Como
en Vietnam, Argelia y Sudáfrica, la única opción de EEUU es
negociar con la resistencia
Se
tienen que ir, y pronto
Por
Haifa Zangana
Al-Ahram, 25/10/06
IraqSolidaridad,
07/11/06
Traducido
por Beatriz Morales
"El
gobierno estadounidense está frustrado con la incapacidad del
gobierno de al-Maliki de avanzar de acuerdo a las exigencias
estadounidenses. El general George Casey, el comandante en jefe
estadounidense en Iraq, está profundamente preocupado por la
capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes de asumir la lucha
contra los 'insurgentes'. También debe de estarlo cuando el 60 por
ciento de los iraquíes se posiciona contra de la ocupación."
Según
un equipo de asesores, que trata de encontrar maneras que políticamente
salven las apariencias para que Bush saque poco a poco a Estados
Unidos de la guerra, la política estadounidense en Iraq no está
funcionando y George W. Bush deber plantearse cambios radicales.
El
equipo de expertos incluye a James Baker, el viejo republicano
tejano con una red [diplomática] que abarca desde el Sáhara
Occidental hasta Azerbaiyán. Él representa, a través del Grupo
Carlyle, las opciones de salida comercial más pragmática,
para esta fallida aventura neocon [neoconservadores]. Sobre el
terreno, el ritmo de los acontecimientos en los frentes de la
resistencia y político se acelera de forma constante [1].
Todo
ello recuerda acontecimientos ocurridos hace 40 años. A finales de
julio de 1965 el presidente Lyndon B. Johnson consultó a sus asesores
acerca del futuro del ejército estadounidense en Vietnam. Se le
informó de que la situación era peor que el año anterior. Los
sudvietnamitas no lograba hacer progresos y los norvietnamitas se
negaban a negociar en las condiciones de Johnson. La idea de enviar más
tropas le deprimía. Un consejero, el subsecretario de Estado George
Ball, era contrario a la idea de una escalada de la guerra. Le dijo a
Jonson que: "[...] no existe la seguridad de que podamos lograr
nuestros objetivos ampliando las fuerzas estadounidenses en Vietnam
del sur". Ball creía que era la última oportunidad para Estados
Unidos de abandonar Vietnam.
Johnson
sabía que ése era el consejo que había que seguir, pero decidió
continuar hasta el final. A EEUU le costó otros diez años retirar
sus soldados de Vietnam. Asesinaron a tres millones de vietnamitas,
desplazaron a 15 millones, más de un millón de personas tuvo que
huir del país, se destruyeron las infraestructuras y murieron 58.000
estadounidenses y muchos más resultaron heridos. Lo mismo está
ocurriendo ahora en el Iraq ocupado.
De Vietnam a Iraq
El
último estudio de la Facultad Bloomberg de Sanidad Pública de la
Universidad Johns Hopkins, publicado en The Lancet, calcula que
un total de 654.965 iraquíes (casi uno de cada 40) han muerto de
forma violenta desde la invasión del país encabezada por los
estadounidenses en marzo de 2003 [2]. La cifra equivale a siete
millones de estadounidenses. Ningún investigador o estadístico ha
discutido la metodología ni las conclusiones de un estudio basado en
un grupo de muestra y en certificados de defunción por muerte
violenta y que excluye las igualmente devastadoras cifras de
mortalidad evitable debidas al desmoronamiento de los servicios médicos
o a la corrupción.
Sin
embargo, el gobierno de al-Maliki tenía mucho interés en
desacreditar el informe y sus conclusiones. Mientras que las morgues
iraquíes, los hospitales y las calles eran testigo de la carnicería
diaria, Ali al-Dabagh, portavoz del gobierno, compareció, sin vergüenza
alguna, en la fortificada Zona Verde para discutir "la metodología".
No discutió la responsabilidad o moralidad de los asesinatos [3].
Miles
de personas están desplazadas. Por todas partes aparecen cuerpos
torturados, mutilados, quemados. Incontables y anónimos, se
encuentran jóvenes y ancianos con un tiro en la cabeza. Los cuerpos
se amontonan en las calles, arrojados cerca de los vertederos o a los
ríos. El río Tigris, el corazón de Bagdad, llora de horror mientras
los cadáveres flotan corriente abajo hasta quedar atrapados en
rejillas en Suwaira, al sur. La ciudad llora por cadáveres que nadie
se atreve a recoger. El preconcebido descenso a los infiernos es tan rápido
que no hay fatwa que pueda detenerlo.
14.000
soldados tropas de ocupación y 40.000 miembros de las "fuerzas
de seguridad" iraquíes han sometido a los barrios bagdadíes a
asfixiantes asedios, denominados alternativamente "Juntos
adelante" o "Reconciliación nacional". Los medios de
comunicación apenas informan de lo que realmente está ocurriendo.
La
razón no es difícil de extrapolar. Los últimos meses han sido
testigos de una escalada de los ataques a periodistas que trabajan
para organizaciones consideradas relativamente interdependientes. Han
asesinado a catorce trabajadores de los medios de comunicación y han
secuestrado o asesinado a otros en ataques en la carretera. Sólo la
semana pasada unos pistoleros mataron a once trabajadores de la
televisión al-Shaabiya. Los iraquíes consideran los ataques
un medio de intimidar a los periodistas y evitar información
independiente de la magnitud de la carnicería que está ocurriendo en
Iraq. Al mismo tiempo, no puede haber noticias de los centros de
detención, de la tortura y del crimen organizado. Pero, ¿qué queda?
En
el parlamento malgasta el tiempo discutiendo cómo castigar a la
televisión al-Sharqiya y al periódico az-Zaman por las
noticias que el gobierno democrático considera inaceptables.
