Crónica desde Palestina
La seguridad en Gaza
Por Lidón Soriano Segarra
Rebelión, 29/07/07
El calor es sofocante, las gotas de sudor
resbalan por nuestras frentes mientras atravesamos la nueva terminal
que a modo de estructura fronteriza oficial Israel ha construido en
Erez. El punto de paso resulta paradójico, casi esperpéntico, un
edificio de dimensiones faraónicas que sólo recibe a unas decenas de
personas al día. Frialdad en su arquitectura, controles de seguridad,
pasillos, tornos rotatorios, preguntas y más preguntas.
Pero estamos felices, hemos conseguido la
coordinación necesaria con Israel a través del consulado español,
tras reiteradas peticiones y ahora, por fin: estamos en Gaza.
Lo primero que me sorprende al entrar, comparándolo
con los años pasados, es la menor presencia de hombres armados por la
calles y una extraña, pero significativa calma que lo inunda todo. En
otras ocasiones, la primera sensación al adentrarme en la Franja, era
como de tensión en el ambiente, de calma tirante, sin embargo este año
no he tenido esa sensación.
Las noticias que incansablemente llenan
nuestros medios de comunicación con respecto a Gaza hablan de
inseguridad, inestabilidad, peligro. Sin embargo las sensaciones que
tuve al entrar disiparon el desasosiego con el que entraba por lo
incierto de la situación y las constantes recomendaciones de nuestras
instituciones e incluso de nuestras contrapartes en Cisjoradania para
que no fuéramos a Gaza por temor a que algo nos sucediera.
Me resulta, cuanto menos peculiar, que el año
pasado estuviéramos en Gaza bajo constantes bombardeos israelíes y
no recibiéramos ni la quinta parte de advertencias de peligro que
estos días, en los que como hemos podido comprobar, la situación
lejos de ser de peligro o de inestabilidad es de tranquilidad total y
absoluta.
Parece que el objetivo es evidente, focalizar y
magnificar una situación de confrontación interna, para desviar la
atención del verdadero problema: la ocupación israelí.
Desde que Hamas se hizo con el control de la
Franja, de forma totalmente inapropiada y denunciable, pero como
respuesta a la constante provocación de gente relacionada con Fatah
interesada en crear el caos interno, la seguridad se respira en las
calles de Gaza.
Se ha prohibido a las diferentes milicias que
vayan armadas y enmascaradas por la calle, se han eliminado todos los
checkpoints en el interior de la Franja, no se permiten los disparos
al aire en las bodas que a menudo causaban muertos por la mala
utilización de las armas, los lideres de los grandes clanes han sido
forzados a elegir entre quedarse con las armas y luchar contra la
ocupación o ser encarcelados y se han sellado acuerdos de no agresión
entre familias rivales. Parece un cuento de hadas, pero la información
la recibimos de una de nuestras contrapartes, de una de las personas
que me merece mas respeto por su trayectoria política, social y
humana, el director del centro de Derechos Humanos de Gaza, Raji
Sourani, por lo tanto le doy peso y credibilidad.
Por si eso no fuera poco, la mera observación
en las calles y los contactos y conversaciones con la gente te
confirman esa realidad, tan extraña, como necesaria. El director del
hospital Al Awda, nos comentaba esta mañana, como ejemplo de esa
normalidad y sensación de seguridad que se vive en Gaza, que por
primera vez desde hace muchos años había estado la noche anterior
hasta la una de la mañana en la playa con su familia y después habían
vuelto paseando hasta casa. La gente se siente mas segura, en las
calles hay hombres armados que por parejas velan por la seguridad, a
diferencia de los grandes grupos de hombres hasta el año pasado
encontrábamos en algunas esquinas de las ciudades, sobre todo de
ciudad de Gaza, mostrando sus armas en actitud desafiante y chulesca.
