¿Cómo
sería la guerra con Irán?
Trud
/ Ria-Novosti, Moscú, 18/09/07
Los
políticos tratan de adivinar en qué desembocaría el actual
agravamiento de la tirantez en la zona petrolífera. Por su parte, los
expertos en temas de economía no dudan de que el comienzo
de las hostilidades instantáneamente provocará una fuerte
subida de los precios del crudo. Los militares enfocan el problema
desde su propia óptica.
En opinión del
analista en temas militares de Trud, si el Pentágono realmente
creyera posible obtener una victoria rápida y fácil sobre Irán,
desde hace mucho habría desencadenado la guerra. Pero los generales
norteamericanos están conscientes de las consecuencias que puede
acarrear el ataque a la República Islámica. Siendo incapaces de
destruir la máquina bélica norteamericana en el campo de batalla,
los iraníes, no obstante, podrían ocasionar fuertes estratos a la
economía de los países occidentales. El punto más vulnerable es el
Estrecho de Ormuz, de 54 kilómetros de ancho, por el que cada 10
minutos pasan petroleros con destino a Europa, Japón y EEUU. Hasta el
80% del crudo procedente de los países del Golfo Pérsico se
suministra a los mercados mundiales por esta arteria. A los iraníes
no les costará mucho trabajo obstruir esta vía de transporte,
sembrando, digamos, minas. Ya lo practicaron en 1987 en los accesos a
los puertos kuwaitíes y sauditas. Por aquel entonces, chocó con una
de las minas un superpetrolero norteamericano, los demás buques no
tardaron en anclar para no exponerse, y en el mundo se desencadenó
una crisis petrolera. Pasaron 20 años, pero ni siquiera hoy ningunos
portaviones son capaces de prevenir tal evolución de los sucesos.
No olvidemos que
Teherán dispone también de misiles balísticos Shehab-3 con un
alcance de hasta 1.500 kilómetros que pueden batir objetivos en el
territorio de Israel, así como bases norteamericanas emplazadas en
Iraq. Hace un año, Irán ensayó novísimo torpedo que desarrolla una
velocidad superior a 100 km/hora. No podrán esquivarlo ni petroleros
ni buques de guerra. El torpedo guarda una sospechosa semejanza con el
torpedo soviético Shkval (Ráfaga), diseñado todavía en los años
60 del siglo pasado.
Tampoco olvidemos
otras herramientas de Teherán. En particular, el recientemente
constituido cuerpo de kamikazes (40 mil efectivos) que por primera vez
aparecieron en público durante el desfile militar del pasado 13 de
febrero. No se informa nada sobre la geografía de los blancos que
tienen asignados.
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