EEUU
impone duras sanciones a Irán
La
Casa Blanca declaró "terrorista" a la Fuerza Quds, el
cuerpo de elite iraní
Por
Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EEUU
La Nación, 26/10/07
Washington.–
Decidido a presionar al máximo para forzar algún resultado en las
negociaciones diplomáticas, el gobierno de George W. Bush anunció
ayer el mayor paquete de sanciones del último cuarto de siglo contra
Irán, al que acusa de desarrollar armas de destrucción masiva y de
patrocinar el terrorismo en todo el mundo.
Los encargados de
difundir la nueva ofensiva fueron los secretarios de Estado,
Condoleezza Rice, y del Tesoro, Henry Paulson, que centraron la
presión sobre la Guardia Revolucionaria (el brazo armado del régimen
islámico) y, en particular, sobre su división de elite, la Fuerza
Quds, además de un grupo de bancos iraníes.
Rice y Paulson
acusaron a la Guardia Revolucionaria de promover la proliferación de
armas de destrucción masiva y, a la Fuerza Quds, de apoyar las
actividades terroristas en Medio Oriente, por lo que cerraron sus
cuentas bancarias y prohibieron todas sus actividades financieras que,
directa o indirectamente, tuvieran una vinculación con empresas o
bancos norteamericanos. Es la primera vez que Estados Unidos califica
de terrorista e impone sanciones a un ejército de un Estado soberano.
La Casa Blanca
considera que las sanciones entorpecerán las actividades financieras
iraníes, ya que tendrán un efecto cascada en otros núcleos
financieros internacionales, lo que reforzará la presión sobre
Teherán.
Al justificar la
medida, Paulson dijo que, al tratar con Irán, "es casi imposible
conocer al cliente [de un banco] y estar seguro de que no se está,
sin querer, facilitando el comportamiento desaprensivo del
régimen".
Rice negó que las
sanciones fueran el paso previo a una ofensiva bélica, aun cuando se
trata de la primera vez que Washington califica de "organización
terrorista" el brazo militar de un país. La funcionaria reiteró
que la Casa Blanca desea una salida diplomática, pero sin ceder ante
el "comportamiento amenazante de los iraníes".
"El gobierno
iraní sigue desdeñando nuestra oferta de abrir negociaciones, y, en
cambio, amenaza la paz y la seguridad, buscando la tecnología nuclear
que puede llevar a un arma nuclear, construyendo peligrosos misiles
balísticos, apoyando a los militantes chiitas en Irak y a terroristas
en Irak, Afganistán, el Líbano y los territorios palestinos, y
negando la existencia de un país miembro de las Naciones Unidas, al
amenazar con borrar a Israel del mapa", enumeró.
El paquete de
medidas, el más contundente desde las sanciones que siguieron a la
toma de la embajada norteamericana en Teherán, en 1979, reflejan, sin
embargo, la frustración creciente del gobierno de Bush con la falta
de avances en las negociaciones diplomáticas con el gobierno del
presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Durante el último
año, Rice intentó acordar una ofensiva diplomática con otras
potencias para controlar las ambiciones nucleares de Teherán, que
asegura que su programa tiene fines pacíficos. Pero, tras dos
paquetes de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y
China –que tienen poder de veto– se resistieron a imponer nuevos
castigos a Irán, por lo que Estados Unidos optó por avanzar por la
vía unilateral, como antes lo hizo con Irak y Cuba.
De hecho, la ofensiva
contra Teherán llegó un día después de que Bush cargara contra su
mayor rival en América latina, el "régimen moribundo" de
los hermanos Fidel y Raúl Castro, en su discurso más contundente
sobre Cuba de los últimos cuatro años.
Ayer, con Irán, fue
más allá. Al considerar a la Fuerza Quds una organización
terrorista, la legislación norteamericana le prohíbe recibir apoyo
material o recursos de quienes estén dentro de la jurisdicción de
Estados Unidos. Más aún, todas las instituciones financieras en este
país deben congelar y entregar al Departamento del Tesoro los fondos
de ese grupo.
