¿Cuándo
se considera una masacre el asesinato de civiles árabes?
Por
Omar Barghouti ZNet;10/04/06
Traducido
por Eva Calleja y revisado por Anahí Seri
Informes
recientes sobre Irak indican sin ninguna duda que el ejercito de
ocupación de EE.UU. ha emprendido una nueva “táctica” de su menú
de atrocidades, en un intento de combatir los crecientes ataques de la
resistencia iraquí contra sus soldados. Las masacres de iraquíes al
“viejo estilo” han llegado a ser tan comunes últimamente que
incluso los “aliados” iraquíes de EE.UU. se vieron forzados a
condenarlos sin reservas.
Desgraciadamente,
entre los gobiernos occidentales reina el silencio. Después de todo,
las victimas de la masacre son sólo árabes. No sólo hay una apatía
alarmante hacia la proliferación de este fenómeno, sino también hay
una aversión despreciable a llamarlo por su nombre. Al mismo tiempo,
en occidente muchos se levantan en armas condenando la “masacre”
de focas, ballenas, delfines o unos pocos hombres blancos en cualquier
lugar del mundo.
Las
masacres “modernas”, es decir los bombardeos indiscriminados
–que el año pasado incluyeron el uso de fósforo– en barrios
civiles iraquíes de ciudades “rebeldes” como Falluja y Qa´im,
siempre han sido un estándar en las tácticas de EE.UU. y británicas.
Pero para el imperio y sus vasallos. esos actos de terrorismo de
estado “limpios”, de alta tecnología, ejecutados por control
remoto, siempre fueron más fáciles de defender y de presentar como
ataques “selectivos” al “enemigo”, especialmente a los medios
patéticamente obedientes. El asesinato directo y sucio de civiles,
particularmente atándoles las manos y disparándoles en la cabeza,
como una ejecución, no ha sido tan común, aunque se ha puesto en práctica
en varias ocasiones en Irak desde su invasión (1). Ahora cada vez más
aparece en las noticias, pero en un lenguaje que en efecto, si no
siempre con intención, conduce a desinfectarlo, incluso a
normalizarlo como una desagradable, pero inevitable parte de la
“guerra”. Si esta resistencia a usar el término masacre no es
deliberada, solo puede reflejar un profundo racismo entre los
periodistas occidentales que no pueden usar los mismos estándares éticos
o profesionales al informar sobre asesinatos de civiles árabes que
los que usan normalmente cuando se trata de victimas “blancas” en
situaciones similares.
Hace
un mes, por ejemplo, el ejército de EE.UU. cometió al menos dos
masacres, matando a sangre fría decenas de civiles iraquíes,
incluyendo cuatro niños y un bebé de seis meses, y sin embargo,
ninguna de ellos fue considerado una masacre por los medios. El 15 de
marzo, cerca de Bagdad, la policía iraquí informó de lo siguiente
(2):
“Las
fuerzas americanas utilizaron helicópteros para lanzar tropas sobre
una casa de Faiz Harat Khalaf situada en el pueblo de Abu Sifa en el
distrito Ishaqi. Las fuerzas americanas reunieron a los miembros de
una familia en una habitación y ejecutaron a 11 personas, incluyendo
cinco niños, cuatro mujeres y dos hombres, luego bombardearon la
casa, quemaron tres vehículos y mataron a sus animales.”
Un
comandante de la policía local dijo que las autopsias realizadas en
el hospital “revelaron que todas las victimas tenían tiros en la
cabeza y que todos los cuerpos estaban esposados”. Es de suma
importancia resaltar que la fuerza policial iraquí se recluta,
entrena y se le asignan tareas bajo la vigilante supervisión de
EE.UU.
Una
masacre similar se cometió en Hadita, en noviembre del año pasado,
como un acto de venganza después de un ataque con bomba a las fuerzas
de EE.UU. Una niña de nueve años, superviviente de ese crimen, que
vivía en una casa cerca del lugar del crimen, contó a la revista
Time que después de la explosión su padre comenzó a leer el Corán.
