Afganistán
Las
atrocidades de la “otra ocupación” de Bush
Por
Nicole Colson
Socialist
Worker (EEUU), 06/06/06
Traducido
por Felisa Sastre [1]
Con
la previsión de que el próximo mes las fuerzas de la OTAN se hagan
cargo de la “seguridad” en el sur de Afganistán, Estados Unidos
probablemente va a intensificar sus incursiones aéreas para intentar
“estabilizar” el país. Y eso sólo va a ocasionar más desgracias
para los civiles afganos.
Mientras
la atención de los medios se concentra en las noticias sobre las
atrocidades cometidas por los soldados estadounidenses en Iraq, la
ocupación controlada de Afganistán recibe relativamente muy poca
atención.
Hasta
la semana pasada, cuando las tropas estadounidenses abrieron fuego
contra una multitud de afganos sublevados en Kabul, matando a cuatro
personas e hiriendo a muchas otras, lo que provocó una insurrección
que llegó a reunir a miles de personas.
La
sublevación se produjo después de que un camión del ejército
estadounidense que iba a gran velocidad se estrellara contra unos 12
vehículos civiles, matando a tres personas e hiriendo a otras más.
Los convoyes estadounidenses son conocidos por circular a gran
velocidad por las calles de Kabul para impedir atentados con bombas
colocadas en la calzada.
Tras
el accidente, centenares de indignados ciudadanos se reunieron en el
lugar de los hechos gritando “Muerte a Estados Unidos” y “
Muerte al presidente afgano (sostenido por EEUU) Hamid Karzai.” Su cólera
fue en aumento, según ciertos informes, porque los soldados
estadounidenses se dice que impidieron a los presentes acercarse para
ayudar a las víctimas.
El
Pentágono calificó el suceso de “accidente trágico.” Pero lo
que con toda seguridad no fue un accidente fue lo sucedido a
continuación, cuando los soldados estadounidenses respondieron a los
indignados civiles, que habían comenzado a lanzarles piedras,
abriendo fuego contra la muchedumbre.
Funcionarios
del Pentágono afirman que los soldados sólo dispararon tiros de
“advertencia”. “Nuestros soldados creyeron que los disparos
provenían de la multitud y dispararon en defensa propia”, declaró
al New York Times el coronel Tom Collins, portavoz del ejército.
Sin
embargo, según el general Amanullah Gozar, jefe de policía de Kabul,
que presenció el incidente, “ los primeros vehículos
estadounidenses dispararon al aire, pero el último disparó a la
gente”, matando a cuatro personas. La multitud se volvió contra la
policía afgana, quemó uno de sus coches y apuñaló a un policía
antes de dispersarse por toda la ciudad.
Unos
2.000 sublevados lucharon con la policía, saquearon e incendiaron las
sedes de organizaciones extranjeras en el sector diplomático de la
ciudad. En una de las principales plazas de la capital, los sublevados
quemaron una fotografía de Karzai, a pesar de que el presidente había
acudido a la radio para denunciar a los insurrectos como
“oportunistas y agitadores”. En resumen, al menos 12 personas
muertas y 138 heridas en los desórdenes.
Mientras
tanto, según Collins, los soldados implicados en el suceso van a ser
interrogados y los funcionarios estadounidenses llevarán a cabo una
investigación minuciosa.
Pero
los ciudadnos afganos tienen pocos motivos para creer su promesa. A
pesar de haber declarado que el país había sido “liberado” del
antiguo gobierno de los Talibán en 2001, unos 23.000 soldados
estadounidenses y 9.000 de la OTAN permanecen ocupando el país.
Karzai,
sostenido por Estados Unidos y elegido hace dos años, ha visto cómo
su popularidad se desplomaba ante la revelación de los escándalos de
corrupción, el crecimiento de la pobreza, el aumento del comercio del
opio y las barbaridades cometidas por los señores de la guerra y por
los, cada vez más revitalizados, Talibán.
“Para
la mayoría de los habitantes de Kabul, la electricidad y el agua
corriente son escasas, las aguas residuales corren por las calles, las
carreteras están destrozadas, el paro ha aumentado– especialmente
entre los jóvenes–, y los funcionarios son corruptos”, informaba Newsweek
recientemente.
“Algunos
se quejan de que tienen que pagar un soborno equivalente a 15$ para
conseguir el obligatorio documento nacional de identidad en un país
donde la media anual de ingresos es de menos de 800 dólares. De los
aproximadamente 10.000 millones de dólares de la ayuda prometida por
los donantes internacionales, sólo la mitad se ha distribuido
realmente”.
Asimismo,
el coronel Collins admitió al Newsweek: “No creo que exista
duda alguna de que los Talibán han aumentado en número e influencia
en algunas zonas del sur. Existen zonas sin gobierno”.
Esa
es la razón de que el contingente de soldados estadounidenses en
Afganistán haya aumentado en los últimos meses, desde 18.000 a
23.000. Además, Estados Unidos ha intensificado los ataques aéreos a
gran escala en las regiones orientales y meridionales del país,
incluidas las provincias de Kandahar, Hallman y Urugan, consideradas
reductos de los Talibán. La semana pasada, la coalición y las tropas
afganas tuvieron que recuperar uno de los distritos de la provincia
central del sur, Uruzgan, que estuvo controlada por los Talibán
durante varios días.
Las
víctimas también están creciendo, con cerca de 400 muertos sólo en
mayo. Aunque Estados Unidos afirma que el grueso de las víctimas son
“militantes”, los informes sugieren que, como consecuencia de los
ataques aéreos, gran número de civiles han sido víctimas de los
bombardeos de la coalición.
A
finales de mayo, se ha dicho que un bombardeo estadounidense en la
aldea meridional de Azizi produjo la muerte de unos 17 civiles, entre
ellos personas que se encontraban en una escuela religiosa y vecinos
de las casas cercanas. Estados Unidos declaró que entre 20 y 80
“militantes Talibán” murieron también a consecuencia del ataque,
lo que induce a creer que el número real de víctimas civiles puede
haber sido mayor.
El
ataque se produjo inmediatamente después del ataque aéreo, desatado
por la coalición en la provincia oriental de Kunar, que mató, al
menos, a siete civiles en abril.
Pero
no esperen ninguna compasión del gobierno estadounidense. “Por
supuesto, se le ha advertido a la gente que tenga cuidado, pero son
las consecuencias de la guerra; en una región en guerra, en la que
nuestros soldados intentan...conjuntamente erradicar a los
terroristas”, declaraciones de la secretaria de Estado, Condoleezza
Rice la semana pasada al programa Late Edition de la CNN.
Con
la previsión de que el próximo mes las fuerzas de la OTAN se hagan
cargo de la “seguridad” en el sur de Afganistán, Estados Unidos
probablemente va a intensificar sus incursiones aéreas para intentar
“estabilizar” el país. Y eso sólo va a ocasionar más desgracias
para los civiles afganos.
.-
Les
agradecemos a Felisa Sastre y los compañeros de La Haine
por enviarnos esta traducción.
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