La
triple alianza
USA,
Turquía, Israel y la guerra contra Líbano
Por
Michel Chossudovsky [1]
Globalresearch, 06/08/06 / Rebelión, 16/08/06
Traducido
del inglés por Germán Leyens [2]
Aunque
el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan ha condenado a Israel
por las atrocidades cometidas en Líbano, su gobierno sigue siendo un
fiel aliado de Israel y un protagonista militar importante en Oriente
Próximo y Asia Central, con estrechos vínculos con Washington, Tel
Aviv y el cuartel de la OTAN en Bruselas.
“Esta
guerra es injusta… La guerra israelí… simplemente alimenta el
odio … No es difícil ver que nos espera una terrible guerra global
y un inmenso desastre,” dijo Erdogan en la reunión de la Organización
de la Conferencia Islámica (OCI) en Kuala Lumpur a comienzos de
agosto.
En
una cruel ironía, Turquía, a través de su alianza militar con
Israel y USA, es un socio de facto en la “terrible guerra global”
a la que aludió el primer ministro Erdogan.
La
aparente indignación del jefe de gobierno turco es una reacción ante
el poderoso sentimiento anti-israelí dentro de Turquía y de Oriente
Próximo. Su partido, Justicia y Desarrollo (AKP), que domina la
coalición gobernante es considerado una “entidad política pro-islámica”.
Sin embargo, bajo la superficie dorada de la política partidaria
turca, el gobierno actual de coalición del AKP dirigido por el primer
ministro Erdogan es cómplice de los crímenes de guerra israelíes.
La
condena de Israel por Turquía está en contradicción flagrante con
la sustancia de su acuerdo de cooperación militar con Israel, que
viene de largo, que ha sido cumplido activamente por el actual
gobierno del AKP. El primer ministro Recep Tayyip Erdogan no sólo ha
apoyado los intereses israelíes, también había desarrollado una
relación personal estrecha con el (ex) primer ministro Ariel Sharon.
Las
contradicciones que subyacen en la política exterior de Turquía
también tienen que ver con complejas divisiones dentro de la coalición
gobernante así como entre el gobierno y la jerarquía militar, que
históricamente ha mantenido una relación estrecha con el Pentágono
y la OTAN. Aunque la alianza con Israel podrá constituir la fuente de
enfrentamientos en el parlamento turco, ha sido, a pesar de ello,
aceptada y apoyada desde mediados de los años noventa por sucesivas
coaliciones gubernamentales.
La
alianza militar israelí-turca
Un
hito significativo en la política exterior turca ocurrió
inmediatamente después de la Guerra Fría, que contribuyó a
redefinir la relación Turquía-Israel. Forjado inicialmente bajo la
dirección del primer ministro Tansu Çiller, el pacto militar se
caracteriza por el importante Acuerdo de Seguridad y Secreto de 1994 (SSA,
por sus siglas en inglés). Este realineamiento estratégico de Turquía
con Israel formó parte del orden del día de Washington después de
la Guerra Fría en Oriente Próximo, que también fue apoyada por
operaciones clandestinas del espionaje de USA. En 1997, la señora Çiller
fue acusada de haber sido reclutada por la CIA y de “aceptar dinero
de gobiernos extranjeros (USA) para trabajar contra los intereses
nacionales de Turquía” (Voice of America, 17 de julio de
1997)
El
Acuerdo de Seguridad y Secreto de 1994 emula un difunto acuerdo
secreto entre Israel y Turquía formulado a fines de los años
cincuenta durante el clímax de la Guerra Fría, intitulado “Pacto
Periférico”.
“En
1958, sin embargo, un fascinante acuerdo secreto, al que se refería a
veces como «pacto periférico», había emergido entre las dos
naciones. Su marco conceptual puede ser encontrado incluso antes de la
fundación del Estado [de Israel] en la ideología de Baruch ‘Uzel [Uziel],
un dirigente israelí que posteriormente fue miembro del Partido
Liberal.
“Hay
que señalar que los detalles exactos de la alianza aún están
ocultos en numerosos documentos confidenciales israelíes, y cubiertos
por el secreto turco, por documentos confidenciales, y por la
insistencia de que no hubo en realidad un pacto documentado entre los
países. A pesar de todo, parece que la alianza contenía tres puntos
fundamentales. El aspecto diplomático involucraba campañas públicas
conjuntas de relaciones públicas para influenciar al público en
general. En lo militar incluía supuestamente el intercambio de
información de inteligencia, la planificación de la ayuda mutua en
emergencias, y el apoyo turco en el Pentágono y en la OTAN para la
mejora de las fuerzas armadas israelíes. Además se dice que también
hubo una cooperación científica “altamente confidencial” así
como la exportación de equipamiento militar israelí a la República.”(Ver
Washington Institute)
Este
acuerdo de cooperación militar bilateral de 1958, sin embargo, fue de
corta duración. Durante los años sesenta, Turquía emprendió un
acercamiento a la Unión Soviética
y a los países árabes. (Ibíd.).
Un
protocolo sobre Cooperación en la Defensa fue establecido en 1992,
bajo
el gobierno de Süleyman Demirel, seguido dos años más tarde por la
firma del Acuerdo de Seguridad y Secreto de 1994 (SSA). Necmettin
Erbakan reemplazó a Tansu Çiller como primer ministro en 1997 en una
“coalición islámica de centro-derecha” con el Partido de La
Verdad de Çiller.
