Putin y Ahmadineyad acuerdan crear un frente común
ante las “amenazas” regionales e internacionales
Alianza frente al “sistema unipolar” de EEUU
Agencias, 17/10/07
Teherán.– El presidente ruso, Vladimir Putin,
se reunió este martes en Teherán con su homólogo iraní, Mahmud
Ahmadineyad, a quien invitó a viajar a Moscú para continuar las
conversaciones bilaterales.
Según un comunicado de ambos mandatarios citado
por la agencia rusa RIA Novosti, Ahmadineyad “aceptó la invitación
con gratitud” y las partes concretarán próximamente la fecha de su
visita.
El encuentro en Teherán supuso la escenificación
de un acercamiento entre dos líderes que no dejaron de lanzar
advertencias a EEUU. Su entendimiento fue tan amplio que el anfitrión
anunció la creación de un frente común ante las “amenazas”
regionales e internacionales, según la agencia IRNA.
Por su parte, el presidente ruso señaló que
ambos países apuestan por un escenario internacional multipolar como
alternativa al sistema que defiende Washington. “EEUU no puede
imponer un sistema unipolar porque ninguna potencia es capaz de
resolver todos los problemas por sí sola”, dijo.
En esta línea, Putin aseguró que la situación
actual en Irak y Afganistán es fruto del “unilateralismo”
estadounidense y defendió la colaboración con Naciones Unidas y
otras organizaciones para fomentar el “respeto” de “las normas
internacionales y los códigos de conducta”.
En la visita de Putin —la primera de un máximo
dirigente del Kremlin desde Josef Stalin en 1943— quedó patente la
buena sintonía mutua, cimentada en los hidrocarburos, el armamento y,
especialmente, la oposición a la política de EEUU en el golfo Pérsico.
El mandatario acudió a la cumbre de países
ribereños del mar Caspio, a cuyos asistentes pidió que no
permitieran el uso de sus territorios por parte de terceros como base
para atacar a otros vecinos. “No podemos dejar nuestra tierra a los
demás”, afirmó en aparente alusión a una eventual agresión
estadounidense al régimen de los ayatolás.
Además, manifestó que estos países —Rusia,
Irán, Azerbaiyán, Kazajistán y Turkmenistán— no deben pensar en
el uso de la fuerza para resolver sus diferencias acerca del Caspio,
un mar rico en petróleo.
Otro asunto clave del viaje de Putin fue el
conflicto nuclear con Occidente. El líder ruso trató con las
autoridades de la República Islámica el asunto de la central de
Bushehr, cuya construcción se ha retrasado en varias ocasiones por
los desacuerdos entre ambas partes.
En declaraciones a la Radiotelevisión iraní, el
mandatario aseguró que “expertos de ambos países trabajan por
resolver” estos obstáculos. Asimismo, recordó que el equipamiento
de la planta atómica está anticuado desde la marcha de los
ingenieros alemanes tras la Revolución Islámica, en 1979, y atribuyó
las nuevas demoras a la necesaria modernización de las instalaciones.
La construcción de los dos reactores de agua
ligera en Bushehr se inició a mediados de la década de los 70, pero
las obras fueron paralizadas por el Gobierno instaurado tras el
derrocamiento del Sha y no se reiniciaron hasta 1995, con la
colaboración de Rusia.
En la actualidad no hay reactores nucleares
destinados a la obtención de energía en Irán, cuyos dirigentes
insisten en que su programa atómico es exclusivamente de carácter
civil.
Fuerte
gesto político del presidente ruso
Defendió
Putin el plan nuclear de Irán
Agencias
DPA y EFE, 17/10/07
Teherán.–
En medio de la escalada de tensión entre Teherán y las potencias
occidentales por el controvertido programa nuclear iraní, el
presidente ruso, Vladimir Putin, defendió ayer el derecho del régimen
islámico a producir energía atómica y advirtió a Estados Unidos
contra una ofensiva militar contra ese país.
