¿Utilizó
Israel armas de uranio en Líbano?
Por Robert Fisk
The
Independent / La Jornada, 31/10/06
Traducción
de Jorge Anaya
¿Utilizó
Israel una nueva arma secreta de base uranio en el sur de Líbano este
verano, durante el asalto de 34 días que costó más de mil 300 vidas
libanesas, la mayoría civiles? Sabemos que los israelíes usaron
bombas "rompefortalezas" estadounidenses en el cuartel de
Hezbollah en Beirut. Sabemos que saturaron el sur de Líbano con
bombas de racimo en las 72 horas finales de la guerra, dejando decenas
de miles que no explotaron y que siguen matando civiles libaneses cada
semana. Y ahora sabemos que el ejército israelí, aunque al principio
lo negó categóricamente, utilizó también bombas de fósforo,
restringidas por el protocolo de la Convención de Ginebra, que ni
Israel ni Estados Unidos han firmado.
Pero
en dos cráteres de bomba en Khiam y At–Tiri, escenarios de fieros
combates entre guerrilleros de Hezbollah y soldados israelíes en
julio y agosto pasados, se recabaron evidencias científicas según
las cuales también se deben incluir municiones de base uranio. Según
el doctor Chris Busby, secretario científico británico del Comité
Europeo sobre Riesgo de Radiaciones, las dos muestras del suelo que
voló por los aires a causa de bombas pesadas o guiadas israelíes
indicaron "altos niveles de radiación". Las dos fueron
enviadas al laboratorio Harwell de Oxfordshire para someterlas a
espectrometría de masas –utilizada por el Ministerio de la
Defensa–, la cual ha confirmado la concentración de isótopos de
uranio.
El
informe inicial del doctor Busby señala que hay dos posibles razones
de la contaminación. "La primera es que el arma fuera algún
nuevo dispositivo pequeño experimental de fisión nuclear u otra arma
experimental (por ejemplo una arma termobárica), basada en la alta
temperatura de un destello de oxidación de uranio... La segunda es
que el arma fuera un penetrador convencional rompefortalezas que
empleaba uranio enriquecido en vez de empobrecido." Una fotografía
de la explosión de la primera bomba muestra grandes nubes de humo
negro que podría ser resultado de la combustión de uranio.
El
uranio enriquecido es producto del mineral de uranio natural y se
utiliza como combustible en reactores nucleares. Un subproducto del
proceso de enriquecimiento es el uranio empobrecido, metal
extremadamente duro que se usa en los misiles antitanque para penetrar
el blindaje. El uranio empobrecido es menos radiactivo que el natural,
y éste menos que el uranio enriquecido.
Israel
tiene fama de no decir la verdad sobre su uso de armas en Líbano. En
1982 negó haber usado municiones de fósforo en zonas civiles, hasta
que periodistas descubrieron civiles muertos y moribundos cuyas
heridas se incendiaban cuando se les exponía al aire. Yo mismo vi dos
bebés muertos que, al sacarlos del gabinete de un frigorífico en
Beirut occidental, durante el sitio israelí de la ciudad, de pronto
se envolvieron en llamas. Israel volvió a negar oficialmente que
utilizara fósforo en Líbano el verano pasado –excepto para
"marcar" objetivos–, incluso después que se tomaron fotos
de civiles en hospitales libaneses con quemaduras consistentes con
municiones de fósforo.
De
pronto, el domingo pasado, reconoció que no había dicho la verdad.
El ministro encargado de relaciones con el Parlamento, Jacob Edery,
confirmó que se utilizaron proyectiles de fósforo en ataques
directos contra Hezbollah, y añadió que, "conforme al derecho
internacional, el uso de municiones de fósforo está autorizado, y el
ejército se apega a las normas internacionales".
Interrogado
por The Independent si el ejército israelí había empleado
municiones de base uranio en Líbano el verano pasado, Mark Regev,
vocero del Ministerio del Exterior de Tel Aviv, respondió:
"Israel no usa ninguna arma no autorizada por el derecho
internacional o las convenciones internacionales". Esto, sin
embargo, suscita más preguntas de las que responde. Buena parte del
derecho internacional no cubre armas modernas de uranio porque no se
habían inventado cuando se redactaron reglas humanitarias como las
Convenciones de Ginebra, y porque los gobiernos occidentales todavía
se niegan a creer que su uso puede causar daño a largo plazo a la
salud de miles de civiles que viven en la zona de las explosiones.
