Elecciones
Rotundo
triunfo islámico, futuro incierto
Por
Hilmi Toros
Inter Press Service (IPS), 23/07/07
Estambul.–
El gobernante Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Turquía,
de raíces islámicas pero que se profesa secular y conservador,
obtuvo una victoria aplastante en las elecciones parlamentarias. Lo
que ocurra en los próximos días determinará cuánto se mantendrá
en el poder.
El
partido del primer ministro Recep Tayyip Erdogan obtuvo 47 por ciento
de los sufragios emitidos el domingo por unas 42 millones de personas
habilitadas, en tanto que la principal fuerza opositora, el Partido
Republicano del Pueblo, mantuvo el 20 por ciento que había logrado en
las pasadas elecciones.
La
novedad fue el ingreso al parlamento del ultraderechista Partido del
Movimiento Nacional, con 14 por ciento.
Pero
estos son sólo tres de la decena de partidos que superaron la barrera
del 10 por ciento requerida para ingresar al órgano legislativo.
Independientes, y en especial activistas kurdos, tuvieron una buena
cosecha, logrando que más de sus 20 candidatos se convirtieran en
parlamentarios.
Con
340 de los 550 escaños, el AKP puede formar un gobierno sin la
necesidad de una coalición con otros sectores, pero no tiene los 367
requeridos para elegir directamente al presidente.
Si
no logra elegir a un candidato presidencial aceptable para la mayoría,
el parlamento será suspendido y se deberán realizar nuevas
elecciones en el corto plazo.
Tras
el triunfo, Erdogan se mostró conciliatorio y habló no sólo de
democratizar el país sino de los valores seculares y la unidad
nacional, así como de trabajar para el ingreso pleno de Turquía a la
Unión Europea (UE).
Sin
embargo, no respondió a los pedidos de su propio partido de postular
como presidente al canciller Abdulá Gul, un islamista cuya
candidatura previa fracasó por la oposición de los partidos
seculares, gran parte de la sociedad civil y los militares.
Ante
ese fracaso, se convocaron las elecciones del domingo, tres meses
antes de lo previsto.
"El
partido ganó a lo grande. Pero si quiere gobernar, deberá buscar un
candidato diferente y aceptable para toda la sociedad, no sólo para
la base del partido", dijo a IPS el analista francés Jerome
Bastion, radicado en Estambul.
Unas
de las objeciones hechas por los secularistas a la candidatura de Gul
era que su esposa usa el velo islámico, algo prohibido en sitios
oficiales.
El
número de mujeres parlamentarias creció de 24 a 50, pero ninguna de
ellas puede usar el velo durante las sesiones. Una que intento hacerlo
hace 10 años fue expulsada del órgano legislativo y jamás pudo
regresar.
Las
fuerzas seculares nunca aceptarían que la esposa de Gul, como primera
dama, usara el velo islámico en el palacio presidencial, algo que no
se ha visto desde que este país se convirtió en república laica en
1923.
Erdogan
y Gul proceden el proscrito Partido Islamista, y lideraron una
sorprendente victoria del AKP en su primera prueba electoral en 2002.
Su
plataforma central es el crecimiento económico. La economía se
expande a un ritmo de siete por ciento al año, y la inflación, bajo
el gobierno de Erdogan, bajó desde más de 50 por ciento a un solo dígito.
"El
mundo de los negocios quiere estabilidad", dijo a IPS el
empresario Mehmet Ali Babaoglu, de la Asociación de Industria y
Negocios. Los líderes del AKP "han hecho cosas buenas para los
negocios, como las privatizaciones, los esfuerzos para atraer inversión
extranjera y su impulso hacia la UE", sostuvo.
Pero
el pasado todavía obsesiona a algunos, incluyendo a los militares,
encomendados por la Comisión para salvaguardar la república contra
las amenazas externas e internas y proteger el sistema secular.
En
lo que fue llamado un "golpe electrónico", los militares
publicaron en su sitio web que consideraban a Gul
"inaceptable" para el cargo de presidente, lo que influyó
notoriamente en el parlamento e impidió que ese candidato lograra
suficientes votos para alcanzar el cargo.
Las
Fuerzas Armadas, que participaron en cuatro golpes de Estado desde
1960, no han comentado los resultados del domingo.
En
el pasado, el partido único kurdo no había logrado ingresar al
parlamento debido a que no pasó la barrera de 10 por ciento. En esta
ocasión, el grupo político fue desarticulado y los kurdos se
presentaron como independientes.
El
líder kurdo Ahmet Turk declaró luego de los resultados que los
parlamentarios kurdos se esforzarán por resolver los problemas de esa
comunidad, que representa 20 por ciento de la población de 70
millones de habitantes, pero por métodos pacíficos.
La
minoría kurda demanda el respeto de sus derechos culturales, mientras
que los nacionalistas turcos temen que ésta exija mayor autonomía
como paso previo a la independencia.
Este
creciente temor explica el aumento del apoyo popular a la extrema
derecha.
Una
de las cartas que maneja la derecha es impulsar una incursión militar
en el norte de Iraq para acabar con los rebeldes del Partido de los
Trabajadores del Kurdistán, que realizan incursiones frecuentes en
territorio turco.
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