¿Cómo
las grandes cadenas televisivas manipulan la masacre de Israel en Líbano
y Gaza?
Por
Manuel Freytas
IAR–Noticias, 14/07/06
El mundo está
compuesto por miles de millones de individuos que se rigen por un
axioma elemental: miro la televisión y luego existo. Y las grandes
cadenas televisivas se encargan de que el genocidio militar de Israel
en Gaza y Líbano, simplemente, no exista. Aquí le contamos como lo
hacen.
Durante un mes, el
Mundial de fútbol de Alemania convocó la atención en vivo de más
de tres mil millones de personas en todo el planeta gracias a que las
cadenas internacionales difundían en directo ese evento durante las
24 horas.
Países enteros
movilizados por las grandes cadenas televisivas se paralizaron frente
a las pantallas de TV, y multitudes salieron a las calles a celebrar
el triunfo de sus equipos con muestras de risas o festejos, o de
llantos colectivos, cuando la formación que los representaba quedaba
eliminada del mundial.
Durante un mes, y
gracias a la televisión, el Mundial de fútbol, 22 tipos que corren
detrás de un balón, un negocio de las trasnacionales y de los medios
de comunicación que mueve 8.000 millones de dólares, se convirtió
en una cuestión central y determinante en la vida de miles de
millones de personas que permanecieron clavadas frente a los
televisores mientras duró la competencia.
La "fiesta
colectiva" (difundida por TV) del
Mundial de Alemania se convirtió en una cuestión "estratégica"
de Estado para los
gobiernos de las naciones, tanto dependientes como centrales, que
decretaban asueto laboral para que sus ciudadanos no se perdieran los
partidos y pudieran celebrar en las calles.
Hace quince días, el
Estado de Israel comenzó un genocidio militar, primero en la Franja
de Gaza, y ahora en el Líbano, cuyo desenlace operativo ya ha costado
la vida (hasta ahora) de
más de 150 personas (entre palestinos y libaneses) entre ellos
mujeres, niños y hasta bebés, además de la tremenda destrucción de
infraestructura y medio ambiente dejada por los bombardeos contra
poblaciones civiles indefensas.
Se trata de una
masacre militar de características inéditas, de una superpotencia,
el Estado judío de Israel, que utiliza contra poblaciones desarmadas
cazas F–16, artillería
pesada, tanques y blindados, aviones
espías sin piloto que vigilan todos los espacios y lanzan sus misiles
orientados a blancos (asesinatos) selectivos, helicópteros Apache que
atacan las 24 hs., e infantería cubierta por los blindados, que
avanza y rodea las ciudades.
Ante esta carnicería
militar, a la que se agrega el genocidio causado por la emergencia
sanitaria y alimentaria de las poblaciones bloqueadas por las tropas
judías, ningún gobierno del mundo decretó asueto nacional, ninguna
de las poblaciones que se movilizaron para celebrar el Mundial de fútbol
de Alemania mueven un dedo ni se dan por "enteradas" de la
tragedia.
Los miles de millones
que se emocionaron, rieron o lloraron, con el Mundial permanecen
indiferentes ante el asesinato en masa de seres humanos bombardeados
por una superpotencia invasora,
en el colmo de la impunidad y del silencio cómplice de las potencias
y de sus organizaciones internacionales.
¿Qué le pasa a esta
humanidad que se conmueve y llora con 22 tipos rentados corriendo detrás
de una pelota, y no derrama una sola lágrima ni se conmueve con el
asesinato masivo de sus semejantes?
¿Cómo se llegó a
esta aberración, a este individualismo atroz, a esta deshumanización,
a esta indiferencia ante la muerte y la vida, donde los únicos
factores de movilización colectiva son los
ídolos deportivos y los personajes de la farándula?
La pregunta tiene
respuesta: se llegó con la televisión.
Se llegó a esto con
la sociedad de consumo, con la manipulación informativa para vender
productos, espectáculos, farándula, ídolos deportivos, modas
fashion, celulares, y, en general, todo lo que sea rentable para los
consorcios capitalistas mediáticos, trasnacionales y locales, que
controlan y direccionan conducta colectiva mediante la "información"
o el "entretenimiento".
Pero así como las técnicas
de manipulación sirven para alienar conciencias con la "TV
espectáculo", también sirven para esconder la realidad, crear
cortinas de humo, y fabricar "atención social", o
"indiferencia", ante los distintos acontecimientos locales o
internacionales que se van sucediendo.
El
"mostrar" o "esconder" tal o cual acontecimiento,
depende de los intereses que eventualmente tengan los gobiernos y
consorcios mediáticos sobre el mismo.
Así como las cadenas
internacionales "vendieron" y mostraron masivamente el
Mundial de Alemania (que distrajo por un mes la atención de los
problemas reales), de la misma manera ocultan la masacre producida por
Israel en Gaza y Libano, de la misma manera que lo hacen en Irak o en
otras partes del planeta sometidas a la conquista y al genocidio
militar por el control de mercados y de recursos estratégicos.
La
manipulación informativa
La primera técnica
que utilizan las grandes cadenas (tanto televisivas como radiales y
escritas) es la descontextualización del lenguaje, la deformación
significante de los hechos, que permite dar una interpretación
diferente a lo que en realidad está sucediendo.
Así, por ejemplo, en
relación a Líbano y Gaza, la prensa internacional sustituye la
palabra invasión (lo que en realidad está sucediendo) por
"conflicto" , "enfrentamiento" o
"crisis", quitándole a Israel su carácter de potencia
agresora y poniendo a Gaza y Líbano, países invadidos, en la misma
igualdad de condiciones que las fuerzas invasoras.
