La
Administración Bush asume que su permanencia en Iraq depende de la
actitud de Teherán
EEUU
e Irán inician en Bagdad negociaciones
sobre Iraq
Por
Carlos Varea
IraqSolidaridad, 27/05/07
"Irán contempla
el inicio de la negociación con EEUU sobre Iraq como el primer paso
hacia el reconocimiento de su papel de potencia emergente en Oriente
Medio, incluido el espacio árabe. Las inminentes negociaciones en
Bagdad otorgan a Irán la categoría de socio en el futuro de Iraq, un
éxito notorio para el gobierno Ahmadinejad. En respuesta, el regalo
anticipado de Irán a la Administración Bush ha sido el
reconocimiento de la legitimidad de las nuevas instituciones iraquíes
y, con ello, el carácter irreversible de la invasión de Iraq, de la
que Teherán puede ser finalmente el principal beneficiario. EEUU
anhela de la cita de Bagdad obtener una mínima estabilización que le
permita mantenerse en el país y continuar la guerra contra la
resistencia."
EEUU e Irán
confirmaron oficialmente el pasado jueves, 17 de mayo que
representantes de ambos gobiernos se reunirán el próximo lunes, 28
de mayo en Bagdad para abordar la situación en Iraq, "[…] en
lo que se espera sea el inicio de un primer proceso sostenido de
negociación [entre ambos países] desde el inicio de la guerra en
2003" [1]. La fecha concreta del encuentro fue dada a conocer por
el ministro de Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki durante su visita
a Islamabad, Pakistán [2]. Con anterioridad, el sábado, 13 de mayo,
portavoces de la Casa Blanca y del ministerio de Exteriores de Irán
habían indicado que ambos gobiernos se encontrarían en Bagdad en las
próximas semanas para hablar sobre la "seguridad en Iraq"
[3]. Al día siguiente, el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad
confirmó durante su visita a los Emiratos Árabes Unidos (dos días
después de la gira por el Golfo del vicepresidente de EEUU Dick
Cheney) que Irán había aceptado finalmente dialogar con EEUU sobre
Iraq:
"Los
estadounidenses, a fin de solventar la situación de seguridad en Iraq,
han solicitado a Irán dialogar. Con el objetivo de apoyar al pueblo
iraquí, [los iraníes] hablaremos con ellos." [4]
Un portavoz del
Departamento de Estado de EEUU ha señalado que la delegación
estadounidense estará encabezada por el nuevo embajador en Bagdad,
Ryan Crocker. Por su parte, el ministro Mottaki ha confirmado asimismo
que la cita será a nivel de embajadores [5]. En cualquier caso, será
el más alto encuentro oficial bilateral entre ambos países desde la
toma de rehenes en la embajada de EEUU en Teherán tras el triunfo de
la Revolución Islámica (noviembre de 1979 a enero de 1981) y la
ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países, que se
prolonga hasta el día de hoy.
Un portavoz del
ayatolá as–Sistani, el máximo referente religioso del
confesionalismo chií iraquí pro–iraní, ha mostrado su
satisfacción y "optimismo" ante la cita de EEUU e Irán [6]
Primer
encuentro oficial
Responsables iraníes
y estadounidenses compartieron en los últimos meses dos convocatorias
sobre la situación en Iraq sin aparentes avances significativos, la
primera en marzo en Bagdad, durante una reunión regional sobre Iraq
de un día de duración, y de nuevo en mayo en Sharm el–Sheij
(Egipto), en el transcurso de una cumbre internacional en la que
participaron la secretaria de Estado estadounidense Condoleeza Rice y
el ministro de Exteriores Manouchehr Mottaki. Sin embargo, la idea de
negociaciones bilaterales y directas entre EEUU e Irán sobre Iraq y
su aceptación por ambas partes se remonta cuando menos a marzo del
año pasado [7].
Según el portavoz
del ministerio de Exteriores iraní, Mohamad Ali Huseini, "Irán
ha aceptado hablar con EEUU sobre Iraq, en Iraq, a fin de aliviar el
sufrimiento del pueblo iraquí, apoyar al gobierno [iraquí de Nuri al–Maliki]
y reforzar la seguridad en Iraq". Ali Huseini desveló que el
encuentro podrá finalmente celebrarse una vez que EEUU realizara una
petición oficial en tal sentido a Irán por mediación de la embajada
suiza en Teherán. Por su parte, EEUU, a través del portavoz de la
Casa Blanca Gordon Johndroe, ha señalado que "[…] el objetivo
del encuentro es intentar asegurar que Irán desempeñe un papel
productivo en Iraq" [8].
