Medio Oriente

 

Ideologías inculcadas a la sociedad israelí

“Una vida no tiene precio”... ¿más de 50 sí?

Por Iván Vanney, desde Israel para Socialismo o Barbarie

El mundo se muestra indignado ante la masacre del 30 de julio en Qana (Líbano), donde más de 50 civiles fueron masacrados por la fuerza aérea del Ejército de ocupación israelí, 37 de ellos eran niños… y no se comentó de los heridos (¡mutilados!). Sin embargo, lo más indignante no fue el hecho en sí, sino la reacción tanto del gobierno sionista como de amplios sectores de israelíes. ¡No sólo no se excusan, sino que culpan a las propias víctimas del ataque! Muchos se preguntan cómo es esto posible. Aquí intentaremos una explicación.

En Israel, los medios de comunicación (y buena parte de la población) acusa al mundo de haber tomado un “giro antisemita”. Dicen que, según la prensa internacional, “Israel es siempre culpable y los árabes son siempre las victimas”. Aunque en verdad gran parte de la prensa mundial es en mayor o menor medida pro-israelí, no hay casi medio de comunicación que trate de aparecer como “neutral” u “objetivo”, que no haya sido tildado de antisemita en Israel.

No sólo sitios web como Rebelión, Indymedia o A-Infos (que generalmente critican a Israel) son acusados de “antisemitas”. También acusan a diarios como Clarín o Página 12 de Argentina, El País de España, Noticias de Chile e innumerables canales de TV, que son insultados por el simple hecho de publicar fotografías, videos o noticias en los cuales el Ejército de Israel viola los derechos humanos. ¡Hasta el antiguo diario israelí Haaretz es calificado así!

Pero veamos qué tienen el gobierno y la sociedad israelí para decir, no sólo sobre la masacre de Qana, sino sobre la matanza indiscriminada de árabes. Éstas son algunas de las justificaciones que dictan el gobierno y los medios, y que, lamentablemente, la mayoría de la gente repite:

1) “Los «terroristas islámicos» acostumbran a disparar rodeados de niños para evitar que las Fuerzas de «Defensa» de Israel abran fuego contra ellos.”

2) “Los «terroristas islámicos» ocultan explosivos y arsenales en viviendas de civiles, para que el Ejército de «Defensa» de Israel, al destruirlos, mate por «error» a mujeres y niños, y así puedan ganar las simpatías de la opinión internacional.”

3) “Los «terroristas islámicos» envían a sus hijos a inmolarse, porque así lo ordena el Corán, o simplemente por honor.”

4) “Los «terroristas islámicos» enseñan a sus hijos a odiar a los judíos, simplemente porque somos judíos.”

¿Se esconden detrás de los niños?

El primer punto es el argumento más empleado por la prensa sionista y el gobierno israelí para responsabilizar a la resistencia árabe de sus propios crímenes.

¿Pero acaso no participaban ancianos, mujeres y niños en los enfrentamientos armados de los sionistas contra la población árabe, antes de la creación del “Estado de Israel”?

Algunos métodos de combate empleados en ese entonces por los sionistas eran similares a los empleados hoy por luchadores árabes... Llamemos a eso “terrorismo”, para consentir a los lectores sionistas que puedan leer este artículo... y también para “hacer honor” al famoso atentado del hotel King David (el 22 de julio de 1946), donde el Irgún (una organización armada sionista, de donde provino el partido Likud de Ariel Sharon) asesinó a 91 ingleses, árabes y judíos, y otras decenas quedaron heridos.

Hoy, orgullosos, los kibutznikim (habitantes de kibutzim, plural de kibutz) recuerdan con honor aquellas épocas en la que los niños y mujeres también participaban en la “resistencia”. Pues bien, es lo mismo que hacen hoy los palestinos... y es lo que Israel usa para condenarlos ante la opinión internacional.

Por otro lado, recordemos que no hay en la historia revuelta popular en la que las mujeres y los niños no hayan tomado parte... sobre todo cuando el enemigo reaccionario no discrimina entre niños, mujeres y hombres.

Algo muy distinto a lo descrito es que los llamados “terroristas palestinos” seleccionen lugares poblados por niños para abrir fuego contra el Ejército de ocupación israelí, algo que hasta hoy no ha podido ser probado por Israel.

Por el contrario, la larga lista de décadas de masacres de civiles llevadas a cabo por Israel es innumerable... y en ellas está probado y reconocido que no había “terroristas islámicos” rodeados de niños ni fabulosos “arsenales”.

¿Qué arsenal había en la aldea Deir Yassin, donde fueron asesinados 120 árabes, casi todos niños, el 29 de noviembre de 1947, que inició la “limpieza étnica” para expulsar a cientos de miles de árabes? ¿Qué arsenal se ocultaba en la aldea Kfar-Qassem, donde el 9 de abril de 1957 49 civiles árabes fueron sistemáticamente asesinados?

En esa larga lista de masacres que se suceden desde hace 60 años –al igual que la de Qana–, miles de niños fueron asesinados y cientos de miles de árabes han sido expulsados también de sus hogares. Las matanzas alcanzaron incluso a muchas aldeas pacíficas que se negaban a colaborar con la resistencia árabe por miedo a represalias del Ejército de ocupación. Sin embargo, Israel también castigó a sus habitantes.

