Kifaya:
referente de la lucha contra la dictadura
Por
F. Javier Aguayo
Diagonal, 21/06/07
El Cairo.– El
movimiento Kifaya (Basta) se ha convertido tras las
manifestaciones contra la guerra de Iraq en un referente de la lucha
contra el régimen dictatorial de Hosni Mubarak. En el año 2003, tras
más de dos décadas sin grandes movilizaciones, miles de egipcios
salieron a las calles para protestar contra la invasión
estadounidense de Iraq. Estas manifestaciones se unían a las que se
venían realizando en apoyo al pueblo palestino durante los meses más
duros de la segunda intifada. En este contexto, observando este enorme
éxito “un grupo de personas de diferente origen político, desde
comunistas a islamistas pasando por liberales, nos reunimos para
intentar sacar adelante una declaración de mínimos, con la que poder
dirigir este movimiento de protesta contra el Gobierno dictatorial de
Mubarak”, confirma en entrevista concedida a Diagonal George
Ishak, coordinador del movimiento Kifaya.
Finalmente, en julio
de 2004, un grupo de 300 personas, sin definirse ideológicamente y
con un heterogéneo origen social y político, hacen pública una
declaración en la que exponían los principios de Kifaya: “Exigimos
la eliminación de la Ley de Emergencia, que ofrece plenos poderes a
la autoridad policial para detener a quien deseen sin explicación y
que está vigente desde hace más de 20 años, así como unas
elecciones verdaderamente democráticas”, afirma Ishak. Desde
entonces, sus miembros han conseguido sacar a la calle un buen número
de gente, en un país poco acostumbrado a protestar contra un
presidente asentado en el poder desde hace más de 25 años. La
oposición al régimen Preguntando por quién es la verdadera oposición
al Gobierno egipcio, es inevitable que aparezca el nombre de los
Hermanos Musulmanes, la hermandad islámica que en las últimas
elecciones presidenciales consiguió un sorprendente apoyo electoral,
a pesar de la fuerte presión policial a la que sus miembros son
sometidos.
“Yo no creo que los
Hermanos Musulmanes tengan demasiado apoyo en Egipto, a pesar de lo
que pueda parecer”, afirma Ishak al hablar de la hermandad, y
prosigue: “La gente en Egipto es religiosa, pero no los apoya, sino
que en la pasadas elecciones querían demostrar al Partido Nacional
[la formación de Mubarak] que quieren un cambio de sistema, y de ahí
su éxito porque, además, para el ciudadano común es muy atrayente
un partido que se presenta con un eslogan que habla de islam en términos
de solución”.
Según el coordinador
de Kifaya, es el propio Gobierno egipcio quien utiliza a la formación
islamista para demostrar a Occidente, del que es aliado preferente, la
peligrosidad de un movimiento religioso que iba creciendo en apoyo,
mientras eran detenidos cientos de sus miembros desde su éxito en las
legislativas de 2005. No obstante, para Ishak “es imposible un
gobierno islamista en Egipto, puesto que el poder militar es enorme, y
con el apoyo exterior, el Gobierno se encargaría de evitarlo”,
afirma Ishak. En este contexto, Ishak advierte del verdadero papel de
Estados Unidos frente a la incipiente democracia egipcia: “Yo he
preguntado en muchas ocasiones a responsables estadounidenses por qué
apoyan a este régimen despótico, y la respuesta la ofrece Condoleeza
Rice casi a diario: “estabilidad es mejor que democracia”.
Huelgas
contra las privatizaciones
Los miembros del
movimiento Kifaya se movilizan especialmente por el programa de
privatizaciones que está llevando a cabo el régimen de Mubarak en
los últimos años, en concreto desde la entrada en el Gobierno de un
grupo de ministros liberales. Cientos de empresas públicas han pasado
al sector privado, con el consecuente empeoramiento de unas
condiciones de trabajo ya de por sí precarias en general. Este
proceso ha dado lugar al mayor número de huelgas y manifestaciones
que se recuerdan en Egipto desde la época colonial.
“La comunidad
empieza a moverse para luchar por sus derechos, lo que significa que
la gente sufre como siempre, pero hay algo novedoso, porque hasta
ahora aguantaban”, afirma Ishak cuando se le pregunta por esta ola
de movilizaciones.
|