No todo es odio
Por Ivan Vanney
Desde Israel para Socialismo o Barbarie, 23/08/06
Hace dos días un joven de 24 años descansaba con su
familia en una playa de Rishon Letzion, cuando comenzó a escuchar
gritos pidiendo auxilio, eran tres chicos judíos que se estaban
ahogando.
El joven, sin pensarlo. se lanzo en su auxilio. Logró
rescatarlos, pero él no pudo escapar de las olas. “Corrió a ayudar
y pago con su vida”, se titula la nota publicada en el periódico
israelí Maariv.
“Lo escuché gritar pero no podía llegar a él...
estaba muy lejos. Quise inmediatamente pedir ayuda, pero no sirvió.
Él no pensó dos veces en ir a ayudar, a pesar de que no sabia nadar
bien... y lo pagó con su vida” contó su tío.
Rins, uno de los jóvenes rescatado, de 15 años, que aún
no puede comprender lo ocurrido, relato: “Él vio que nuestros
amigos pedían ayuda a gritos. Entonces corrió al agua, me agarró de
la mano y me lanzó hacia
la costa. Luego volvió para ayudar a otro amigo. Lo vi luchar contra
el agua. Luego de unos minutos desapareció. Sólo después de un
tiempo de búsqueda alguien con una linterna gritó: «¡hay un cuerpo
en la costa, hay un cuerpo!».”
Lo interesante es el detalle “étnico”:
el joven que dio su vida por los tres chicos era
palestino.
Medios
que no informan
Me gustaría también dar a conocer otros dos casos que
tuvieron lugar el año pasado y que lamentablemente no lograron
trascendencia en los medios de comunicación.
Un grupo de alpinistas intentaba escalar el Everest. El
grupo estaba también integrado por un joven palestino que ya agotado
no podía seguir. Si intentaba continuar, se convertiría en una carga
para el grupo. Entonces, decidió abandonar, dejando que el resto
siguiera adelante.
Una vez llegado a los 8.000 metros de altura, uno de
los integrantes (judío) del grupo, llamado Dudu Ifrah, colocó dos
banderas, una de Israel y otra de Palestina.
“Es lo menos que podía hacer. Él (el palestino)
entendió que si seguía con nosotros iba a complicarnos la escalada y
que sería un riesgo para todos. Fue un gran compañero, que se negó
un sueño para hacernos a nosotros la tarea mas fácil”, dijo Dudu
Ifrah, quien finalmente cumplió uno de los objetivos de su compañero
palestino, poner su bandera en el Everest.
El ultimo caso que voy a relatar es de ladrones
palestinos que vaciaron un local comercial en Israel. Al día
siguiente, cuando el dueño y la policía llegaron a la “escena del
crimen”, el negocio no estaba tan vacío como creyeron: Una bandera
de Palestina y otra de Israel con una paloma pintada en el medio
adornaban el local.
Nadie los recuerda, no se los menciona. Para el israelí
medio, el árabe bueno sigue siendo el árabe muerto... y aquel joven
que colgó la bandera en el Everest, un traidor... Más importante es
hablar de guerra y olvidar esos “malos ejemplos”, tan negativos
para la patria sionista.
|