Palestina no
se rinde

 

Gaza:La mayor prisión a cielo abierto

Análisis de Ushani Agalawatta
Inter Press Service (IPS),16/08/05

Jerusalén."El plan será bueno para Israel en cualquier situación futura", dijo el primer ministro israelí, Ariel Sharon, sobre la retirada unilateral de la franja de Gaza. La gran pregunta es si será bueno para los palestinos también.

Este martes a la medianoche vencía el plazo fijado por el gobierno israelí para que los colonos judíos abandonaran en forma voluntaria sus casas construidas en ese territorio palestino ocupado. En caso contrario, serían evacuados por la fuerza.

Para muchos, la desconexión unilateral de Israel representa un importante avance en el proceso de paz de Medio Oriente y una victoria para los palestinos. Para otros, es apenas una medida conveniente para Israel, destinada a bloquear para siempre el proceso de paz y por ende la creación de un estado palestino.

"No es difícil hallar las razones para la retirada israelí de Gaza, dado que ha sido planificada por los propios israelíes", comentó a IPS Nadia Hijab, del Instituto de Estudios Palestinos, con sede en Beirut.

Hijab citó a Dov Weisglass, uno de los principales asesores de Sharon, quien dijo: "La importancia del plan de desconexión radica en el congelamiento del proceso de paz. Todo el paquete llamado 'estado palestino', y todo lo que implica, ha sido eliminado de nuestra agenda".

En una entrevista con la revista Haaretz, el año pasado, Weisglass había explicado que "al congelar el proceso, se impide la discusión sobre los refugiados, las fronteras y Jerusalén", las principales reivindicaciones palestinas.

"La desconexión provee el formaldehído (sustancia química para la conservación de los cuerpos) necesario para que no haya un proceso político con los palestinos", agregó Weisglass en esa entrevista.

Los palestinos reclaman el retorno de los refugiados a las tierras de que fueron expulsados desde 1948, año de la fundación de Israel, y reivindican a Jerusalén oriental como la capital de su futuro estado, mientras que los israelíes rechazan el regreso de esos refugiados y defienden a Jerusalén como su "capital eterna e indivisible".

Según Josh Ruebner, cofundador del grupo Judíos por la Paz en Palestina e Israel y coordinador de la Campaña Estadounidense para Poner Fin a la Ocupación Israelí, "el desmantelamiento de las colonias ilegales y las instalaciones militares en la franja de Gaza es, definitivamente, un paso positivo y una gran victoria para el pueblo palestino".

Sin embargo, advirtió, "no conducirá a la paz, mucho menos a una paz justa y duradera", dijo a IPS.

"La desconexión de Gaza plantea dudas muy preocupantes, principalmente si la franja de Gaza quedará sitiada después del repliegue", porque "en realidad, Israel mantendrá pleno control de ese territorio por tierra, mar y aire, que es exactamente lo que la secretaria de Estado estadounidense Condoleeza Rice dijo que Israel no podría hacer", observó.

De hecho, afirmó Ruebner, "la retirada convertirá a Gaza en la mayor prisión del mundo a cielo abierto".

Mientras la comunidad internacional concentra su atención en el repliegue de Gaza y observa imágenes de los colonos judíos recibiendo órdenes de desalojo, se olvida de la expansión israelí en Cisjordania y del muro de separación ilegal que Israel construye en ese territorio, creando enclaves aislados de palestinos.

"Sharon parece apostar a que los israelíes pueden sostener una situación de 'ni guerra, ni paz', mientras se tragan más tierras palestinas en Cisjordania... separando a palestinos de israelíes y a palestinos entre sí, en pequeñas superficies cercadas por fronteras impenetrables", señaló Hijab.

El muro "de seguridad" que Israel comenzó a construir en 2002 tiene más de 600 kilómetros de extensión, corre de norte a sur de Cisjordania (territorio palestino de la ribera occidental del río Jordán), rodea Jerusalén y se mete 7en la ciudad.

Los palestinos sostienen que la valla implicará la anexión de más territorios y el carácter permanente de asentamientos judíos en sus tierras, mientras Israel afirma que el muro es necesario para proteger a sus ciudadanos de los atentados palestinos. La Corte Internacional de Justicia, con sede en La haya, lo declaró ilegal en julio de 2004.

Además, la Corte instó a Israel a devolver tierras y otras propiedades e inmuebles a "todos los palestinos que hayan sufrido cualquier forma de daño material como consecuencia de la construcción del muro".

Sin embargo, mientras todos los ojos estaban puestos en Gaza, el gabinete israelí aprobó una decisión para continuar con la construcción de la valla en Jerusalén oriental, observó Ruebner.

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