Cinismo sobre
cinismo, a ambas partes les conviene presentar el encuentro como
respuesta a una petición del gobierno iraquí de Nuri al–Maliki o
de "aliados regionales", como ha afirmado la secretaria de
Estado Rice. Así, EEUU e Irán han permitido que sea el gobierno
iraquí quien presente finalmente como un éxito propio la próxima
cita del día 28 en Bagdad, si bien en los encuentros entre las
delegaciones estadounidense e iraní no está previsto por el momento
la presencia de responsables iraquíes, como han denunciado algún
diputado del denominado "bloque sunní" del Parlamento
iraquí.
"Policía
malo, policía bueno"
Ambas partes han
confirmado que las conversaciones se limitarán exclusivamente a la
situación en Iraq y cuestiones de seguridad relativas a este país
[9]. El encuentro se produce en un momento de remonte de la tensión
internacional en relación al desarrollo del programa nuclear iraní y
pocas horas después de que el presidente Bush indicara el jueves 24
de mayo que su Administración presionará al Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas para que apruebe sanciones contra Irán por lo que
Washington considera el desarrollo de un programa encubierto de
nuclearización militar [10]. La contradicción entre un
endurecimiento de la posición de EEUU respecto a este asunto y el
inicio de un diálogo sobre Iraq ha sido criticado por importantes
representantes del sector neocon como Richard Perle, quien ha afirmado
que la política exterior de EEUU está siendo aplicada por un
"Departamento de Estado fuera de control" [11]. Para otros
analistas el presidente Bush estaría dejando desempeñar a
vicepresidente Cheeney y a la secretaria de Estado Rice los
respectivos papeles de "policía malo, policía bueno"
frente al régimen iraní [12].
Fue Condoleeza Rice
quien dio el pasado año el visto bueno al anterior embajador de EEUU
en Bagdad, Zalmay Jalizad, para el inicio de contactos con Irán con
vistas a iniciar un dialogo sobre Iraq, anticipándose a una de las
recomendaciones incluidas en el informe del Grupo de Estudios sobre
Iraq demócrata–republicano. En la misma línea de lo señalado por
el embajador Jalizad, el denominado Informe Baker–Hamilton
recomendaba asimismo la apertura por parte de EEUU de un diálogo con
el campo anti–ocupación y el final del apoyo incondicional otorgado
por la Administración Bush al gobierno de al–Maliki, al que se le
acusa de haber alentado la violencia sectaria en el país [13]. La
respuesta de Bush fue, sin embargo, la renovación del apoyo absoluto
al gobierno de al–Maliki y la puesta en marcha del denominado
"Nuevo plan de seguridad para Bagdad" a partir de febrero de
2007, que ha supuesto un nuevo incremento de tropas (162.000 en la
actualidad, 200.000 a finales de este año [14]) y el relanzamiento de
la guerra contra la resistencia iraquí en la capital y otras zonas
del país [15].
Al menos en el
escenario iraquí no hay contradicción alguna en la línea de
actuación del presidente Bush, si bien ésta es de todo punto errada.
El respaldo incólume al gobierno al–Maliki supone, al igual que el
inicio del diálogo con Irán, reconocer la extrema precariedad del
control estadounidense sobre Iraq y optar por la alternativa que
parece menos mala ante la previsión de colapso definitivo de la
ocupación: intentar pactar un condominio sobre un país fragmentado
en áreas de influencia regionales. Por detrás de tras ello asoma la
nueva Ley de Hidrocarburos, la cual se remite a la Constitución
aprobada en 2005 para formalizar la gestión federal y privatizada de
los recursos energéticos de Iraq, ya de facto gestionados por mafias
locales asociadas a regímenes vecinos [16].
Potencia
emergente
Irán contempla el
inicio de la negociación con EEUU sobre Iraq como el primer paso
hacia el reconocimiento de su papel de potencia emergente en Oriente
Medio, incluido el espacio árabe. Las inminentes negociaciones en
Bagdad otorgan a Irán la categoría de socio en el futuro de Iraq, un
éxito notorio para el gobierno Ahmadinejad que no es menor que el de
la aceptación por parte de la comunidad internacional de su derecho a
desarrollar el programa nuclear. En respuesta, el regalo anticipado de
Irán a la Administración Bush ha sido el reconocimiento de la
legitimidad de las nuevas instituciones iraquíes establecidas por los
ocupantes a partir de 2003 y, con ello, el carácter irreversible de
la invasión de Iraq, de la que Teherán puede ser finalmente el
principal beneficiario.