En
1997, el gobierno de Erbakan fue obligado a renunciar por presiones
ejercidas por los militares en lo que fue descrito como un “golpe de
estado posmoderno.”
El
Acuerdo de Seguridad y Secreto de 1994 (SSA), patrocinado por USA e
implementado por el gobierno Çiller, creó esencialmente el marco
para una relación firme y estrecha entre Israel y Turquía en la
cooperación militar y de inteligencia, ejercicios militares
conjuntos, producción de armas y capacitación. El SSA es de gran
alcance es sus implicaciones. También requiere el intercambio de
inteligencia militar en lo que se describe como “el secreto
garantizado en el intercambio y la participación en la información”.
Desde
los inicios en 1992, la alianza militar israelí-turca se ha dirigido
sistemáticamente contra Siria. Un Memorando de Acuerdo condujo a la
creación de “comités conjuntos” (israelíes-turcos) para encarar
las así llamadas amenazas regionales. Bajo los términos del
Memorando, Turquía e Israel acordaron “cooperar en la recolección
de inteligencia sobre Siria, Irán, e Iraq y reunirse regularmente
para compartir evaluaciones sobre el terrorismo y las capacidades
militares de esos países.”
“Turquía
aceptó permitir que las IDF [ejército israelí] y las fuerzas de
seguridad israelíes obtuvieran de Turquía inteligencia electrónica
sobre Iraq e Irán. Por su parte, Israel ayudó a equipar y capacitar
las fuerzas turcas en la guerra antiterrorista a lo largo de las
fronteras siria, iraquí e iraní.” (Ibíd.)
En
1997, Israel y Turquía lanzaron”Un diálogo estratégico”
involucrando un proceso semestral de consultas militares a alto nivel
por los respectivos jefes de estado mayor conjunto. (Milliyet,
Estambul, en turco, 14 de julio de 2006).
El
SSA de 1994 fue seguido en 1996 por un Acuerdo de Capacitación y
Cooperación Militares (MTCA). También en 1996, Turquía se sumó a
un Acuerdo de Cooperación de la Industria Militar con Israel, que por
su parte fue decisivo para la firma de “un acuerdo secreto” con
Industrias Militares de Israel para actualizar su división de
tanques, modernizar su flota de helicópteros y sus aviones de combate
F-4 y F-5 (Ibíd.). Por su parte, los dos países iniciaron
negociaciones para establecer un Acuerdo de Libre Comercio, que entró
en operación en 2000.
En
el orden del día oficial de las recientes conversaciones entre Israel
y Turquía hay proyectos de defensa conjunta, incluyendo la producción
conjunta del sistema Arrow II de defensa contra misiles balísticos de
corto y mediano alcance y de misiles Popeye II. Estos últimos, también
conocidos como Have Lite, son pequeños misiles avanzados, diseñados
para ser utilizados en aviones caza.
Más
recientemente, el corredor del Este Mediterráneo, del Mar Rojo,
pasando por Líbano y Siria, a la frontera sirio-turca se ha
convertido, desde un punto de vista estratégico y económico, en un
factor importante en la alianza militar Israel-Turquía en desarrollo.
Está íntimamente relacionado con el propuesto proyecto de oleoducto
Ceyhan-Ashkelon (a ser realizado por Turquía e Israel), que uniría
el oleoducto Baku-Tblisi-Ceyhan al oleoducto israelí Ashkelon-Eilat. (Michel
Chossudovsky, The War on Lebanon and the Battle for Oil, julio 2006)
La
guerra contra Líbano se propone establecer un control militar
conjunto israelí-turco sobre un corredor costero que va desde la
frontera israelí-libanesa a la frontera mediterránea oriental entre
Siria y Turquía. Esta militarización del corredor costero libanés-sirio
significaría el control de casi toda la costa mediterránea oriental
por Turquía e Israel bajo los términos de la alianza militar israelí-turca.
(Ibíd.).
El
agua también tiene que ver con esta relación estratégica. Bajo un
acuerdo de 2004, Turquía iba a vender 50 millones de metros cúbicos
de agua por año a Israel durante un período de 20 años. Este
acuerdo ha sido revisado recientemente. El agua sería canalizada a
Israel mediante un acueducto israelí-turco. (Ibíd.).
El
acuerdo de Seguridad OTAN-Israel
En
abril de 2001, Israel se sumó a un “acuerdo de seguridad” con la
OTAN como parte del Diálogo Mediterráneo de la OTAN.
“Este
acuerdo de seguridad provee el marco para la protección de información
confidencial, tal como es definida por todos los 19 países miembro, y
será firmado por países que deseen participar en la cooperación con
la OTAN.”
En
2004, se adoptó la decisión de “elevar” el Diálogo Mediterráneo
de 2001 “a una genuina sociedad [militar] y de lanzar la Iniciativa
de Cooperación de Estambul (ICI, por sus siglas en inglés) con países
seleccionados (incluyendo a Argelia, Egipto, Israel, Jordania,
Mauritania, Marruecos y Túnez) en la región ampliada de Oriente Próximo.”
