El
golpe convencional-nuclear de Israel contra
Irán se acerca
Por
Heinz Dieterich
Rebelión, 05/10/07
1.
La lógica militar y el premio del ganador exigen la amenaza nuclear
imperialista
La
decisión israelí de atacar militarmente a Irán antes del fin de año,
hace inevitable el golpe nuclear o, al menos, la amenaza creíble de
este golpe. La doble razón de esa lógica es militar y geoestratégica:
a) ni Israel ni Estados Unidos tienen la fuerza convencional necesaria
para sofocar la reacción bélica regional que generaría su agresión
contra Irán; b) el premio de esta guerra es el control de la zona
geoestratégica más importante de Euroasia, que va del Mediterráneo
oriental vía el Medio Oriente y Asia Central hasta Asia suroriental.
2.
El escenario del ataque
El
escenario militar es muy claro. Israel tratará de repetir los éxitos
históricos de su Fuerza Aérea (IAF), entre ellos: la destrucción de
la Fuerza Aérea de Egipto en tres horas, durante la guerra de 1967;
la destrucción, en pocos minutos, del reactor nuclear iraquí
“Osiraq”, en 1981, por ocho F-16; la destrucción de la defensa
antiaérea siria, en poco tiempo y prácticamente sin pérdidas
propias, durante la agresión a Líbano, en 1982 y el ataque de la IAF
a blancos sirios el 6 de septiembre, 2007.
La
capacidad bélica para tal ataque es muy considerable. La IAF tiene
alrededor de mil aviones y doce aeropuertos militares; cuenta con
cohetes Jericó I, II y III, de corto y medio alcance, algunos con
capacidad de transportar cabezas nucleares; utiliza satélites
espaciales de reconocimiento y comunicación propios y sistemas misilísticos
muy avanzados. El ataque se dirigiría contra tres instalaciones
nucleares al sur de Teherán ---Natanz, Ispahán y Arak--- y, según
el The Sunday Times, los pilotos han hecho vuelos de
entrenamiento hacia Gibraltar y ensayado tácticas de ataque nuclear.
Además de los aviones de combate F-15L y F-16L que pueden ser
reabastecidos en vuelo por aviones-tanqueros, Israel puede usar
misiles cruceros disparados desde los submarinos israelíes
suministrados por Alemania, y/o los cohetes Jericó. Finalmente, la
IAF tiene, sin duda, los mejores pilotos de Medio Oriente y la
experiencia de atacar blancos a una distancia superior a la de Irán,
como demostró su ataque al cuartel general de la PLO en Túnez en
1985.
3.
El golpe sorpresa israelí-estadounidense-OTAN será exitoso
Irán
ha mejorado considerablemente sus capacidades de defensa militar a
través de la instalación de un sistema de inteligencia óptica en
partes del Golfo Pérsico, de la colocación de un satélite espacial,
del desarrollo de cohetes de corto y medio alcance y de la adquisición
del sistema antiaéreo ruso TOR-M1. Con todo, sin embargo, el ataque
sorpresa israelí-estadounidense-OTAN, que podría incluir la
destrucción del sistema de defensa aéreo, de los puestos de mando
militares y de los centros de comunicación más importantes del país,
será sin duda exitoso para los agresores e imparable para Irán.
4.
La contraofensiva iraní y la necesidad militar de la opción nuclear
imperialista
Ante
este golpe inicial, el régimen iraní puede dirigir su contraofensiva
hacia tres blancos estratégicos. El primero es el cierre del Estrecho
de Hormuz, a través del cual pasa más del cuarenta por ciento de las
exportaciones del petróleo mundial. Los precios del petróleo podrían
subir fácilmente a los 150 dólares, generando una recesión económica
mundial. Estados Unidos no podría ocupar con tropas de tierra el
territorio de Irán, necesario para garantizar los envíos por el
Estrecho.
La
segunda posibilidad es un ataque con cohetes de medio alcance contra
las ciudades, las instalaciones militares, comunicativas y nucleares
de Israel. Los militares israelíes sostienen que sus defensas
antimisiles pueden derribar cohetes, pero es dudoso que sea así. Tal
ataque podría incluir el Comando Central de Washington (Centcom) en
Al Udeid, Qatar; sus instalaciones militares en Iraq y las
instalaciones energéticas de Arabia Saudita y de los Estados del
Golfo.
La
tercera opción de Irán es la guerra asimétrica mediante la activación
de sus apoyos armados y no armados chiítas en Líbano, Siria, Arabia
Saudí, Irak y Palestina. Las implicaciones bélicas para Washington y
Tel Aviv serían graves. La derrota del ejército israelí en su
agresión contra la guerrilla del Hizbollah en Líbano, en julio del
2006, ha sido una señal de advertencia para futuras aventuras de este
tipo. Siria recibe al año más de quinientos mil peregrinos persas y,
según el ejército estadounidense, ya el setenta por ciento de sus
bajas en Irak son causadas por milicias chiítas. Si Irán lograría
movilizar a Hamas, Hizbollah, las milicias shiítas iraquíes y si
Siria se vería involucrada en el conflicto, tendríamos un teatro bélico
regional desde la costa oriental del Mediterráneo hasta las fronteras
de Paquistán.