De igual manera
sustituyen la palabra "asesinato" (lo que realmente está
ejecutando Israel en Gaza y el Líbano) por "muerte de
personas", lo que le quita el significante real al genocidio
militar israelí realizado sobre poblaciones civiles desarmadas.
Otro punto de la
deformación del lenguaje para esconder la realidad, consiste en
presentar las acciones de los grupos combatientes que resisten la
invasión (con recursos logísticos y armamento precario frente a una
superpotencia) en el mismo nivel que la potencia israelí invasora.
De esta manera,
llaman "guerra" tanto a las masacres militares de Israel
sobre poblaciones civiles como a las acciones defensivas de los grupos
combatientes que defienden su territorio, nivelando el significante
entre el "invasor" y el "invadido".
La segunda técnica
que utilizan las grandes cadenas para deformar la comprensión de la
masacre israelí en Gaza y el Líbano es la "jerarquización de
la noticia", mediante la cual minimizan y restan gravitación
social movilizante frente al genocidio.
Veamos
como lo hacen:
Las grandes cadenas,
cuando quieren imponer un "eje de información" o de
"noticia" lo imponen. Y lo imponen mediante
una metodología: con repetición encadenada y con coberturas
en vivo.
Si las grandes
cadenas televisivas trasnacionales trasmiten una cobertura en vivo,
imponen planetariamente la información a las cadenas y medios locales
que la retrasmiten y potencian a las sociedades ubicadas en su área
de influencia.
Así como el medio es
el mensaje (según la teoría de Mac Luhan) la TV es la masividad del
mensaje globalizado a nivel planetario, y lo que no está en las
pantallas simplemente no existe.
Pero en este caso, el
genocidio producido por Israel en Gaza y Líbano, las cadenas no lo
ocultan sino que lo deforman y le quitan su significante de hecho
trascendente y de tragedia humana universal.
¿Y
cómo lo hacen?
Como ya se dijo, a
través de la manipulación, la TV internacional puede imponer desde
un mundial de fútbol hasta los temas más estúpidoss de la tierra
como si fueran de "interés general", o puede quitar
relevancia a hechos trascendentes de importancia clave para el destino
de la humanidad.
O sea, que de la
misma manera que tiene el poder de imponer lo que al sistema le
interesa, cuenta con el poder de ocultar lo que perjudica al sistema.
¿Y cómo lo hacen?
Simplemente "valorizando" y "jerarquizando"
la información.
Lo que se destaca
como información principal, a lo que se da carácter de cobertura en
vivo, es lo que lee y
registra el televidente como acontecimiento central.
Y aquí está la
trampa: el genocidio de Gaza y el Líbano no figuran como
"información principal" relevante de las grandes cadenas,
sino como un "agregado informativo" en el gran paquete de la
información diaria.
Si bien está en
todos los segmentos de noticias, no cuenta con la relevancia y la dinámica
de una cobertura con corresponsales en vivo en los diferentes teatros
de los hechos, con opiniones de testigos, protagonistas de la masacre,
relatando la tragedia en vivo y en directo.
En el caso de Gaza y
Líbano, la CNN, y las grandes cadenas no ocultan la información, la
achican, la deforman, la reducen en significación, para evitar la reacción
emocional del televidente que la consume casi con indiferencia.
Se pone la información
(en este caso Gaza y Líbano) detrás, se la despoja de relevancia y
de titulares impactantes, se le quita a las imágenes la música de
fondo, se la "desdramatiza", y se la convierte en una
"noticia más".
Por otra parte, las
cadenas con la CNN a la cabeza, seleccionan las imágenes, evitando
puntillosamente mostrar los rastros asesinos de los bombardeos israelíes
sobre las poblaciones civiles y sus víctimas, personas comunes
asesinadas, entre las que se incluyen mujeres y niños.
La manipulación mediática
del genocidio producido por Israel en Medio Oriente apunta a lo
masivo: y lo masivo es la TV.
La jerarquización y
difusión de información en Internet no tiene incidencia masiva: las
agencias que titulan en primer plano sobre el genocidio en Gaza y Líbano,
son proveedoras de radios, TV y diarios que luego deciden sobre la
valorización y presentación de las mismas ante la opinión masiva.
O sea que no se la
oculta (a la información) , se la manipula con la "jerarquización
" y la "valorización".
La noticia del
genocidio israelí en Gaza y Líbano
está en todas las cadenas y TV locales, pero no se le llama genocidio
sino conflicto, no hay un ejército poderoso y superior que ataca sino
"combates" entre pares, el ejército israelí y la guerrilla
(del país invadido) que "ataca a Israel"
La técnica con la
que habitualmente los consorcios mediáticos televisivos, y sus
repetidoras locales, arman las coberturas para movilizar a miles de
millones de televidentes, en el caso de Gaza y Líbano es utilizada
para convertir al genocidio producido por Israel
en una especie de "información burocrática" y
aburrida.
Esa es la razón
principal por la cual la masacre de Gaza y el Líbano producida por
Israel casi "no existe" para los miles de millones de
televidentes que consumieron el Mundial de Alemania (22 tipos
corriendo detrás de una pelota) como la razón principal y
determinante de sus vidas.
El mundo está
compuesto por miles de millones de individuos que se rigen por un
axioma elemental: miro la televisión y luego existo.
Y las grandes cadenas
televisivas se encargan de que el genocidio militar de Israel en Gaza
y Líbano, simplemente, no exista.
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