El mandato de la Iniciativa de Cooperación de Estambul es:
“contribuir
a la seguridad y la estabilidad regionales, impulsando una
mayor cooperación práctica, reforzando la dimensión política
del Diálogo, ayudando a la reforma de la defensa, la
cooperación en el campo de la seguridad de las fronteras, logrando
la operabilidad mutua y contribuyendo a la lucha contra el terrorismo,
mientras se complementan otros esfuerzos internacionales.” (OTAN,
énfasis agregado).
La
Iniciativa “ofrece un ‘menu’ de actividades bilaterales”
consistentes de “la reforma de la defensa, la preparación de
presupuestos para la defensa, planificación de la defensa y
relaciones civiles-militares; cooperación entre militares para
contribuir a la inter-operabilidad mediante la participación en
ejercicios militares seleccionados y actividades de educación y
capacitación relacionadas…”; la cooperación en la lucha contra
el terrorismo, incluyendo la participación en la inteligencia; la
cooperación en el trabajo de la Alianza respecto a la proliferación
de armas de destrucción masiva … (OTAN, La Iniciativa de Cooperación
de Estambul).
En
términos prácticos, la Iniciativa de Cooperación de Estambul (ICE)
neutraliza a los potenciales adversarios de Israel en el Mundo Árabe.
Esencialmente da luz verde a Israel y a su indefectible aliado turco.
Asegura que otros Estados miembro (Estados árabes de primera línea)
de la ICE auspiciada por la OTAN, no intervendrán en un conflicto de
Oriente Próximo instigado por Israel. Es el propósito principal de
la Iniciativa de Cooperación de Estambul (ICE): paralizar a los
Estados árabes en los ámbitos diplomático y militar, asegurar que
no actúen de ningún modo significativo contra los intereses de USA e
Israel en Oriente Próximo.
A
fines de 2004, el “realzado” Diálogo Mediterráneo (Iniciativa de
Cooperación de Estambul), se había convertido en un acuerdo de
cooperación militar más coherente. Los países miembro se reunieron
en Bruselas en noviembre de 2004. Altos oficiales israelíes
sostuvieron discusiones, bajo auspicios de la OTAN, con los máximos
oficiales militares de seis miembros de las naciones de la cuenta
mediterránea, incluyendo a Egipto, Jordania, Argelia, Túnez,
Marruecos y Mauritania. El orden del día oculto de esta reunión fue
esencialmente fijar el marco para una coalición hecha y derecha entre
la OTAN e Israel, con el consenso tácito de los Estados árabes de
primera línea.
Esta
relación fue reforzada en conversaciones bilaterales entre la OTAN e
Israel realizadas en Tel Aviv en febrero de 2005.
Maniobras
militares conjuntas de la OTAN e Israel
A
principios de 2005, EE.UU., Israel y Turquía realizaron maniobras
militares en el Mediterráneo oriental, frente a la costa de Siria,
que fueron seguidas por maniobras militares de la OTAN con Israel, que
incluyeron a varios países árabes.
Estos
simulacros de combates conjuntos fueron seguidos en febrero de 2005,
por la visita a Israel del Secretario General de la OTAN, Jaap de Hoop
Scheffer y del Jefe de Estado Mayor del ejército israelí, teniente
general Moshe Ya’alon. (Comunicado de Prensa de la OTAN, 24 de
febrero de 2005).
El
propósito de estas reuniones era: “posibles maneras de expandir la
actual cooperación, particularmente en las áreas de la cooperación
militar, la lucha contra el terrorismo y la proliferación de armas de
destrucción masiva.”
La
actual relación entre la OTAN e Israel fue confirmada por el
Secretario General de la OTAN de Hoop Scheffer en su discurso de
febrero de 2005 en Tel Aviv:
“…
en la Cumbre de Estambul de la OTAN (junio de 2004), decidimos, en
estrecha consulta con Israel y otros socios en este proceso, tratar de
llevar nuestra relación a otro nivel – en breve, pasar del diálogo
a la coalición. Queremos intensificar aún más nuestro diálogo
político, impulsar una mayor interoperabilidad entre nuestras fuerzas
militares; y alentar una mayor cooperación en la reforma de la
defensa, así como en la crítica lucha contra el terrorismo…
“…
Israel ha… dado un paso adelante con una lista de proposiciones
concretas para realzar nuestra cooperación. Estas proposiciones
cubren numerosas áreas de interés común, como la lucha contra el
terrorismo o maniobras militares conjuntas, en las que la pericia
de Israel es muy apreciada. Subrayan el deseo de su país de una
relación fortalecida, y esperamos trabajar con Israel en el marco de
un programa de acción individual.” (Sitio en la red de la OTAN, 24
de febrero de 2005. Énfasis agregado.)
Estos
vínculos de cooperación militar fueron considerados por los
militares israelíes como un medio para “realzar la capacidad de
disuasión de Israel respecto a enemigos potenciales que lo amenazan,
sobre todo Irán y Siria.”
Vale
la pena señalar que en febrero de 2005, coincidiendo con la misión
de la OTAN a Israel, el gobierno de Ariel Sharon dio de baja al
general Moshe Ya'alon como Jefe de Estado Mayor y nombró al general
de la Fuerza Aérea Dan Halutz. Por primera vez en la historia israelí
un general de la Fuerza Aérea fue nombrado Jefe de Estado Mayor (Vea
Uri Avnery, febrero de 2005).
