de esas naciones sufriera una invasión, la segunda la asistiría militarmente. De aquí que podemos deducir que si Israel atacara Siria, como Estados Unidos pretende, y no Líbano (“¡Hijo, has errado! ¡Era el país de al lado!”) automáticamente Irán (el objetivo de Bush), quedaría implicado en la guerra... en la que evidentemente intervendría Estados Unidos.

Pero, entonces, surge de nuevo la incógnita: si Estados Unidos (aunque defienda a Israel ante la prensa internacional) no está detrás del ataque a Líbano, ¿por qué Israel invadió a Líbano?

En estos momentos no es fácil analizar esto y, personalmente, desde Israel, sólo podemos limitarnos, por ahora, a suponer y a descartar:

Sabemos que no se trata realmente de los dos soldados secuestrados por el Hezbollah, como el gobierno de Israel alega en sus discursos, debido a que los ataques no están principalmente dirigidos al Hezbollah, sino a la población civil libanesa. Un canal de televisión de Líbano fue destruido por la fuerza aérea israelí, así como el único aeropuerto internacional de ese país y el principal puerto. También, tras la apertura de las fronteras de Siria para los turistas en Líbano, Israel decidió bombardear la principal ruta que une a ambos países: así, más de 70 civiles que viajaban fueron asesinados, incluyendo niños y se han reportado más de cien heridos. También fueron bombardeadas bases militares del ejercito oficial libanés que hasta el momento no ha reaccionado contra Israel. Por esos motivos, podemos suponer que el objetivo no es Hezbollah.

Inmediatamente después del operativo de Hezbollah en el que los dos soldados fueron secuestrados, Amir Peretz, el ministro de Defensa israelí, aseguro que evitaría tomar medidas contra Siria. Aunque tratándose del gobierno de Israel nunca tendremos la certeza de que sea cierto, militarmente seria inseguro para Israel abrir un tercer frente, sobre todo cuando el frente del Líbano, representado por una guerrilla pobremente armada, le ofrece a Israel una resistencia contundente. Pero políticamente al nuevo gobierno de Ehud Olmert –acusado por la mayoría de la población israelí y los partidos derechistas de ser un gobierno incapaz de dominar el conflicto con Palestina– no se le presentan muchas alternativas.

Hay algo que los lectores deben conocer sobre este país: en Israel la izquierda o la derecha política no se diferencian exactamente por propuestas sociales o económicas, sino por la política internacional. Los partidos que promueven la paz son clasificados como “izquierdistas”, mientras que los de “mano dura” son “derechistas”.

Kadima, el nuevo partido del primer ministro Ehud Olmert, sigue los pasos de su antecesor, Ariel Sharón, nada estúpidos por cierto. Si bien la comunidad internacional siempre culpó a Sharón por las masacres que ordenó y en las que participó, en el ultimo tiempo de su mandato –sin variar el objetivo y sus deseos de conquista y opresión de los palestinos– decidió abandonar el camino militar y lograr sus objetivos por otros medios: la prensa internacional, la “diplomacia” y un discurso “pacifista”. Es por eso que la "zoociedad" israelí lo denominó como un “izquierdista infiltrado”.

Ehud Olmert, un pobre hombre que repentinamente heredó el trono a causa de los problemas de salud de Sharón, siguió su línea política, la preferida por la "zoociedad" israelí, consciente de su imagen internacional. ¿Qué mejor que una retirada dolorosa, imágenes de TV mostrando a judíos expulsando a otros judíos en Gaza y nuevamente el dolor de Israel y su “sacrificio por la paz”, para provocar un giro en la opinión internacional? Las masacres contra el pueblo palestino ya carecían de efectividad, y la solución fue la famosa “retirada unilateral”, lo que en términos reales significa la permanencia de la ocupación en los territorios sagrados, las fronteras definitivas decididas únicamente por Israel. Pero, para el mundo, esto fue solamente una retirada de los territorios ocupados.

Pero a Ehud Olmert y a EEUU inmediatamente se les presentó un problema: las elecciones en Palestina, las más democráticas del mundo árabe, que dieron el triunfo a Hamas.

Era la nueva piedra en la bota sionista: un gobierno que prohibiría el interés en prestamos bancarios, que invirtió durante un año todos sus ingresos en la reconstrucción de Palestina, colegios y hospitales, un gobierno capaz de demostrar que Palestina puede ser un Estado independiente y progresar más aun que Israel y bajo leyes más democráticas, dando acceso a su ciudadanía sin importar el origen racial, y admitiendo el matrimonio mixto, a diferencia de Israel. Un gobierno que ofreció la paz a cambio del retorno a los territorios de 1967… Pero Hamas responde a Irán... Hamas representa al Islam más peligroso para Occidente por tener representación cristiana en el parlamento palestino y a mujeres, demostrando no ser un partido retrógrado, como Israel y Estados Unidos alegan para llevar a cabo sus guerras.

Desde el comienzo de su mandato, Israel y Estados Unidos no cesaron de probar distintas tácticas para derrocar a ese gobierno. Desde someter al pueblo palestino al hambre hasta intentar asesinar al primer ministro palestino… Pero la oportunidad de asestar un duro golpe contra Palestina se presento hace tres semanas cuando en un operativo militar Hamas secuestró a dos soldados israelíes en respuesta al asesinato de más de veinte civiles, incluyendo niños…

Nuevamente la "zoociedad" israelí cuestionó al gobierno de Olmert y lo acusó de no estar capacitado para dominar la situación con Palestina… Amir Peretz, el ministro de Defensa de Israel no está capacitado en absoluto para su estatus, habiendo cumplido el servicio militar con un rol de muy baja categoría militar, un hecho reconocido por el mismo y por la "zociedad" israelí.

La presión social sobre los dos principales líderes de Israel se acentuó y decidieron desencadenar la conocida masacre en Gaza, en la que aproximadamente cincuenta palestinos fueron asesinados, y gran parte de Gaza destruida, una acción que recibió el visto bueno de la mayoría de la población y el apoyo de los partidos de derecha.

Tres semanas más tarde desde el Libano, Hezbollah, siguiendo el ejemplo de Hamas, en otro operativo, tomó prisioneros como objeto de intercambio a dos soldados israelíes, provocando la misma reacción por parte del gobierno de Olmert, nuevamente apoyado por la mayoría de la sociedad israelí.

A mi juicio, considerando tanto la política interna como internacional de Israel, el ataque a Líbano no se debe a una estrategia elaborada en conjunto con Estados Unidos, sino a la política interna y a la inexperiencia del nuevo gobierno. Sin embargo, a pesar de las declaraciones del ministro de Defensa acerca de Siria, y teniendo presente la presión de Washington, no queda descartada la posibilidad de aprovechar este conflicto para invadir Irán, usando a Siria como carnada.

Por mi parte, y en nombre de todos los judíos del mundo que queremos un estado en paz, que ya no nos avergüence más, digo: ¡no más muerte en mi nombre!