Arafat,
la muerte de un preso palestino
Por
Santiago González
CSCAweb, 05/11/04
Arafat,
preso en la cárcel de la Mukata desde el año 2001 ha muerto. El que a última
hora haya ido a un hospital y en el extranjero de su propia tierra es una
representación de las carencias sanitarias palestinas, un gesto del
carcelero para difuminar la estrategia de acoso, expulsión e inviabilidad
de un estado palestino.
El
preso Arafat, era uno más de los 6.000 que estaban en diferentes
edificios denominados cárceles, aparte de las cárceles urbanas rodeadas
de check point, muros de los bantustanes, manchas de leopardo de los mapas
de Cisjordania y Gaza.
Las
carencias sanitarias que ha padecido Arafat eran idénticas a las que han
venido denunciando todas las instituciones sanitarias palestinas, como los
Comités de Trabajadores de la Salud. Por otra parte Arafat tenía
carencias alimenticias debido al arrasamiento de campos de cultivo,
cierres de población que impiden el paso de alimentos y otras mercancías.
Arafat estaba rodeado de una población con el índice de pobreza del 77%
y dependiente de la ayuda internacional.
Arafat
sabía lo que había ocurrido a sus vecinos de Gaza recientemente con la
operación del Ejército israelí de 'Días de penitencia' que consiste en
ampliar una zona arrasada (llamada de seguridad), sin cultivos, árboles,
olivos en concreto, sin viviendas que formen todo un perímetro desolado
de las poblaciones y campos de refugiados palestinos, matando a todo lo
que se mueva, más de cien personas, un tercio de ellas niños. El
preludio del plan de separación y desestimiento de Israel de los
territorios que considere no absorbibles. Sea en Gaza o en zonas concretas
de Cisjordania.
La
política de ocupación se reafirma en la pobreza, inhabitabilidad de lo
'no ocupado'. En la esterilidad que se promueve.
A
su vez, lo que ocurre en su tierra es fruto de la escasa respuesta
internacional y la indiferencia de los medios de comunicación ante este
episodio de la tragedia palestina: La impunidad con que actúa el Gobierno
Sharon puede prolongarse hasta culminar una 'separación' israelo-palestina
en que los últimos dispondrán de una colección de bantustanes y sus
habitantes con un horizonte vital dependiente de agencias internacionales,
la emigración o la absorción por los países vecinos.
El
'peligro demográfico'
Los
Gobernantes israelíes, ya sean del Likud, laboristas o de cualquier
formación sionista (para poder presentarse a las elecciones en Israel
todo partido tiene que aceptar que Israel es un estado judío) siempre
tuvieron presente en sus diferentes estrategias el 'peligro demográfico'.
Éste, para los sionistas, era la posibilidad de que la población árabe
tuviera mayor número que la población 'israelo-judía'. La necesidad,
pues, de asimilación de drusos, beduinos y marginalmente otros árabes,
la expulsión por la fuerza, administrativa como la que está ocurriendo
en Jerusalén, o la económica Cisjordania y Gaza, junto con su corolario
de integrar a inmigrantes de todo pelaje pero que aceptasen las reglas
racistas del Estado de Israel forman parte de un todo.
Arafat
ha protagonizado diversas políticas. Era una utopía su reclamo de un
Estado, dos naciones de los años ochenta, como después la quimera de la
de dos Estados para dos naciones, con su firma de los Acuerdos de Oslo,
donde no se impedía la ampliación de colonias y nuevos asentamientos.
Los Gobiernos israelíes no han sido nunca un 'socio' leal en las
negociaciones, no había una racionalidad pacificadora dado su proyecto
político mesiánico fundamentalista. Los diversos Gobiernos israelíes
han 'vendido' supuestos planes que las cancillerías y medios de
comunicación occidental han considerado generosos hacia los palestinos
consistentes en legitimar la ocupación post guerra de 1967. Se rechaza a
los refugiados palestinos en Camp David, Taba o Ginebra pero a los colonos
israelíes de Gaza se les promete indemnizaciones (después del
incumplimiento de la convención de Ginebra) y ayudas occidentales.
Si
por parte de los Laboristas-Likud se admite que existen los 'palestinos'
separados del conjunto de los 'árabes' es para negarles a continuación
que sean un sujeto político con derechos. Mientras tanto, la complicidad
occidental, empezando por los Estados Unidos, pero también por la Unión
Europea, antigua o ampliada, las corrientes políticas, sean las
Internacionales Socialista y demás o la de los sindicatos, FIFA, Eurovisión
aceptan la determinación sionista de demudar Palestina en el Gran Israel.
La
guerra contra Iraq, confluencia de lecturas de dominio estratégico de
materias primas e ideológicas de unos evangelistas hermanados con la
venida del nuevo Mesías, a su vez, sirve para rehacer los mapas para que
ese Israel, tras la derrota de cualquier resistencia, sea el adalid de la
democracia y el desarrollo económico de la zona.
Por
eso, lo preocupante no es que Arafat haya muerto en la cama, ni siquiera
los últimos más de 100 asesinatos en Gaza. Tras Yenin, el Parlamento
Europeo pidió la suspensión del Acuerdo Preferencial entre la Unión
Europea e Israel. El Consejo Europeo (formado por los Gobiernos de los
Estados miembros) con Alemania a la cabeza lo impidió, siendo el ministro
de la coalición socialdemócrata-verde de Asuntos Exteriores Fischer su
portavoz. Ahora, mientras Solana pide al Gobierno israelí el uso de la
fuerza 'proporcional' sin mayores costes contra la ocupación y reclama el
enésimo plan de ruta, en el Consejo de Seguridad el veto de Estados
Unidos (con aquiescencia Bush y de Kerry) ha vuelto a impedir cualquier
condena a Israel, mientras la operación de castigo y ocupación militar
israelí, continúa.
Lo
preocupante, es que se repetirán las operaciones de castigo de los
ocupantes israelíes; que estamos viendo delante de nuestros ojos como se
está dibujando el mapa de la injusticia y del oprobio. Y ese mapa
contiene todavía más asesinatos, deportaciones y robos. Y lo sólo que
están los resistentes. Y más Arafat muertos y una Palestina
continuamente sangrante.
Es
preciso, pues, seguir trazando políticas de intervención en lo mediático,
cultural y político para remover, en nuestros países y Gobiernos esa
falsa propaganda de 'ecuanimidad' y preocupación por la violencia,
mientras dejan hacer. Y no aceptar el bla, bla, bla, de nuestros
gobernantes. Los palestinos y los israelíes no sionistas así nos lo
demandan.
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