El
nombramiento del general de división como Jefe de Estado Mayor del ejército
israelí fue considerado en los círculos políticos israelíes como
“el nombramiento del hombre adecuado en el momento adecuado.” En
retrospectiva, su nombramiento tuvo que ver directamente con la
planificación de la campaña aérea dirigida contra Líbano, aunque
en la época la tarea prevista para el general de división Halutz era
que se hiciera cargo de la planificación de posibles bombardeos aéreos
contra Irán, como parte de una operación planificada usamericana-israelí.
Estos bombardeos planificados de Irán iban a ser coordinados por el
Comando Estratégico de USA (USSTRATCOM) en coordinación con Israel,
Turquía y la OTAN. (Vea Michel Chossudovsky, mayo de 2005, febrero de
2006, enero de 2006).
El
papel de la OTAN en la guerra contra Líbano
La
OTAN no puede, bajo ninguna circunstancia, jugar un papel “neutral
estabilizador” en Líbano. La participación de la OTAN sería
dictada por los términos precisos de la “coalición OTAN-Israel”.
Una “fuerza de estabilización” de la OTAN, en conformidad con una
Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU se alinearía con
Israel contra Líbano.
La
coalición OTAN-Israel establece “responsabilidades” de la OTAN en
relación con su aliado Israel: Israel está bajo ataque y tiene “el
derecho legítimo de defenderse”. Los términos del acuerdo
OTAN-Israel, tal como fueron definidos en las consultas de febrero de
2005 en Tel Aviv, apuntan específicamente a “la lucha contra el
terrorismo”.
El
acuerdo Israel-OTAN de 2005 es tanto más importante porque requiere
que la OTAN, en el contexto de la guerra dirigida por Israel contra Líbano,
apoye a Israel. También significa que la OTAN estaría involucrada en
el proceso triangular de consultas militares y planificación, que
asociaría Tel Aviv a Washington y Ankara.
Mientras
tanto, la coalición OTAN-Israel acordada en 2005 también fue
considerada por el gobierno israelí como una oportunidad para
fortalecer su alianza militar con Turquía en relación con sus
principales enemigos regionales (Siria e Irán) así como para mejorar
la imagen arruinada de Israel:
"Mientras
más se refuerza la imagen de Israel como un país que enfrenta a
enemigos que tratan de atacarlo sin razón justificada, mayor será la
posibilidad de que la OTAN le extienda su ayuda. Además, Irán y
Siria tendrán que considerar la posibilidad de que la creciente
cooperación entre Israel y la OTAN fortalecerá los vínculos de
Israel con Turquía, otro miembro de la OTAN. Considerando el
impresionante potencial militar de Turquía y su proximidad geográfica
tanto a Irán como a Siria, las opciones operacionales de Israel
contra ambos, si y cuando ve la necesidad, podrían ganar considerable
fuerza.”
(Jaffa Center for Strategic
Studies, http://www.tau.ac.il/jcss/sa/v7n4p4Shalom.html)
Nuevo
Jefe de Estado Mayor turco pro-israelí
Otro
acontecimiento crucial y relacionado – que tiene que ver
directamente con la actual situación en Líbano – es el oportuno
nombramiento por el gobierno Erdogan de un nuevo Jefe de Estado Mayor,
el Comandante de las Fuerzas de Tierra, general Yasar Buyukanit, que
deberá reemplazar al general Hilmi Ozkok a fines de agosto.
El
general Yasar Buyukanit
El
general Buyukanit es pro-israelí, cuenta con la aprobación de USA,
está firmemente comprometido con la “Guerra contra el Terror” de
USA. Su oportuno nombramiento al comienzo de la campaña militar de
Israel en Líbano está en relación directa con los eventos en el
teatro de operaciones en Oriente Próximo.
El
nombramiento del general Buyukanit como Jefe de Estado Mayor fue
preparado desde diciembre de 2005, cuando visitó Washington para
consultas con sus homólogos de USA. En el Pentágono, el general
Buyukanit se reunió con el jefe del Estado Mayor Conjunto, general
Peter Pace, el Comandante del Ejército general Francis Harvey, el
Secretario Adjunto de Defensa para Política, Eric Edelman.
El
general Yasar Buyukanit también tuvo discusiones en el Instituto de
la Empresa de USA (AEI, por sus siglas en inglés), un gabinete estratégico
neoconservador con estrechos vínculos con el Pentágono. El analista
militar del AEI, Thomas Donnelly, fue responsable del delineamiento y
la redacción del proyecto militar neoconservador de 2000 intitulado
“Reconstruyendo las Defensas de USA” publicado por el Proyecto del
Nuevo Siglo Usamericano (PNAC, por sus siglas en inglés).
La
decisión del gabinete turco dirigido por el primer ministro Erdogan,
de nombrar (con cierta renuencia) a Buyukanit como Jefe de Estado
Mayor, fue ratificada por el presidente Ahmet Necdet Sezer a comienzos
de agosto durante la culminación de un
procedimiento
judicial, que implicaba indirectamente al general Buyukanit en la
presunta organización de escuadrones de la muerte patrocinados por el
Estado para atacar a rebeldes kurdos en la región sudeste de Turquía
(The Independent, 21 de abril de 2006).
