Palestina

 

Problemas de matemáticas

Por Ray Hanania [1]
Cubadebate, 30/06/06

Si nos sentamos a analizar el conflicto israelí-palestino, vemos que tiene mucho que ver con las matemáticas.

Cuando mi esposa y yo nos casamos, recuerdo que ella quería asegurarse de que nuestro matrimonio esquivara los obstáculos naturales que una unión como la nuestra puede acarrear.

Después de todo, ella es judía y yo soy palestino.

Alison dijo que deseaba ser “justa” y tener certeza de que si algo sucedía, cada uno de nosotros recibiría la “mitad” de la casa.

Pensé que era una mujer maravillosa y alegremente firmé el acuerdo prenupcial (también llamado “ketubah”, por algunos).

Cuando lo traduje del hebreo y alguien me ayudó en el cálculo hallé que ella se estaba quedando con el 78% de la casa y yo con el 22%.

“Oye, ésa es tu mitad”, dijo mi esposa encogiendo los hombros con inocencia. ¡Estos israelíes!.

Los árabes inventaron las matemáticas

Si nos sentamos a analizar el conflicto israelí-palestino, vemos que tiene mucho que ver con las matemáticas.

Lo más sorprendente es que la palabra álgebra es en realidad una palabra que tiene orígenes árabes.

¡Nosotros inventamos las matemáticas! ¿Entonces porqué nosotros los árabes somos tan malos en esta disciplina?

Bueno, puede que la palabra sea nuestra, pero ciertamente no sabemos usarla. Claro que también puede ser que realmente no la inventásemos, supongo.

De acuerdo con el árabe, la palabra “álgebra” viene de la palabra arábiga “al-jabr”, que viene del título del libro “al-Kitab al-Muhtasar fi hisab al-gabr wa-l-mugabala”, lo que parece una gran cantidad de sílabas malgastadas para decir “álgebra”. (En realidad se traduce como “El libro del cálculo por reducción y confrontación”. (Lo escribió el musulmán persa Muhammad ibn Musa al-khwarizmi).

Pero quiero referirme a otro asunto.

Los problemas matemáticos palestino-israelíes comenzaron mucho antes de 1947, pero ése es tan buen punto de partida como cualquier otro. Por ejemplo, la partición de Naciones Unidas dio a los judíos el 55% del territorio palestino bajo mandato británico, mientras que a los árabes “se les otorgó” el 45%. Un reparto no exactamente equitativo, pero casi.

Irónicamente, en aquel momento el número de árabes palestinos duplicaba el de los judíos. Pero Israel refutó eso diciendo que los árabes tenían 22 países y que ellos sólo tenían uno. Usando las matemáticas israelíes, eso equivale a “igualdad”.

Cuando se declaró el establecimiento de Israel, éste no sólo controlaba la tierra adjudicada en la partición para el Estado judío, sino que también se apoderó de 10 grandes ciudades en las porciones árabes, antes que su propio Estado fuera declarado.

Mi primo Henry Cattan escribió en su libro “Palestina, los árabes e Israel” que antes del final del mandato y antes de cualquier intervención de los estados árabes, las milicias judías ocuparon la mayoría de las ciudades árabes en Palestina antes del 15 de mayo de 1948.

“Ocuparon Tiberias el 19 de abril de 1948; Haifa el 22 de abril; Jaffa el 28 de abril; las porciones árabes en la Nueva Ciudad de Jerusalén el 30 de abril; Beisan el 8 de mayo; Safed el 10 de mayo; y Acre el 11 de mayo de 1948. En cambio los palestinos árabes no tomaron ninguno de los territorios reservados para el Estado judío en la resolución de partición”.

Qué terroristas más mediocres

Cuando se declaró el armisticio, Israel controlaba el 78% de Palestina y a los palestinos se les dejó sólo el 22%.

Veo muchos problemas de matemáticas en este conflicto.

Por ejemplo, veamos a los palestinos (ya escucho a los israelíes gritar “por favooooor”). Los palestinos no son tan buenos en lo que hacen. Por ejemplo, no fabrican buenos terroristas. Analicemos los números. Los israelíes son un poco mejores. Por cada israelí que los palestinos matan, los israelíes matan cinco palestinos.

En Camp David, el Primer Ministro Ehud Barak ofreció anexar sólo el 40% de los colonos. Qué gran oferta. Claro que eso depende de cómo se mire, supongo.

Israel ya había anexado al 60% de los colonos que vivían en lugares como Gilo y cerca de Jerusalén Este. El “40%” que Barak propuso se refería básicamente la mayoría que quedaba fuera de esa área y que vivían en lo que quedaba de Cisjordania. Al final de las cuentas, se conformó con el 80% de los colonos que quedaban en Cisjordania. ¡Vaya! Gracias.

Los palestinos negociaron al revés, poniendo sobre la mesa su mejor oferta y reconociendo a Israel el “78%” del territorio palestino bajo mandato (no olvidar que el otro mandato británico no era parte de Palestina y se llamaba Transjordania).

Barak, al cambiar del 40% al “80%” de los colonos en Cisjordania/Gaza excluyendo Jerusalén Este, enfureció a los derechistas israelíes, cuando al sumar concluyeron que Barak estaba entregando al 20% de los colonos.

Barak se aferró a su propuesta inicial de devolver del “91 a 94%” del 22% (menos Jerusalén Este y las tierras alrededor), que en pocas palabras, de acuerdo con las matemáticas palestinas, significa que los palestinos recibirían exactamente el 18,297%, es decir, un 3,703% menos que el 22% que ellos reclamaban.

Mejor que nada

Aunque no soy un genio de las matemáticas, si los palestinos no aceptarían eso, ¿qué hace pensar a los israelíes que aceptarán el plan de Olmert que, de acuerdo con el matemático palestino Saeb Erakat, es más o menos el 60% de Cisjordania?

Olmert dice que eso es sólo “temporal”.

Claro, él está mucho más cerca de Einstein que Saeb Erakat, quien algunas veces debería contar hasta diez antes de abrir la boca. De hecho, quizás ambas partes deberían contar juntas hasta diez. Sé que funciona conmigo.

Aún así, la mitad de la mitad de la mitad que ofrecieron es mejor que nada si uno es un optimista, aunque mi hermano y mi tío, que son ingenieros, pueden discutir incluso eso.

Según ellos, el pesimista ve un vaso mediado de agua medio-vacío y un optimista lo ve medio-lleno. Pero como ingenieros, ellos lo miran desde la perspectiva de la “tercera mitad”. Una situación como ésta sólo significa que hay un montón de vaso desperdiciado.


[1].- Ray Hanania es un reconocido periodista, escritor y comediante palestino-usamericano. www.hanania.com. Artículo traducido por Ulises Juárez Polanco y revisado por Caty R.