Blair
evita la confrontación con el general Dannatt que critica la guerra
El
jefe del Ejército británico desata un tormenta al pedir la salida de
Irak
Por
Begoña Arce
Corresponsal en Londres
El Periódico, 14/10/06
Después
de años de silencio, el malestar que la intervención militar en Irak
ha generado en el seno del Ejército británico salió finalmente a la
luz. En el crepúsculo de su mandato político, Tony Blair ha visto cómo
desde la cúpula militar se cuestiona su controvertida estrategia bélica.
Las
palabras del general Richard Dannatt, el nuevo jefe del Ejército británico,
que pidió la pronta retirada de los 7.000 soldados de Irak, han
desatado un microseísmo. El general Dannatt, militar que se
enorgullece de serlo y ferviente cristiano, puso el dedo en la llaga
cuando afirmó que la presencia del Reino Unido en suelo iraquí
agrava el problema de la seguridad internacional.
"No
digo que nuestra presencia en Irak sea la causa de las dificultades
que experimentamos en el mundo, pero indudablemente las
exacerba", señaló el jefe castrense en una entrevista concedida
al diario ultraconservador The Daily Mail. Dannatt criticó la
"pobre" preparación de la posguerra, en la que "hubo más
optimismo que planificación seria". También calificó de
"inocente" la idea de establecer una democracia liberal en
Irak, algo que, señala, la historia se encargará de juzgar.
Apoyo
implícito
Las
palabras del general cuestionando las decisiones del Gobierno y
rozando el conflicto constitucional son aún más graves, por contar
con el apoyo implícito de numerosos militares de todas las escalas y
graduaciones. Visiblemente molesto, Blair, interrogado por los
periodistas que asistían a la cumbre norirlandesa de Saint Andrews,
trató ayer de esquivar una confrontación abierta, asegurando que las
palabras de Dannatt fueron malinterpretadas y sacadas de contexto. El
primer ministro llegó incluso a decir que lo dicho por el general,
coincidía "palabra por palabra", con la posición del
Gobierno, dispuesto a retirar las tropas de Irak "cuando los
iraquís sean capaces de hacerse cargo de su propia seguridad".
El
militar responsable de las explosivas declaraciones intentó también
suavizar su postura, asegurando que entre Blair y él, la diferencia
de criterios era delgada como "el papel de fumar". Un
portavoz de la Casa Blanca en Washington negó presiones de Estados
Unidos para que Dannatt se retractara.
"Crimen
de guerra"
La
política y el comportamiento de los estadounidenses en Irak, así
como sus métodos para combatir el terrorismo, crean un continuo
desasosiego en la sociedad británica, deseosa de que Blair se
desmarque de las iniciativas de George Bush. La ministra de
Exteriores, Margaret Beckett, pidió el jueves sin ambigüedades el
cierre de la base de Guantánamo, afirmando que "la detención
prolongada, sin un juicio justo de los prisioneros, es inaceptable en
lo que a derechos humanos se refiere". Beckett consideró que
"la existencia de ese campo Guantánamo, contribuye más a la
radicalización y a la desestabilización que a salvaguardar la
seguridad".
Las
autoridades judiciales británicas han cuestionado también esta
semana la actuación de las fuerzas estadounidenses en Irak, a las que
acusaron del asesinato del reportero Terry Lloyd, de la cadena de
televisión ITN. Lloyd, de 50 años, murió en marzo del 2003, cuando
los estadounidenses dispararon deliberadamente contra la ambulancia en
la que viajaba, en las cercanías de Basora, tras haber sido herido
poco antes. Junto al reportero inglés, murió el intérprete Husein
Osman y probablemente el cámara francés Fred Nerac, dado
oficialmente por desaparecido. El único que sobrevivió fue el cámara
belga Daniel Demoustier.
Tras
una investigación pública, el veredicto del perito forense británico
que ha examinado el caso, es que Lloyd fue asesinado y, en
consecuencia, pidió al fiscal general que procese a los soldados
estadounidenses responsables de lo que la viuda del periodista ha
calificado de "crimen de guerra".
Retirarse
de Irak, una opción urgente
Por
Carlos Elordi
El Periódico, 14/10/06
El
drama de Irak parece haber superado todas las líneas rojas y la hipótesis
de la retirada de las fuerzas de ocupación está, de nuevo, en el
centro del debate político y periodístico internacional. Para obviar
cualquier duda al respecto, el general sir Richard Dannat, jefe del Ejército
británico, declaraba al vespertino londinense Daily Mail que es
preciso que los 7.000 soldados que el Reino Unido tiene destacados en
aquel país se retiren "pronto (...) para evitar consecuencias aún
más graves que las sufridas hasta ahora tanto por los iraquíes como
por la sociedad bri– tánica". Todos los diarios británicos
del viernes abrían con esas declaraciones, que The Guardian tildaba
de "bomba política", en tanto que desafiaban abiertamente
la posición que, contra viento y marea, el primer ministro Tony Blair
viene manteniendo al respecto. Richard Norton Taylor añadía en el
citado diario que la "frustración" expresada por sir Norton
"no hace sino amplificar lo que muchos jefes militares,
particularmente del Ejército, piensan desde hace meses, si no años".
