Bush
justificó la ofensiva militar contra el Líbano
"Israel
tiene derecho a defenderse", afirmó
Por
Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EEUU
La Nación, 14/07/06
Washington.–
A contramano de otras potencias integrantes del Grupo de los Ocho
(G–8) y de la Unión Europea (UE), el presidente George W. Bush
justificó ayer los ataques de Israel contra el Líbano, aunque planteó
que deberá cuidarse de no debilitar al gobierno de Beirut porque
"el día después" podría resultar aún más peligroso para
sus intereses.
"Israel
tiene derecho a defenderse", planteó Bush en Alemania, en una
escala previa al cónclave del G–8 que se llevará a cabo este fin
de semana en Rusia, al exponer su reacción ante la muerte y el
secuestro de soldados israelíes y los ataques con misiles de
Hezbollah en su territorio.
Bush
se mostró más cercano a la posición israelí que los gobiernos de
Francia y Rusia, entre otros. Pero también planteó que "haga lo
que haga Israel, no debería debilitar al gobierno de Siniora en el Líbano",
en alusión al primer ministro Fouad Siniora. "Mi preocupación
es que actividades de Israel para protegerse debilitarán o derribarán
ese gobierno", destacó Bush.
"Dicho
esto, la gente necesita protegerse. Toda nación debe defenderse
contra ataques terroristas y la matanza de vidas inocentes. Es una
parte necesaria del siglo XXI", sostuvo. La escalada bélica en
una de las zonas más sensibles de Medio Oriente se desató en un período
de creciente aislamiento de la administración Bush. Cuenta con un bajísimo
apoyo entre los estadounidenses y afronta continuos desafíos en la
arena internacional.
El
apoyo de la Casa Blanca a Israel amplió, por lo pronto, las
desavenencias con el resto del llamado "cuarteto"
internacional –la UE, las Naciones Unidas (ONU) y Rusia–, que
rechazaron la ofensiva israelí o la calificaron de
"desproporcionada".
Las
diferencias complican además los planes de Bush, que buscará durante
la cumbre del G–8 de este fin de semana en San Petersburgo acordar
una posición común ante las ambiciones nucleares de Irán y Corea
del Norte, al tiempo que busca una salida para sus tropas en Irak que
incluya un soporte multilateral.
La
debilidad de Bush resulta hoy evidente, a un año y medio de iniciar
su segundo mandato. Desde su ascenso a secretaria de Estado,
Condoleezza Rice aplica más realismo en su política exterior, lejos
de la agresividad y el sesgo ideológico neoconservador de los
primeros años. "Es extremadamente importante que Israel ejercite
moderación en sus actos de defensa propia", advirtió ayer en
Alemania.
La
tapa de la revista Time es elocuente en la evolución de la Casa
Blanca: "El fin de la diplomacia vaquera", titula su nota
central del último número. Similares análisis se repiten en otros
medios, conservadores y progresistas: National Review, Foreign
Affairs, The Washington Post y The New York Times, entre otros. La
evolución se cimentó con los traspiés sufridos en Irak, que
debilitan la presencia de Estados Unidos en los foros globales,
sostiene un número creciente de académicos y voces militares de este
país.
Ideales
y capacidades
"Bush
propuso una visión audaz, pero uno debe juzgar una visión según el
equilibrio que tenga entre ideales y capacidades. Cualquiera puede
armar una lista de deseos, pero visiones efectivas combinan inspiración
y viabilidad", expuso el profesor de la Universidad de Harvard
Joseph Nye. Esto resultó patente, destacan sus críticos, desde que
la Casa Blanca difundió su Estrategia de Seguridad Nacional en
septiembre de 2002, cuando trazó la doctrina de los ataques
preventivos unilaterales y la democratización forzosa de regímenes
dictatoriales. Los tres países del "eje del mal" –Irán,
Corea del Norte e Irak– representan hoy desafíos mayores que cuatro
años atrás.
"Pusimos
en alerta a tres países y atacamos a uno de esos de manera
preventiva. Ahora nos encontramos con que es un trabajo cuesta
arriba", lamentó el general (RE) Joseph Hoar, que lideró el
comando central militar entre 1991 y 1994. "Mientras tanto, Corea
del Norte e Irak eligieron caminos distintos de los que queríamos que
tomaran", recordó.
Pero
la administración republicana reafirma su apoyo tradicional a Israel.
Su embajador ante la ONU, John Bolton, vetó ayer por
"desbalanceado" un proyecto de resolución del Consejo de
Seguridad que condenaba la ofensiva israelí en Gaza. La Casa Blanca
considera que Israel sólo respondió al secuestro por Hezbollah de
dos soldados y que una tregua dependerá del grupo terrorista y de los
países que lo apoyan.
"Hemos
pedido a Siria e Irán que ejerciten el control que tienen sobre
Hezbollah para que liberen sanos y salvos a los dos militares.
Hezbollah recibe apoyo material de Irán. Y el gobierno sirio le
provee apoyo político", afirmó el vocero del Departamento de
Estado, Sean McCormack.
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