Cerco
al gobierno
Por
Dahr Jamail
Inter
Press Service (IPS), 25/04/07
Beirut.– Líbano
se encuentra en medio de una nueva crisis política ante una creciente
y sostenida oposición al gobierno, respaldado por Estados Unidos.
La administración
del primer ministro Fouad Siniora se niega a responder a las
exigencias de la oposición, que demanda una mayor representación en
los puestos de poder.
Decenas de tiendas de
campaña, muchas de ellas con cocinas, televisores a luz solar,
paredes y puertas de madera, fueron instaladas en estacionamientos de
automóviles cercanos a las fortificadas oficinas centrales del
gobierno.
En las tardes, miles
acuden a los campamentos para escuchar discursos, tomar café y té,
fumar y hablar. En la Plaza Riad es–Solh, instalaron una gran
pantalla de televisión donde ven el canal de noticias Al Manar, del
movimiento chiita Hezbolá (Partido de Dios).
"Exigimos una
plena participación de todos los grupos políticos en el proceso de
toma de decisiones de nuestro país", dijo a IPS uno de los
organizadores, de 27 años, que sólo dio su nombre de pila: Jirgus.
La protesta ya está
dando resultados. "Una de las ventajas de esta sentada es que las
personas del norte se reúnen con las del sur, y las diferentes
religiones se están uniendo", añadió.
Como todos los demás
manifestantes con los que habló IPS, Jirgus dijo estar dispuesto a
continuar con la protesta todo lo que sea necesario.
"Mientras este
gobierno continúe con sus políticas pro–estadounidenses y
pro–israelíes, y siga eligiendo no permitirle al pueblo una justa
representación, sólo nos quedará esta opción", añadió.
Cuatro importantes
partidos políticos participaron de la gran movilización del 10 de
diciembre del año pasado, quizás la más grande de la historia
libanesa. Esa protesta fue seguida inmediatamente la sentada que
continúa hasta hoy.
Los cuatro partidos
son el Hezbolá, liderado por el carismático Hassan Nasrallah, el
Movimiento Libre Patriótico, encabezado por el militar retirado
cristiano Michel Aoun, el Movimiento Amal, de Nabih Berri, y el
Partido Social Nacionalista Sirio.
Varios partidos más
pequeños de diversas confesiones religiosas también participan de la
protesta.
La oposición insiste
en que el gabinete debe renunciar para permitir la formación de un
gobierno de unidad nacional. Pero Siniora aún resiste esta demanda.
Pese a que su supervivencia está amenazada, el gobierno descansa en
el apoyo de Estados Unidos, Francia y Arabia Saudita.
"Nuestro
objetivo es el compañerismo, mientras que el objetivo del gobierno es
servir a los intereses corporativos", dijo un maestro escolar a
IPS.
"Tenemos a dos
millones de los cuatro millones de libaneses que no están
representados por estos elitistas, quienes se preocupan sólo de sus
intereses. Me quedaré aquí todo el tiempo que requiera. El gobierno
no nos dejará nada, así que no tenemos nada que perder", añadió.
La oposición señala
que la disparidad de la riqueza y la representación desigual en el
gobierno son problemas críticos y alimentan el malestar popular.
"Pacíficamente
le estamos mostrando al gobierno que las personas sin voz son, de
hecho, la mayoría", dijo a IPS Alí Hamir, un traductor de 55 años
que participa de la sentada.
"Sólo los ricos
tienen voz en este gobierno, mientras que las clases medias y bajas no
son escuchadas. Hay una mentalidad de clase en este gobierno",
sostuvo. "Nosotros tenemos una mente abierta y queremos vivir con
todas las comunidades, pero nos oponemos a la opresión de
clase", añadió.
Hamir dijo que no
terminará la sentada hasta tanto no triunfe la oposición.
"Nuestra respiración durará mucho. No nos detendremos hasta
alcanzar nuestra meta. No desapareceremos", afirmó.
Otros manifestantes
dijeron estar felices por la unidad entre los diferentes partidos
opositores.
"Para nosotros,
es nuevo estar juntos con todos estos grupos. Es bueno porque
musulmanes, cristianos y personas de todas las confesiones están
juntas. Esperamos que esta experiencia se difunda en toda la
sociedad", dijo a IPS un estudiante de nombre Aran, del
Movimiento Libre Patriótico.
Las autoridades
instalaron barreras de concreto y dos niveles de alambres de púas
para separar el campamento de los edificios gubernamentales. Soldados
miran de cerca de los manifestantes, pero estos los ignoran. En el
campamento reina una atmósfera festiva. Pero ésta es una fiesta con
un propósito.
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