La
protección materna no salvó la vida de los niños de Qana
El
abrazo de las madres fue inútil
Por
Béatrice Khadige
AFP, desde Qana
El País, Madrid, 31/07/06
Enviado por Correspondencia de Prensa
Algunas mujeres
abrazaron a sus hijos para protegerles de la muerte. Pero esta última
protección irrisoria no bastó a los niños de Qana, este pueblo del
sur de Líbano en el que un bombardeo israelí ya mató, hace 10 años,
a un centenar de civiles. Ayer hubo 54 muertos, de los que al menos 27
eran críos.
Vestidas con
pantalones de pijama floreados, las madres yacían sin vida en el
suelo con los ojos abiertos, una expresión de terror, y con sus
brazos apretando a sus hijos hasta asfixiarlos. En el edificio, recién
construido, en la ladera de la colina sólo queda en pie un tercer
piso en un equilibrio precario.
El propietario, un
empresario tabacalero, lo mandó construir con un sótano. Allí se
refugiaron los vecinos y una quincena de minusválidos, mentales y físicos.
En total, 63 personas. Sólo ocho adultos salvaron la vida.
"Me encontré a
las mujeres, en posición fetal, pegadas contra la pared, convencidas
de que el muro las protegería, pero sucedió lo contrario",
explica entre sollozos Naim Rakka, jefe del equipo de Protección
Civil que dirigía el rescate. "Su decisión resultó ser
fatal", prosigue, "porque el muro se cayó sobre
ellas". Los socorristas carecían de instrumentos y trabajaban
con sus manos desnudas para extraer los cuerpos sin vida de los
escombros polvorientos. Los niños, en pijama, eran tapados con mantas
y trasladados a una casa adyacente.
Mientras los
socorristas se afanaban en el pueblo, en el que una decena de
edificios habían sido destruidos de noche, la aviación israelí seguía
bombardeando los alrededores de Qana.
"¡Bush toma su
whisky y cuenta los muertos!", gritaba histérico un aldeano que
había perdido a varios familiares.
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