Coincidiendo
con el nombramiento del general Buyukanit como Jefe de Estado Mayor,
el gobierno del primer ministro Erdogan ya había formulado los
delineamientos de la participación turca en “una fuerza
internacional para la estabilidad en Líbano” anticipando una
resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, preparada por Francia
y USA.
Bajo
la dirección del general Buyukanit, los militares turcos podrían
llegar a tener un rol más activo en el conflicto auspiciado por
Israel. Ese papel podría basarse en los términos de la alianza
militar entre Israel y Turquía así como en la coalición de Israel
con la OTAN.
Mientras
tanto, el nombramiento del general Buyukanit como jefe del Estado
Mayor será probablemente seguido por purgas dentro de las fuerzas
armadas, a fin de extirpar sentimientos anti-israelíes de los
principales oficiales de Turquía. El primer objetivo de esta depuración
sería el Jefe de Estado Mayor adjunto general Isik Kosaner, quien se
negó a asistir al “Diálogo Estratégico” semestral con sus homólogos
israelíes en Tel Aviv a mediados de julio.
Si
la guerra en Líbano fuera a escalar a un conflicto más amplio que
involucrara a Siria, las tropas de tierra turcas podrían ser
desplegadas bajo los términos de la alianza militar israelí-turca.
Vale la pena mencionar que los primer ministros Recep Erdogan y Ariel
Sharon decidieron, en una reunión en 2005 en Tel Aviv, establecer un
“teléfono rojo para intercambiar inteligencia” como parte del
desarrollo de su alianza militar. Lo que esto sugiere es que Turquía
es un participante potencial en la actual guerra contra Líbano.
“Triple
Alianza”: USA, Israel, Turquía
Durante
el gobierno Clinton, ya se había desarrollado una alianza militar
triangular entre USA, Israel y Turquía. Esta “triple alianza”,
que es dominada por los Jefes de Estado Mayor Conjunto de USA, integra
y coordina las decisiones del comando militar entre los tres países,
relacionadas con el “Oriente Próximo ampliado”. Se basa en los
estrechos vínculos militares, respectivamente de Israel y Turquía
con USA, combinados con una fuerte relación militar bilateral entre
Tel Aviv y Ankara. Ha sido ampliamente documentada la coalición entre
Israel y Turquía en los ataques aéreos planificados por USA contra
Irán, que han estado en un estado avanzado de preparación desde
mediados de 2005. (Vea Michel Chossudovsky, mayo de 2005)
USA-Turquía:
“Visión compartida”
En
eventos recientes, el 6 de julio, apenas una semana antes del
bombardeo de Líbano, USA y Turquía firmaron un así llamado
documento de “Visión compartida”, que confirma esencialmente la
“Triple alianza”. El ministro de exteriores turco Abdullah Gul
estuvo en Washington con la Secretaria de Estado de USA, Condoleezza
Rice, para la ceremonia de firma.
El
acuerdo de “Visión compartida” describe la relación entre Turquía
y USA como “caracterizada por fuertes lazos de amistad, alianza,
confianza mutua y unidad de visión. Compartimos el mismo conjunto de
valores e ideales en nuestros objetivos regionales y globales: la
promoción de la paz, la democracia, la libertad y la prosperidad.”
Más importante aún es que implica el inquebrantable apoyo de Turquía
a la “guerra contra el terrorismo” de USA.
En
la práctica, el documento requiere que el gobierno de Ankara apoye la
posición en la política exterior en cuanto al derecho de Israel a la
“autodefensa”. Este compromiso fue ratificado apenas una semana
antes de la embestida de la guerra contra Líbano. Según Zaman
(Estambul del 6 de julio de 2006), el documento de “Visión
compartida” apunta a asegurar que:
“Turquía
sigue alineada con USA y Occidente en términos estratégicos y tácticos,
agregando que Ankara por su parte quiere formar parte de los procesos
de planificación política en Oriente Próximo en lugar de una
“implementación ciega” de políticas determinadas por las
principales potencias del globo.”
El
documento define el alineamiento estratégico y militar de Turquía en
la región del Oriente Próximo ampliado y Asia Central tal como es
definida en la “Iniciativa de Oriente Próximo ampliado” de
Washington.
“[El
acuerdo de Visión compartida] impulsará la democracia y la
estabilidad en Iraq, el Mar Negro, el Cáucaso, Asia Central y
Afganistán” [así como apoyará] “esfuerzos internacionales
orientados a resolver el conflicto de Oriente Próximo; fomentando la
paz y la estabilidad mediante la democracia en la Iniciativa del
Oriente Próximo ampliado; asegurando la seguridad energética,
fortaleciendo las relaciones transatlánticas y realzando el
entendimiento entre las religiones y las culturas. (Turkish Daily, 6 de julio 2006)
Escalada
y concentración militar
Israel
está empeñado en una importante operación militar con pleno
despliegue de su fuerza aérea y de sus fuerzas de tierra. El objetivo
de la operación militar dirigida por Israel no es Hezbolá sino la
destrucción de todo un país y el empobrecimiento de su población.
Israel
enfrenta una feroz resistencia no sólo de Hezbolá sino de un
movimiento civil armado. El gobierno israelí ha expedido una orden
para movilizar hasta 40.000 soldados adicionales de la reserva.