“Primero, entraron a la habitación de mi padre, donde estaba
leyendo el Corán, y escuchamos disparos. No podía ver sus caras muy
bien, solo sus armas sobresaliendo por la puerta. Vi como disparaban a
mi abuelo en el pecho y luego en la cabeza. Luego mataron a mi
abuela”. En total, 15 iraquíes fueron masacrados en este incidente.
Sin
embargo, el periodista de The Guardian, o su editor, prefirió no
referirse al “suceso” como una masacre. También evitó utilizar
cualquier término de repulsión utilizado normalmente al describir
“incidentes” similares, particularmente aquellos con victimas
blancas.
El
domingo, 26 de marzo, se informó en The Guardian sobre otra masacre
americana en Irak. Nadie menos que el Ministro para la Seguridad iraquí
lo describió como sigue:
“En
las oraciones del anochecer, soldados americanos acompañados por
tropas iraquíes asaltaron la mezquita Mustafa y mataron a 37
personas. Ellas (las víctimas) estaban desarmadas. (Los soldados
estadounidenses) entraron, ataron a la gente y les dispararon a todos.
No dejaron a ningún herido”.
Al
calificar la masacre de la mezquita como un “asalto”, The Guardian
citó al Coronel estadounidense Barry Jonson, que dijo “Tal como
nosotros observamos el lugar y las actividades que allí se llevaban a
cabo, es difícil para nosotros considerarlo un lugar de oración”,
añadió “no lo identificamos como una mezquita...creo que este es
un asunto de percepción”. En consecuencia, el ejército de EE.UU.
concluyó que “no se entró ni dañó ninguna mezquita”. ¡Por
supuesto! Podría parecer que tampoco se masacró a ningún humano,
pues eran meros iraquíes. Es, al fin de al cabo, “un asunto de
percepción”.
The
Independent, que suele ser más valiente a la hora de dar noticias
sobre Irak, informó del mismo incidente de este modo (4): “Las
fuerzas de los EEUU matan a 22 personas e hieren a ocho en una
mezquita del este de Bagdad.” Si bien se le llama por su nombre a la
mezquita, The Independent no llegó a denominar el “incidente” una
masacre. “Disparos”, “matanza”, pero no masacre.
Para
muchos árabes, estas masacres en Irak evocan el recuerdo de las
atrocidades en el campo de refugiados de Jenín en 2002, cuando las
fuerzas de ocupación israelíes derribaron muchos hogares y
dispararon indiscriminadamente a cualquier palestino que se moviese,
matando a decenas e hiriendo a centenares. El hecho de que la
resistencia armada palestina en el campo fuese extraordinariamente
fiera –y se puede añadir que heroica también, causando la muerte
de 20 soldados de ocupación, se utilizó como un pretexto para
justificar el brutal asesinato de civiles inocentes.
Un
informe de la BBC de los primeros hallazgos de un equipo de
investigación de Amnistía Internacional, que visitó el campo de
refugiados de Jenín justo después de la retirada de las tropas
israelíes, decía (5):
“Un
experto forense británico que ha tenido acceso a la ciudad cisjordana
de Jenín dice que las pruebas apuntan a una masacre por parte de las
fuerzas israelíes (...) El profesor Derrick Pounder, que forma parte
del equipo de Amnistía Internacional que tuvo acceso a Jenín, dijo
que vio cuerpos tirados por el suelo en las calles y recogió
testimonios de testigos de las muertes de civiles”.
El
entonces ministro de exteriores, Shimon Peres, que inicialmente dijo a
Ha´aretz que había tenido lugar una masacre en Jenín, retractándose
más tarde de esta afirmación, dijo categóricamente que bajo ninguna
circunstancia Israel debía permitir el acceso al campo de
investigadores de la ONU. De hecho, Israel con el apoyo de EE.UU. y
apaciguado por el Secretario General de la ONU Kofi Annan (6) se negó
a permitir que la ONU investigase las atrocidades cometidas por Israel
en Jenín. Nunca se permitió que la ONU examinase imparcialmente si
los crímenes indiscriminados cometidos en Jenín constituyeron o no
una masacre. Pero lo que queda rotundamente claro de todos los
informes objetivos es el hecho de que Israel cometió los siguientes
crímenes de guerra en Jenín (7).
