Popularidad
de Fatah en picada
Por
Adam Morrow y Khaled Moussa al–Omrani
Inter Press Service (IPS), 22/08/07
El Cairo.– Desde
que el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) tomó a
la fuerza Gaza hace dos meses, Estados Unidos respalda al rival
partido secular Fatah, del presidente Mahmoud Abbas. Pero, al mismo
tiempo, el apoyo público a esta fuerza política disminuyó drásticamente.
Esto obedece a varias
razones. Una de ellas es que "Abbas parece dispuesto a hacer
todas las concesiones que quiere Israel sin obtener nada a
cambio", dijo a IPS Essam al–Arian, dirigente de la egipcia
Hermandad Musulmana.
A mediados de junio,
Hamas arrebató el control de la franja de Gaza al gobierno de Abbas,
respaldado por Washington, dividiendo a los palestinos en dos
entidades geográficas distintas.
Desde entonces, el
gobierno del presidente estadounidense George W. Bush ––junto con
la mayoría de los medios de comunicación occidentales–– retrata
la crisis como una disputa entre el "extremista" Hamas en la
franja de Gaza y el "moderado" Fatah en Cisjordania.
Así lo declaró el
propio Bush inmediatamente después del levantamiento.
Israel también se
apresuró a alinearse con Abbas y con su movimiento Fatah como un
contrapeso "moderado" a Hamas. En un esfuerzo por aislar al
movimiento islámico ––que se considera a sí mismo una
"facción de la resistencia" pero al que Israel llama
"organización terrorista"––, el primer ministro israelí
Ehud Olmert prometió calmar las tensiones en Cisjordania mientras
mantiene un embargo económico contra la franja de Gaza, dominada por
Hamas.
"Abbas espera
que las mejoras económicas en Cisjordania, junto con las dificultades
sufridas en Gaza, estimulen su base de apoyo público", dijo a
IPS Emad Gad, analista en el semioficial Centro Al–Ahram para
Estudios Políticos y Estratégicos y experto en asuntos israelíes.
En un intento de que
Abbas endurezca su postura con Hamas, Olmert anunció a fines del mes
pasado la liberación de unos 250 prisioneros pertenecientes a Fatah
en cárceles israelíes.
Mientras, aliados árabes
"moderados" en la región ––liderados por Egipto,
Jordania y los estados del Golfo Pérsico o Arábigo–– siguieron
la impronta estadounidense al expresar su apoyo a Abbas y a su
gobierno de emergencia, liderado por Salam Fayyad.
Durante su estadía
en Washington el mes pasado para reunirse con altos funcionarios del
gobierno estadounidense, el canciller egipcio Ahmed Aboul–Gheit
volvió a referirse a Abbas como el único representante "legítimo"
del pueblo palestino.
Continuó reiterando
el discurso oficial de que la toma de Gaza por parte de Hamas
constituyó un "golpe militar" ilegal.
Pero aunque la mayoría
de los gobiernos árabes declararon su apoyo a Abbas y a su gobierno,
buena parte del público en Medio Oriente fue alterado por algunos
aspectos de la trayectoria política del presidente de la Autoridad
Nacional Palestina (ANP).
El obvio apoyo de
Israel a Abbas sirvió para reforzar su imagen como aliado de facto
del Estado judío contra Hamas.
"Ahora Abbas
parece moverse enteramente de acuerdo con la agenda estadounidense e
israelí. La ANP se ha convertido en poco más que un gerente de
seguridad para la ocupación israelí", dijo a IPS Abdel Halim
Kandil, ex editor en jefe del semanario opositor Al–Karama.
"Israel puede
reocupar pronto la franja de Gaza con el objetivo de sacar a Hamas del
poder de modo permanente. En este caso, muchos considerarán a Abbas
poco más que un soldado del ejército israelí", agregó.
Siguiendo el camino
trazado por Estados Unidos e Israel, Abbas se negó rotundamente a
hablar con Hamas desde la toma de Gaza. "No habrá ningún diálogo
con los instigadores del golpe", declaró el mandatario
palestino.