(Patrick Martin, julio de 2006)
En
contraste con la guerra relámpago de “conmoción y pavor” de
marzo de 2003 contra Iraq, los israelíes han apuntado sistemática y
casi exclusivamente a objetivos civiles. Además, Líbano no posee
defensas. No posee un sistema de defensa aérea y los israelíes lo
saben. La cantidad de objetivos declarados es inaudita, incluso si se
la compara, por ejemplo, con los 300 objetivos estratégicos
identificados en la guerra del Golfo de 1991.
La
infraestructura civil ha sido destruida: el suministro de agua, las
telecomunicaciones, puentes, aeropuertos, gasolineras, centrales eléctricas,
fábricas de productos lácteos, etc. La prensa británica confirma
que han atacado con meticulosa exactitud escuelas y hospitales en
ciudades y aldeas en todo Líbano. Con una lógica horriblemente
retorcida, el gobierno israelí ha acusado a la ligera a Hezbolá de
utilizar escuelas y hospitales como escondites o rampas de lanzamiento
para realizar sus actividades terroristas. (ABCK, Australia,
entrevista con el embajador israelí en Australia, Nati Tamir, 21 de
julio de 2006).
Acumulación
de armas de destrucción masiva por Israel
Los
acontecimientos recientes en el teatro de operaciones de la guerra
subrayan una escalada tanto dentro como fuera de las fronteras de Líbano.
El gobierno israelí ha confirmado que se prepara para una “guerra
prolongada”. El tipo de acumulación de armas por parte de Israel
reafirma su agenda de guerra prolongada. Para enfrentar una posible
escasez en el actual arsenal de armas de destrucción masiva, el ejército
de Israel recibirá un embarque de emergencia de bombas teleguiadas de
precisión, incluyendo bombas revienta-búnkeres GBU-28 hechas en USA
por Raytheon.
El
embarque propuesto es descrito por observadores militares como algo
“poco usual”. Israel ya tiene un inmenso arsenal de armas
teleguiadas de precisión. Además de su propio arsenal, el ejército
israelí recibió en 2005 unas 5000 “armas inteligentes lanzadas
desde el aire” hechas en USA, incluyendo unas 500 bombas “revienta
búnkeres”.
Mientras
el informe sugiere que “Israel todavía tiene una larga lista de
objetivos que atacar en Líbano”, la historia de esas entregas de
bombas revienta-búnkeres a Israel desde 2004, sugiere que pueden
tener la intención de ser utilizadas en la región del “Oriente Próximo
ampliado”, incluyendo a Siria e Irán.
La
guerra del “Amplio Oriente Próximo”
La
guerra en Líbano forma parte integral del orden del día bélico de
USA para Oriente Próximo. Durante los últimos dos años, documentos
militares y declaraciones de seguridad nacional de USA apuntan de modo
bastante explícito a Siria e Irán como objetivos potenciales para
una agresión militar de USA. La escalada en relación con Siria es
una perspectiva estratégica, contemplada por los planificadores
militares de USA, Israel y Turquía.
En
su Conferencia Conjunta de Prensa de julio en la Casa Blanca, el
presidente George W. Bush y el primer ministro Tony Blair renovaron,
en términos inequívocos, sus amenazas contra Siria e Irán. Esas
amenazas son respaldadas ahora por planes militares concretos:
“El
mensaje para ellos es muy, muy simple. Es: tenéis una alternativa. Irán
y Siria tienen una alternativa. Y ellos podrán pensar que pueden
evitar esa alternativa; en realidad, no pueden. Y cuando las cosas van
en marcha como ha ocurrido en Líbano durante las últimas semanas, sólo,
desde mi punto de vista, subrayan el hecho de que tienen esta
alternativa. O vienen y participan como miembros apropiados y
responsables de la comunidad internacional, o enfrentarán el riesgo
de un aumento del enfrentamiento.” (Casa Blanca, 28 de julio de
2006)
Ésta
y otras declaraciones apuntan a la escalada, en la que Líbano está
destinado a ser utilizado como un casus belli, una “causa justa”
para la guerra contra Siria y posiblemente Irán, debido a su presunto
apoyo a Hezbolá.
Por
otra parte, el gobierno sirio ha insinuado que si Israel lanza una
invasión generalizada de Líbano más allá de la región del sur, no
le quedaría otra alternativa que intervenir en el conflicto:
“Siria
emitió una severa advertencia de que una invasión israelí de Líbano
la arrastraría a la espiral del conflicto de Oriente Próximo e instó
a un cese al fuego inmediato.
‘Si
Israel entra por tierra a Líbano, puede llegar a 20 kilómetros de
Damasco,’ declaró el ministro de información Moshen Bilal al periódico
español ABC.
‘¿Qué
haremos? ¿Quedarnos con los brazos cruzados? En ningún caso. Sin
duda alguna, Siria intervendrá en el conflicto.’” (AFX, 26 de
julio de 2006)
Además,
cualquier intrusión o movimiento de tropas israelíes dentro de
territorio sirio podría provocar la entrada de Siria al conflicto.
Las tropas y la fuerza aérea sirias están actualmente desplegadas y
en “estado avanzado de preparación”.
