El
"menú sionista" para Medio Oriente
EEUU
e Israel buscan negociar un "Estado palestino" con los árabes
traidores
IAR
Noticias 27/07/07
El eje sionista
USA–Israel, luego de perder Gaza, está utilizando todos los
recursos para aislar y destruir a Hamás y a las organizaciones que
combaten al Estado judío, ejecutando operaciones que abarcan desde
extorsiones económicas (como el criminal bloqueo a Gaza), ayuda
financiera y armas (como la proporcionada a Abbas–Al Fatah), a las
que ahora se suma una maniobra de "hacer la paz" con la
creación de un "Estado palestino" sólo con aquellos que
reconozcan la existencia de Israel, y avalada por gobiernos árabes
pro–sionistas nucleados en la Liga Árabe, como es el caso de Egipto
y Jordania.
La maniobra para
conseguir un reconocimiento del Estado de Israel entre los países árabes
y un "Estado palestino" maleable a las necesidades de
Washington y Tel Aviv está encabezada por Egipto y Jordania, los
aliados regionales más confiables de la dupla judeo–norteamericana,
cuyos cancilleres visitaron Tel Aviv y se reunieron con altos
funcionarios judíos sintiéndose "como en casa".
La primera fase de
plan se puso en marcha en junio pasado con la cumbre de Bush y Olmert
en Washington, y luego adquirió visos de formalidad protocolar con
la reunión que sostuvieron Olmert y su "agente Abbas" en el
balneario egipcio de Sharem El–Sheij, a orillas del Mar Rojo.
El encuentro fue
auspiciado por los dos principales "aliados" regionales del
eje sionista EEUU–Israel–Unión Europea en la región, el
presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y el rey Abdulá de
Jordania, baluartes de la causa sionista de la misma calaña de Abbas
en Palestina.
Al Jatib y Abul Gheit,
ministros de Exteriores de los dos únicos países árabes (Egipto y
Jordania) que tienen relaciones diplomáticas con Israel, dijeron ser
nombrados para representar a la Liga Arabe y exponer la "propuesta
de paz" a gusto y placer del eje EEUU–Israel–UE que
quiere aggiornar un nuevo plan "hoja de ruta".
No obstante,
portavoces de la Liga Árabe subrayaron hace unas semanas que no
visitan Jerusalén como representantes oficiales de esa organización,
sino en "nombre de sus gobiernos".
Tras el encuentro del
miércoles con Netanyahu y Peres, los enviados se reunieron con su
colega israelí Tzipi Livni, y después con el primer ministro, Ehud
Olmert, además de realizar una visita al Parlamento o Kneset y de
llevar a cabo una entrevista con su presidenta, Dalia Itzik, en un
hecho insólito que indignó a la mayoría de los árabes en el mundo.
Para la prensa
internacional controlada por el lobby sionista, los cancilleres de
Egipto y Jordania se dieron cita el miércoles en Jerusalén en una
"cumbre clave" con el primer ministro israelí, Ehud Olmert,
a quien, en un clima de optimismo, le entregaron un plan de paz que
propone la creación de un Estado palestino.
La información
destacó los "gestos positivos" cosechados a lo largo
del encuentro que hicieron que el mismo presidente de Israel, Shimon
Peres, resumiera la situación con un "soplan vientos de paz
en la región".
Pero la ola de
indignación que levantó la presencia "amistosa y
alegre" de los traidores árabes en el búnker de los
invasores del pueblo palestino, hizo dar marcha atrás a la Liga Arabe,
en cuyo seno abundan las contradicciones respecto del
reconocimiento y restablecimiento de relaciones con Israel.
Detectando la ola de
rechazo que produjo el pavoneo de los dos representantes de los
gobiernos árabes traidores en Tel Aviv, el Secretario General de la Líga
Árabe, Amr Moussa, se distanció de la visita a Israel por los
ministros egipcio y jordano de Relaciones Exteriores, quienes están
formalmente en Jerusalén para impulsar un "plan de paz para
Medio Oriente".
En una entrevista con
la cadena BBC, Moussa dijo que los ministros no tenían el
mandato para actuar en nombre de la organización, y que estaban ahí
para "evaluar la disposición de Israel a entrar en
negociaciones".
Esto se contradijo
con las declaraciones de los cancilleres de Egipto y Jordania que al
llegar a territorio israelí dijeron que actuaban en representación
de la Liga Árabe.
La posición
descalificatoria de la Liga Árabe sorprendió y descolocó a Tel Aviv
y sus socios árabes, quienes calificaron la visita de los cancilleres
de Egipto y Jordania como "día histórico".
En una entrevista
concedida a la BBC, el portavoz de la Cancillería israelí
Jackie Eldan insistió en el carácter histórico de la visita y
diciendo que "...estamos hablando de temas importantes para
nosotros, se trata de la paz. Es un día histórico, en total, un
momento muy único en donde tenemos un gobierno palestino, adecuado,
preparado a avanzar, a ir hacia la paz".
Según la cadena británica,
las susceptibilidades en torno al lenguaje empleado por la delegación
sugieren divisiones y prevenciones del mundo árabe en su postura
frente a Israel.
Pero más allá del
impasse actual, lo que se está presentando es una oferta de todas las
naciones árabes para reconocer a Israel, señala la BBC.
El "menú"
que ofrece el Estado judío es establecer relaciones diplomáticas
normales con las naciones árabes a cambio de una retirada completa de
los territorios ocupados, la creación de un Estado palestino (sin Hamás
y sin resistencia armada) y una solución "justa" al
problema de los refugiados, a cambio del reconocimiento de todos
los países árabes del Estado de Israel, levantado en territorio
robado a sangre y fuego a los palestinos.
Más aún, según el
diario israelí Haaretz, el primer ministro israelí va a
ofrecer a los palestinos "un acuerdo de principios"
con vistas a la creación de un Estado palestino en la mayor parte del
territorio de Cisjordania y Gaza.
Si la propuesta es
aceptada , las dos partes (o sea, Olmert y Abbas) comenzarían
negociaciones sobre las "características del Estado
palestino" (sin Hamás), sus instituciones oficiales, su economía
y las regulaciones aduaneras que tendría con Israel", indicó Haaretz.
La maniobra, como es
obvio, busca el consenso generalizado del mundo árabe, para aislar
e ilegalizar a Hamás en Gaza, y desplegar (como lo proponen
Olmert y Abbas) una fuerza internacional con poder de fuego que
desarme a Hamás y termine con la resistencia armada a Israel.
Según la cadena BBC,
"algunos observadores consideran la visita como parte de una
intensa ofensiva diplomática que busca revivir el moribundo
proceso de paz del Medio Oriente".
Esos observadores,
continúa la BBC, sugieren que la paz es todavía posible si
las "fuerzas moderadas" se unen.
No obstante, según
señala la corresponsal de la BBC en Jerusalén, Bethany Bell,
en otros círculos hay un profundo pesimismo frente a la posibilidad
de que estos pasos realmente estén siguiendo un camino que lleve a
algún lugar distinto.
Por ahora, y de
acuerdo con la dinámica de la información, los únicos que están
aceptando de buen grado este "menú sionista"
empaquetado en Washington y Tel Aviv, son los gobiernos traidores de
Egipto y Jordania.
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