Tres anécdotas de
la vida cotidiana de los palestinos bajo la ocupación israelí
Stop the Wall, Campaña
popular palestina contra el Muro del Apartheid, 16/01/06
1) Continúa intensa
demolición de casas de palestinos en Jerusalén
La mañana del 16 de
enero, excavadoras de la ocupación atacaron la casa de Ahmed
Al-Raziq, en la localidad de Ein Lozeh en Silwan (Jerusalén). La
modesta propiedad consiste en una sola habitación de 75 metros
cuadrados. El Sr. Al-Raziq había construido una pequeña estructura
sobre la entrada de la propiedad con la intención de evitar que la
casa se desmoronase. Las Fuerzas de la Ocupación utilizaron esto como
un pretexto para la demolición, argumentando que no le habían dado
permiso para construir esta estructura en la propiedad de Ahmed.
Un contingente de
soldados que llegaron al lugar declaró el área como “zona militar
cerrada”, y obligaron a tanto a Ahmad como a su esposa a
abandonarla. Se prohibió que miembros de la comunidad local pudieran
acceder al lugar, por lo que se vieron imposibilitados de ayudar a la
anciana pareja en el momento en que eran forzados a salir de su hogar.
La esposa de Ahmed tiene 60 años de edad y padece cáncer, mientras
que él sufre dificultades respiratorias. Fueron obligados a observar
cómo las excavadoras procedían a la demolición del fundamental
soporte de la vivienda.
Se ha incrementado la
agresión sionista en los últimos años en la localidad de Silwan. El
vecindario, ubicado inmediatamente fuera de los muros de la Ciudad
Vieja, fue testigo del ataque recibido por un grupo de colonos en
marzo del 2004. En el 2005, 122 propiedades fueron blanco de la
ocupación para ser demolidas para facilitar la expansión de
asentamientos sobre el área. Hasta ahora 40 casas han sido
destruidas. La vida dentro de la capital palestina se ha vuelto
insostenible, se han aislado comunidades y vecindarios completos que
están sujetos al pago de impuestos exorbitantes, y se les prohíbe la
construcción de nuevas viviendas. Con la construcción de 181 km del
Muro del Apartheid atravesando la ciudad, la presión sobre la vida
del pueblo palestino está creando una nueva Nakba (desastre)
en Jerusalén.
2) En la aldea de
Al-Walaja la Nakba (la catástrofe) continúa
Stop
the Wall, 08/01/06
En la localidad de
Al-Walaja, al oestede Belén, la población vive bajo condiciones que
evocan la Nakba (catástrofe) de 1948, testigo de la mayor limpieza étnica
de Palestina. Su existencia es denegada por las Fuerzas de Ocupación,
que continuamente derriban sus casas y emplean la fuerza para expulsar
a la población palestina de su tierra y propiedades.
Los últimos actos de
destrucción fueron perpetrados por los soldados de la Ocupación en
la casa de Halima Abu Rizq, ubicada en la zona Ein Jaeza del pueblo.
Un gran contingente de soldados atacó el área con excavadoras,
declarando la propiedad como "zona militar cerrada". La casa
cuenta con dos pisos de cerca de 150 m2. Halima vive en el segundo
piso junto a la familia de su hijo, incluyendo sus nietos. Las
propiedades de dos de sus hermanos han sido también destruidas por
los soldados de la misma forma.
Casas y propiedades
palestinas son continuamente destruidas bajo el pretexto de no contar
con los necesarios permisos de construcción. En esta localidad, cerca
de 25 casas ya han sido demolidas en los últimos años, al igual que
12 granjas. Después de 1967 la Ocupación anexó ilegalmente la zona
de Ein al Jawza de Walaja –2500 dunums de tierra (1 dunum = 1000
m2)– dentro de los "límites municipales" de Jerusalén.
Desde los años 80’s la población palestina del área ha sido
blanco de constantes ataques que pretenden expulsarla de su tierra. A
pesar del traspaso de su tierra, los pobladores no han recibido
credenciales de identidad como "residentes" de Jerusalén.
Este es un factor usado por la Ocupación para expulsar a la población
palestina desde sus tierras y hogares.
Cuarenta familias viven
en continua miseria sin servicios básicos tales como electricidad o
agua. Habitualmente los soldados atacan a los pobladores y les exigen
que abandonen el área. Incluso les han ordenado que derriben sus
propias casas o en caso contrario serán las excavadoras las que hagan
el trabajo.
Es más, una nueva
porción de tierra ha sido confiscada de esta zona de Belén en los últimos
años para la construcción del Muro del Apartheid debido a la expansión
del asentamiento Gush Etzion. Los habitantes están encarcelados entre
dos Muros, uno que sigue el recorrido de la Línea Verde por el oeste,
y el otro por el lado este que rodea y atraviesa la ciudad de Belén.
Un total de 71.000 dunums de tierra han sido confiscados en el
distrito de Belén, permitiendo que el asentamiento Gush Etzion se
expanda sobre el 40% de la tierra robada.
Rodeada por
asentamientos y Muros, esta parte de Palestina está siendo
transformada en un odioso gueto. Pese a todo, los pobladores de
Walaja, al igual que en el resto de la región, permanecen firmes en
sus tierras y han declarado que continuarán desafiando la brutalidad
y violencia de la Ocupación.