Si
Siria fuera llevada a entrar a la guerra, es muy probable que Turquía
intervenga de acuerdo con los términos de la alianza militar
Israel-Turquía. La OTAN enviaría tropas conforme a su acuerdo de
coalición militar con Israel de 2005.
Mientras
tanto, el gobierno Bush, en estrecha coordinación con Gran Bretaña,
presiona por una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre
el programa nuclear de Irán, que podría llevar en los meses por
venir a bombardeos punitivos dirigidos contra ese país.
En
relación con Líbano, el presidente de Irán, Ahmadinejad, dio a
entender al comenzar la campaña de bombardeo, que Irán intervendría
si Siria es atacada:
El
señor [Mahmud] Ahmadinezhad expresó su grave preocupación por los
ataques militares sionistas contra civiles palestinos y libaneses.
Describió las agresiones como un signo de debilidad por parte del régimen
ilegítimo. Dijo que a pesar de lo que puedan pensar los funcionarios
sionistas, semejantes acciones no pueden salvar al régimen.
"Comentando
las recientes amenazas israelíes contra Siria, el presidente dijo que
las medidas agresivas del régimen en permanente aumento serán
interpretadas como un ataque contra todo el mundo islámico, agregando
que provocarían una enérgica reacción. (Voz de la República Islámica
de Irán, Teherán, en persa, 14 de julio de 2006)
A
medida que escala la guerra de Oriente Próximo, los movimientos de
resistencia en los diversos países se aproximarán. Ya se ha
desarrollado un movimiento de solidaridad a favor de Hezbolá en Iraq.
En Líbano, se derrumban las barreras sectarias entre suníes y chiíes.
Musulmanes y cristianos maronitas están uniendo sus fuerzas para
defender a su patria.
EE.UU.
e Israel no podrán enfrentar esta resistencia en el terreno sin
destruir a todo el país con bombardeos aéreos. Si Siria es llevada a
la guerra y Turquía interviene, se provocará el estallido de todo
Oriente Próximo. Turquía tiene un arsenal militar formidable (con
393.000 soldados de tierra, 56.800 en la Fuerza Aérea y 54.000 en la
Armada). Pero al mismo tiempo, existe un poderosísimo sentimiento
anti-israelí en Turquía hasta el punto que el gobierno Erdogan podría
tener que presentar al público el papel de Turquía como parte de un
mandato limitado de “mantenimiento de la paz” o humanitario
auspiciado por la ONU.
El
movimiento contra la guerra
La
geopolítica tras la guerra contra Líbano debe ser encarada por el
movimiento contra la guerra. No estamos enfrentando un conflicto
limitado entre el ejército israelí e Hezbolá como es presentado por
los medios de información occidentales. El teatro bélico libanés
forma parte de una agenda militar usamericana más amplia, que abarca
una región que se extiende desde el Mediterráneo oriental al corazón
de Asia Central. La guerra contra Líbano debe ser vista como “una
etapa” en esta “hoja de ruta militar”.
La
estructura de alianzas militares es crucial para comprender la evolución
de la guerra de Oriente Próximo patrocinada por USA. La guerra contra
Líbano no es estrictamente un proyecto militar israelí, forma parte
de un esfuerzo militar coordinado de los principales asociados y
aliados de Israel, incluyendo a USA, Gran Bretaña, Turquía, y los
Estados miembro de la Alianza Atlántica.
Crímenes
de guerra
En
tanto que Israel es indeleblemente responsable de “Crímenes contra
la paz” tal como son definidos en el Artículo 6a de la Carta de
Nuremberg: por “planificar, preparar, iniciar o librar una guerra de
agresión, o una guerra en violación de tratados internacionales”,
el mismo Artículo 6a también se extiende a los socios y aliados
militares de Israel.
Israel
es responsable de “Crímenes de guerra” bajo el Artículo 6b de la
Carta de Nuremberg por el “saqueo de propiedad pública o privada,
la destrucción injustificable de ciudades, pueblos o aldeas, o la
devastación no justificada por necesidad militar;” (Art. 6b). Es
responsable de “Crímenes contra la humanidad” por la perpetración
de actos de: “asesinato, exterminación esclavización, deportación,
y otros actos inhumanos cometidos contra cualquier población civil,
antes o durante la guerra… “(Artículo 6c).
Aquellos
jefes de Estado occidentales y jefes de gobierno que apoyan
abiertamente los ataques aéreos de Israel y su ocupación ilegal de Líbano,
son cómplices de “crímenes de guerra” y “crímenes contra la
humanidad.” Esto recae específicamente sobre aquellos dirigentes
políticos occidentales que, al comenzar la guerra, rechazaron la
proposición de “cese al fuego”, que habría resultado en la
detención de los bombardeos aéreos israelíes, dirigidos en su mayor
parte contra la población civil.
La
legitimidad de los principales actores políticos y militares y
patrocinadores corporativos, deben ser objeto de un movimiento
coherente contra la guerra que vaya más allá de la expresión del
sentimiento contra la guerra y la realización de grandes
manifestaciones públicas contra la guerra. Bajo la Carta de
Nuremberg, Artículo 6, los dirigentes occidentales que apoyan y/o
avalan de los dientes para afuera los crímenes de guerra de Israel
son categorizados como cómplices:
“Dirigentes,
organizadores, instigadores y cómplices que participan en la
formulación o la ejecución de un plan común o conspiración para
cometer alguno de los crímenes mencionados son responsables de todos
los actos realizados por cualquier persona en la ejecución de dicho
plan.”