“No
debemos ni pensar en usar la fuerza en esta región”, dijo Putin,
que defendió “el derecho de toda nación a desarrollar programas
nucleares pacíficos sin restricciones”.
El
mandatario ruso hizo estas declaraciones durante una visita a Teherán,
la primera de un jefe del Kremlin en más de 60 años, adonde llegó
en medio de fuertes medidas de seguridad, después de que los
servicios secretos rusos advirtieran sobre supuestos planes de
atentados suicidas en su contra.
La
visita de Putin representó un sólido gesto de respaldo a Irán, en
momentos en que crece la presión internacional sobre Teherán por su
programa nuclear, que, según Washington, apunta a desarrollar armas
atómicas. Irán, en cambio, afirma que el plan es pacífico, y que
tiene como objetivo la generación de electricidad.
Las
declaraciones de Putin se produjeron mientras Estados Unidos y Francia
incrementan la presión para que el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas imponga una tercera ronda de sanciones al régimen islámico,
y después de que ambos países se negaran a descartar la vía militar
para frenar el plan nuclear iraní.
Putin
llegó a Teherán para participar de una cumbre de los Estados del Mar
Caspio, junto con su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y los líderes
de Azerbaiján, Kazakhstán y Turkmenistán. La explotación de las
riquezas del lago más grande del mundo, que se cree esconde las
terceras reservas de energía del mundo, es objeto desde hace años de
una disputa entre estos países, que ayer no pudieron llegar a un
acuerdo.
Pese
a que ése era el objetivo de la cumbre, la reunión, como se preveía,
estuvo centrada en la crisis nuclear iraní. Los cinco países
firmaron una declaración que defendió el derecho de los Estados
miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear a desarrollar
programas atómicos con fines pacíficos. Tras la reunión, Putin
ratificó que “las actividades nucleares pacíficas” debían ser
“autorizadas”, y lanzó una fuerte advertencia contra el uso de la
fuerza en la región.
“Ninguna
nación del Caspio debería ofrecer su territorio a terceros países
para el uso de la fuerza o la agresión militar contra algún Estado
del Caspio”, dijo Putin, en una clara alusión a los temores a que
Estados Unidos use el territorio de Azerbaiján para atacar desde allí
a Irán. El mandatario también criticó el “unilateralismo” de
Washington y dijo que la actual situación en Irak era fruto de esa práctica.
Teherán
ya fue objeto de dos series de sanciones del Consejo de Seguridad,
debido a su negativa a suspender el proceso de enriquecimiento de
uranio. Rusia, al igual que China, se oponen a la adopción de una
tercera resolución con sanciones más duras contra Irán y han
bloqueado las amenazas de acciones militares contra ese país.
Rusia
e Irán mantienen una fuerte alianza estratégica, que le ha permitido
a Moscú mantener alejado a Estados Unidos de la rica región del mar
Caspio, donde Washington aspira a construir un oleoducto sin pasar por
territorio ruso. Moscú tiene el monopolio de las rutas de los
oleoductos y gasoductos en toda la zona. En el marco de esa alianza,
Rusia está construyendo el primer reactor nuclear iraní, aunque
Putin dio a entender ayer que esa obra se demorará una vez más, en
declaraciones que fueron interpretadas como un gesto hacia las
potencias occidentales.
Putin
tocó ese tema tras dos reuniones que mantuvo con Ahmadinejad y con el
líder supremo del régimen islámico, el ayatollah Ali Khamenei.
Razones
técnicas
El
mandatario se negó a poner una fecha para la finalización de la
construcción de la central nuclear, que estaba prevista para 2008. La
construcción del reactor se ha retrasado en varias ocasiones por los
desacuerdos entre ambas partes. Putin negó ayer que existieran
razones políticas para explicar las demoras en la construcción, que
ha sido duramente criticada por Estados Unidos, y argumentó motivos técnicos.
Para
los expertos, sin embargo, los retrasos son la carta que juega Moscú
para forzar a Irán a ser transparente respecto de su programa
nuclear. De esta forma, además, Putin intenta hacer equilibrio para
mantener el sólido vínculo que lo une a Irán y, a la vez, no enojar
demasiado a las potencias occidentales.
