Una
sola lucha
Desde
Gaza y Cisjordania hasta Bagdad, Al Faluja y Al Najaf
Editorial
del FDLP
(Frente Democrático para la Liberación de Palestina), 26/04/04
Los
acontecimientos en Iraq confirman, sin lugar a dudas, que existe una
relación de destino entre Cisjordania, Gaza y Bagdad, Al Faluja, Al Kufa,
Al Najaf, Al Ramadi y el resto de las ciudades iraquíes.
La
guerra en Iraq demuestra que la ocupación norteamericana no solo tiene
como objetivo a este hermano país como patria y pueblo, sino también a
toda la zona del Medio Oriente.
No
tenemos necesidad de recordar lo que es ya conocido de las declaraciones
norteamericanas en vísperas de la invasión, cuando afirmaron que la
conquista de Iraq constituirá la puerta de Estados Unidos para reformular
la situación política a favor de los intereses de Washington a costa de
los países y pueblos de la zona.
El
destino de la ocupación y su futuro depende de los resultados de la
heroica lucha del pueblo iraquí. Quizás ninguno de nosotros prevé la
victoria de la actual y ardiente Intifada en las ciudades iraquíes que
levantaron una sola consigna: "Fuera la alianza de la ocupación"
Los
sucesos y la resistencia de ese pueblo y las pérdidas de los ocupantes
pueden constituir una nueva formula política que tendrá sus
repercusiones sobre toda la situación en Iraq y en especial sobre la de
la ocupación.
Tal
vez hoy no podemos avizorar en medio de esa feroz resistencia dichas
repercusiones, pero confiamos que cada paso tomado por el pueblo iraquí,
de amargar y humillar a la alianza, en esta o aquella ciudad, en esta o
aquella calle, abrirá el camino a un futuro iraquí de mayor brillo, al
tiempo que la ocupación lo tendrá de mayor oscuridad.
Los
sucesos en Iraq son una lección más junto a la lección palestina, pues
la Intifada popular y la resistencia armada son el camino más corto para
la liberación de la ocupación. Suponemos que las heroicas operaciones en
Iraq, junto con sus semejantes en Palestina, son suficientes para
responder a las pretensiones de algunos que plantean la necesidad de
alejarse de la violencia y conformarse con negociaciones pacíficas con el
enemigo para resaltar la parte humana de nuestras causas nacionales.
La
defensa de las patrias y de las dignidades nacionales en todas sus formas
y medios, son en si misma un hecho humano de primer grado, mientras la
sumisión y la rendición se contradicen con el espíritu del hombre,
siempre ansioso de libertad e independencia y de liberación de todo tipo
de esclavismo.
Los
sucesos en Palestina no son una cuestión interna, la Intifada es la punta
de lanza árabe frente al proyecto sionista tomando en cuenta que dicho
proyecto no solo tiene como objetivo a Palestina, sino a toda la patria árabe.
De esa forma refutamos las consideraciones de algunas voces árabes, que
cambiaron su fachada por otra conciliadora con el enemigo en la reunión
de los Cancilleres árabes, alegando que el conflicto palestino-israelí
es un asunto meramente palestino, haciéndole entender a Washington que
ellos no son más palestinos que los mismos palestinos y que no pueden
privarse de normalizar las relaciones con Israel, mientras los palestinos
se encuentran y dialogan con los israelíes.
Quizás
se les borró de la mente y de la vista a esos árabes, la imagen de
aquellos jóvenes y guerrilleros palestinos enfrentando a los sionistas
con fusiles, piedras, explosivos y sangre.
La
resistencia palestina en realidad es la resistencia árabe y el derrumbe
palestino es en si mismo, el derrumbe árabe.
El
proyecto sionista no se diferencia del proyecto norteamericano que intenta
imponerse sobre el mundo árabe. Ya se conoce que existen mas de 70 compañías
israelíes que trabajan públicamente en Iraq con la protección de la
ocupación.
Hasta
cierto grado, un gran número de personas consideran que Tel Aviv ha
logrado la primera parte de su consigna: desde el Eufrates hasta el Nilo
es la tierra de Israel. Muchos nos burlábamos de esa consigna y la
considerábamos una forma arrogante del sionismo, basada en leyendas
irreales y cuentos religiosos, hasta que abrimos los ojos a la realidad,
para afirmar que el sueño israelí puede ser logrado a manos del ejército
de ocupación sionista o de la ocupación norteamericana.
Por
eso, cada vez que se intensifica la resistencia en Iraq se aleja la
posibilidad de la victoria israelí sobre Palestina y con ella su
consigna. Cada vez que se fortalece la resistencia y la trayectoria de la
unidad nacional palestina, la resistencia iraquí se adelanta con firmes y
grandes pasos.
Por
último, queda decir que los logros que pueden alcanzarse en el terreno de
la unidad nacional palestina, le darán a la causa la posibilidad de
imponerse sobre la total situación árabe oficial y a esta última,
abrirse paso a la recuperación de su seriedad y coherencia ante los
deberes y causas nacionales. En el caso de Iraq, la intensificación de la
resistencia y evitar caer en el fatal sectarismo, les impondrá a los
gobiernos árabes revisar su política de resignación ante los sucesos en
esa hermana nación.
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