El discurso orwelliano de Israel
El Muro de la
Ignominia
Por
Ricardo Martínez
Martínez
Geo-Politic,
18/07/04
A la memoria de Edward W. Said que
además de combatir al terrorismo israelí con la escritura, lanzó
piedras a los tanques de la ocupación.
Al escribir este artículo, los
medios de comunicación nacionales e internacionales registran las
primeras declaraciones de Israel en respuesta al fallo de la Corte
Internacional de Justicia de la Haya (CIJ) que recomienda la cancelación
de la construcción del muro de separación a lo largo de Cisjordania.
El ministro de justicia, Yosef
Lapid, dijo que Tel Aviv "no cumplirá las recomendaciones del
tribunal" que argumentan la ilegalidad de la valla edificada para
separar a los palestinos de los israelíes. No hay que sorprenderse, en
todo el mundo son conocidas las respuestas de Israel a cualquier intento
de solución real en Medio Oriente aunque sus representantes digan lo
contrario y pregonen sus "propuestas de paz" como las únicas
viables y loables. Ésta no es la excepción, ya que con renovada
elocuencia los dirigentes del Estado hebreo retan al sistema de justicia
internacional y preparan una argumentación válida para sus fines: sólo
acatará la sentencia emitida el 30 de junio pasado por el poder judicial
de su país, que pidió la modificación (sólo) de 30 kilómetros de la línea
trazada para levantar el muro; otra de las tantas "medidas
preventivas" aplicadas con mayor ahínco en los últimos diez años
contra la multitud enardecida y hostil de Palestina, como así lo
consideran las autoridades, los ideólogos, los consejeros políticos y
los diplomáticos de Israel.
Recordemos un poco de historia para
ilustrar esto. Los acuerdos de Oslo en 1993 fueron aplaudidos por la mayor
parte de la opinión pública internacional, se habló de la posibilidad
de una salida pacífica a casi medio siglo de hostilidad, enfrentamientos
y muertes, y se coronó a los Estados Unidos como el precursor de la
"ruta trazada". Oslo representaba, en el discurso predominante,
el buen camino hacia el "Proceso de paz" y "la única vía"
para la convivencia armoniosa entre los "actores en conflicto".
Nada de eso es cierto y la actual respuesta israelí a las recomendaciones
de la CIJ confirma y revela una serie de hechos que cualquier analista en
temas de terrorismo- incluidos los israelíes y estadunidenses- se
horrorizaría.
Mientras los israelíes y sus
partidarios tenían la sensación de que Oslo representaba la solución al
"problema palestino", obligaban a creer a todo el mundo que no
había vuelta de hoja a sus tenaces aciertos. Así idearon toda una
estrategia discursiva inapelable del llamado, por ellos mismos,
"Proceso de paz", en el cual no podía ser integrada la
insensatez de los palestinos rebeldes que se oponían (y se oponen) a los
buenos designios de los arquitectos de Oslo. Durante los últimos dos
lustros, los hechos fueron reveladores y los renovados discursos israelíes
cayeron por su propio peso.
Luego Oslo, Israel se apresuró a
concluir el "Proceso de paz". Anexionó más tierras de Jerusalén,
Cisjordania (75 por ciento del total) y Gaza (40 por ciento del total),
realizando 96 intervenciones de octubre de 1993 a finales de enero de
1995. (Edward W. Said, Crónicas Palestinas, 2001). En pleno alboroto y
algarabía por la consolidación de los deseos israelíes, en 1994 se
realizó una de las peores matanzas contra refugiados palestinos y de la
cual la prensa consignó como una variable negativa del Proceso, pero sin
mayores complicaciones. La masacre de Hebrón pasó como un contratiempo,
pero no representó ningún riesgo para "la paz".
Al tiempo que la ocupación continuó,
Israel mantuvo en prisión a seis mil presos políticos palestinos y
controló el suministro de agua necesaria para la vida de los refugiados
en las zonas colonizadas. Aún y con estas "medidas necesarias"
para consolidar el "Proceso de paz", Israel se arrogó el
derecho de llevar adelante la campaña contra el "terrorismo islámico",
un código lingüístico de fabricación israelí para caracterizar a la
disidencia del Proceso de Oslo. El sistema doctrinario incluyó la falsa
contraposición árabe-occidente o cristianismo-islamismo, conceptos
excluyentes, pero facilitadores para acabar con los "oponentes a la
paz". Los ideólogos israelíes llamaron "terroristas" a
todo aquel que formaba parte de la resistencia árabe y se llevo a cabo
una guerra sistemática para imponer la voluntad de Tel Aviv al costo que
sea, incluso el aniquilamiento de la esperanza de paz.
De esta forma corrieron los años
hasta nuestros días, sin considerar el periodo destructivo de Bejamin
Netanyahu de 1996 a 1999.
