Ni
capuchas, ni descargas eléctricas, ni palizas. Indudablemente, estos
iraníes son un hatajo de salvajes
¿Llaman
a esto humillación?
Por
Terry Jones, de los Monty Phyton
The Guardian, 31/03/07
Rebelión, 05/04/07
Traducido
por LB
Comparto
la indignación expresada por la prensa británica con motivo del
trato inflingido a nuestro personal militar acusado de entrar
ilegalmente en aguas territoriales iraníes. Es deplorable.
Nosotros
jamás soñaríamos con tratar así a unos prisioneros: permitirles
fumar cigarrillos, por ejemplo, cuando está perfectamente demostrado
que fumar mata. Y por lo que respecta a obligar a la pobre soldado
Faye a cubrirse la cabeza con un pañolón negro y a continuación
permitir que la fotografía sea distribuida por todo el mundo, rayos,
¿acaso los iraníes no saben lo que significa comportarse
civilizadamente?
Por
amor de Dios, ¿qué hay de malo en cubrirle la cabeza con una
capucha? Eso es lo que hacemos nosotros con los musulmanes que
capturamos: les cubrimos la cabeza con sacos para que tengan
dificultades para respirar. Después es perfectamente aceptable
hacerles fotos y pasárselas a la prensa, pues de esa manera los
cautivos no pueden ser reconocidos ni humillados como lo están siendo
esos desdichados soldados británicos.
Es
intolerable también que obliguen a esos prisioneros británicos a
hablar por la televisión y a decir cosas que luego tal vez lamenten.
Si los iraníes les taparan la boca con cinta adhesiva, como hacemos
nosotros con nuestros prisioneros, no podrían abrir el pico. Por
supuesto, de esa forma quizá tendrían más dificultades para
respirar –especialmente con un saco cubriéndoles la cabeza–, pero
al menos no serían humillados.
¿Y
qué es esa historia de permitir a los prisioneros escribir cartas a
sus casas diciendo que están bien? Ya es hora de que los iraníes
comiencen a comportarse como el resto del mundo civilizado: deberían
permitir a sus prisioneros disfrutar de la privacidad del
confinamiento solitario. Ése es uno de los muchos privilegios que los
EEUU conceden a los prisioneros de Guantánamo.
El
signo distintivo de un país civilizado es que no se precipita a
acusar a la gente que ha detenido arbitrariamente en lugares que acaba
de invadir. Los internos de Guantánamo, por ejemplo, han estado
disfrutando de toda la privacidad que pueden desear durante casi cinco
años y solo hace poco se han presentado los primeros cargos contra
uno de los detenidos ¡Qué contraste con la deplorable precipitación
iraní para exponer a sus prisioneros delante de las cámaras!
Más
aún, está claro que los iraníes no están ofreciendo a sus
prisioneros británicos ningún ejercicio físico decente. El ejército
estadounidense se asegura de que los prisioneros irakíes disfruten de
ejercicio físico bajo la modalidad de excitantes “posturas
estresantes” que los prisioneros se supone deben resistir durante
horas para tonificar los músculos de su estómago y pantorrillas.
Un
ejercicio corriente consiste en obligarles a erguirse sobre la parte
anterior de la planta del pie y luego encogerse hasta que sus muslos
quedan paralelos con el suelo. Esto produce un intenso dolor y
finalmente, ruptura muscular. Se trata de un saludable y divertido
ejercicio que tiene además la ventaja añadida de que el prisionero
acaba confesando cualquier cosa con tal de escaparse de él.
Lo
cual me lleva a mi último punto. Está claro, a juzgar por su aparición
televisiva, que la soldado Turney ha sido sometida a presiones. Los
periódicos [británicos] han convencido a psicólogos conductistas
para que analicen la filmación y todos ellos han concluido que la
chica manifiesta síntomas de “desdicha y estrés”.
Lo
que es realmente escandaloso es la sibilina manera como los iraníes
la han hecho “desdichada y estresada”. La soldado no muestra
signos visibles de electrocución o marcas de quemaduras y tampoco
presenta señales de palizas en la cara. Eso es inaceptable. Si
someten a los prisioneros a situaciones de maltrato tales como
obligarles a adoptar posturas sexuales comprometidas o recibir
descargas eléctricas en los genitales, al menos que sean
fotografiados, como lo fueron en Abu Ghraib. Las fotografías deberían
luego hacerse circular por el mundo civilizado para que todos puedan
ver qué es lo que está ocurriendo exactamente.
Como
Stephen Glover señaló en el Daily Mail, tal vez no sea justo
bombardear Irán como represalia por la humillación de nuestros
soldados, pero está claro que los iraníes deben sufrir por ello, ya
sea incrementando las sanciones, como sugiere el Mail, o simplemente
consiguiendo que el presidente Bush acelere su invasión de Irán, la
cual planea realizar de todas formas, y lleve de una vez por todas la
democracia y los valores occidentales al país, como ya ha hecho en
Irak.
(*)
Terry Jones es director de cine, actor y miembro de Monty Phyton.
|