Fuerzas
estadounidenses y británicas usaron cientos de toneladas de
proyectiles de uranio empobrecido (DU, por sus siglas en inglés) en
Irak en 1991 y, cinco años después, brotó una plaga de cánceres en
todo el sur del país. Evaluaciones iniciales de las fuerzas armadas
estadounidenses advirtieron de graves consecuencias para la salud pública
si se empleaban tales armas contra vehículos blindados. Pero los
gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña llegaron a extremos para
minimizar esas advertencias. Sin embargo los cánceres continuaron
extendiéndose, entre reportes de que civiles en Bosnia –donde la
aviación de la OTAN también empleó uranio empobrecido– padecían
nuevas formas de cáncer. Se volvieron a usar esos proyectiles en la
invasión angloestadounidense de Irak, pero es demasiado pronto para
detectar algún efecto en la salud.
"Cuando
un penetrador de uranio golpea un blanco duro, las partículas de la
explosión tienen larga vida en el ambiente", dijo Busby este
viernes. "Se esparcen a grandes distancias. Pueden incrustarse en
los pulmones al inhalar. Parece que los militares de veras creen que
no es una sustancia tan peligrosa como es." Pero, ¿por qué
Israel habría usado tal arma cuando sus objetivos –en Khiam, por
ejemplo– estaban a escasos tres kilómetros de sus fronteras? El
polvo encendido por las municiones de uranio empobrecido puede ser
llevado por el viento sobre fronteras internacionales, tal como el gas
de cloro que ambos bandos usaron en la Primera Guerra Mundial a menudo
voló de vuelta hacia sus perpetradores.
Chris Bellamy, profesor de ciencia militar y doctrina en la
Universidad Cranfield, quien ha revisado el informe de Busby, comentó:
"En el peor de los casos es una especie de arma experimental con
un componente de uranio enriquecido cuyo propósito aún desconocemos.
En el mejor –si se puede decir eso–, muestra una actitud
notablemente desdeñosa hacia el uso de residuos nucleares".
La
muestra de suelo de Khiam –sitio de una notoria prisión de tortura
cuando Israel ocupó el sur de Líbano entre 1978 y 2000, y bastión
de Hezbollah en la guerra del verano pasado– era un pedazo de tierra
roja impactada por la explosión; la proporción de isótopos era de
108, indicadora de la presencia de uranio enriquecido. "Los
efectos a la salud de la población civil después del uso de grandes
penetradores de uranio y grandes cantidades de partículas respirables
de óxido de uranio en la atmósfera –indica el informe de Busby–
probablemente serán significativos... recomendamos que se examine la
zona en busca de mayores indicios de estas armas, con vistas a
limpiarla."
La
guerra del verano pasado comenzó luego que guerrilleros de Hezbollah
cruzaron la frontera hacia Israel, capturaron a dos soldados israelíes
y dieron muerte a otros tres, lo cual impulsó a Tel Aviv a lanzar un
bombardeo masivo de ciudades, poblados, puentes e infraestructura
civil en Líbano. Grupos de derechos humanos han sostenido que Israel
cometió crímenes de guerra al atacar a civiles, pero que Hezbollah
también los pérpetró porque lanzó hacia Israel misiles rellenos de
balines, lo cual los convertía en primitivas bombas de racimo.
Muchos
libaneses han llegado desde hace tiempo a la conclusión de que esa
guerra fue un campo de prueba para estadounidenses e iraníes, que
proveen de municiones a Israel y a Hezbollah, respectivamente. Así
como Israel utilizó en sus ataques misiles estadounidenses hasta
entonces no probados, los iraníes pudieron probar un cohete que dio
en una corbeta israelí frente a la costa libanesa y casi la hundió,
luego de un incendio de casi 15 horas; cuatro marineros israelíes
murieron. Aún no se sabe qué obtendrán los fabricantes de armas de
los recientes hallazgos científicos del uso potencial de armas de
uranio en el sur de Líbano. Tampoco sus efectos sobre la población
civil.
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