Los grupos dirigentes se oponen a la insinuación de que su voto a
favor del federalismo bajo la ocupación equivale a fragmentar
el país y a alentar la guerra civil sectaria y étnica. Pero eso
ocurrió antes de que Bush dijera lo mismo, por sus propias razones.
El gobierno, aislado
Políticamente
el gobierno de al-Maliki está completamente aislado del pueblo y es
incapaz de proporcionar lo que cualquier gobierno debería
proporcionar: seguridad, servicios básicos y dignidad a la gente en
su vida cotidiana. Sin poder real, igual que un viejo barco de madera
devorado por las termitas, [el gobierno iraquí] se consume desde
dentro debido a la división sectaria, étnica, pero, sobre todo,
debido a la corrupción, las milicias y los escuadrones de la
muerte. Al-Maliki estaba tan conmocionado por las noticias de un
inminente cambio de estrategia estadounidense que Bush tuvo que
llamarlo para asegurarle que EEUU no tenía una fecha límite para que
el gobierno iraquí se desenvolviera por sí mismo [4].
La
corrupción es endémica entre los responsables iraquíes, lo mismo
que en la Administración estadounidense. Miles de millones de dólares
se han perdido o se han desviado a la seguridad. El juez Radhi
al-Radhi, director de la Comisión de Integridad Pública, que lucha
contra la corrupción, afirma que han desaparecido
aproximadamente 4.500 millones de dólares. Esta cifra no incluye
fondos diferentes invertidos en la lucha contra el terrorismo,
como los cinco mil millones del Fondo de las Fuerzas de Seguridad
Iraquí.
Mientras
tanto, las fuerzas de ocupación, las milicias, las fuerzas de
seguridad, los mercenarios y los contratistas gozan de inmunidad por
parte de las leyes iraquíes. Es más, mientras que antaño la
legislación iraquí era la protectora del ciudadano iraquí, ahora es
incapaz de asegurar los derechos civiles iraquíes.
No
es de extrañar que el apoyo a la resistencia nacional popular esté
aumentando y que la mayoría de los iraquíes celebren el éxito de
los ataques contra las fuerzas de ocupación.
En
el transcurso del año, el denominado "Triángulo sunní" se
ha extendido hasta desafiar cualquier definición geométrica. Las
fuerzas de ocupación y sus bases fueron atacados diariamente en el
norte, centro y sur del país. Algunas informaciones hablan de que
EEUU oculta enormes pérdidas en vidas humanas y de más de mil
millones de dólares en equipamiento en su base principal [de
almacenamiento de armamento] de al-Saqr (Halcón) al sur de
Bagdad después de que continuos ataques con misiles y morteros
alcanzaran su principal almacén de municiones, lo que hace tres días
iluminó Bagdad y expandió metralla en un radio de 20 kilómetros [5].
Los soldados estadounidenses y sus mercenarios son atacados por todo
el país.
El fracaso de los 'neocon' en Iraq
Los
neocon han fracasado en Iraq. Una encuesta de CNN indica
que el apoyo de los estadounidenses a la guerra está descendiendo
hasta el nivel más bajo de todos los tiempos. Solo un 34 por ciento
dice que apoya la guerra, mientras que el 64 por ciento se opone a
ella. Por otra parte, las encuestas hechas en Iraq, como la dirigida
este mes por un equipo de la Universidad de Maryland, demuestran la
radicalización de los iraquíes en todas las provincias en contra de
la ocupación. El 78 por ciento [de los ciudadanos] en las 18 de
provincias de Iraq considera ahora que la presencia de las tropas
estadounidenses es la causa principal del baño de sangre, con más de
un 60 por ciento [de los iraquíes] que dice abiertamente a los
encuestadores que apoya los ataques contra las fuerzas de ocupación.
El
gobierno estadounidense está frustrado con la incapacidad del
gobierno de al-Maliki de avanzar de acuerdo a las exigencias
estadounidenses. El general George Casey, el comandante en jefe
estadounidense en Iraq, está profundamente preocupado por la
capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes de asumir la lucha
contra los insurgentes. También debe de estarlo cuando el 60
por ciento de los iraquíes se posiciona contra de la ocupación.
Como
en Vietnam, Argelia y Sudáfrica, la única opción que tienen las
fuerzas de ocupación es negociar su salida con el pueblo iraquí y la
resistencia. Hay indicios de que eso es lo que está ocurriendo. Sin
embargo EEUU paralizó a los vietnamitas durante años antes de irse.
Esperemos que hayan aprendido de la experiencia y sigan su propio
ejemplo.
Notas de
IraqSolidaridad:
1.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea y Pedro Rojo: EEUU y la
resistencia iraquí podrían abrir próximamente negociaciones.
Octubre ha sido un mes crítico para la continuidad de la ocupación
de Iraq
2.
Véase en IraqSolidaridad: 650.000 iraquíes muertos a consecuencia de
la ocupación, el 2,5% de la población. Nuevo informe de las
universidades Johns Hopkins de EEUU y al-Mustansiriya de Bagdad
3.
Véase en IraqSolidaridad: Eric Ruder: Negar lo evidente: el horroroso
peaje de la guerra estadounidense en Iraq. Campaña de descrédito
contra informe de las universidades Johns Hopkins y al-Mustansiriya
4.
Ver enlace en nota 1.
5.
Véase en IraqSolidaridad: La base Halcón de EEUU al sur de Bagdad,
parcialmente destruida por la resistencia. Las fotos de la devastación
del principal depósito de munición de Iraq.
.-
Haifa Zangana, disidente política del régimen de Sadam Husein,
es una escritora iraquí residente en Londres.
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