Hamas, por el
contrario, llamó consistentemente a celebrar negociaciones con sus
rivales de Fatah. En una declaración emitida a fines del mes pasado
volvió a plantear este pedido, "pese al reiterado énfasis del
presidente de la ANP en su total negativa a mantener
conversaciones".
Sin embargo, esa
negativa del presidente palestino a negociar reforzó la percepción
de que Hamas es la parte más racional del conflicto.
"Es destacable
que Abbas corra para celebrar conversaciones con funcionarios israelíes
que le demandan concesiones imposibles, mientras simultáneamente
rechaza el diálogo con Hamas", dijo Al–Arian.
Según Kandil, la
intransigencia de Abbas puede ser atribuida directamente a la cercana
relación del presidente de la ANP con sus aliados en Washington.
"Abbas no puede
mantener conversaciones con Hamas porque Estados Unidos e Israel no lo
dejarán", aseguró.
El 8 de este mes, el
líder de la mayoría de la Cámara de Representantes de Estados
Unidos, Steny Hoyer, advirtió a Abbas que no estableciera ningún
contacto, ni abierto ni encubierto, con Hamas.
"Tratar con
Hamas es algo que veremos con oposición y sospechas", dijo
Hoyer, según citó la prensa israelí.
La imagen de Fatah
también fue empañada por revelaciones que surgieron inmediatamente
después del levantamiento de Gaza, en relación a un plan fallido
para extirpar el liderazgo de Hamas. Según funcionarios de ese
movimiento, el "Plan Dayton" ––que lleva el nombre del
general estadounidense Keith Dayton–– estaba programado para
concretarse el 13 de julio.
La operación iba a
ser liderada por el hombre fuerte de Fatah, Mohamed Dahlan, con apoyo
logístico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados
Unidos, dijeron miembros de Hamas.
"Ellos planeaban
llevar a cabo un golpe sangriento contra Hamas, que involucrara el
asesinato de cientos de personas, entre ellas líderes políticos y
religiosos de Hamas. Pero nos las arreglamos para desbaratar sus
planes antes de que pudieran ponerlos en práctica", dijo Yehia
Moussa, de ese movimiento, según citó la prensa local el 21 de
junio.
Moussa continuó
diciendo que Dayton había proporcionado a Dahlan y a agencias de
seguridad afiliadas a Fatah armas y municiones pesadas, con el
objetivo de erradicar para siempre el liderazgo de Hamas en Gaza.
"El Plan Dayton
buscaba manipular a los palestinos para que libraran una guerra entre
sí", opinó Al–Arian.
Ibrahim Eissa,
analista político y editor en jefe del periódico independiente
Al–Dustour, dijo que creía que la toma de Gaza por parte de Hamas,
el 14 de junio, había sido de naturaleza "preventiva".
"El conflicto no
es entre secularistas e islamistas. Es entre agentes corruptos de
Estados Unidos dentro de Fatah y quienes velan por los intereses del
pueblo palestino", dijo Eissa a IPS.
La secretaria de
Estado (canciller) estadounidense, Condoleezza Rice, firmó un acuerdo
con Fayyad en la central ciudad cisjordana de Ramalá el 3 de este
mes, comprometiendo a Washington a gastar unos 80 millones de dólares
en el "desarrollo" de agencias de seguridad palestinas
controladas por Fatah.
Éstas entrenarán a
unidades de la guardia presidencial de Abbas a comienzos del próximo
año.
"Rice no vino
para ayudarnos a establecer un Estado palestino. Vino a apoyar a una
facción palestina a expensas de la otra", dijo el portavoz de
Hamas Sami Abuzahri, según citó el periódico Al–Ahram, buque
insignia del gobierno.
Para Kandil, la erosión
de la imagen de Fatah no es un fenómeno reciente.
"La decadente
popularidad de Abbas y Fatah en las calles árabes y palestinas no es
nada nuevo. Esto quedó totalmente en evidencia en enero del año
pasado, cuando Hamas sorprendió a todos ganando una amplia mayoría
en las elecciones parlamentarias celebradas de modo democrático",
agregó.
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