Irak,
Irán y Pakistán en el ojo de Washington
Mañana
de amenazas desde la Casa Blanca
Por
Leonardo Montero
APM, 08/08/07
El presidente de
EE.UU. se despachó contra los países de Medio Oriente. Se mostró
molestó por el acercamiento entre Maliki y Ahmadineyad y advirtió a
Musharraf sobre Al Qaeda.
En una ronda de
prensa matutina celebrada ayer en la Casa Blanca, el presidente de
Estados Unidos, George W. Bush, lanzó sendas advertencias contra sus
pares de Irak, Irán y Pakistán.
Por un lado, Bush se
ocupó de amenazar a su “amigo” el primer ministro iraquí, Nuri
al–Maliki. El estadounidense se refirió a la visita que Maliki
realizó a Teherán y a las reuniones que mantuvo con su par iraní,
Mahmud Ahmadineyad. "Cuando lo encontremos jugando un papel no
constructivo (con Irán), habrá que pagar un precio", sostuvo
Bush.
Además, agregó que
"si la señal es que Irán es constructivo, tendré una charla
franca con mi amigo el primer ministro de Irak, porque no creo que lo
sea". De este modo, Bush se mostró muy molesto por el encuentro
bilateral entre estos países e intentó dejar en claro que no aceptará
ningún tipo de acercamiento entre su apadrinado Maliki y su enemigo
Ahmadineyad.
Irán tampoco se salvó
del mal humor matinal de Bush. Según el mandatario de la Casa Blanca,
desde Irán se fomenta gran parte de la violencia en territorios iraquíes
y aseguró que “habrá consecuencias para quienes transporten y
entreguen sofisticadas armas antiblindaje para matar estadounidenses
en Irak". Funcionarios de Washington sostienen que desde Irán
ingresan armas y soldados para combatir a las tropas aliadas en Irak.
Demás está decir que aún no pueden comprobarlo.
Durante la cumbre que
tanto molesto a Bush, Ahmadineyad dio su respaldo a Maliki para
restaurar la seguridad en Irak. Sin embargo, advirtió que la única
manera de terminar con la violencia era con la retirada de las tropas
estadounidenses. “Intentar preservar la independencia y la dignidad
de Irak, instalar un gobierno libre es la mejor actuación”, agregó.
Maliki respondió que
Irán juega un papel positivo y constructivo para ayudar a su gobierno
a mejorar la seguridad en su territorio. Cualquiera puede imaginar cómo
esta declaración se habrá hecho sentir en el mal humor de Bush.
A su vez, ambos
mandatarios se comprometieron a trabajar conjuntamente en pos de
establecer la paz y la seguridad y combatir el terrorismo en Medio
Oriente. Para Ahmadineyad, la situación en la región es muy delicada
y el futuro de la zona depende de la victoria de los iraquíes.
Por último, durante
la visita de Maliki a Teherán, los funcionarios iraníes mostraron su
disposición y compromiso a colaborar en la reconstrucción del
devastado Irak. Entre las promesas se encuentra la posibilidad de
abastecer con combustible durante el invierno y la construcción de
una refinería para mejorar la situación de la industria petrolera
iraquí, arruinada luego de cuatro años de invasión aliada. Además,
el viceministro iraní, Parviz Davudi, adelantó que proyectan
construir un hospital y realizar obras de servicios y científicas.
El otro gran objetivo
de la ronda de prensa de Bush fue Pakistán. El mandatario
estadounidense pidió a uno de sus mejores aliados en Medio Oriente,
el presidente pakistaní Pervez Musharraf, “una actuación
contundente” contra miembros destacados de la red Al Qaeda que, según
la inteligencia de Estados Unidos, se ocultan en territorios de ese país.
Vale la pena recordar
que días atrás funcionarios de la Casa Blanca deslizaron la
posibilidad de atacar objetivos de Al Qaeda si que eso resultara
necesario. Sin embargo, ayer Bush aseguró que la alianza con
Islamabad continúa y que seguirán trabajando juntos en la “lucha
contra el terrorismo”.
Por otro parte, Bush
manifestó que habló con Musharraf y que espera que las elecciones a
realizarse a fines de año sean libres y justas. Evidentemente Bush,
conocedor de su aliado, considero necesario lanzar esa advertencia.
Actualmente,
Musharraf se encuentra muy debilitado y desde su gobierno buscan la fórmula
de fortalecerlo de aquí a las elecciones en las cuales buscará
conseguir cinco años más de mandato.
En las últimas
horas, el líder pakistaní rechazó la posibilidad de declarar un
estado de emergencia en el país debido a la creciente ola de
violencia desatada luego del brutal asalto a la Mezquita Roja de
Islamabad en julio pasado. La proclamación de la emergencia hubiera
conllevado a la suspensión de los derechos constitucionales y civiles
y, probablemente, hubiera postergado los comicios.
Según versiones
periodísticas, Musharraf desistió de tomar esta medida, en parte,
luego de una comunicación telefónica con la secretaria de Estado
estadounidense, Condolezza Rice. El líder pakistaní decidió a último
momento no viajar a Afganistán donde se desarrolla una cumbre de líderes
tribales, políticos y religiosos de ambos países, en la que se
discute como frenar la violencia en la frontera.
De esta forma, George
W. Bush volvió a demostrar que su intención es que sea Estados
Unidos quien maneje los destinos de Medio Oriente y que no aceptará
que los gobiernos de la región busquen otras alternativas para
solucionar los conflictos en esa zona.
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