Por su parte, EEUU
anhela de la cita de Bagdad obtener una mínima estabilización que le
permita mantenerse en el país y continuar la guerra contra la
resistencia iraquí. Tal estabilización han de otorgársela
esencialmente los socios internos de Irán en Iraq (esencialmente, en
estos momentos, la corriente de Moqtada as–Sáder), fuerzas del
confesionalismo político shií que modulan su actuación en función
de claves que no son ya únicamente iraquíes. Por ello, la
Administración Bush acude a Irán directamente con tal reclamación.
Por si estaba poco claro, el ministro de Exteriores iraquí, Hoshiyar
Zebari, lo ha dejado bien claro a la hora de justificar el encuentro
de Bagdad: EEUU e Irán "[…] son principales actores en Iraq"
[17].
Debido a la impericia
mostrada por EEUU y el Reino Unido, las nuevas instituciones iraquíes
creadas tras la invasión están dominadas por fuerzas del campo
confesional shií, históricamente vinculado en su génesis e interese
a Irán (además de por las formaciones kurdo–iraquíes de Barzani y
Talabni, quienes han sido capaces de mantener buenas relaciones al
tiempo con Irán e Israel). El primer ministro Nuri al–Maliki,
habitualmente descrito como un hombre sin carácter, representa y se
apoya en la compleja articulación del confesionalismo político shií,
cuyo arco se extiende desde el Consejo Supremo de la Revolución
Islámica de Iraq (que acaba de cambiar su nombre a fin de iraquizarse
cosméticamente) a la corriente del clérigo Moqtada as–Sáder,
quien pretende administrar el sentimiento anti–ocupación de la
comunidad shií mientras se mantiene y medra dentro del campo
colaboracionista [18]. Ambas formaciones (y otras menores, como Fadhil
en Basora) se enfrentan por el control de las provincias del centro–sur
y sur del país [19], pero han sabido repartirse muy bien los papel de
"policía bueno y policía malo" con los ocupantes: la
primera, ofreciéndoles la estabilización que tanto precisan para no
perder definitivamente el control de la situación; la segunda,
segando la hierba bajo sus pies a través de una escalada de violencia
sectaria que si bien ha aniquilando el sector civil anti–ocupación
democrático y laico igualmente ha situado a Iraq al borde de su
implosión. Todas estas formaciones cuentan con el apoyo esencial de
Irán, que se asegura así su capacidad de influencia en Iraq y, con
ello, la posibilidad de ofrecer a EEUU y Reino Unido una salida a la
crisis de la ocupación, que es el objetivo último de la cita
bilateral de Bagdad. Irán mercadea con el reconocimiento de su papel
regional a cambio de salvar la ocupación de Iraq por EEUU y Reino
Unido: ¿qué sentido tienen si no las palabras antes citadas del
portavoz del ministerio de Exteriores iraní relativas a
"reforzar la seguridad en Iraq"?
La escalada de
violencia sectaria y terror de las milicias confesionales shiíes a lo
largo de 2006 no ha sido la respuesta defensiva ante los atentados
masivos atribuidos a Al–Qaeda en Iraq, sino a los tímidos intentos
de la Administración Bush de abrir contactos con la resistencia
iraquí y matizar su apoyo al gobierno de al–Maliki [20]. Tras ese
largo año, la respuesta de Bush ante la creciente autonomía de campo
colaboracionista ha sido la del perdedor: en contra de lo aconsejado
por todas las instancias nacionales e internacionales, incluso por los
mandos militares estadounidenses sobre el terreno, renovar su apoyo a
al–Maliki, tolerar la actuación de los escuadrones de la muerte
paragubernamentales y enfangarse aún más en una guerra contra la
resistencia iraquí que no puede ganar. En estos tres meses de
aplicación del ya fallido "Nuevo plan de seguridad para
Bagdad", las fuerzas de ocupación de EEUU bombardean y asedian
barrios y ciudades resistentes, pero pactan con la corriente de as–Sáder
su coexistencia en Bagdad [21]; por su parte, los británicos
abandonan el sur del país al caos de la guerra entre las milicias
shiíes, caos en el que medra la influencia de Irán, que está ya
invirtiendo en la reconstrucción de las instalaciones petrolíferas
de Basora [22].