Tras
las reuniones, Ahmadinejad anunció la creación de un frente común
ruso–iraní para “afrontar las amenazas actuales” tanto
regionales como internacionales. Por su parte, Putin, antes de partir,
invitó a su colega iraní a visitar Moscú próximamente, en otro
indicio del impulso que recibió ayer la relación bilateral.
Negocian
la explotación conjunta del mar Caspio
La
región es rica en recursos energéticos
Agencias
DPA y EFE, 17/10/07
Teherán.–
Aunque no hubo un acuerdo final respecto del estatus legal del mar
Caspio, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, definió la cumbre
como un “punto de inflexión” para los cinco países ribereños,
que aún no han decidido si la región debe ser explotada en forma
conjunta o si cada país debe tener derecho sobre su respectiva costa.
“La
cumbre se celebró en una atmósfera extremadamente amistosa. Los
resultados deben considerarse un gran éxito y un punto de inflexión
en la historia de la cooperación entre los cinco Estados del mar
Caspio”, sostuvo Ahmadinejad en la ceremonia de clausura del
encuentro. “El mar Caspio es y seguirá siendo por siempre un mar de
paz y solidaridad entre las naciones litorales”, sentenció el
mandatario iraní.
Ahmadinejad
anunció que Irán, Turkmenistán, Kazakhstán, Rusia y Azerbaiján
habían acordado convocar a una cumbre anual y una reunión a nivel
ministerial dos veces por año. Para certificar este cuadro de
intenciones, los cinco países firmaron la llamada Declaración de
Teherán. La próxima cumbre tendrá lugar en 2008 en Bakú, capital
de Azerbaiján.
El
presidente ruso, Vladimir Putin, presidirá además una comisión económica
del mar Caspio, agregó Ahmadinejad. El presidente ruso se mostró
optimista sobre los resultados del encuentro: “Nos hemos plegado a
la propuesta del presidente iraní para avanzar hacia una organización
económica común. En algunos asuntos ha habido acuerdo unánime.
Subrayamos la exclusividad de los países ribereños para utilizar el
mar Caspio, incluyendo su explotación económica”.
La
disputa por el estatus legal del mar se remonta al colapso de la Unión
Soviética, en 1991. El mar Caspio contiene enormes yacimientos de
combustibles fósiles, que, según las estimaciones, podrían llegar a
20.000 millones de toneladas. El derecho a su explotación y
distribución ha sido objeto de una larga disputa entre los cinco países
ribereños del mar interior más grande del mundo.
“Un
acuerdo de todas las partes para el uso conjunto del mar Caspio y sus
recursos petrolíferos, gasíferos y biológicos, independientemente
de las fronteras nacionales, será beneficioso para todos los países
limítrofes”, subrayó Putin.
La
riqueza de la región
Turkmenistán,
que cuenta con un límite marítimo de 1770 kilómetros, podría
disponer de reservas submarinas de gas por casi tres billones de
metros cúbicos. Una cifra similar se atribuye a su vecino
septentrional, Kazakhstán, con una costa de 1890 kilómetros, que
además tendría más de 4000 toneladas de reservas de petróleo.
También
Azerbaiján contaría con reservas considerables en sus 800 kilómetros
de costa. Desde principios de 2006, un oleoducto traslada más de un
millón de barriles desde este país hacia la costa mediterránea
turca.
A
partir de 2011, un oleoducto llevará el crudo del Caspio a Polonia.
La Unión Europea también patrocina el proyecto Nabucco, que a través
de turquía trasladará gas del mar Caspio hasta Austria.
Las
costas de Irán y Rusia, de 740 y 960 kilómetros, respectivamente,
son relativamente acotadas. Para Turkmenistán, Azerbaiján y Kazakhstán,
sin embargo, las relaciones con Rusia son de especial importancia,
porque ninguno de los tres cuenta con una salida directa a mar abierto
y precisan el permiso de Moscú para llevar sus exportaciones a todo
el mundo.
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