EEUU
y Europa impiden la democracia en los países árabes
Complicidad
de Occidente con las dictaduras
Por
Susana Khalil
Rebelión, 06/04/07
El
aliado más importante de los Estados Unidos en todo Oriente Medio no
es el estado colonial de Israel, sino el régimen dictatorial
islamista de Arabia Saudita.
La
mal llamada “monarquía saudita” es la mayor productora mundial de
petróleo, uno de los principales recursos energéticos de la
civilización contemporánea. Es un régimen de corte totalitario,
donde los bienes de la nación son controlados por una familia que
supuestamente desciende del profeta Mahoma, familia ésta que en
realidad fue patentada por las compañías petroleras estadounidenses
como Familia Real (fuente: el escritor Tarik Alí).
Un
régimen de lingotes de oro, diamantes, torturas, penas de muertes y
Coco Channel; de mutilaciones y exquisito consumismo; de imperiosas y
planetarias especulaciones bursátiles con occidente, opulencia, anacrónicas
violaciones humanas. Un régimen déspota, machista, misógino, ligado
a un Islam reaccionario, tergiversado y sanguinario. Una dictadura
protegida hasta con bases militares estadounidenses. Una fusión entre
“cuáqueros” puritanos protestantes e islamistas wahhabis. (Vaya
choque de civilizaciones que nos vende el académico Samuel Huntington).
El
totalitarismo islamista de la Familia Real Saudita es incluido por
muchos dentro del fenómeno neocolonial, donde neocolonialismo debe
entenderse como aquella variante del colonialismo donde la fuerza
invasora no desplaza sus tropas para perpetrar la usurpación sino que
utiliza a los propios nativos, otorgándoles privilegios y poder para
garantizar los intereses del usurpador. Se produce una situación
similar en el resto de los países árabes petroleros del Golfo Pérsico
cuyos regímenes son monarquías islámicas. Aunque también existen
monarquías no petroleras.
Es
el caso de la monarquía jordana, menos mancillada por el
embrutecimiento islamista (atención: cuando digo embrutecimiento
islamista no me refiero al Islam sino a los fanáticos), pero también
represiva y autocrática, donde no existe ningún partido político.
Siria
es una dictadura secular que aniquiló a los marxistas árabes y que
jamás ha lanzado la primera piedra para defender sus territorios
ocupados, los Altos del Golán. Pero asesina y tortura a sirios, y
Amnistía Internacional hace caso omiso. Desarrolla un socialismo
donde el 10% de la población controla los bienes de la nación y
tiene convenios no firmados con el estado colonial de Israel.
Iraq
fue gobernada por un dictador secular puesto directamente por los
Estados Unidos para combatir el “fantasma del comunismo”.
Egipto
es una dictadura secular financiada directamente por el congreso
norteamericano: fue Egipto el que exportó el método de combatir
cualquier pensamiento progresista árabe utilizando a los islamistas.
Su dictador se perpetúa en el poder a través de la obediencia a los
dictados de los Estados Unidos y del estado colonial de Israel.
Libia
también es una dictadura secular, con un megalómano al frente que
amenaza a Occidente e instrumentaliza la Causa Palestina, pero que actúa
reprimiendo a su propio pueblo, como todos los dictadores árabes.
Esta figura nunca fue un peligro y hoy con la conciencia del miedo, se
somete a Inglaterra para perpetuarse en el poder.
Argelia
y Túnez son sistemas seculares, de elecciones libres, pero también
grandes laboratorios de represión y tortura.
Marruecos
es una dictadura secular, con una monarquía islámica especialmente
provechosa para las corporaciones transnacionales europeas.
El
Líbano se rige por un sistema democrático. Pero esta democracia está
coartada por su propia carta magna, ya que pareciera que el libanés
no existe en la constitución libanesa: ésta misma no parte de la
condición de ciudadano libanés, sino del “carnet” o
“logotipo” religioso de ese supuesto ciudadano. Y es de acuerdo
con ese tipo de “carnet” confesional que se clasifica quién sí y
quién no puede postularse para ser presidente, primer ministro,
diputado y demás cargos oficiales.
Fue
el colonialismo francés el que dispuso, ante la necesidad de retirase
de la nación, el origen de esta constitución. La élite económica
libanesa se vio favorecida en ella y la adoptó. Ayer y hoy la
sociedad libanesa de carácter libre repudia esa constitución foránea
y elitista.
Mientras
Occidente hace alarde de la democracia, también resguarda las
dictaduras islámicas y seculares árabes, y estrangula refinadamente
y fulmina a hambre pura al pueblo palestino (a través del bloqueo
económico y humanitario) por osar ejercer la libre democracia. El
estado colonial de Israel complementa el trabajo sobre el terreno a
toque de masacres y destrucción del hábitat de Palestina. Un
infierno, un caos sin auxilio, de desesperanza e ingobernabilidad que
conlleva el enfrentamiento entre palestinos.
Provocar
este caos, la ingobernabilidad, la barbarie contra los palestinos fue
muy efectivo para el estado colonial de Israel y demás secuaces arios
de Occidente.
Los
palestinos envueltos en tan riesgosa situación, salen del paso, más
no del bloqueo de efecto genocida, y realizan un gobierno de unidad.
El boicot a la democracia palestina por parte de Occidente y del
colonialismo israelita sobrevive y la lucha de liberación también.
Por supuesto que la histórica concepción aria sionista bloqueará
toda posibilidad de vida al pueblo nativo palestino.
La
democracia es una metodología que genera inteligencia y vitalidad en
la tribuna palestina: es obvio que el estado colonial de Israel la
estrangule, pero en esta empresa, la concepción aria europea y
estadounidense serán una fuerza paralela.
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