Recuperar
la soberanía
La sutileza de la
afirmación del ministro de Exteriores iraní de que "Iraq
afronta dos problemas: el primero, la inestabilidad creada por el
terrorismo; el segundo, la prolongación de la ocupación" [23]
radica precisamente en que convierte a quiénes representan sus
intereses en Iraq, al gobierno y las instituciones colaboracionistas,
en los vencedores finales de la guerra que allí se libra. Irán se
acomoda perfectamente a la identificación interesada que los
ocupantes y los colaboracionistas hacen de la resistencia iraquí como
terrorismo en su compartido afán por anular la existencia y las
expectativas de un amplio campo soberanista no sectario que reivindica
al tiempo el fin de la ocupación y la reconstrucción democrática y
social del Estado iraquí.
El objetivo común a
abatir es la resistencia iraquí y las aspiraciones colectivas del
pueblo iraquí. La cita de Bagdad pretende abortar la plena
recuperación de la soberanía de Iraq. Tras el esfuerzo emancipatorio
de tres años de resistencia contra los ocupantes, el pueblo iraquí
afronta ahora sacudirse la tutela compartida entre unos invasores
derrotados y regímenes vecinos interesados en sacar beneficio de la
destrucción del país.
Notas:
1.
Associated Press, 17 de mayo de 2007
2.
Al–Jazeera, 17 de mayo de 2007.
3.
Al–Jazeera, 13 y 14 de mayo de 2007.
4.
Al–Jazeera, 14 de mayo de 2007.
5.
Associated Press y al–Jazeera, 17 de mayo de 2007.
6.
DPA, 18 de mayo de 2007.
7.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: La operación 'Swarmer' en
Samarra, cortina de humo del fracaso militar estadounidense en Iraq y
Nota Informativa de la CEOSI: El embajador de EEUU en Iraq considera
positiva la relación de Irán con las milicias chiíes .
8.
Al–Jazeera, 13 de mayo de 2007.
9.
Al–Jazeera, 13 y 14 de mayo de 2007
10.
The Washington Post, 25 de mayo de 2007.
11.
The New York Sun, 15 de mayo de 2007.
12.
The Washington Post, 12 de mayo de 2007.
13.
Véase en IraqSolidaridad: Peter Grier: Grupo de Estudio de Iraq: Ni
irse ni quedarse. El Partido Demócrata y la Administración Bush
buscan un consenso sobre la continuidad en Iraq y Joe Kay: Demócratas
y republicanos: Mantener la ocupación de Iraq Antes que una retirada
o reducción de tropas, se prevé un incremento de hasta 30.000
efectivos .
14.
Hearst Newspaper, 22 de mayo de 2007.
15.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Continuidad de la guerra. El
Grupo de Estudios sobre Iraq elude un calendario de retirada de tropas
y recomienda negociaciones con Siria e Irán
16.
Véase en IraqSolidaridad: Kamil al–Mehaidi: La distribución
geográfica de los campos petrolíferos y su gestión bajo ocupación.
El futuro del petróleo iraquí y No se contabilizan hasta 3.000
millones de dólares anuales en ventas de petróleo ¿Cuánto
petróleo iraquí se está robando?: El 'misterio' de los contadores
perdidos
17.
Al–Jazeera, 17 de mayo de 2007.
18.
La corriente de as–Sáder se ha retirado de los seis ministerios que
controlaba en el gobierno de al–Maliki pero mantiene la estabilidad
de éste al no haber retirado sus diputados del Parlamento.
19.
Véase en IraqSolidaridad: Pedro Rojo y Carlos Varea: ¿Está jugando
Irán a la 'resistencia' en Basora? Las milicias chiíes se disputan
Basora, mientras Irán bloquea la negociación con EEUU sobre Iraq y
Az–Zaman, 28 de abril de 2007.
20.
Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: La resistencia iraquí niega
nuevos contactos con los ocupantes. Cantos de sirena sobre la
negociación con la resistencia y enlaces relacionados.
21.
Véase en IraqSolidaridad: Liz Sly: As–Sáder respalda el plan Bush
para Bagdad. La corriente de as–Sáder negocia con los ocupantes su
despliegue en barrios shiíes . El ministerio de Sanidad iraqui ha
reconocido que la violencia sectaria está de nuevo aumentando en
Bagdad (The Washington Post, 24 de mayo de 2007).
22.
Az–Zaman, 17 de mayo de 2007 y The Guardian, 19 de mayo, 2007.
23.
Al–Jazeera, 17 de mayo de 2007.
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