3) Agricultores de
Gaza aún más oprimidos
Stop
the Wall, 14/01/06
En Gaza, agricultores
han hecho un llamado popular para boicotear los productos israelíes
con los que la Ocupación inunda los mercados palestinos, al mismo
tiempo que prohíbe a los agricultores palestinos vender sus
productos, tanto en Cisjordania como en las tierras de 1948, o
exportarlos. A finales de la semana pasada los agricultores se
reunieron frente al puesto de control fortificado del “Terminal de
Karni”, al sur de Gaza. Decidieron proteger sus cultivos y controlar
sus medios de subsistencia amenazando con quemar todos los productos
israelíes que entren en Gaza, en respuesta a las políticas de la
Ocupación que estrangulan y destruyen la agricultura palestina.
Los agricultores que
cosechan fresas en la Franja de Gaza realizaron una segunda protesta
el sábado 14 de enero, esta vez frente al Ministerio de Agricultura.
Exigieron a la Autoridad Nacional Palestina garantías para que sus
productos puedan ser comercializados fuera de Gaza, y protección de
la población palestina frente a los productos israelíes que están
inundando Gaza sin restricciones. Esta situación ha sido la
responsable de la destrucción de los mercados palestinos locales y
priva de medios de subsistencia adecuados a las comunidades palestinas
de Cisjordania y Gaza.
Las protestas fueron se
desencadenaron por una serie de procedimientos discriminatorios
empleados por la Ocupación. El sistema de explotación –y eventual
destrucción– de las granjas palestinas, está basado en una
obligación contractual desde hace 30 años, por la ahora
semigubernamental compañía israelí Agrexco. A través de la entrega
del monopolio sobre las exportaciones agrícolas desde Gaza a Israel,
los agricultores están obligados a aceptar las exigencias de la compañía
para la venta y exportación de sus cultivos. Sin alternativa viable,
los agricultores dependen de Agrexco, que establece precios,
cantidades y tiempo de exportación. La manifestación solicitó al
Ministerio terminar esta relación, levantarse contra la Ocupación y
apoyar al pueblo en su lucha por tomar el control de sus actividades
económicas.
Cada agricultor
palestino es obligado a etiquetar su cultivo como producto israelí de
Agrexco para poder exportarlo a través del monopolio de la Ocupación.
El Ministerio de Agricultura de la Ocupación obliga a los
agricultores palestinos a someterse a carísimos procedimientos de
prueba antes de que la exportación sea posible. Las fresas son
puestas en pequeñas cajas de plástico, indicando el lugar de
producción y el peso de la caja antes y después del envasado. Todos
estos procedimientos encarecen enormemente la producción, mientras
que la compañía de monopolio de la Ocupación traspasa todos estos
gastos a los agricultores.
Durante décadas las
fresas se han convertido en el producto más exportado desde Gaza. La
disponibilidad de mano de obra, agua disponible y calidez del clima
favorecen una producción masiva de este cultivo. Mientras que la
producción para consumo interno ha sido prohibida, las políticas de
la Ocupación han estimulado un importante exportación. La producción
de fresas en Gaza alcanza de 20 a 30 toneladas por día, pero
actualmente la Ocupación negó el permiso de exportación por encima
de las 10-15 toneladas. Sin Ocupación aún no se presentaría el
problema de la sobreproducción, ya que la población palestina podría
comercializar sus productos en Cisjordania y exportar hacia Europa de
acuerdo a la demanda.
Las restricciones y
medidas impuestas por la Ocupación, que incluyen la fortificación de
puestos de control y clausuras, crean retrasos que inevitablemente
provocan que las fresas se deterioren en el camino. Mientras tanto, en
Cisjordania los consumidores están obligados a comer las fresas de la
Ocupación.
Durante el último mes,
los agricultores de Gaza perdieron aproximadamente 71.000 dólares
como resultado del aprisionamiento de la población y la economía. Si
nada cambia se espera que las pérdidas se dupliquen durante enero.
Nuevamente medios militares y económicos están trabajando en la
destrucción de la agricultura palestina en pueblos como Beit Lahya,
donde el ejército israelí lleva a cabo ataques diarios que han
devastado numerosos cultivos de fresas.
La “desconexión”
ha mostrado ahora otra de sus caras. El sistema de una ocupación
militar brutal, muros y asesinatos que siguen su curso por medio de
una sofisticada explotación económica y esclavitud que deja a los
agricultores palestinos sin ninguna otra opción que la resistencia al
proyecto sionista.
Nota
de SoB:
.
Nakba (desastre) se llama a la expulsión en masa del pueblo
palestino por la tropas de Israel en 1948. Mediante atroces
matanzas, como la realizada en la aldea de Deir Yassin, donde
degollaron a todos habitantes, hombres mujeres y niños, los
sionistas realizaron una “limpieza étnica” que desplazó a la
mayoría de los palestinos a las regiones de Cisjordania y la
Franja de Gaza. Luego, en 1967, Israel desató una nueva guerra y
ocupó Cisjordania, Gaza, Jerusalén oriental y el Golán
(territorio de Siria). Desde entonces, la política de los
sionistas ha sido la de proseguir la “limpieza étnica” pero
en forma gradual, expulsando poco a poco a los palestinos de sus
casas y campos, y asentando allí colonos israelíes. Así, se ha
ido llegando a la situación de que los palestinos han sido
concentrados en pequeños territorios fragmentados sin comunicación
entre sí, que son reducidos cada vez más por las demoliciones de
sus casas. Los guetos o “bantustanes” donde han sido
confinados los palestinos, están siendo rodeados por un muro de
cemento de 8 metros de alto, llamado el Muro del Apartheid,
por el similar sistema racista impuesto por los blancos en Sudáfrica.
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