No
solamente los árabes son victimas del Estado de Israel
No les gustan
los negros
Por
Iván Vanney
Desde Israel para Socialismo o Barbarie, 06/05/06
Según
la Constitución de Israel, cualquier judío del mundo tiene derecho a
la ciudadanía israelí. La Agencia Judía (“Sojnut”) se encarga
de la absorción de los judíos inmigrantes en Israel, proporcionándoles
durante algún período dinero y 3 años de estudios gratuitos (en
Israel la educación es muy cara), las ventajas que el Estado y la
Sojnut ofrecen a los
inmigrantes varía según la nacionalidad de estos.
Aparentemente
un judío negro no es lo mismo que uno blanco. No gozan totalmente de
derechos civiles, a diferencia de los demás inmigrantes judíos.
Desde
el comienzo de año, en la Universidad de Haifa corrió la noticia de
que los inmigrantes etiopes no disponían de un examen de ingreso
psicométrico en su idioma a diferencia de los demas inmigrantes. Esta
es una medida a nivel nacional y no una política propia de la
Universidad de Haifa, que sin embargo no ha hecho mucho por revertir
la situación.
No
nos hubiéramos irritado tanto si no fuera porque los inmigrantes
rusos, franceses, sudamericanos, de habla inglesa o árabe, etc. no
tuviéramos el derecho a un examen de ingreso en nuestros idiomas.
Al
principio del año, cuando la noticia llegó al Partido Comunista en
la Universidad de Haifa, comunicamos la situación de los etíopes a
nuestros representantes en el Parlamento y solicitamos ayuda en
Derechos Civiles.
En
una de las tantas entrevistas con autoridades de la Univerisdad,
supimos que además de la obligación de hacer el examen de ingreso en
hebreo, para los etíopes no habría un curso previo como lo hay para
los demas inmigrantes, judíos israelíes y arabes, sin el cual es
imposible rendir el examen que esta compuesto de tres secciones: lógica
linguística (en hebreo para ellos), matemática de muy alto nivel...
e inglés.
En
adición a esta discriminación, el día de las elecciones en Israel,
recibimos la noticia de que los etíopes con menos de dos años en el
país no podían votar. Esta medida solamente afecta a los inmigrantes
de Etiopía.
La
excusa del Estado para cometer este crimen contra la colectividad etíope
es religiosa. En el transcurso de la historia, los judíos etíopes se
habrían mezclaron con los cristianos, por lo que no son reconocidos
totalmente como judíos por el Estado.
Este
“razonamiento” sin embargo, se opone a la Constitución que
defiende el derecho de ciudadanía de cualquier persona que, como máximo
tres generaciones anteriores haya tenido sangre judía en su familia.
Si,
según el nazismo, eso era motivo para asesinar al individuo, para el
Estado de Israel (o al menos eso dicta la Constitución) es suficiente
para que sea recibido con todos los derechos de un ciudadano. Pero hoy
vemos que olvidaron aclarar que los negros no estaban contemplados en
aquella ley, tal vez la más importante del Estado Sionista.
A
todas estas medidas sumemos que la mayor parte de los inmigrantes etíopes
debe separarse de su familia para llegar a Israel, pues si bien el
Estado consiente la inmigración de gentiles (no judíos) de cualquier
otro país que tengan un familiar judío, niega la de etíopes que,
aunque judíos, no sea fácil para el Estado comprobar su identidad
judía.
Sin
derecho a voto, ni derecho al estudio (al progreso), lejos de sus
familias, la comunidad etíope
en Israel, recluida en
“centros de absorción”, de muy bajo nivel de vida, condenada a la
indiferencia, nos recuerda el código moral del Estado sionista.
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