A medida que vamos recorriendo los escasos 365
Km2 de la Franja otra de las escenas que llama poderosamente la atención
es la inactividad. Personas en las puertas de sus comercios, de sus
pequeños talleres con las manos sobre el regazo, mirando al infinito
o charlando con otras personas. Excepto los mercados en las calles no
se percibe apenas movimiento de mercancías, de compras, de trabajo y
es que el embargo que los países occidentales aplicaron al pueblo
palestino tras el proceso democrático de 2006 y que persiste en la
Franja, ha aumentado y agudizado la terrible crisis humanitaria y
socioeconómica que asolaba Gaza desde el plan de desconexión de
Sharon en 2005, con la conversión de la Franja en una gran cárcel a
cielo abierto.
La tasa de paro es superior al 75% y mas del
80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con
menos de dos dólares por día, la tasa de malnutrición, la anemia,
las alteraciones gastrointestinales, las enfermedades por alteraciones
de la inmunidad debido a la mala alimentación y al stress están
disparadas, los casos de cáncer son cada vez mayores y a parecen en
gente mas joven, incluso los ataques al corazón empiezan a afectar a
personas entre veinte y treinta años, personas sometidas a unas
carencias terribles, con un stress traumático y postraumático
terrible y cuyas esperanzas, aun manteniéndose van disminuyendo a
medida que el tiempo pasa y la situación, tan solo empeora.
Raed, nuestro taxista en esta visita, es un
claro ejemplo que puede ayudar a entender mis palabras. Sólo
conocerlo tras atravesar el checkpoint de Erez, se nos muestra feliz,
alegre y dispuesto a todo (como son, la verdad, la mayoría de
taxistas en Gaza), sin embargo a medida que vamos pasando tiempo con
él y vamos teniendo mas confianza y hablando de temas mas personales,
su tragedia empieza a aparecer, su dolor por momentos asoma a sus
ojos, disipando su sonrisa pizpireta y cambiando su porte alegre y
vital, que resulta ser, no una mascara, pero si un salvavidas que le
permite seguir el día a día, intentado olvidar lo inolvidable.
El ocho de noviembre de 2006 el ejercito israelí
lanzo un ataque sobre Beit Hanoun, una ciudad del noreste de la Franja
de Gaza. 19 personas, la mayoría mujeres y niños fueron asesinados,
de ellos 13 pertenecían a la misma familia, la familia Al Qafarna, la
familia de Raed, nuestro taxista.
Entre los asesinados: su padre, su hermano, 3
hijos de su hermano, 2 hijas, una de seis meses y otra de dos años,
su cuñada...
Tantas y tantas heridas imposibles de
cicatrizar, imposibles de curar, imposibles de perdonar, imposibles de
superar.
Raed, lo intenta día a día y trabaja
incansablemente para poder alimentar todos los días a sus cinco hijos
y a su mujer. Raed, como el resto de los habitantes de Gaza,
sobreviven, disfrazando con sonrisas, tan verdaderas como necesarias,
unas terribles historias personales que nosotras, en la comodidad y
asepsia de nuestras egoístas vidas occidentales, somos incapaces tan
solo de imaginar.
Otra de las cosas, que si bien no es novedad me
sigue partiendo el alma, es la tristeza en los ojos de muchos niños y
niñas sobre todo de las zonas mas castigadas, que principalmente si
están solos cuando aparecemos, nos miran entre desconfiados y
temerosos cuando no aterrorizados, y es que muchos de ellos lo mas
parecido a nosotros que han visto en su vida es un soldado israelí y
el recuerdo que les traemos es sencilla y comprensiblemente terrible.
Ayer por la tarde vistamos la terminal de Rafah,
en donde esta teniendo lugar una tragedia humanitaria, sin que nadie
haga absolutamente nada a pesar de existir bastantes informes de
diferentes organizaciones internacionales, denunciando la situación.