Pero ningún diario dedicaba una sola línea al hecho de que un
militar contradijera públicamente la política del Gobierno. Cada país
es como es.
No
menos llamativo era lo que, también el viernes, David Ignatius escribía
en el Washington Post: "Al tiempo que la seguridad en Bagdad se
ha deteriorado en el último mes, se han intensificado los rumores
sobre la posibilidad de un 'gobierno de salvación nacional' ––lo
cual sería, de hecho, un golpe de Estado–– que dictaría la ley
marcial en todo Irak. Puede que tal golpe no sea una salida realista,
pero ilustra la creciente desesperación de los iraquís a la vista de
cómo el país se hunde cada vez más en la guerra civil. (...) La
situación está tan deteriorada que hasta los jefes de las milicias
radicales han expresado su preocupación por la anarquía que reina en
el país. (...) Lo que se percibe tanto en Bagdad como en Washington
es que Irak está cerca del punto de ruptura y hay que hacer algo.
Pero ¿qué? El Gobierno de Bush parece haber puesto sus esperanzas en
que el Gobierno central ceda poder a las regiones kurdas, chiís y sunís;
los ingresos del petróleo se repartan equitativamente; el Ejército
iraquí mantenga el orden en zonas descontroladas como Bagdad, y las
fuerzas de EEUU puedan retirarse gradualmente. Pero el mayor problema
de esa estrategia es que converti– ría el Triángulo suní en una
zona sin ley en la que los terroristas podrían actuar libremente. Hay
otras opciones para una retirada de EEUU".
"El
Reino Unido debe salir de Irak"
BBC
News, 13/10/06
El
jefe de las fuerzas armadas del Reino Unido dijo que los británicos
deben "retirarse pronto" de Irak y aseguró que su presencia
está "exacerbando" los problemas de seguridad en el país.
En
una entrevista con el diario británico Daily Mail, el general Sir
Richard Dannatt, aseguró que la tolerancia que los iraquíes
mostraban hacia las tropas británicas, se convirtió ya en
intolerancia.
El
general describió la invasión a Irak en el 2003 como si se tratara
de alguien que llega derribando la puerta.
En
respuesta a sus comentarios, un portavoz del Ministerio de defensa del
Reino Unido, dijo que se contaba con una estrategia clara en Irak para
apoyar al gobierno democráticamente electo.
Declaraciones
"extraordinarias"
El
corresponsal de Defensa de la BBC aseguró que las declaraciones del
general Dannatt son extraordinarias por provenir de una figura militar
tan importante y contradecir la postura del gobierno sobre el tema.
En
la entrevista, Sir Richard Dannatt aseguró que la planeación sobre
lo que sucedería tras la exitosa ofensiva militar inicial en Irak fue
"pobre". "Se basó más en optimismo que en planeación
sólida", aseveró.
"No
digo que las dificultades que estamos experimentando alrededor del
mundo sean causadas por nuestra presencia en Irak, pero es indudable
que nuestra presencia las ha exacerbado", afirmó Dannatt.
El
general –que asumió su cargo en agosto– afirmó que se encuentran
en un país musulmán y que la manera en que los musulmanes ven a los
extranjeros es muy clara.
"Como
un extranjero, puedes sentirte bienvenido si eres invitado a un país,
pero a nosotros no nos invitó nadie en Irak en ese momento",
declaró.
En
la actualidad hay más de 7.000 soldados británicos en Irak, la mayoría
en Basora, en el sur del país.
Dannatt
calificó la política del primer ministro de su país, Tony Blair, de
"ingenua". "Nuestra presencia ha aumentado los
problemas de seguridad", indicó el comandante en una entrevista
concedida al diario Daily Mail.
Los
comentarios de Dannatt echan más leña al debate suscitado en
Inglaterra al hilo del apoyo proporcionado por Blair al presidente
estadounidense, George W. Bush, cuya política en Iraq ha catalogado
de "moralmente justa".
Dannatt,
que asumió su cargo como comandante del Ejército el pasado mes de
agosto, agregó que la política de Blair en Iraq es
"ingenua". "Deberíamos salir de ahí pronto porque
nuestra presencia exacerba los problemas de seguridad. Estamos en un
país musulmán, y las opiniones de los musulmanes acerca de la
presencia de extranjeros en su país es bastante clara", afirmó.
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