Lecciones
de un arresto
Análisis
de Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 05/04/07
Washington.– La
liberación de los 15 infantes de la Marina Real Británica que Irán
mantuvo en cautiverio 12 días deja dos lecciones clave, según varios
expertos. Y el gobierno del presidente estadounidense George W. Bush
debería tomar nota.
En primer lugar, al
capturar a los marines británicos cerca del estuario de Shatt al–Arab,
el régimen chiita iraní demostró que aún tiene fuerzas para
responder a provocaciones atacando intereses occidentales, a pesar de
la debilidad de su ejército convencional y del aislamiento
internacional.
En segundo lugar,
cuando las potencias occidentales tratan a ese país con respeto y
como igual tienen más posibilidad de obtener lo que quieren que
cuando optan por la vía del enfrentamiento para intimidar o humillar
al régimen.
Ninguna de esas dos
lecciones será seguramente bien recibida ni por Washington ni por los
neoconservadores y otros expertos de derecha que trataron de describir
el incidente como la última muestra de barbarie islámica o persa.
Pero aprender la
lección podría echar los cimientos para un nuevo enfoque que pueda
dar resultados, según Juan Cole, experto en Medio Oriente de la
Universidad de Michigan.
"Los británicos
abrieron una puerta", explicó Cole a IPS. "La crisis podría
haber alcanzado niveles muy peligrosos, pero la solución se halló
por la vía diplomática y ésta puede albergar las semillas de
negociaciones similares en el futuro, si británicos y estadounidenses
así lo quieren."
La liberación de los
marines fue anunciada el miércoles, aprovechando la proximidad del
aniversario del nacimiento del profeta Mahoma y las Pascuas cristianas
hecha por el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, quien se reunió
con los prisioneros.
"Nuestro
gobierno los perdonó. Es un regalo de nuestro pueblo", declaró.
El gesto no "tuvo nada que ver" con la liberación el
martes, en Iraq, de un veterano diplomático iraní capturado hace dos
meses por espías iraquíes de estrechos vínculos con la
estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA).
"Abordamos la
cuestión desde un punto de vista humanitario. La nuestra fue una
decisión unilateral", insistió.
Pero la liberación
de los marines parecen más que una mera coincidencia, como lo
sugieren la liberación de ese diplomático y el acceso al consulado
de Irán garantizado a los cinco supuestos miembros de la Guardia
Revolucionaria (fuerza de seguridad) iraníes, detenidos hace tres
meses por soldados estadounidenses en una representación de Teherán
en la ciudad iraquí de Arbil.
Sin embargo, Londres
y Washington, así como Ahmadinejad, insistieron en que no hubo canje.
"Creo que la
acción de Estados Unidos en Arbil se relaciona con la decisión de Irán
de orquestar la captura de los marines británicos", señaló
Gary Sick, experto de la Universidad de Columbia, quien trabajó en la
Casa Blanca en la presidencia de Jimmy Carter (1977–1981).
Esa visión es
compartida por Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní–Estadounidense.
"Al ir contra objetivos 'blandos', los iraníes presionan a
Estados Unidos", sostuvo.
Además de permitirle
a Irán contar con una carta en las negociaciones, la captura también
persiguió otros fines, incluyendo reunir sentimientos nacionalistas
en favor del régimen en medio de la imposición de nuevas sanciones
del Consejo de Seguridad de la ONU, por negarse a suspender su
programa de enriquecimiento de uranio.
Y la misma
importancia tiene el mensaje que Teherán quiso enviar a Occidente:
todavía tiene capacidad como para responder a lo que considera
provocaciones de Estados Unidos de tal forma de perjudicar e incomodar
a sus aliados.
"Al capturar a
los iraníes, quienes después de todo habían sido invitados por las
autoridades iraquíes, los estadounidenses quedaron como
agresivos", según Cole.
"Ahora los iraníes
demostraron que las fuerzas anglo–estadounidenses no tienen una
posición tan sólida como para permitirse esas cosas, porque les van
a jugar con la misma moneda", añadió.
"Fue un
recordatorio de que Irán tiene una serie de opciones asimétricas a
su disposición para contrarrestar de forma indirecta las acciones de
las fuerzas estadounidenses en Iraq y en cualquier otro lugar",
coincidió Sick.
Al mismo tiempo,
Teherán apostó fuerte su posición internacional con la captura de
los marines en una zona marítima en disputa, la utilización de las
"confesiones" de los británicos cautivos y la amenaza de
llevarlos a juicio, añadió.
"Sospecho que el
reconocimiento de ese hecho se vincula con el deseo de Irán de
terminar la crisis lo antes posible", dijo Sick. "Por la
misma razón, creo que esta estratagema no se repetirá pronto."
"Creo que los
iraníes pensaron que era mejor salir victoriosos y terminar la crisis
antes de que pasara a mayores", apuntó Parsi.
Pero Parsi y otros
analistas señalaron que se llegó a un punto en que Irán se anotó
una victoria, porque hubo cambios importantes en el enfoque británico
de la crisis.
Cole sostuvo que Gran
Bretaña cambió su la postura, de amenazas y exigencias a una vía más
diplomática, el fin de semana, cuando el secretario (ministro) de
Defensa británico Des Browne confirmó que había "comunicación
bilateral directa con los iraníes".
El lunes, el jefe de
la seguridad nacional iraní, Ali Larijani, ofreció una entrevista
conciliadora al Canal Cuatro de Gran Bretaña, tras la cual conversó
con el principal asesor en política exterior del primer ministro Tony
Blair, Nigel Sheinwald, según el diario The Independent.
"Este tipo de
incidentes siempre giran en torno de gestos. Al parecer, cuando los
británicos accedieron a mantener negociaciones bilaterales directas,
Irán sintió que mejoraba su imagen y podía dar un gesto magnánimo",
sostuvo Cole.
"Irán señaló
en reiteradas oportunidades, y no sólo en esta crisis, que participará
en negociaciones diplomáticas pero sin precondiciones y en un pie de
igualdad", indicó William Beeman, experto en cuestiones iraníes
de la Universidad de Minnesota.
"Así que ahora
dicen: 'Vieron, cuando tenemos el control somos generosos. Somos un
pueblo civilizado, humanitario y razonable. Se puede conversar con
nosotros'", explicó.
"El mensaje es
que si nos tratan con respeto, mediante incentivos, las cosas se
pueden resolver rápido", señaló Parsi. "Si recurren a la
fuerza o imponen sanciones en el Consejo de Seguridad, se van a quedar
empantanados e Irán les responderá de la misma forma."
"Los iraníes
tienen esperanzas de que Occidente entienda que esa es la forma de
avanzar. Si Occidente lo entiende o no, es obviamente otro
asunto", agregó.
El silencio relativo
del gobierno de Bush también puede haber transmitido, sin querer,
otro mensaje: aún no tiene intenciones de atacar Irán, a pesar de su
último refuerzo de tropas en el Golfo Pérsico o Arábigo.
"El secuestro de
los 15 militares británicos por Irán pudo haber sido utilizado como
pretexto para un ataque militar, pues pudo haber desembocado en una
crisis militar total. Creo que la ausencia de una escalada
desenfrenada en este caso es un indicador significativo de que el
deseo de Estados Unidos de atacar puede ser menos fuerte que lo se ha
dicho", según Sick.
|