Debido al cierre que Israel impone en el paso
fronterizo, unas 6.000 personas se encuentran retenidas en la parte
egipcia, unas 30 ya han fallecido. El paso esta cerrado desde hace dos
meses y como Israel no da la menor información sobre la apertura o no
de la verja, la gente no puede moverse porque corren el peligro de
marcharse y que en ese mismo momento Israel permita el paso durante
unas horas, así que se encuentran hacinadas, bajo un sol de mas de 40
grados, con un baño para todo mundo, sin alimentos, ni bebidas, sin
dinero, sin información, sin ningún tipo de ayuda, abandonadas a su
suerte.
En el lado palestino de la terminal estuvimos
con el jefe de seguridad, perteneciente a Hamas, quien después de
mostrarnos las instalaciones, nos invito a un te. Fue un momento de lo
mas agradable, tras el accidentado viaje por las bombardeadas
carreteras palestinas, aguantando un calor extenuante agradecimos un
momento de relax. En un abrir y cerrar de ojos, varios soldados
sacaron unas filas de asientos del interior de la terminal y las
dispusieron debajo de unas palmeras sobre una zona de césped, al
momento trajeron el te. Nos sentamos y comenzamos a charlar
animadamente sobre la situación actual. Como muchos gazauies, no
entiende porque tienen que ser castigados sencillamente por haber
llevado a cabo una elección democrática y repetidamente con una
sonrisa afable en los labios nos pregunta si le vemos pinta de
terrorista.
La verdad es que no se cual es la "pinta
de terrorista", supongo que la del imaginario occidental ha
pasado de ser la de un ruso comunista a la de un árabe musulmán, sin
embargo a mi, al pensar en "la pinta terrorista" solo me
viene a la cabeza la imagen de hombres engominados debatiendo sobre el
mercado de valores, la productividad, los beneficios y los planes de
ajuste estructural.
La pinta del jefe de seguridad es la de un
joven arreglado, inteligente, deportista y activo y si como dice la
legalidad internacional, terrorismo es crear terror en poblaciones
civiles no combatientes, pues parece que él, además, con su
actividad no practica el terrorismo, ya que solo defiende un paso
fronterizo del ejercito de ocupación israelí que habitualmente sí
practica el terror sobre poblaciones civiles indefensas y no
combatientes, es decir ellos si que son, de hecho, fuerzas terroristas
de ocupación.
También visitamos la terminal del aeropuerto
totalmente destruida desde que en diciembre de 2001 el ejercito israelí
arraso con bulldozers los 3008 metros de longitud de la pista de
aterrizaje, destruyendo además todas las infraestructuras de unas
terminales de estética árabe, realmente bonitas.
Hasta 2001 se habían llevado a cabo algunos
vuelos de prueba con Turquía, con Egipto y también se había
recibido a diferentes personalidades, entre ellos al primer presidente
no árabe, Aznar. El motivo de este viaje llevado a cabo el 21 de
julio de 1999, fue que el gobierno español, a través de la cooperación
española y como consecuencia de diferentes acuerdos firmados en el
periodo de la conferencia de Madrid y los acuerdos de Oslo, donó 25
de los 37 millones de dólares que costo el proyecto. Tras la brutal
destrucción, el entonces gobierno del PP no pidió, no ya una
indemnización, que hubiera sido lo normal, sino tan siquiera una
explicación. Actualmente el gobierno del PSOE, sigue sin pedir ningún
tipo de compensación a Israel por la destrucción cometida sobre unas
infraestructuras pagadas con dinero español, cuando es no solo su
deber, sino también su obligación.
Israel, por su parte aprendió la lección:
impunidad total para sus actos, libertad para seguir cometiendo todo
tipo de crímenes de lesa humanidad, nada les afecta, nada les puede,
están por encima de la Ley.
De todas y cada una de nosotras, de las
personas que creemos en la justicia social, de las personas que
creemos que otro mundo es realmente posible y necesario, es la
responsabilidad de intentar cambiar esta situación.
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