Hasta el día de hoy, viviendas, centros públicos y campos de refugiados son bombardeados sin que Israel pueda probar a la comunidad internacional la presencia de materiales explosivos o armas.

Por otra parte, no ignoremos que el Ejército de ocupación sí lleva a niños israelíes a sus arsenales. Aquí están estas fotos terribles, que han circulado por todo el mundo: ¡niños israelíes son llevados para que autografíen y escriban mensajes de odio en los proyectiles que van a ser arrojados sobre otros niños como ellos!

Y asimismo, si algún misil de la resistencia árabe cayera en ese lugar, mataría inevitablemente a esos niños.

¿El Corán, “manual de terrorismo”?

Quien tenga un mínimo de conocimiento de las religiones sabe muy bien que el Corán no es un “manual de terrorismo”. ¡Que señalen el capítulo del Corán donde estaría eso escrito!

El Islam en ningún pasaje hace apología de la matanza de civiles, aunque sí insta a los musulmanes a tomar las armas cuando tengan que defenderse.

Considerando la situación actual y las agresiones que el mundo islámico está sufriendo, toda resistencia es en defensa propia. Y eso no sólo si nos basamos en el libro sagrado de los musulmanes. También si consideramos las leyes internacionales establecidas por las mismas Naciones Unidas, que otorgan a los pueblos el derecho a combatir a un invasor por todos los medios posibles.

Niños sin sonrisas

Psiquiatras palestinos han señalado un fenómeno que azota a los niños de los territorios ocupados: son incapaces de esbozar una sonrisa.

Viven sometidos al terror permanente, aterrorizados ante la incertidumbre que provocan las repentinas actividades del Ejército sionista en los territorios ocupados.

Son testigos de cómo los soldados golpean a sus padres en los puestos de control. Con humillación contemplan la impotencia de éstos, incapaces de hacer frente a los soldados armados, y de ellos depende poder pasar “al otro lado” para trabajar y llevar el pan a casa.

Cuando lo que debería ser su figura paterna no logra inculcar en el hijo un sentimiento también de protección, los niños palestinos consideran a los militantes de las organizaciones armadas como sus únicos protectores, los únicos capaces de hacer frente al Ejército de ocupación. Es así que los niños crecen “terroristas”... no son más que un producto made in Israel.

¿Enseñan a “odiar a los judíos”?

Uno de los preceptos que el profeta Mohammad (Mahoma) legó a los musulmanes fue el de respetar a los judíos y el de protegerlos ante las agresiones, por ser sus primos.

Los musulmanes sunnitas reconocen este precepto, aunque por razones evidentes no puedan cumplirlo. El 92% de los musulmanes del mundo son sunnitas y el 8% son shiítas. Los palestinos son sunnitas, mientras que los guerrilleros de Hezbollah y la mayoría de la población en Irán son shiítas.

Admito que la comunidad shiíta (que, reitero, no representa más del 8% de los musulmanes del mundo) ha incorporado material antisemita en su ideología. Sin embargo, la enorme mayoría de los musulmanes del mundo reconocen el precepto del profeta Mohammad, y están muy lejos de las ideologías antisemitas (¡además, ellos también son semitas!).

En varios comunicados, los líderes de Hamas han reconocido la trágica historia del pueblo judío y también el holocausto, solidarizándose, aunque por supuesto cuestionan la creación de un Estado que implique la expulsión de los legítimos habitantes de su territorio.

La base político-social de Hamas tampoco es similar en absoluto a la que tuvo el nazismo, y en reiteradas declaraciones distintas organizaciones palestinas afirmaron que judíos y árabes pueden convivir en paz y con igualdad de derechos en un Estado democrático que contemple a ambos pueblos.

De ninguna manera la educación en Palestina tiene rasgos antisemitas, como afirman los medios sionistas. Si en las clases de geografía, se muestra al territorio sobre el cual se estableció el Estado Sionista como territorio palestino, entre esto y el antisemitismo hay diferencia. ¿Guardamos acaso los argentinos sentimientos racistas contra los ingleses por afirmar que las Malvinas están en territorio argentino?

¿Quién imparte una educación racista?

Por el contrario, es en Israel en donde se imparten clases de racismo en las escuelas y durante el servicio militar. Esa es la razón por la cual han sido boicoteadas internacionalmente las Universidades de Haifa y Barilan.

“¡Mavet le arabim!” (¡muerte a los arabes!); “arabi tov, arabi met” (el árabe bueno es el árabe muerto): ¡esas son las frases populares que se les enseña a los niños israelíes y que acostumbran a escribir con aerosol en las calles! Con frecuencia, a los comunistas e izquierdistas se nos llama “árabes”, como un insulto.

Las fotos que aquí publicamos también son prueba de la educación retrógrada que se imparte.

No es que los sionistas desconozcan todo esto (muchos sí, pero no hace la diferencia). El nacionalismo y la fe en “el pueblo elegido” que se les ha metido en la cabeza son de tal magnitud que todos los crímenes están justificados. El pueblo sionista es también víctima de un sentimiento de paranoia provocado por la prensa de Israel y por la derecha para triunfar en las elecciones.

Aunque nosotros sepamos que en Qana no se almacenaban armas, ni que Hezbollah asesinó a sus compatriotas, como asegura Israel, la mayoría del pueblo esta persuadido de ello. Por eso está tan indignado por las imágenes difundidas por la prensa y la TV internacional, como nosotros lo estamos por la masacre y las mentiras del gobierno israelí.