Problemas
con Moscú
"Es cada vez
más probable que si se están haciendo negocios con Irán, se estén
haciendo negocios con la Guardia Revolucionaria", explicó
Paulson, antes de repasar los vínculos de Irán con el grupo
terrorista libanés Hezbollah, los talibanes afganos, el palestino
Hamas y otras organizaciones fundamentalistas.
El anuncio fue
repudiado por Teherán y celebrado por Israel, pero también abrió
otro frente de conflicto con el presidente ruso, Vladimir Putin, que
la semana pasada viajó a Teherán y respaldó su plan nuclear. Putin
advirtió ayer en duros términos contra un nuevo paquete de sanciones
internacionales, en declaraciones que se interpretaron como una
crítica a las medidas anunciadas por Washington.
"¿Para qué
empeorar la situación amenazando con sanciones y llevando [el
diálogo] a un callejón sin salida? Deambular como un loco con una
navaja en la mano no es la mejor manera de resolver un problema",
dijo. "Hasta hace poco no parecía posible resolver
pacíficamente la situación con Corea del Norte", recordó, en
referencia a la decisión de Pyongyang de desmantelar sus plantas
nucleares.
El
análisis de la noticia
Cada
vez más cerca del ataque
Por
Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EEUU
La Nación, 26/10/07
Washington.–
Durante el verano que acaba de concluir, el presidente George W. Bush
le ordenó a su embajador en Irak, Ryan Crocker, que pasara un mensaje
especial a los iraníes con los que había comenzado a reunirse. El
mensaje fue claro: dejen de entrometerse en Irak o afrontarán una
represalia norteamericana.
Los iraníes,
sostiene la Casa Blanca, son los responsables de gran parte del
descalabro que vive Irak. Fomentan la guerra civil entre chiitas y
sunnitas y a ellos se debe, también, mucha de la sangre
norteamericana derramada en aquel país. Según Estados Unidos, los
iraníes enseñan a la insurgencia cómo armar artefactos explosivos a
partir de los materiales que ellos mismos les entregan a través de la
frontera, cuando no los entrenan en su país, para enviarlos después
al combate.
Así, para el
gobierno de Bush, la ofensiva contra Irán mutó gradualmente de una
prédica centrada en la no proliferación –es decir, evitar que
desarrolle una bomba nuclear, para lo cual le faltarían entre cinco y
10 años– a otra más centrada en la visión clásica del
contraterrorismo.
Esa doble dinámica
quedó en evidencia en los últimos días. Bush advirtió que si
Teherán obtenía una bomba nuclear se estaría en la antesala de la
"tercera guerra mundial", pero las medidas concretas
apuntaron después contra la Guardia Revolucionaria y su elite
militar, la Fuerza Quds, por sus vínculos con organizaciones
terroristas.
El equipo de
Condoleezza Rice justifica las sanciones. Dice que agravarían el
aislamiento internacional de Irán y confía en que el Consejo de
Seguridad de la ONU termine por aprobar una tercera resolución, aún
más contundente que las anteriores. Y que todo eso llevará
finalmente a torcerle el brazo a Teherán.
Tanta ida y vuelta de
amenazas, sin embargo, también puede favorecer a los halcones, tanto
en Washington como en Teherán. Es decir, al grupo que toma como
líder al vicepresidente Dick Cheney en esta capital y a los sectores
más duros de Irán, que se encolumnan detrás del presidente Mahmoud
Ahmadinejad y del ayatollah Ali Khamenei.
Al régimen iraní,
tensar la cuerda le permite unificar el frente interno ante la amenaza
norteamericana y reducir la oposición.
"El enemigo ha
concentrado sus ataques en la Guardia Revolucionaria", clamó
ayer el jefe de ese cuerpo, el general Mohammed Ali Safari. "Más
que nunca, estamos listos para defender los ideales de la
revolución", afirmó.
A su vez, el nuevo
señalamiento público de Irán puede acercar a Cheney y a un grupo de
generales y almirantes en el Pentágono a una de las opciones más
controvertidas que baraja la Casa Blanca: los ataques
"quirúrgicos" contra instalaciones y líderes iraníes
antes de que concluya el mandato de Bush.