Los
tres escenarios del contraataque iraní tienen un elemento en común:
el eje del mal “Israel-Estados Unidos-Unión Europea”, no tiene
las fuerzas militares convencionales necesarias para derrotar a Irán
en sus tres frentes de contraataque. Esta situación le deja al frente
sionista-imperialista solo tres opciones. 1. Negociar y aceptar un Irán
nuclear, tal como lo ha hecho con el mismo Israel, India y Paquistán.
La elite israelí, estadounidense y europea, sin embargo, rechaza
categóricamente esta solución. 2. Lograr que Irán se desnuclearice,
siguiendo los pasos de Corea del Norte, Libia, Africa del Sur,
Argentina y Brasil, y aceptando su status neocolonial ante
Occidente. El plazo dado por Israel para tal proceso es hasta fines
del 2007; pero a raíz de la desnuclearización de Corea del Norte,
firmado el día de ayer, es posible que se extienda. Hasta el momento,
no hay indicios de que la elite teocrática en Irán acepte este
destino neocolonial. 3. Destruir el proyecto iraní con fuerzas
convencionales y, en su caso, nucleares.
5.
Israel tiene carta blanca para el ataque nuclear a Irán
Israel
es el único Estado actual que puede agredir nuclearmente a Irán
sin ser condenado unánimemente por la opinión pública mundial. La
historia del holocausto nazi y los comentarios suicidas de Ahmadinejad
y otros líderes persas al respecto, le han dado a la elite sionista
la apología del bellum iustum (guerra justa) preventivo que
necesitaba. Si Irán no se rinde, esta elite no dejará pasar esa
oportunidad de oro, para demostrar a los países limítrofes que
defenderá sus intereses hasta con el holocausto nuclear.
Las
clases políticas de la burguesía transatlántica que aun gobierna al
mundo, aceptan, con menor o mayor grado de pudor demagógico, el golpe
nuclear. La canciller alemana, Angela Merkel, comparó el ascenso de
Irán con el ascenso de Hitler y afirmó que “Irán no es sólo una
amenaza para Israel, sino también para los países democráticos de
este mundo”. El 16 de septiembre, 2007, el Ministro de Relaciones
Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, aseveró que un Irán con
armas nucleares "es un peligro real para todo el planeta” y que
“tenemos que estar preparados para lo peor y lo peor es la
guerra". El 26 de septiembre, el jefe del imperialismo francés,
Nicolas Sarkozy usó la Asambea General de la ONU para recalcar, que
“No habrá paz en el mundo si la comunidad internacional deja que Irán
se dote de armas nucleares; estaremos asumiendo un riesgo inaceptable
para la estabilidad en la región y en el mundo entero".
6.
Bush amenaza con el holocausto nuclear, Carter con el “suicidio”
de Irán
En
un discurso ante veteranos de guerra, a finales de agosto, George W.
Bush amenazó a Irán directamente con un holocausto nuclear. “El
empeño activo de Irán de conseguir tecnología que podría generar
armas nucleares amenaza con colocar una región ya conocida por su
inestabilidad y violencia, bajo la sombra de un holocausto nuclear.”
Bush agregó que, “he autorizado a nuestros comandantes militares”
a confrontar “las actividades asesinas (murderous) de Irán”.
Confrontaremos “este peligro, antes de que sea demasiado tarde”.
La
paloma imperialista James Carter, mientras tanto, advirtió a Irán de
un posible suicidio: “Todos esperamos que podamos hacer todo lo que
se pueda para evitar que Irán se convierta en un poder nuclear”, y
agregó: “Creo que sería casi inconcebible que Irán cometería un
suicidio lanzando uno o dos misiles del tipo que sea contra la nación
de Israel.” Obviamente, el “suicidio” de Irán solo es posible a
través de un ataque nuclear.
Si
Bush está de acuerdo con tal ataque o no, es, a estas alturas,
secundario, porque ninguno de los dos partidos dominantes en Estados
Unidos se atreverá a negarle el apoyo a Israel en un conflicto
militar con Irán; porque negárselo, significaría perder las
elecciones del próximo año. Washington ha apoyado en los últimos
cincuenta años todos los crímenes de guerra de Israel y lo hará
también en este caso, más aún cuando cuenta con el apoyo de las
potencias europeas.
7.
El dilema de Irán
Irán
se encuentra en una situación de aislamiento político y mediático
que es reminiscente de la de Saddam Husseín, antes de la invasión de
2002. Por supuesto, que su poderío militar, tanto en términos
convencionales como asimétricos, es muy superior al de Irak en su
momento, pero es muy dudoso, que se atreva a utilizarlo en los
escenarios esbozados, frente a la amenaza real de un ataque nuclear.
Ante
tal situación, al gobierno iraní no le quedará otra vía que buscar
una solución negociada. Y tiene que buscarla pronto, antes de que la
trampa se cierre, tal como le sucedió a Saddam Hussein y a los
Talibanes. Si no entiende los tiempos que le quedan y la correlación
de fuerza real, es muy probable que la “revolución islámica” de
los ayatollahs termine como la “revolución socialista” de los
partidos Baaths en Medio Oriente: en ruinas.
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