Triunfo en Medio Oriente
¿Qué es Hezbollah?
Por Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 31/08/06
Su resonante triunfo militar ha puesto a Hezbollah en el centro de la
atención mundial. Su líder, Hassan Nasrallah, está en el pináculo
de la popularidad, tanto en Líbano como en los demás países árabes
e islámicos. Contra las mentiras interesadas del imperialismo y sus
agentes mediáticos, cabe evaluar con criterio marxista el carácter
de esa organización.
En todas partes del mundo, la opinión de las masas trabajadoras y
populares, a contrapelo de la cloaca que destilan los medios manejados
por la propaganda yanqui-sionista, se ha inclinado en casi todos los
países contra los genocidas de Israel y su padrino Bush. En
Argentina, las encuestas revelan que ocho de cada diez consultados están
contra USAIsrael.
La contrapartida de este justo repudio es que también fuera del mundo
árabe e islámico Hezbollah y su líder comienzan a ser vistos con
admiración y simpatía. Al mismo tiempo, se conoce poco acerca de
ellos. Y tampoco se ha disipado del todo la leyenda negra de la
propaganda yanqui-sionista, que trata de presentar a Hezbollah –un
movimiento de masas que hoy tiene el apoyo del 87% de los libaneses de
todos los credos– como una “organización terrorista”. En
Argentina, estas calumnias se agravan. La Embajada de Israel y las
organizaciones sionistas (doblemente rabiosas por la derrota militar y
el rechazo mayoritario a los crímenes de guerra de Israel) hacen una
campaña culpando a Hezbollah del atentado de la AMIA, sin prueba
alguna.
Es necesario, entonces, explicar la naturaleza de Hezbollah y también
fijar nuestra posición política frente a este movimiento.
¿“Organización terrorista” o gran movimiento nacional?
Desde ya que su caracterización como “organización terrorista”,
dictada por Washington y repetida por sus escribas a sueldo en los
medios, es una calumniosa falsedad. Tratan de hacer una amalgama con
Al-Qaeda, pero en verdad Hezbollah es lo opuesto por el vértice
a esa dudosa organización, cuyos dichos y hechos invariablemente han
beneficiado al gobierno yanqui, ayudándolo a montar la inmensa farsa
de la “guerra contra el terrorismo”.[1]
Hezbollah es hoy un gran movimiento nacional de masas. Cuenta
con una fuerte milicia que derrotó a los sionistas, pero Hezbollah no
es sólo, ni principalmente, una organización militar. Como
movimiento, abarca un amplio espacio político y social,
asentado principalmente en las masas pobres. Tiene un carácter de
organización “plebeya”, es decir que socialmente no es de
trabajadores. Hezbollah ha ido desarrollando en el Líbano
hospitales, escuelas y una vasta red de asistencialismo. Cubre las
necesidades populares que el estado “oficial” libanés no
soluciona.
Como partido político, Hezbollah logró un fuerte bloque
parlamentario, en elecciones inobjetables desde el punto de vista
democrático-burgués. Esto es algo que no se puede decir de los
reyezuelos corruptos y los presidentes títeres, siervos de EEUU, como
los de Arabia Saudita, Jordania y Egipto.
Asimismo, Hezbollah tiene una radio y el canal de TV más popular del
país. Una desesperación de los sionistas durante la reciente guerra
fue tratar –sin éxito– de silenciarlo con los bombardeos.
Efectivamente, Hezbollah ha creado un “estado dentro del estado”.
Los orígenes de Hezbollah
Hezbollah fue fundado a principios de la década del 80 para resistir
la primera invasión de Israel al Líbano. Los sionistas, con pleno
apoyo de EEUU, en 1982 invadieron y ocuparon el sur de ese país,
aliados a una organización fascista “cristiana”, la Falange
libanesa. Nació entonces Hezbollah, proponiéndose luchar por la
expulsión de Israel del Líbano y también de los territorios
ocupados por los sionistas en la guerra de 1967 (Cisjordania, Gaza,
Jerusalén este y el Golán).
Inicialmente, por supuesto, este movimiento no tenía la envergadura
actual. En esos momentos, Hezbollah sostenía un programa islamista
estrecho. Estaba fuertemente influenciado por la revolución de Irán
de 1979 y se planteaba la creación de un “estado islámico”,
similar al que había erigido allí el ayatollah Jomeini. Esta
influencia es también facilitada porque las masas más pobres del Líbano,
sobre las que se asienta Hezbollah desde su nacimiento, pertenecen
principalmente a la rama chiíta del Islam, al igual que los iraníes.
Sin embargo, sería equivocado analizar esto mediante las charlatanerías
“religiosas” al uso de la prensa occidental, que refleja a un
imperialismo obsesionado por dividir a los pueblos de Medio Oriente
por sus creencias y etnias. Los procesos son más complejos: ya a
mediados de los 80, también se incorporan a Hezbollah amplios
sectores provenientes del Partido Comunista Libanés, reflejando la
crisis de la ex Unión Soviética y el desastre de la invasión a
Afganistán. Y en los 90, después del colapso de la URSS, secciones
enteras del PC se pasan a Hezbollah.
Hezbollah se hace de masas en la guerra contra el invasor israelí
Al calor de lucha contra el ocupante israelí, Hezbollah va desarrollándose
como un gran movimiento de masas. Israel responde con masacres, miles de civiles son asesinados por los sionistas, pero esto no hace más
que impulsar la resistencia. Israel apela entonces al asesinato de los
líderes. En 1992, los helicópteros israelíes atacan un convoy donde
viajaba el líder de Hezbollah, Abbas Musawi, y otros dirigentes, que
son muertos. Pero el resultado de esta acción es que emerge un joven
liderazgo alrededor de un nuevo jefe, Hassan Nasrallah.
Esta nueva dirección produce un viraje político y programático de
cierta importancia. En función de la unidad para luchar por la
expulsión de los israelíes, Hezbollah trata de actuar por encima de
las divisiones religiosas sectarias. Para eso abandona el programa de
un estado islámico, diciendo que sería imposible en una sociedad tan
diversificada como la de Líbano. Pero, al mismo tiempo, plantea crear
esa sociedad islámica dentro de la comunidad shiíta.[2]
En los últimos años de la década del 90, el combate contra el
ocupante sionista y sus títeres (el “Ejército del Sur del Líbano”)
se va convirtiendo para Israel en una derrota humillante. Finalmente,
en mayo del 2000, la resistencia expulsa a Israel del país. El Financial
Times de Londres describe esto como “una humillación de la
escala de la derrota de EEUU en Vietnam”.
Notas:
1. El mismo Hezbollah opina que “Al Qaeda hace el juego de la
administración estadounidense, y sus acciones no hacen otra cosa que
perjudicar al Islam y a todos los musulmanes”. ("Hezbollah
estima que Al Qaeda es un engendro de EEUU", en
www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 13-8-06).
2. “Nosotros –dice Naim Kassem, su vicesecretario general–
haremos todo lo posible para llegar a un punto de acuerdo entre dos
visiones. Por un lado, la necesidad que tenemos de respetar nuestro código
islámico, ir a favor de las leyes islámicas. Y, por el otro,
adaptarnos y amoldarnos a las necesidades y características de la
sociedad libanesa, una sociedad plural y muy variada. Por tanto, no
vamos a hacer nada que vaya en contra de nuestra religión, pero
tampoco vamos a hacer nada que vaya en contra de la especificidad y de
la variedad de la sociedad”.
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