"Si los iraníes
permanecen indiferentes [a la presión diplomática internacional],
entonces el gobierno de Bush puede decidir usar de pretexto el
argumento de que las sanciones no han funcionado para convencer a
Teherán de que suspenda sus actividades de enriquecimiento de uranio
y que la opción militar es la única alternativa viable",
esbozó el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad
Cristiana de Texas, Manochehr Dorraj.
Semejante juego
tiene, claro está, sus bemoles y sus riesgos evidentes. Al reclamarle
a Irán que deje de entrometerse en Irak, la Casa Blanca "busca
enviar el mensaje de que está respondiendo a una situación
intolerable", planteó el ex consejero de Seguridad Nacional del
presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzenzinski. "Así, esta vez, y
a diferencia del ataque contra Irak, vamos a adoptar el papel de
víctimas. Y nuestro juego parece que es lograr que los iraníes se
pasen de la raya", agregó.
Si Teherán comete
ese error, los bombardeos estarían a la orden del día. Pero también
lo estaría una réplica iraní, que podría alcanzar a las tropas
norteamericanas desplegadas en Irak, a Israel y a múltiples objetivos
alrededor del mundo. El grupo terrorista Hezbollah, que es apoyado por
Irán, cobraría entonces protagonismo, como sucedió en el ataque a
la sede de la AMIA en Buenos Aires, en 1994.
Contraataque
La Guardia
Revolucionaria, a la que ayer apuntaron las sanciones anunciadas en
esta capital, comunicó incluso a los líderes religiosos iraníes que
pueden enfrentar un ataque norteamericano y hasta contraatacar,
superando los filtros de seguridad estadounidenses. Dijeron que, para
demostrarlo, pintaron con un aerosol el casco de un buque de guerra
estadounidense.
Oficialmente,
Washington jamás confirmó que algo así hubiera ocurrido. Pero,
entre bambalinas, según cuenta un informe de la revista The New
Yorker , la inteligencia norteamericana admite que hubo un
"incidente" cuando un buque de guerra amaneció con un
blanco pintado en su carcasa. Fue en Qatar, a principios de este año.
La
Guardia Revolucionaria es un cuerpo militar que opera dentro y fuera
de Irán
Una
fuerza de elite adicta al régimen
Agencia
Reuters, 25/10/07
Londres.– Creados
meses después de la revolución islamista encabezada por el ayatollah
Ruhollah Khomeini, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica
o pasdaran son el brazo armado del régimen, dentro y fuera de Irán.
Constituida como un
contrapeso de las fuerzas armadas que comandaba el derrocado sha
Mohammed Reza Pahlevi, la Guardia Revolucionaria opera de manera
independiente de las fuerzas regulares. Cuenta con fuerzas terrestres,
navales y aéreas propias y está formalmente subordinada al
Ministerio de Defensa.
Sin embargo, las
agencias de inteligencia occidentales creen que el líder supremo del
país, el ayatollah Alí Khamenei, encabeza la cadena de mando de la
guardia.
Sus cuadros,
profundamente ideologizados y fervientes adictos al régimen, tienen
el mandato constitucional de preservar la revolución y eliminar
cualquier oposición armada, mientras que a las fuerzas armadas
regulares les compete la seguridad del territorio.
Tras consolidar su
poder en pocos años y llevar su número de 30.000 a casi 350.000
soldados en plena guerra con Irak (1980–1988), los pasdaran
extendieron sus operaciones al extranjero con la Fuerza Quds, un
cuerpo de elite. En la actualidad, la Guardia Revolucionaria interna
contaría con 125.000 integrantes, mientras que en las fuerzas de
elite para el extranjero operarían entre 2000 y 15.000 agentes.
La Fuerza Quds
movilizó a agentes de inteligencia y paramilitares en el Líbano en
los años 80, donde entrenaron a la milicia chiita Hezbollah; en
Afganistán, durante la jihad antisoviética, también en los 80,
asesoró a los mujahidines, y en la ex Yugoslavia, brindó apoyó a
los musulmanes bosnios contra las fuerzas serbias, entre otros puntos
candentes.