El muro de separación
El primer ministro Ariel Sharon
continúa con la hostilidad israelí y amenaza con llevar el conflicto
hasta sus últimas consecuencias, esto es, la construcción de un muro
para dividir a la población palestina y crear por su propia cuanta una
nación judía sobre la voluntad de los palestinos. Como dijo el consejero
político israelí de la embajada judía en México, Gil Artzyeli,
"el gobierno (israelí) decidió retirarse unilateralmente y dejar a
los palestinos que definan su futuro en la franja de Gaza. Ellos (los
palestinos) podrán decidir si quieren ser como Singapur, o como Arabia
Saudí, o una teocracia, o un país de un Estado de terror, esto ya
depende de ellos." Pero faltó aclarar (tal vez por obviedad) que
para poder hacer esto último, los palestinos deberán buscar otras
tierras porque en Medio Oriente ya no será posible. "si se lleva
adelante el plan israelí" y llega a buen término.
En una recién entrevista concedida
al servicio informativo de Radio Educación de México, el consejero político
de la embajada israelí, Gil Artzyeli, nos dijo que su país contempla un
plan "que consiste en una retirada total y completa de la franja de
Gaza", donde viven al menos un millón de palestinos. Esta decisión
se tomó "unilateralmente por la falta de un interlocutor en el lado
palestino", ya que en realidad nunca lo ha habido, por lo menos
acorde al estándar israelí. "Hemos hecho muchos intentos de llegar
a un acuerdo (por ejemplo el de Oslo) y por el hecho de que Arafat está
prohibiendo llegar a cualquier acuerdo", en el cual se imponga la
voluntad de Tel Aviv.
A la pregunta expresa sobre buscar
otras vías para no desencadenar una confrontación mayor, pues para los
palestinos (como para cualquier persona con sentido humano) la construcción
de la barrera es un atropello a sus derechos, el consejero sostiene que
"la mejor forma de llegar a la paz es a través de la mesa de
negociación y a lo mejor no es la mejor, sino la única forma de llegar a
una paz duradera", pero mientras los palestinos no quieran "la
paz", en el sentido israelí, no hay posibilidad de otra cosa. Por
eso Israel, sin el menor indicio de querer entablar esa mesa de negociación
que tanto pregona en el mundo, construye la valla, tal vez cuando ésta
esté terminada puedan obligar a los palestinos a sentarse a negociar,
como cualquier matón con arma en mano nos apuntara y nos dijera
"vamos a negociar, pero las reglas las pongo yo", tal como los líderes
israelíes han hecho en los llamados "procesos de negociación".
Sin rubor el consejero lo dijo: "así lo hemos hecho en Egipto en
1979, así lo hemos hecho en Jordania en 1994 y comenzamos ha hacerlo en
1993, hace once años con la Autoridad Nacional Palestina encabezada por
Arafat por los menos durante los últimos 40 años... Arafat ha perdido
muchas oportunidades para llegar a un acuerdo." Aunque de todos es
conocido que Arafat no representa el sentir completo del pueblo palestino,
los israelíes lo mantienen en asedio hasta que alguien más lo supla o
hasta que haya otro interlocutor que acepte el "Proceso de paz"
y la creación de un Estado palestino, "pues para él hubo muchos
posibilidades de crear un Estado palestino, pero nunca quiso llegar a tal
punto...". Ni modos. Para construir el muro, Arafat sólo fue uno de
los tantos pretextos.
El discurso orwelliano
Si uno revisa detenidamente el
sistema doctrinario israelí y el poder que tiene para expandirse hasta
las "sociedades democráticas occidentales", se dará cuenta del
manejo sesgado y manipulado de los conceptos.
En las agencias internacionales de
información se acuña - en el mayor de los casos- el concepto de
"terrorismo" para explicar los ataques palestinos contra
objetivos israelíes, sean civiles o militares. Pero cuando Israel ataca a
objetivos palestinos, fundamentalmente contra civiles, se le denomina
"represalias". Este uso de los conceptos por parte de Tel Aviv,
ubica el grado de poder del Estado judío para crear un newspeak o
neolengua -diría George Orwell- con el fin de lograr sus propósitos. Así
resulta "natural" hablar de "represalias" o castigos
contra quienes realizaron actos de "terrorismo", aunque estos
sean de alcance limitado en comparación con las masacres realizadas
contra las poblaciones palestinas por parte de Israel, tal como sucede
contra los refugiados a lo largo de la franja de Gaza y Cisjordania.
El consejero Gil describió como se
aplican las "represalias" en el estándar doctrinario actual de
Israel. "En la situación en la que estamos, de que hemos sufrido mil
muertos civiles en los ataques de terror palestinos, de que hemos sufrido
en los últimos años estos atentados, hemos decidido distanciarnos de allí,
de aislar y dejar a los palestinos en sus territorios en la Franja de Gaza
y también estamos construyendo una cerca antiterrorista en Cisjordania".
Pero no solamente la represalia
toma la forma de una valla y un retiro por parte de las tropas israelíes,
pues estas últimas continúan haciendo su trabajo de castigar a la
población palestina.