Esta
última cláusula se aplica también a los miembros permanentes del
Consejo de Seguridad, que respaldan el derecho de Israel a la
“autodefensa”. El Artículo 7 de la Carta de Nuremberg estipula
que “la posición oficial de los acusados, sean Jefes de Estado o
funcionarios responsables en Departamentos Gubernamentales, no será
considerada como liberadora de su responsabilidad o como mitigación
de su castigo.”
Existe
un sentido de urgencia en invertir la marea de la guerra
La
inversión de la marea de la guerra no puede ser limitada a una crítica
del orden del día de guerra de USA. Lo que está en juego es la
legitimidad de los actores políticos y militares y las estructuras
del poder económico, que desde entre bastidores controlan la
formulación y la dirección de la política exterior de USA.
Un
orden del día bélico no es desarticulado mediante el sentimiento
contrario a la guerra. No se invierte la marea solicitando al
presidente Bush o al primer ministro Olmert: “por favor cumpla con
la Convención de Ginebra” y con la Carta de Nuremberg. En última
instancia, un programa consecuente contra la guerra requiere que se
desbanque a los criminales de guerra en elevadas funciones como un
primer paso hacia el desarme de las instituciones y estructuras
corporativas del Nuevo Orden Mundial.
Para
romper el consenso de la “guerra contra el terrorismo”, debemos
romper también su aparato de propaganda, las estructuras
omnipresentes de la desinformación mediática, la campaña de temor e
intimidación, que galvanizan a la opinión pública para que acepte
la legitimidad del proyecto militar anglo-usamericano.
Esto
puede ser realizado efectivamente sólo si se desbanca a los
criminales de guerra de las posiciones de autoridad que ocupan con
plena legitimidad. Es precisamente esta legitimidad de los
“criminales de guerra” en altas posiciones en nuestros respectivos
países, lo que hay que quebrar.
Sanciones
contra Israel
Los
países miembro de Naciones Unidas deben adoptar sanciones contra
Israel. Y si no son adoptadas o ratificadas por las autoridades
gubernamentales o intergubernamentales relevantes, los funcionarios
que representan a esas autoridades deben ser responsabilizados de
“crímenes de guerra” según la Carta de Nuremberg. Si las
legislaturas nacionales de los países miembro de la ONU respaldan a
gobiernos que condonan los crímenes de guerra israelíes, esos
miembros de parlamento también deben perder sus escaños.
Una
resolución del Consejo de Seguridad de la ONU no puede pasar por
encima de o borrar el hecho de que Israel ha violado el derecho
internacional y ha cometido amplios crímenes. Además, el veto
ejercido por un miembro permanente que puede respaldar temporalmente
las acciones de Israel, incluyendo su ocupación ilegal de Líbano, no
tiene legitimidad y no puede pasar por encima de la Carta de la ONU y
los principios del derecho internacional (Carta de Nuremberg).
En
otras palabras, si el Consejo de Seguridad de la ONU no adopta
sanciones adecuadas contra Israel, debido al abuso de uno o más
miembros permanentes del Consejo de Seguridad, los jefes de Estado y
jefes de gobierno de esos miembros permanentes del Consejo de
Seguridad (es decir USA, el Reino Unido, Francia) han de ser
considerados, bajo la Carta de Nuremberg, cómplices de los “crímenes
contra la paz”, “crímenes de guerra” y “crímenes contra la
humanidad” israelíes. (Artículo 6)
Del
mismo modo, la adopción de una espuria resolución de “consenso”
del Consejo de Seguridad de la ONU, negociada por USA, Francia y Gran
Bretaña, que protege los intereses de Israel y/o respalda la ocupación
ilegal, mientras llama al desarme de Hezbolá, no altera el hecho de
que Israel ha cometido esos crímenes. Además, debería ser obvio que
si se adoptara una tal resolución, los miembros que votaran a favor
de la resolución serían considerados, bajo el Artículo 6 de la
Carta de Nuremberg, cómplices de crímenes israelíes. Una resolución
espuria semejante es un síntoma de la “criminalización” del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Pero
la relación más crucial y compleja que debe ser encarada por el
movimiento contra la guerra tiene que ver con los poderes que operan
entre bastidores: los gigantes anglo-usamericanos del petróleo, los
así llamados “contratistas de la defensa” que producen armas de
destrucción masiva en el sentido real de la palabra, los
conglomerados mediáticos que fabrican las noticias y constituyen un
instrumento de la propaganda de guerra, y las poderosas instituciones
financieras, cuyos intereses son servidos por una guerra impulsada por
los beneficios.
.- Michel
Chossudovsky es autor del bestseller internacional "The
Globalization of Poverty " publicado en once idiomas. Es
Profesor de Economía en la Universidad de Ottawa y director del
Centro de Investigación de la Globalización, en
www.globalresearch.ca. También es colaborador de la Enciclopedia
Británica. Su libro más reciente es: “America’s ‘War on
Terrorism’", Global Research, 2005.
.- Germán
Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala
(www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística.
Esta traducción es copyleft.
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