“La
prohibición sistemática del suministro de alimentos, agua y
suministros médicos a la totalidad de la población civil del campo
de refugiados de Jenín a pesar de la necesidad urgente de dichos
suministros; prohibición sistemática de asistencia médica a la
totalidad de la población del campo cuando se sabía que muchas
personas requerían urgentemente dicha asistencia debido a heridas
sufridas durante los conflictos y/o condiciones médicas no
relacionadas con este hecho, el uso deliberado de civiles no
combatientes como escudos humanos para facilitar las operaciones
militares; tortura, malos tratos, privaciones y humillación de
hombres y jóvenes arrestados en masa con el único cargo de ser
residentes del campo de refugiados de Jenín; ejecuciones sumarias,
implantación de la política disparar a matar contra individuos
claramente identificables como civiles no combatientes con el pretexto
del cumplimiento estricto de un prolongado toque de queda mantenido
sin interrupción; destrucción deliberada de edificios sin aviso
previo, donde se tenia conocimiento que residían civiles no
combatientes, cuando dicho aviso no hubiese impedido operaciones
militares; y destrucción generalizada de propiedades después de la
finalización de hostilidades militares con objetivo punitivo en lugar
de operativo.”
Lo
dicho anteriormente y el pánico inicial israelí llevo a muchos
medios a sospechar que lo ocurrido fue una masacre. Sin embargo, bajo
intimidación, acusaciones y amenazas israelíes sin precedentes, las
informaciones iniciales de los medios de una masacre en Jenín se
retiraron rápidamente de la circulación. Las fuentes informativas
influenciadas por Israel atacaron más tarde a quienes se atrevieran
siquiera a pensar en una masacre, particularmente cuando el total de
palestinos asesinados por los soldados israelíes resultó ser “sólo
56”.
Ya
sea en Irak o en Palestina, se plantea una pregunta decisiva: ¿Cuántos
civiles árabes tienen que ser asesinados para que los medios
occidentales, patentemente hipócritas, reconozcan una masacre como
tal?
Notas:
1]
Omar Barghouti, Un carta abierta a la mayoría de los norteamericanos:
Habéis perdido vuestra coartada. (An Open Letter to Most Americans: You’ve Lost Your
Alibi), CounterPunch, September 25/26, 2004.
[2]
Julian Borger, La policía iraquí afirma que las tropas de EE.UU. han
ejecutado a una familia. (Iraqi police claim US troops executed family), The
Guardian, March 21, 2006.
[3]
Jonathan Steele and Qais al–Bashir, Grupos rivales chiítas se unen
contra EE.UU. después del ataque a una mezquita. (Rival
Shia groups unite against US after mosque raid) The Guardian, March
28, 2006.
[4]
Patrick Cockburn, Soldados de EE.UU. matan a 22 en un ataque a una
mezquita de Bagdad. (US soldiers kill 22 in attack on Baghdad mosque), the
Independent, March 27, 2006.
[5]
BBC News Online, Aumentan las pruebas sobre la masacre de Jenín. (Jenín
‘Massacre Evidence Growing),’ April 18, 2002.
[6]
Omar Barghouti, En el mejor interés de Israel. (Israeli
Best Interes)t, CounterPunch, May 9, 2002.
[7]
Mouin Rabbani, ¿Fue una masacre lo que hizo Israel en el campo de
refugiados de Jenín?
(Did
Israel Perpetrate a ‘Massacre’ in the Jenín Refugee Camp?), ZNet,
April 25, 2002.
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El
escritor es un analista político palestino independiente.
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