El Centro Palestino de Derechos
Humanos así como Amnistía Internacional han informado sobre las
"represalias" de Israel. Tan sólo en una semana del 24 al 30 de
junio, 27 palestinos fueron asesinados por el ejército de ocupación,
entre ellos un niño de once años y cinco adolescentes; el 30 de junio
las fuerzas de Israel hirieron al menos 50 personas y por lo menos 100
palestinos quedaron sin hogar tras la demolición de sus viviendas. Este
es el grado de represalia al que han llegado los israelíes, con o sin
interlocutor, "estamos tomando algunas medidas que permitan a los
palestinos como a nosotros vivir cada uno por su lado y esperar a que
surja un liderazgo responsable que quiera avanzar en otros temas",
declaró Artzyeli, sin mostrar indignación por el terrorismo que lleva
adelante su gobierno. Claro para él no es terrorismo ya que cree que
Palestina se lo merece. "Si los palestinos hubieran querido un Estado
y su deseo de querer a un Estado hubiera sido mayor al aniquilamiento de
Israel, ya tuvieran un Estado desde hace mucho tiempo".
En un cable informativo de la
Agencia de Noticias francesa AFP, fechado el 19 de junio, se indica que el
gobierno de Ariel Sharon examina también la posibilidad de crear una
frontera terrestre de alta tecnología controlada a distancia con la
franja de Gaza, después de la retirada de ese territorio, prevista para
2005.
Esta "medida" se suma al
proyecto de un gigantesco foso entre el sur del territorio y Egipto,
destinado, según fuentes militares consultadas por la AFP, a impedir el
contrabando de armas.
El newspeak o neolengua aparece
otra vez. Se acuña el novedoso concepto de "frontera controlada a
distancia" mediante tecnologías modernas, "puesto que el ejército
israelí no dispone de profundidad estratégica en el sector" y las
"localidades israelíes" (asentamientos de colonos judíos en
territorio palestino) vecinas de la frontera (delimitada por Israel) estarán
al alcance de un ataque inmediato "de los terroristas árabes",
por lo que hay que actuar en consecuencia. "La forma de impedir esta
situación consiste en crear un aparato sofisticado de control y disparos
a distancia, reduciendo al mínimo el tiempo de intervención, a partir de
un puesto de mando."
Pero la medida no es otra cosa que
otra "represalia" más contra los palestinos porque, según Gil
Artzyeli, éstos últimos "enfocan todos sus recursos económicos y
humanos para destruir a Israel, y esto no lo van a alcanzar".
En la entrevista, el consejero político
negó que Israel aplique un terrorismo de Estado, incluso luego de
describirle los ataques de las tropas de su país contra civiles
palestinos. "No, no...", contestó al insistirle si Israel
aplicaba un terrorismo de Estado. Sin la menor decencia prosiguió:
"... Se puede hablar de matar a terroristas y esa es nuestra lucha
contra el terror..." Tal vez se refiera a los 3,500 palestinos
muertos desde el año 2000, como ha documentado la propia Organización de
las Naciones Unidas (Servicio de Noticias de la ONU, 13 de julio de 2004)
Todas las salidas cerradas
El trece de julio de este año, las
Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) realizaron múltiples operaciones en
la franja de Gaza y Cisjordania. En este contexto, los militares judíos
reanudaron ejecuciones selectivas contra los palestinos al dar muerte al
dirigente de la Yihad Islámica, Naaman Taaimeh, y abrir fuego contra las
viviendas palestinas, en las cuales hirieron a dos personas, además de
catear casas consideradas "escondites de los terroristas", donde
detuvieron a 20 personas. (Agencia de Noticias mexicana, Notimex, 13 de
julio de 2004) Claro, como todos sabemos en la lucha contra el terrorismo
todo es permitido.
Este hostigamiento militar se da al
tiempo que la Organización de las Naciones Unidas prepara una reunión de
su Consejo de Seguridad para deliberar sobre la recomendación de la CIJ.
Como es lógico en el sistema orwelliano, la realidad es un momento falso
y ante ello los representantes israelíes son consecuentes. Ariel Sharon,
quien está acusado por el horrendo crimen de centenares civiles
refugiados palestinos en Sabra y Shatila, al sur de Beirut, desestimó la
opinión de la CIJ y continúa, porque "es importante", en su
intento de acumular poder al contactar a los partidos políticos
ultraortodoxos Shass y Torah con el fin de negociar su incorporación al
gobierno y así conseguir la mayoría parlamentaria. Obviamente los
problemas a resolver como prioridad de los israelíes es cómo consolidar
a su Estado, pues ya lo dijo el Artzyeli, los palestinos perdieron esa
"oportunidad".
Con estos elementos, quedan claro
las intenciones de Israel: profundizar la expulsión de los palestinos con
el pretexto de la lucha antiterrorista y construir su "futuro bajo el
derecho de Israel a existir", sobre la tumba de los palestinos. Pero
como dijo el consejero político de la embajada de Israel en México, Gil
Artzyeli, "el terror es un arma de dos filos", e Israel en
cualquiera de sus lados se está cortando.
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