Entrevista
con Imán Jamas, periodista iraquí galardonada con el premio
Julio
Anguita Parrado
“Las
diferencias entre sunís y chiís son una mentira”
Por
Sergi Picazo
Directa (*) / Rebelión, 14/03/07
Es
periodista, escritora y traductora de árabe. Nació en Bagdad hace 50
años, pero su vida quedó truncada definitivamente a raíz del ataque
militar de Estados Unidos a su país. Después de que el ejército
norteamericano cerrara el diario donde trabajaba, decidió poner en
marcha el Observatorio de la Ocupación de Iraq para controlar la
situación de los derechos humanos, económicos y políticos. Tuvo que
salir del país por las amenazas de muerte que recibía diariamente y
ahora es solicitante de asilo en el Estado español.
Hoy
vive como refugiada en Barcelona junto con sus dos hijas. Su único
objetivo, sin embargo, es volver a Iraq, volver a su casa. Ha escrito
dos libros en castellano, Crónicas de Iraq y Diario de
la Resistencia.
¿Por
qué cerró el Observatorio de la Ocupación?
Por
razones de seguridad. Pero después, durante un tiempo, yo seguí
haciendo el trabajo del Observatorio por mí misma. Viajé a las
ciudades que estaban siendo bombardeadas, como Falluja, Najaf o
Kerbala, para ver qué estaba pasando de verdad. Hablé con la gente,
conocí sus historias e hice fotos de la destrucción.
¡Eso
era muy peligroso! Nadie iba, ni siquiera la prensa internacional. Por
eso los diarios de aquí sólo muestran el punto de vista de los
Estados Unidos. No van al lugar de los hechos. Los periodistas salen a
la calle empotrados en las tropas americanas.
¿Y
qué es lo que tú pudiste ver?
Allí
donde iba siempre me encontré lo mismo: violaciones constantes de los
derechos humanos. Las fuerzas de ocupación y el Gobierno impuesto en
Iraq están pisando el derecho político, y económico, los derechos
de las mujeres y de los niños...
No
cumplen ni un solo punto de la Carta de los Derechos Humanos de
Naciones Unidas. Eso sin hablar de los millones de refugiados y
desplazados. Las mujeres, por ejemplo, no tienen ningún derecho, no
pueden protestar y tienen que cuidar de la familia; no están seguras
en ningún sitio, ni siquiera en su propia casa; y, además, muchas de
ellas han sido violadas por las tropas americanas e iraquíes ... Y
ahora, me dicen, la situación en Iraq es peor y, todavía será mucho
peor.
Eres
muy pesimista...
¡No!
Al contrario, soy optimista. Creo que la resistencia está ganando la
guerra y que el Gobierno de Estados Unidos ha fracasado absolutamente
en su intento de controlar el país. Están perdiendo económicamente,
políticamente y estratégicamente, y además, están muriendo miles
de soldados norteamericanos.
El
último informe de la ONU señalaba que en Iraq muere un centenar de
civiles de media cada día. Es un número muy conservador, pero aunque
fuera esta cifra sería una tragedia. No se pueden saber las cifras
reales porque cada uno dice una cosa diferente. Pero no es un problema
de números. El Corán dice que si matas a una persona, es como si
hubieras matado toda la Humanidad.
¿Qué
sientes cuando ves la destrucción de tu país en la televisión?
Un
profundo y frustrante sentimiento de injusticia y tristeza. La
injusticia de la ocupación, la injusticia de la destrucción, la
injusticia de los asesinatos...
A
menudo hablas con tu familia y amigos, allá. ¿Qué te explican?
El
problema de ahora en Iraq es cómo sobrevivir. El país no funciona.
No hay mercados, no hay combustible, no hay electricidad. El paro ha
subido hasta casi el 60% de la población porque la gente no puede
ganarse la vida. Y, encima, nadie se siente seguro en ningún sitio.
El mundo nos mira sin decir nada, y Bush decide enviar todavía más
soldados a Iraq.
¿Cuánto
tiempo más puede durar?
No
lo sé, pero la clave está en los Estados Unidos. Por una parte,
ellos están haciendo sacrificios, gastan miles de millones de dólares
y no creo que quieran quedarse mucho tiempo más. Ningún soldado
americano quiere quedarse en Iraq: tienen miedo, no salen de las zonas
militares desde hace un año y sólo piensan en volver a su casa. Pero
por otra parte, la ocupación de Iraq es una parte fundamental de su
proyecto económico, político y militar en Oriente Próximo, y
necesitan triunfar a cualquier precio. Cuando los americanos vean que
están dando más de lo que podrán recibir a cambio, se irán
enseguida. Pero, en medio de todo eso, la resistencia iraquí crece y
cada día es más fuerte.
¿Cuál
es tu opinión sobre lo que llamas resistencia?
Hay muchos grupos y, a menudo, enfrentados.
¡No!
Hay muchos grupos, pero no tienen diferencias importantes. Todos los
que luchan contra la ocupación militar son la resistencia. Pero aquí
no incluyo a las milicias de los partidos políticos ni de los grupos
terroristas ... La resistencia no ataca nunca a civiles, al contrario,
ellos están defendiendo a la población delante del ejército más
poderoso del mundo.
Pero,
entonces, ¿quién es el causante de las muertes de civiles en los
atentados bomba de cada día en los mercados, en las calles o en las
colas para trabajar en la policía?
Actualmente
en Iraq hay unos 50.000 mercenarios. Están los servicios secretos de
todo el mundo. Están los iraníes. Y también es verdad que hay miles
de paramilitares iraquíes a sueldo de los partidos políticos o de
las empresas extranjeras.
¿No
hay ninguna guerra civil en Iraq?
¡No!
Los iraquíes no se están matando entre ellos. Eso es lo que te hace
creer la televisión. La guerra en Iraq es, en cierto grado, una
guerra mediática. ¡Eso es juego sucio! Estados Unidos está
intentando crear divisiones en Iraq, pero aquéllos que ponen bombas
no pertenecen a la resistencia. Quizás hay iraquíes que participan,
pero éstos defienden intereses de otros países o de los partidos políticos
enfrentados por el poder. Las milicias de los partidos son las que están
matando gente, expulsando familias y quemando casas.
¿Crees
que se puede hablar de violencia ‘étnica’ o ‘sectaria’?
En
el mismo edificio de Bagdad donde yo vivía, había dos familias suníes
y una chií. Y vivimos y nos protegemos los unos en los otros. Las
diferencias entre suníes y chiíes son una mentira. Nunca ha habido
ningún enfrentamiento entre estas dos comunidades en la historia de
Iraq. Pero ahora, están intentando dividirnos, y quizás lo van a
conseguir. Por ejemplo, el gobierno iraquí ha enviado soldados kurdos
para luchar contra la resistencia y defender Bagdad. ¿Por qué? Para
crear odio entre kurdos y musulmanes.
Si
un soldado kurdo mata un bagdadí musulmán, eso provocará un
sentimiento irracional de revancha. Lo mismo hicieron para controlar
Faluya, y crearon un gran conflicto entre suníes y chiíes. Ahora los
iraquíes tienen miedo de los iraquíes de otros grupos, cuando nunca
había habido ningún problema. Además, en muchos casos, la única
manera de saber si una persona es chií o suní es por su apellido,
puede ser que en la práctica no sea nada musulmán.
(*)
Directa es un semanario de comunicación pensado, dirigido y sostenido
desde los movimientos sociales y para los movimientos sociales.
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