También se le
atribuye a la Fuerza Quds el estallido de un camión bomba en 1996
contra el complejo de las Torres de Khobar, en Arabia Saudita, que
mató a 19 miembros del servicio exterior norteamericano.
Operaciones
en Irak
En los últimos
meses, Estados Unidos y Gran Bretaña han acusado a las Fuerzas Quds
de ser directas proveedoras de minas antipersonales a la insurgencia
iraquí, dispositivos que los rebeldes siembran en las rutas del país
para causar bajas en las fuerzas aliadas de ocupación.
A comienzos de este
año, la fuerza naval pasdaran capturó a 12 marinos británicos en
aguas del Golfo Pérsico, incidente que produjo máxima tensión entre
Londres y Teherán.
A la fuerte presencia
militar en la seguridad del país se suma la participación de los
pasdaran en las principales firmas económicas del país vinculadas
con la explotación del petróleo y del gas, las telecomunicaciones y
la fabricación de autos.
Incluso se sospecha
que ex integrantes de Guardia Revolucionaria y de las Fuerzas Quds
controlan vastos sectores de la economía, que incluyen medios de
prensa del país.
En los últimos
años, el poder de los pasdaran se extendió al terreno político. Se
cree que cerca de 80 ex guardianes integran el Parlamento iraní. La
Guardia también cuenta con el control de varios municipios y
gobernaciones presididos por sus ex integrantes.
Posiblemente, el
máximo orgullo de esta poderosa fuerza militar sea que uno de sus
hijos dilectos, soldado durante la guerra contra el Irak de Saddam
Hussein, haya alcanzado la presidencia del país en 2005: el actual
jefe del Estado, Mahmoud Ahmadinejad.
Bush
pide fondos para una potente bomba
Agencia
Reuters, 25/10/07
Washington.– En
medio de la creciente tensión entre Estados Unidos e Irán por el
polémico plan nuclear de Teherán, el Pentágono pidió este semana
fondos por casi 88 millones de dólares al Congreso, en carácter
"urgente", para perfeccionar las poderosas bombas
antibunker, diseñadas para destruir blancos debajo de la superficie.
El pedido despertó
cuestionamientos de legisladores demócratas, que se preguntaron si el
desarrollo de esta bomba –la más grande del mundo– era parte de
los preparativos para un eventual ataque armado contra Irán. Muchas
de las instalaciones nucleares iraníes son subterráneas y, según
los expertos, la bomba está, sin dudas, destinada a golpear esos
sitios bajo tierra.
Los fondos, por 87,8
millones de dólares, serían utilizados para finalizar el desarrollo
de esta bomba guiada por satélite y para modificar los bombarderos B–2
para que la pueden transportar. La bomba, denominada Massive Ordnance
Penetrator (MOP), pesa cerca de 13,6 toneladas y es capaz de destruir
refugios subterráneos ubicados a 20 metros de profundidad.
Los fondos son parte
del pedido de 200.000 millones de dólares que hizo la Casa Blanca al
Congreso el lunes pasado para financiar la "guerra contra el
terrorismo" el año próximo.
En caso de aprobarse
la solicitud, la MOP se convertiría en la bomba más importante
guiada por satélite de todo el arsenal estadounidense.
"Yo supongo que
[el objetivo de la bomba] es Irán, porque no se usaría en Irak ni en
Afganistán, que no tiene ninguna instalación militar subterránea
que conozcamos", dijo el representante demócrata Jim Moran,
miembro de la comisión de presupuesto militar de la cámara, que se
opondrá al pedido de la Casa Blanca. "Los tambores de guerra
están sonando de nuevo, esta vez contra Irán, y tenemos que actuar
mientras tengamos tiempo", dijo otro representante demócrata,
Jim McDermott, al referirse a la bomba.
La semana pasada, el
presidente George W. Bush, que no ha descartado el uso de la fuerza
contra Irán, advirtió que podría desatarse una tercera guerra
mundial si Teherán accedía a la bomba atómica.
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